miércoles, 29 de junio de 2016

El 'elefante de los ingresos': ganan pobres y ricos y pierde la clase media

Vicente Nieves, El Economista

Cada vez son más los políticos de Occidente que culpan a la globalización y al comercio internacional de los problemas internos que sufren sus países. Varios medios y expertos estudian el efecto de la globalización en los ingresos de los ciudadanos, lo que ha devuelto el protagonismo a un documento sobre desigualdad publicado en 2013 por Branko Milanovic, profesor de Economía y experto en desigualdad. En este trabajo muestra en un solo gráfico cómo han variado los ingresos de los ciudadanos desde 1988: los pobres son menos pobres, los ricos son más ricos, mientras que sólo pierde la clase media, que se queda totalmente estancada.

En este paper de mayo de 2013, Milanovic explicaba que "en este periodo se ha producido la primera caída de la desigualdad de ingresos en los ciudadanos del mundo desde la revolución industrial". Aunque dentro de los países desarrollados se ha visto un incremento de la desigualdad de ingresos, si el análisis se hace a nivel mundial, la globalización ha reducido la desigualdad tras 'sacar' a cientos de millones de personas de la pobreza.

Milanovic ha elaborado un gráfico en el que muestra la evolución de los ingresos reales entre 1988 y 2008 a través de los percentiles globales de renta. Es decir, se analiza como han cambiado los ingresos de la población mundial tras dividirla en una serie de cien grupos diferenciados por el puesto que ocupan en la escala de distribución de la renta mundial. De ese modo, se ve como ha evolucionado la renta de los percentiles más pobres hasta los más ricos, pasando por la clase media.

Brexit: el naufragio del neoliberalismo


Alejandro Nadal, La Jornada

El señor David Cameron, primer ministro británico, se encuentra ya en Bruselas para reunirse con sus pares de la Unión Europea (UE). Es el encuentro para iniciar los trámites de un divorcio que se anuncia será largo y repleto de conflictos. Y si Cameron pensaba que podría contar con la simpatía de sus (ex)socios de la UE, que no se haga ilusiones.

Se inicia un proceso que por lo menos debe tomar dos años, comenzando con la activación del artículo 50 del Tratado de la Unión Europea sobre el retiro de un país de dicha unión. Las negociaciones tienen que ver con la multitud de tratados y arreglos actualmente en vigor y que deben ser revisados para definir el nuevo esquema de relaciones con la UE. Pero la señora Ángela Merkel ya marcó el derrotero el lunes con una fuerte declaración: no hay que engañarse sobre cómo serán las relaciones con la UE para un país que nos abandonó.

En realidad, sobre lo que sí no hay que hacerse ilusiones es en relación con los efectos sobre el capitalismo neoliberal. El castigo a las poblaciones del planeta seguirá mientras la gente no tome conciencia de quiénes son sus verdugos. Y si las izquierdas electorales no cumplen con su papel de educación política, pues el electorado seguirá pensando que las cosas van a mejorar si sólo se mantiene el mismo rumbo durante un poco más de tiempo. El resultado es que la guillotina del recorte fiscal y el látigo del castigo monetario se seguirán abatiendo sobre los pueblos del mundo. Y cada vez será necesaria más demagogia y más represión para mantener el orden neoliberal, como se puede ver desde Francia hasta Oaxaca.

La ingobernabilidad del neoliberalismo

Emir Sader, Público.es
El neoliberalismo rescató y puso énfasis en el tema de la ingobernabilidad. Habría un desequilibrio entre los derechos afirmados por las leyes e incluso por constituciones y la capacidad del Estado y los gobiernos para garantizarlas. Una de las expresiones de esos desequilibrios sería la inflación, forma de apelar a un mecanismo incorrecto para cumplir con aquello para lo cual habrían recursos. De ahí también la obsesión neoliberal con la inflación, derivada de su preocupación con la existencia de “excesivos” derechos.

Pero no hay más grande ingobernabilidad que la impuesta por el neoliberalismo. Como gobierno de la extrema minoría —el 1%—, privilegia a los bancos, que representan al capital especulativo, que vive de explotar a los endeudados —gobiernos, empresas, personas—. Son, por lo tanto, gobiernos de la extrema minoría, gobernando en función de la reproducción de los endeudamientos con elevadas tasas de interés.

Cuando Europa impuso las políticas de austeridad y los bipartidismos adhirieron a esa modalidad de los ajustes neoliberales, se impuso la ingobernabilidad en todo el continente. Los gobiernos se han vuelto impopulares, cada elección es una derrota segura e instauran el pánico político cada vez que los ciudadanos son llamados a votar.

Brexit, o qué pasa cuando el voto es visceral


Roberto Savio, Alai
Los especialistas en encuestas dicen que cuando las personas consultadas no se sienten cómodas diciendo qué van a votar es porque a nivel racional no están a gusto con la papeleta que colocarán en la urna. En otras palabras, los electores actúan más por una cuestión visceral que cerebral.

Eso fue lo que pasó en Gran Bretaña el 23 de este mes, cuando se realizó el referendo para decidir si se iba o se quedaba en la Unión Europea (UE), y las encuestas a boca de urna le dieron una ligera ventaja a la opción de quedarse, que resultó no ser la elegida por la población.

El referendo por el brexit fue realmente una cuestión visceral. La campaña para irse se basó en el miedo a una invasión masiva de turcos, derivada de la posible incorporación de su país a la UE, una falsedad total, y en que Gran Bretaña le pagaba al bloque unos 50 millones de libras al día, otra mentira.

Pero el asunto central, planteado especialmente por el ex alcalde de Londres, Boris Johnson, fue: “Nosotros (los británicos) ya no somos libres. Consigamos nuestra independencia”. Incluso llegó a comparar a la UE con la Alemania nazi que quería apoderarse de Europa. Claro, sus intenciones eran simples: que el primer ministro británico David Cameron renunciara y entonces ocupar su lugar. ¡Un brillante ejemplo de idealismo!

¿Qué piensan en Medio Oriente del Brexit? Mucho más de lo que parece


Robert Fisk, The Independent
Es desconcertante vivir en Medio Oriente en un tiempo en que árabes mueren por millares para llegar a la Unión Europea mientras Gran Bretaña comete suicidio económico para abandonarla. El continente de la abundancia –y la seguridad– para millones de musulmanes en busca de refugio contra dictadores, torturadores y guerras ha sido rechazado por una nación que combatió casi seis años para destruir dictadores, torturadores y futuras guerras.

No es raro que los árabes no sepan qué idea hacerse de la Brexit –o brixit, como aparece en la transcripción árabe– y se remonten a la historia para explicar la justicia de la crisis europea. Habiendo decidido en 1916 dividir el Imperio Otomano en pequeños estados árabes que serían ocupados por fuerzas anglofrancesas, los descendientes de sir Mark Sykes ahora tomarán una sopa de su propio chocolate o, en palabras de un tuitero saudita, Gran Bretaña, que dividió los países árabes hace 100 años en partes incompatibles, pronto saboreará la amargura de la división y será desmembrada. Bueno, hasta cierto punto…

Los gobiernos del Golfo a los que GB, y en especial David Cameron, han humillado adoptaron una visión predeciblemente optimista de la catástrofe potencial de Reino Unido. Un empresario saudita apuntó que las importaciones británicas serán más baratas, al igual que las compras en el mercado inmobiliario londinense, refugio de los árabes súper acaudalados… lo que no es precisamente lo que Boris, Mike y Nigel tenían en mente como beneficios de la Brexit.

martes, 28 de junio de 2016

Un informe del Senado de Brasil exculpa a Rousseff de participar en maniobras fiscales

Un informe elaborado por técnicos del Senado brasileño señala que no existen pruebas de que la presidenta suspendida, Dilma Rousseff, participara en las maniobras fiscales que la oposición utilizó para iniciar los ataques contra la mandataria y la apertura del proceso de destitución que sigue en la Cámara Alta.

De acuerdo con el informe de 223 páginas realizado a petición de la defensa de Rousseff, la gobernante fue responsable de la emisión de una serie de decretos que alteraban los presupuestos sin la pertinente autorización del Congreso. Sin embargo, según una nota divulgada por el Senado, los técnicos de la Cámara no encontraron pruebas de que Rousseff participara en los atrasos en el pago de créditos a la banca pública, considerados por la oposición como maniobras fiscales y que, de acuerdo con la acusación, supondrían un crimen de responsabilidad, lo que podría terminar con la destitución de la jefe de Estado.

El impacto de Brexit


Michael Roberts, The Next Recession
Bueno, me equivoqué. Creí que los británicos votarían a favor de permanecer en la UE, aunque por poco. Pero han votado, por poco, salir. El índice de participación del 72% fue mucho mayor que en las últimas elecciones generales de mayo de 2015 (67%), cuando el partido conservador volvió al poder con una exigua mayoría de sólo 12 escaños. El Primer Ministro David Cameron había logrado la victoria por los pelos gracias a la promesa de convocar un referéndum sobre la pertenencia a la UE. Lo que bastó para debilitar el apoyo electoral del euroescéptico Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP), que había obtenido más del 20% de los votos en las elecciones europeas y locales. Al aceptar un referéndum, Cameron logró reducir la representación de UKIP a un sólo escaño en el parlamento.

Pero esta táctica política ha fracasado. Cameron ha perdido el referéndum y ha anunciado ya que dimitirá y que dará paso como primer ministro a un dirigente pro-Brexit para llevar a cabo las tensas y tortuosas negociaciones con los dirigentes de la UE en otoño. Ganar las elecciones así ha resultado un regalo envenenado, como sugerí.

Parece que un número suficiente de votantes ha creído los argumentos de los conservadores pro Brexit y UKIP de que la culpa de lo que les pasaba la tenía “demasiada inmigración” y un exceso de regulación de la UE (aunque Gran Bretaña ya es la economía más desregulada de la OCDE). Nada que ver con la crisis capitalista global, la consiguiente larga depresión y las políticas de austeridad del gobierno conservador.

Sí, muchos votantes no se tragaron los argumentos sobre la inmigración y la regulación; pero fueron principalmente los jóvenes; los que vivían en las zonas multiétnicas como Londres y Manchester y los hogares más acomodados en el sur urbano. No fueron suficientes en comparación con los que votaron a favor de la salida. Es decir, los mayores, los que viven en pequeños pueblos y ciudades, principalmente en el norte o en Gales, lejos de Londres y de los “inmigrantes”, pero que han sufrido y mucho los trabajos mal pagados, los recortes del sector público, las viviendas sin mantenimiento y el abandono de las calles y de los servicios públicos.

El Brexit no protegerá a la Gran Bretaña del horror de una Unión Europea en vías de desintegración


Yanis Varoufakis, Sin Permiso

Ganó el Leave, salir, porque demasiados votantes británicos identificaron a la UE con autoritarismo, irracionalidad y desprecio de la democracia parlamentaria, y porque demasiado pocos creyeron a los que sosteníamos que otra UE era posible.

Hice campaña a favor de un voto radical por el Remain, por quedarse, haciéndome eco de los valores de nuestro movimiento paneuropeo Democracy in Europe Movement (DiEM25). Visité distintas ciudades en Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte, buscando convencer a los progresistas de que disolver la UE no era la solución. Sostuve que su desintegración desencadenaría fuerzas deflacionarias tales, que muy probablemente significarán por doquiera una nueva vuelta de tuerca de la austeridad y que terminarán favoreciendo al establishment y a sus adláteres xenófobos. Junto con John McDonell, Caroline Lucas, Owen Jones, Paul Mason y otros, abogué por una estrategia de permanecer, pero contra el orden y las instituciones establecidos.

Contra nosotros se levantaba una alianza fraguada entre:
  • David Cameron, cuyos amaños con Bruselas traen a la memoria de los británicos todo lo que desprecian en la UE;
  • el Tesoro y su grotesco alarmismo pseudoeconométrico;
  • la City, cuya insufrible arrogancia ensimismada puso a millones de votantes contra la UE;
  • Bruselas, tenazmente empleada en aplicar su última tortura del “submarino” y el simulacro de asfixia a la periferia europea;
  • el ministro de finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, cuyas amenazas a los votantes británicos galvanizaron el sentimiento antialemán;
  • el penoso gobierno socialista francés;
  • Hillary Clinton y sus alegras muchachos atlantistas, dibujando una UE incluida en otra peligrosa “coalición de voluntades”;
  • y el gobierno griego, cuya persistente capitulación ante la punitiva austeridad de la UE tan difícil nos hacía convencer a la clase obrera británica de que sus derechos estaban protegidos por Bruselas.

lunes, 27 de junio de 2016

No hay un plan B después del Brexit


Eduardo Febbro, Página 12

Los abanderados de la retórica se quedaron mudos. Un clima de avión sin piloto en medio de una tormenta se respira en las capitales europeas. Nadie, de hecho, tiene un plan B para salir del callejón que cerró el futuro de la Unión Europea luego de que Gran Bretaña aprobara el Brexit. Los 27 son 27 silencios y 27 controversias que enfrentan tres opciones decisivas: la manera y los tiempos en que Gran Bretaña dejará la UE, las reformas que se deben poner en marcha y los tratados que deberán replantearse. Bruselas, Berlín, París, Roma, Londres, las grandes capitales europeas flotan en un estado de levitación. La canciller alemana Angela Merkel organiza hoy un encuentro en Berlín con el presidente francés, François Hollande, y con el presidente del Consejo italiano, Matteo Renzi. Merkel no ha sacado de la galera ninguna propuestas y se ha limitado, por el momento, a pedir que se conserve “la calma y la determinación”. François Hollande amagó con un planteo a favor del “crecimiento, la armonización fiscal y social”. Nada, en suma. El más agresivo fue Renzi. En una columna publicada por el diario de negocios Il Sole 24 Ore, el presidente del Consejo italiano arremetió contra “las políticas de austeridad que taparon el horizonte, transformaron el porvenir en una amenaza y reforzaron el miedo”.

Esas tres posiciones se trasladarán mañana y el miércoles a Bruselas, donde los jefes de Estado y de gobierno de los 27 países de la Unión se reúnen en una cumbre a tientas. Mañana también se reúne en pleno el Parlamento Europeo, que busca alguna idea ambiciosa. Pero todos están con las manos atadas y dependen de lo que haga Gran Bretaña. No se sabe cuándo Londres activará el famoso artículo 50 del tratado de Unión mediante el cual se abre la puerta de salida. Además, el referendo sobre el Brexit es consultivo, por consiguiente, el gobierno británico debe antes obtener una mayoría para plasmar el Brexit en los hechos. En la Cámara, sin embargo, los “no leave” o partidarios del “Brimain” son mayoritarios. En la edición del sábado del Bild Zeitung, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, declaró que “la Unión Europea tiene décadas de experiencia en la gestión de las crisis y siempre salió reforzada”. La diferencia es que ahora no se trata de una crisis que se puede negociar, sino de una ruptura decidida por una mayoría popular. Por este motivo nadie esconde la realidad: la Unión Europea está el peligro, debilitada por los populismos extremistas y emocionales, el euroescepticismo, los nacionalismos pujantes, una banda de dirigentes políticos oportunistas cuyas formaciones tienen un pasado tan negro como las pesadillas, el costo alucinante de las políticas de ajuste, el desempleo, sin credibilidad ante opiniones públicas y, en parte, paralizada por una tecnocracia kafkiana.

Londres fuera de la Unión Europea, no de la OTAN

Atilio Boron, Rebelión

El triunfo del Brexit en el referendo abre múltiples interrogantes. La mayoría de los analistas, sobre todo en la prensa hegemónica internacional, ha puesto el énfasis en el examen de sus consecuencias sobre los mercados, su exacerbada volatilidad y la cotización de las principales monedas. Sin restarle importancia a este asunto creemos que este énfasis economicista está lejos de apuntar a lo más significativo. Los mercados son entidades veleidosas, siempre sujetos a esa “exuberante irracionalidad” denunciada por Alan Greenspan, el ex jefe de la Reserva Federal de Estados Unidos, de modo que pronosticar su derrotero una vez consumada la salida del Reino Unido de la UE es un ejercicio ocioso y condenado al fracaso, inclusive si las predicciones se hacen para el corto plazo. Mucho más importante es ponderar lo que la decisión del electorado británico significa en términos políticos: un golpe si no mortal pero sin duda muy duro a un proyecto comunitario que cuando adquirió una connotación social y política progresista fue secuestrado, tergiversado y prostituido por la oligarquía financiera europea. Con la deserción de Londres –un divorcio litigioso y no consentido, al decir de algunos- la UE pierde a la segunda economía y al segundo país en población, lo que debilita a una Europa que, con la estructuración supranacional pergeñada por Bruselas, trató de reposicionarse en términos más protagónicos en el turbulento tablero de la política internacional. Si con el Reino Unido en sus filas la UE no era más que un aburrido segundo violín en el concierto de naciones, con los británicos afuera su gravitación global disminuye aún más vis a vis China, Rusia y los nuevos centros de poder internacional.

domingo, 26 de junio de 2016

La UE se desmorona porque la gente está harta de su autoritarismo



Luego de la inesperada victoria del Brexit en el referéndum celebrado este jueves en el Reino Unido, varios eurodiputados han advertido que la salida de ese país del bloque comunitario hará que la Unión Europea "se desmorone en pedazos" dentro de los próximos cinco años, como informa Daily Mail.

"Este es el principio del fin para la UE", aseguró Peter Lundgren, diputado del partido Demócratas de Suecia. "Otros países seguirán los pasos del Reino Unido. Europa va a caer", agregó. La gente está harta de la falta democracia existente en el bloque europeo y de las políticas que se toman desde Bruselas, aseguran varios parlamentarios. "Es solo cuestión de tiempo"

Según el diario británico, tras el 'Brexit' los gobiernos de países como Suecia, Alemania, Países Bajos, Italia, Austria y Francia estarán bajo una intensa presión por parte de los partidos euroescépticos que buscarán celebrar sus propios referéndums y tratar de negociar las relaciones con Bruselas. "El Reino Unido ha sentado un precedente. Otros Estados miembros seguirán y todo se vendrá abajo. Esto ocurrirá muy pronto", señaló el eurodiputado sueco.

"La UE no puede sobrevivir. Es poco democrática, la corrupción es muy alta, la ambición de los eurócratas es demasiada, hay demasiado dinero en el vagón del tren", criticó Lundgren. "La gente se está dando cuenta poco a poco de lo que está pasando. El Reino Unido ha iniciado el proceso, y Europa se desmoronará".

El proceso del fin ha comenzado. Algo ha empezado en Europa, y no puede ser detenido. Una vez que un país ha quedado fuera, Europa va a caer en unos cinco años. Joppe Koford, un asesor danés del bloque socialdemócrata del Parlamento Europeo, admitió que la UE se encontraba en una situación desesperada incluso antes del 'Brexit', pero Bruselas creía que era "demasiado pronto para sacar esa conclusión".

"No es el referéndum en el Reino Unido lo que podría hacer que Europa se desmorone. Es la falta de soluciones a problemas como los bajos salarios, el alto nivel de desempleo o la amenaza terrorista", dijo Koford, para quien la élite de Bruselas está desconectada de la voluntad del pueblo. "Estos son los principales factores de la desintegración", agregó el político.

Brexit deja al descubierto los límites de la globalización y el malestar contra las élites

Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

Robert Lacey, biógrafo de su majestad, filtró que la reina de Inglaterra preguntó dos días antes de la dramática votación del Brexit por “tres buenas razones para que Gran Bretaña (GB) deba ser parte de Europa (http://goo.gl/v5cj2m)”.

¿Qué impacto tuvo el euroescepticismo de la monarca de 90 años cuando las encuestadoras daban como triunfante la permanencia de GB en la Unión Europea (UE), hoy de 27 miembros y a punto de ser balcanizada?

El Brexit, además del rechazo a los migrantes, representó la revuelta de la clase obrera contra la globalización financierista del caduco thatcherismo de casi medio siglo de hegemonía global (http://goo.gl/MDsnxi).

Obama, quien apoyó la permanencia de GB en la UE, culpó a la globalización del impactante resultado (http://goo.gl/QL53LX)... Nelson Schwartz y Patricia Cohen, del NYT, titularon que “para EEUU, el Brexit puede ser un aviso de los limites de la globalización (http://goo.gl/yvUsWO)”.

El doloroso Brexit


Nos encontramos en un punto crucial de la historia en el cual todo lo aparentemente sólido y real se disuelve y desvanece como el aire o la fragancia... Tras ocho años de crisis ya nada escandaliza... Somos esclavos de la tiranía financiera impuesta por el neoliberalismo del FMI y el sistema financiero en el cual tan bien se encuentra la esfera política, para "manejar el orden". Pero los manipuladores del orden y organizadores del caos nunca imaginaron que este caos podría llegar a ser mayor a lo planeado y escapar a todo control... como este referéndum en UK que ha desatado todos los caos poniendo la situación fuera de control. Este 23 de junio ha sido el momento en el que los tantas veces humillados y subexplotados votaron por abandonar la Unión Europea en desprecio a su autoritarismo. La siguiente es una reflexión tomada de theobjective.com
Brexit es una realidad. No hay marcha atrás. Pretender que se puede negociar un acuerdo entre el Reino Unido y la Unión Europea para amortiguar el golpe solo empeoraría la situación. Tenemos que separarnos. Lo cual va a ser muy traumático en lo político, en lo económico, en lo sentimental. Una ola de populismo recorre Europa. Galopa a lomos del monstruo de la insolidaridad, de la frustración, del miedo, de egoísmo, de odio. El Brexit es solo el primer zarpazo de este Grendel 2.0 que amenaza la existencia de la Unión Europea. Pero este monstruo, esta mentira masiva que ha empujado a la mayoría de británicos a votar leave, este nuevo Tarquino no se va a quedar satisfecho. La mentira y la manipulación de la que alimenta no se sacia nunca. A partir de hoy recorrerán Europa con más fuerza arrasando lo que puedan. No ha calmado aún su inconmensurable lujuria. Cuando de Gasperi, Adenauer y Monet soñaron que podía haber paz en nuestro continente, dieron vida a la Unión Europea. A las mejores décadas de nuestra historia. Cameron solo soñó ser Primer Ministro y hoy el Reino Unido es la primera víctima del Grendel. El primer jadeo de Tarquino. El mundo que dejamos, el que dejaremos, dependerá de lo que hagamos los europeos. De que tengamos la valentía de poner el interés común por encima de la ambición personal, la solidaridad por encima del cálculo electoral, la justicia por encima de la arbitrariedad, la verdadera democracia por encima de la conquista del voto. Todavía no se ha consumado sobre Lucrecia el terrible pecado.

sábado, 25 de junio de 2016

Lo que los medios no dicen sobre las causas del Brexit


Vicenç Navarro, Público

No hay pleno conocimiento y conciencia en las estructuras de poder político y mediático (que en terminología anglosajona se llama el establishment político-mediático) que gobiernan las instituciones de la Unión Europea, así como las que gobiernan en la mayoría de países que constituyen tal Unión, de lo que ha estado ocurriendo en la UE y las consecuencias que las políticas propuestas e impuestas por tales establishments han estado teniendo en las clases populares de los países miembros. Durante estos años, después del establecimiento de la Unión, se ha ido germinando un descontento entre estas clases populares (es decir, entre las clases trabajadoras y las clases medias de renta media y baja) que aparece constantemente y que amenaza la viabilidad de la UE.

El rechazo de las clases populares a la UE

Indicadores de tal descontento han aparecido ya en muchas ocasiones. Una de las primeras fue el resultado del referéndum que se realizó en varios países de la UE que, por mandato constitucional, tenían que hacer para poder aprobar la Constitución europea. En todos los países donde se realizó el referéndum, la clase trabajadora votó en contra. Los datos son claros y contundentes. En Francia, votaron en contra el 79% de trabajadores manuales, el 67% de los trabajadores en servicios y el 98% de los trabajadores sindicalizados; en Holanda, el 68% de los trabajadores; y en Luxemburgo, el 69%. Incluso en los países en los que no hubo referéndum, las encuestas señalaban que, por ejemplo en Alemania, el 68% de los trabajadores manuales y el 57% de los trabajadores en servicios hubieran votado en contra. Unos porcentajes parecidos se dieron también en Suecia, donde el 74% de los trabajadores manuales y el 54% de los trabajadores en servicios también hubieran votado en contra. Y lo mismo ocurrió en Dinamarca, donde el 72% de los trabajadores manuales hubieran también votado en contra.

Varoufakis: "Triunfo del Brexit significa que la destrucción de la UE está funcionando a toda velocidad"

Yanis Varoufakis, el ex ministro de Finanzas griego cree que la votación histórica por el Reino Unido a abandonar la Unión Europea es un presagio del fin de la UE.
Muchos votantes se han puesto de acuerdo en identificar a la Unión Europea con autoritarismo, irracionalidad y descontento. Así que las cosas tendrán un aspecto fuera de control algunas semanas pero lentamente se calmarán. La cuestión es lo que subyace debajo de esta fachada donde poderosas fuerzas comenzarán a pujar por la desintegración de la Unión Europea. El ministro Alemán Wolfgang Schauble va a utilizar el miedo para hacer de la austeridad algo permanente. Se va intentar imponer el control sobre los presupuestos nacionales o a hacer un presupuesto común para cortar las piernas a países como España, Italia y Grecia... Y ese avance será contrario a la supervivencia de la UE...
¿Va a golpear con especial dureza el Brexit a los países de la UE?

Sin duda. Y avanza en la desintegración de la Unión Europea porque refuerza el sentimiento antieuropeo. Va a reforzar políticas fallidas como la de la austeridad. Y, cuidado, es posible que veamos la transformación del eurogrupo en un gobierno europeo de forma efectiva. Los dogmas se convertirán en leyes. Y atrapará a España, Italia y Grecia en una crisis permanente.

Su movimiento DiEM25 aboga por la redemocratización de Europa. ¿Cómo le explicaría al lector en qué consiste ese proceso?

Esta es la pregunta más importante a la que puedo contestar. La democracia es un lugar donde los ciudadanos pueden preguntar cuestiones que importan a los dirigentes. En esencia: primero: ¿Qué poderes tiene?; segundo ¿cómo los está usando?; tercero ¿Quién te dio esos poderes?; y cuarto ¿cómo podemos librarnos de ti?... España, Grecia, Italia... son democracias. Pero son unas democracias que no toman decisiones. Las grandes decisiones se toman en la UE y en el Eurogrupo que no está sujeto a control democrático. Y se toman decisiones con la puerta cerrada. Lo que deberíamos hacer idealmente es que el Parlamento Europeo fuera un verdadero Parlamento con poderes reales. El actual lo es de forma nominal pero no en la práctica. Necesitamos una auténtica democracia que venza a la oligarquía.

Usted asegura que es un europeísta convencido. ¿Cómo convencería a un europeo de que siga creyendo en la Unión?

Efectivamente, soy un fanático del europeísmo. Precisamente, mi oposición a la troika el año pasado fue porque soy un europeísta convencido y creo que la troika está destrozando Europa. Las instituciones europeas están ahora mismo fuera de la racionalidad. Y esto alimenta los movimientos antieuropeos que han conducido al Brexit... Así que lo prioritario que deben entender los ciudadanos es que debemos permanecer unidos. No debemos sucumbir, no debemos rendirnos ante las fuerzas de la desintegración. No debemos rendirnos ante la troika, ante los 'Schauble', los 'Juncker' ni 'las Merkel' del mundo. Estos son los peores enemigos de la UE por las políticas que imponen.

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