domingo, 4 de octubre de 2009

Enlaces 04/10/2009


- Misión no cumplida, Paul Krugman. El País
- China, a sesenta años de la Revolución, Guillermo Almeyra. Sin Permiso
- La destrucción de empleo vuelve a acelerarse en EE UU, Sandro Pozzi. El País
- No cabe salvar esta economía: era toda un espejismo, Deborah Orr. Sin Permiso
- The Truth About Jobs That No One Wants To Tell You, Robert Reich
- Glass-Steagall and the Crisis, Brad DeLong
- Se firmó Convenio Constitutivo del Banco del Sur, Oscar Ugarteche. IADE
- Friedman's theory finds little traction in economic recovery, CBS news

Desempleo en EE.UU. ¿derrota de Obama?

Al presidente de Estados Unidos ha comenzado a lloverle sobre mojado. A la pérdida de Chicago para la sede de las Olimpíadas 2016 (ganada por Brasil), se le suma la enorme pérdida de puestos de trabajo que alejan al mundo de la anhelada recuperación.

Si bien la crisis vive un proceso de desaceleración, lo cierto es que las cifras y los hechos tienden a ser tremendamente ingratos: el desempleo sigue aumentando y la pérdida neta de puestos de trabajo en Estados Unidos llegó a 263.000 en septiembre, dando cuenta de una tendencia alcista. La tasa de desempleo se mantiene en el 9,8%, pero será inevitable que el desempleo oficial llegue a los dos dígitos antes de fin de año y se mantenga ahí durante algún tiempo. El desempleo real está en el 17 por ciento, y puede alcanzar el 20 por ciento.

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jueves, 1 de octubre de 2009

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Japón vive su mayor espiral deflacionaria


Mirar a Japón es quizá mirar al futuro, pues todo lo que está pasando en occidente ocurrió primero en el país del sol naciente: burbuja inmobiliaria, burbuja financiera, crisis, caída del yen, deflación, más crisis y crisis dentro de las mismas crisis. La década perdida que Japón tuvo en los años 90, se recicla y vive ahora en occidente, partiendo por Estados Unidos.

Japón ha comenzado a vivir su más profunda deflación desde la segunda guerra mundial, aumentando los riesgos de una recuperación que promete ser más lenta de lo previsto. Ya lo ha dicho Paul Volcker: “no hay una recuperación rápida a la vista”, y esto es fundamentalmente por el tema del desempleo, que amenaza con propagarse y frenar los tibios estímulos fiscales.

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Stiglitz y la crisis


En la Universidad de Columbia, donde Joseph Stiglitz hace clases, James Surowiecki, de la revista The New Yorker entrevistó al Premio Nobel de Economía. En esta conversación de 15 minutos, Stiglitz habla sobre el mal manejo de la crisis financiera, la relación entre el gobierno y los mercados y el futuro del capitalismo en el mundo.


martes, 29 de septiembre de 2009

Las 25 noticias más censuradas


Ernesto Carmona, Argenpress

Las 25 historias periodísticas más censuradas por la gran prensa de EEUU en 2008 y 2009 serán difundidas el 30 de septiembre en el informe “Censored 2010”, del Proyecto Censurado de la Universidad Sonoma State de California que publica en Nueva York la editorial Seven Stories.

Las 25 noticias “top” más sofocadas por la censura del imperio mediático incluyen temas candentes que trascienden a EEUU pero jamás son debatidos en los grandes medios, sino sólo por la prensa alternativa.

Por ejemplo:
•¿Cómo Wall Street domina al gobierno de EEUU?
•Lobbystas de EEUU compraron al Congreso
•Senadores y representantes se benefician con contratos del Pentágono
•Los grandes bancos que salvó el gobierno sacaron miles de millones a paraísos fiscales
•Los prestamistas beneficiados por el “Programa de Ayuda Urgente” gastan el dinero en campañas contra los trabajadores
•El control secreto de los debates presidenciales
•La Comisión Trilateral domina el gobierno de Obama
• Las reservas en dólares de los bancos centrales financian expansión militar imperial
•En crímenes de guerra en Gaza se usaron armas de EEUU
•Transnacionales lucran con la ocupación de Palestina
•En el Pentágono reina la corrupción
•Las escuelas de EEUU están hoy más segregadas que en los años 50
•Los “piratas” somalíes son pescadores que luchan contra el saqueo de la pesca de arrastre y la descarga de basura tóxica

“Censored 2010” ofrece también varias historias relacionadas con América Latina:
•La Amazonía occidental y sus pueblos indígenas están amenazados por la explotación petrolera
•Ecuador declaró ilegítima su deuda externa
•EEUU continúa reprimiendo a Haití
•Ecuador estableció los derechos constitucionales de la naturaleza
•Fiasco del Banco Mundial con el comercio de bonos anti-contaminación por carbono
•Activistas denunciaron al Foro Mundial del Agua como fraude corporativo

Mercado laboral en relación 6 a 1


Pese a las erráticas señales de que la economía reanuda el crecimiento, el mercado laboral se enfrenta a un escenario sombrío cuyas perspectivas siguen empeorando. El hecho da cuenta de la poca importancia que tiene para los medios y los líderes de opinión el tema del empleo, que siguen con mucha más atención los vaivenes de la bolsa, aunque tanto el Ibex como el Dow Jones se encuentran un 30% por debajo de las cotas alcanzadas el 2007.

En Estados Unidos, donde la actividad ha tocado fondo, la oferta de empleo es 6 veces superior a la demanda. Es decir, hay seis trabajadores disponibles para cada oferta de trabajo, en la peor relación de empleo en décadas. Y aunque el ritmo de despidos ha disminuído, muchas empresas siguen preocupadas por las perspectivas de crecimiento para los próximos meses. Esto demuestra que lejos del crecimiento, lo que se vive es un auténtico estancamiento, con 14,5 millones de desempleados oficiales en Estados Unidos, y más de 60 millones de personas sin empleo en el mundo.

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El nivel de empleo de Estados Unidos sigue siendo un dato relevante para la economía mundial. Más aún para los países exportadores. Con un 5% de la población del planeta, Estados Unidos llegó a consumir el 50% de la producción mundial, el doble de lo que producía. El consumo doméstico en Estados Unidos alcanzó en el período 2007-2008 el 80% del PIB, desde el 66% que tenía en el período 1985-1990.

Estados Unidos jugó y abusó de su condición de "consumidor de última instancia", al ser el fabricante de la moneda con la cual se transaba todo el comercio mundial, y al dejarse llevar por peligrosas políticas económicas desde Reagan en adelante. La decadencia que espera a Estados Unidos será larga y tediosa, como señala hoy el ex presidente de la Fed, Paul Volcker.
Me he referido a Paul Volcker en otros momentos y hay que decir que no tiene nada que ver con su sucesor en la Fed, Alan Greenspan. Reagan sacó a Volcker y puso a Greenspan en la Fed, porque el primero se negó a aplicar las finanzas de casino que a la larga hicieron sucumbir a Estados Unidos.
Para Volcker, la actual crisis "ha puesto de manifiesto la pérdida de liderazgo económico e intelectual de Estados Unidos". Más aún cuando aquellos países a los que EE.UU. debe cuatro billones de dólares "serán observadores pasivos de lo que se haga".
El asesor económico de Obama tiene la franqueza para afirmar que "la recuperación será más lenta de lo que se piensa", dado que costará mucho "bombear el consumo al nivel previo a la crisis". De ahí que mientras el empleo de Estados Unidos no comience un sólido despegue, no se puede hablar de recuperación. El resto es solo un espejismo.

Lecturas


Revolución keynesiana y contrarrevolución neoliberal, Eric Toussaint, CADTM
La era del exceso energético o la vida después de la era del petróleo, Michael T. Klare. Sin Permiso
Naomi Klein conversa con Michael Moore sobre su última película, Naomi Klein, Michael Moore
El Elefante y la pulga, Charles Handy, Ramón Morata. Artículos claves
Un día cualquiera en la oficina, José Amorós. Retales de Economía
Reflexiones de Fidel Castro: Pittsburgh y la Cumbre de Margarita
Noam Chomsky: América Latina es el lugar más estimulante del mundo, David Brooks.
Honduras: ¿el principio del fin?, Atilio Boron

MOP recibe proyecto privado para construir tren rápido a V Región, Diario Financiero

Mal clima para el medio ambiente

Economist Intelligence Unit, La Jornada

En Occidente se habla mucho de que los países pobres contribuyen al cambio climático, aunque la escala de esa contribución sigue causando sorpresa. Los países pobres y de medianos ingresos ya representan poco más de la mitad de todas las emisiones de carbón; Brasil produce más CO2 por cabeza que toda Alemania. Las emisiones durante la vida útil planeada de las plantas de energía de esos países igualarían toda la contaminación generada por la industria en el planeta de 1850 a la fecha.

Se tiene menos conciencia, en cambio, de que el calentamiento global hace mucho más daño a esos países pobres del que ellos le causan al clima. En un informe de 2006, Nicholas Stern calculó que un incremento de dos grados en la temperatura global cuesta alrededor de uno por ciento del PIB mundial. Pero el Banco Mundial, en su nuevo Informe del desarrollo mundial, ahora dice que el costo para África representaría más bien 4% de su PIB, y para India, 5%. Aun si los costos ambientales se distribuyeran al parejo entre todas las personas de la Tierra, los países en desarrollo soportarían 80% de la carga (porque representan 80% de la población mundial). Ya en este momento soportan una carga mayor, pese a que las huellas de carbón de sus ciudadanos son mucho más pequeñas.

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Conforme se acerca la cumbre de Copenhague sobre el cambio climático, que será en diciembre, las naciones pobres expresan alarma por el lento avance de las negociaciones para remplazar el Protocolo de Kyoto.

Calcular el costo del calentamiento global es difícil porque nadie sabe en realidad cuánto atribuir al cambio climático y cuánto a otros factores. Pero una indicación de sus costos crecientes es el número de personas afectadas por desastres naturales en el planeta. En 1981-85, menos de 500 millones de personas necesitaron ayuda por desastres; en 2001-05, el número llegó a mil 500 millones, incluido 4% de la población de las naciones más pobres y 7% de la de los países de medianos ingresos.

En total, según la Organización Mundial de la Salud, el cambio climático causó en 2000 una pérdida de 5.5 millones de años de vida ajustados a discapacidad (una medida de daño a la salud humana), la mayoría en África y Asia. Los cálculos del centro suizo de análisis Foro Humanitario Global, y los de un estudio de la revista científica Comparative Quantification of Health Risks, ubican en 150 mil las muertes adicionales atribuibles al cambio climático cada año. El daño indirecto, en términos de impacto en reservas de agua, cosechas y enfermedades, es mucho mayor.

Los pobres son más vulnerables que los ricos por varias razones. Viviendas precarias, malas condiciones de salud y atención médica inadecuada significan que los desastres naturales de todo tipo los lesionan más. Cuando el huracán Mitch pasó por Honduras, en 1998, los hogares pobres perdieron 15-20% de sus bienes; los ricos, sólo 3%.

El calentamiento global agrava esta situación. También eleva las probabilidades de contraer las enfermedades peligrosas que más prevalecen en países pobres. En muchos lugares se han construido ciudades apenas arriba de la llamada "línea de la malaria", más allá de la cual los mosquitos portadores del mal no pueden sobrevivir (Nairobi es un ejemplo). El aumento de temperatura permite que los insectos se muevan hacia zonas antes libres de ellos y propaguen una enfermedad que ya es la principal causa de muerte en África. Hacia 2030 el cambio climático podría exponer a 90 millones de personas más a la malaria, tan sólo en África. Los brotes de meningitis en ese continente se relacionan fuertemente con la sequía. Es probable que ambos aumenten. Se prevé que las diarreas se elevarán 5% hacia 2020 en las naciones pobres a causa del cambio climático. El dengue se ha expandido: su incidencia se duplicó en partes de África en 1995-97 y en 2005-07. Se calcula que 60% de la población mundial estará expuesta a esa enfermedad hacia 2070.

Los países pobres son particularmente propensos a inundaciones. Diez de las 15 mayores ciudades del mundo en desarrollo se ubican en zonas costeras vulnerables a la elevación del nivel de los mares o a las marejadas. Entre ellas se encuentran Bombay, Shanghai y El Cairo. En el sur y el este de Asia las cuencas de los ríos han sido asiento de enormes números de personas y gran actividad económica. El cambio climático acaba con las medidas sociales y de otro tipo que antes permitían a naciones y personas hacer frente a las inundaciones. Los presupuestos nacionales apenas si pueden sufragar el costo de mejorar las defensas. Holanda también se ve afectada y gasta 100 dólares por persona al año en protección contra inundaciones. En Bangladesh esa suma es la cuarta parte del ingreso anual per cápita.

La mayor vulnerabilidad es que el aumento de temperatura afecta gravemente las principales actividades económicas del mundo en desarrollo, como la agricultura y el turismo. También parece acelerar el ciclo hidrológico de la Tierra, lo cual causa tanto las sequías como las inundaciones (caen más lluvias en periodos más cortos, con pausas más largas entre ellos). Además, al derretir los glaciares, reduce la capacidad de reserva de la naturaleza. Dos terceras partes de la reserva de agua potable del mundo están en los glaciares.

Por otro lado, las variedades de semillas de alto rendimiento y resistentes a plagas inventadas en la década de 1960 se diseñaron para climas estables. Las semillas naturales resisten mejor las variaciones de temperatura, pero se usan menos. Restaurar su uso significa menos alimento.

Negociación en Copenhague

Si todos estos problemas tienen alguna ventaja, es que dan a países ricos y pobres por igual un interés mayor en mitigar el impacto del cambio climático. Como subraya el Banco Mundial, la política sobre el cambio climático ya no es sólo una simple elección entre crecimiento y bienestar ecológico.

En principio ese giro debería hacer más probable llegar a un acuerdo en Copenhague, pero persisten dos problemas importantes. Uno, los países pobres quieren grandes sumas de dinero. Limitar el calentamiento a 2°C, según cálculos del Banco Mundial, costaría entre 140 mil y 675 mil mdd al año en países en desarrollo. Los 75 mil mdd que costaría adaptarse al calentamiento global (en oposición a detenerlo) superan con mucho los mil millones anuales disponibles para ellos.

Dos, los países pobres ven un acuerdo sobre cambio climático en términos diferentes. Para los ricos el problema es ambiental: los gases de efecto invernadero se acumulan en la atmósfera y se deben reducir, de preferencia por medio de las metas de compromiso recomendadas por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático. Los países pobres lo ven como un problema de justicia y de historia: los países ricos son responsables de dos terceras partes de las emisiones de carbono enviadas a la atmósfera de 1850 a la fecha; reducirlas ahora en términos absolutos perpetuaría la injusticia. Por tanto, creen que la reducción debe ser per cápita, no absoluta.

Además, las metas fijadas a escala nacional tendrán poco efecto en los países pobres donde la administración pública funciona mal, por lo cual existe también desacuerdo en cuanto a las condiciones adosadas a cualquier dinero que se aporte para mitigar el cambio climático o adaptarse a él. Para los ricos es una especie de ayuda, destinada a proyectos específicos con metas cuantificables y con condiciones estrictas. Para los pobres es una compensación incondicional por un problema que ellos no causaron.

El costo del cambio climático da a las naciones en desarrollo un gran interés en un acuerdo en Copenhague. Pero cómo sea ese acuerdo, y con cuánto vigor lo impulsarán, es una cuestión por completo diferente.

Fuente: EIU

Traducción de texto: Jorge Anaya

Cepal entrega cinco recetas para mejorar políticas en competitividad

Cinco recetas para mejorar los niveles de innovación y tecnología en América Latina entregó ayer la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Barcena, durante su exposición en el III Foro de Competitividad realizado en el Hotel Sheraton y que reunió a autoridades públicas, empresarios y expertos del más alto nivel de los 34 países de la región.

A juicio de la experta, en el continente ha habido avances, pero "estos han sido insuficientes". Frente a este escenario, enfatizó áreas de acción específicas.


Una, el desarrollo de políticas activas con incentivos, apoyo a las inversiones y mejorar las alianzas público-privadas.

En segundo lugar, la ex secretaria general adjunta de gestión en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York planteó la necesidad de trabajar en sistemas nacionales y regionales para que las redes de competitividad interactúen.

Barcena dijo que es clave el fortalecimiento de la cooperación entre los países de la región, la formación de gestores de la innovación y una mirada de largo plazo “en pos de la convergencia productiva y la creación de empleo en el contexto de la igualdad”.

En el contexto de una red latinoamericana, Barcena adelantó que en marzo de 2010 la Cepal inaugurará la Escuela de Alta Formación para gestores de políticas de ciencia y tecnología de la Cepal. Dicha instancia, dijo la especialista, será fundamental para “apostar con firmeza en el capital humano”.

Respecto de las medidas que se requiere tomar a nivel local para avanzar en competitividad, sostuvo que "en Chile debe haber un aumento sustantivo del gasto público orientado a ciencia, tecnología e investigación".

Además, la secretaria ejecutiva de la Cepal afirmó que "ojalá se puedan establecer fondos compartidos entre los sectores público y privado, por ejemplo programas donde el Estado ponga uno y las empresas dos".

Finalmente, Barcena señaló que “también es importante la política de patentes, eso es central para que haya innovación, pues debe haber claridad, ya sea para copiar o desarrollar una nueva patente”.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Memorias de la Administración Carter, o cómo se entró en la edad obscura de la ciencia económica

Paul Krugman, Sin Permiso

Una de las novelas de John Updike se titulaba Memorias de la Administración Ford. Huelga decir que no versaba sobre Gerald Ford; iba de sexo, porque Updike recordaba los años de Ford como la era dorada de enredos amorosos extramaritales. Análogamente, este post no se refiera a Jimmy Carter, sino sobre teoría macroeconómica. (Lo siento.)

Fue a finales de los setenta cuando la teoría macroeconómica experimentó su gran proceso de división. Es un período grabado en la memoria de quienes éramos entonces jóvenes economistas en busca de un sendero propio. Sin embargo, no he visto nunca una explicación clara de lo que pasó en aquellos momentos. He aquí, pues, un esbozo de explicación que espero ver completada algún día por algún historiador serio de las ideas.

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Tal como yo lo recuerdo, todo empezó con el volumen de Phelps: Microeconomic Foundations of Employment and Inflation Theory. El asunto que esa colección de ensayos trataba de resolver está lindamente resumida aquí. Keynes (y, para lo que aquí interesa, Milton Friedman) sostenían que un descenso de la demanda agregada debido, pongamos por caso, a una caída en la oferta de dinero traería consigo una caída del empleo y de la producción; y la experiencia demostró que llevaban razón. Sin embargo, la teoría microeconómica estándar implica que la producción tendría que responder sólo a cambios en los precios relativos, no a cambios en el nivel general de precios, lo que, a su vez, implica que el dinero debería ser “neutral”: un 20% de caída en la oferta de dinero debería traer consigo un 20% de caída en el nivel general de precios, pero no alteraciones en el volumen de producción o en el empleo.

Phelps y otros se proponían explicar en términos de información imperfecta por qué la economía tiene una apariencia tan keynesiana: los trabajadores y las empresas responden a los cambios en el nivel de precios como si se tratara de un cambio en los precios relativos, porque, al comienzo, no pueden percatarse de la diferencia. Con el tiempo, no obstante, se percatan de su error, de modo, por ejemplo, que un incremento de la tasa de inflación comenzará por reducir el desempleo, pero no con una base sostenida, porque, al final, la inflación se reflejará en las expectativas de los agentes. Así pues, la nueva teoría predecía la aparición de estanflación, una predicción que se vio oportunamente confirmada.

Mas ¿de dónde vienen las expectativas? Robert Lucas procedió al maridaje de los modelos phelpianos con las expectativas racionales, la teoría según de la cual los agentes económicas se sirven de todo tipo de información disponible para hacer predicciones. Y eso llevó a una asombrosa conclusión: las políticas que la gente puede anticipar no tienen el menor efecto sobre el nivel de empleo. Sólo cuentan los cambios por sorpresa en, digamos, el nivel de oferta monetaria, lo que significa que no puedes servirte de políticas monetarias o de políticas fiscales para estabilizar la economía.

La teoría de Lucas tomó al asalto a los recintos de la profesión económica. No porque aportara la menor prueba sólida, sino por su astuta audacia, porque se servía de unos lindos razonamientos matemáticos, porque permitía a los macroeconomistas abandonarse al teórico neoclásico que todos llevaban dentro.

Pero ya a finales de los setenta resultaba claro que las expectativas o anticipaciones racionales no funcionaban a escala macro. ¿Por qué? Porque la gente tiene demasiada información.

Piénsese en el asunto del desempleo que antes mencioné. Lo que ocurre aquí es que una contracción en la oferta monetaria puede generar una recesión, ¡pero sólo mientras la gente no se percate de que hay una recesión! Ya ven ustedes, si la gente sabe que hay una recesión, sabe también que los precios bajo que se le ofrecen reflejan una demanda general baja, no una demanda específicamente baja para sus productos.

En los modelos del tipo de los de Lucas, se parte del supuesto de que la gente observa los precios a los que se enfrenta y es capaz de distinguir óptimamente la “señal” del “ruido”. Los modelos se desploman, sin embargo, así que permites que las gentes tengan acceso a cualquier tipo de información (observando, pongamos por caso, los tipos de interés, o leyendo periódicos). Y la realidad, huelga decirlo, es que las recesiones persisten hasta mucho después de que todo el mundo sepa que hay una recesión, es decir, hasta mucho después de que se haya desvanecido la confusión exigida por los modelos lucasianos.

Recuerdo un seminario, celebrado, creo, en 1980, en el que Robert Barro presentaba un modelo de ciclos económicos basado en las expectativas racionales. Alguien le preguntó cómo podía reconciliar ese modelo con la grave recesión que estaba en curso mientras él hablaba. “No me interesa el último residual”, replicó Barro.

Pero hacia 1980 o 1981 era ya bastante claro para todo el mundo que el proyecto de Lucas –el intento de explicar el comportamiento manifiestamente keynesiano de la economía en puros términos de información imperfecta— había fracasado. ¿Qué harían los teóricos de la macroeconomía?

Pues se dividieron. Una facción, en efecto, dijo: “Vale; no podemos explicar lo que creemos ver en términos de maximización total. Pues supondremos la maximización tiene ciertos límites: costes del cambio de precios, racionalidad limitada, o cualquier cosa por el estilo”. Esa facción terminó por ser conocida como Nuevo keynesianismo, teoría económica de agua salada. (1)

La otra facción, en efecto, dijo: “Vale: no podemos explicar lo que creemos ver en términos de maximización toral. Pues será porque interpretamos mal los datos: cosas como los cambios en la oferta monetaria no pueden traer consigo recesiones, porque la teoría dice que eso es imposible”. Esa facción terminó por ser conocida como la escuela de los ciclos económicos reales, teoría económica de agua dulce. (2)

Pero la cosa es así: llegados a este punto, la escuela de agua dulce no se acuerda ya de nada de esto, en buena medida porque purgaron de sus centros a todo lo que oliera a keynesiano y aun a monetarista. Todo lo que saben del keynesianismo es que fue “refutado", y que nada que proceda de él (ni siquiera los modelos neokeynesianos con expectativas racionales, un enfoque que, como dice, Greg Mankiw, “ofrece un esquema conceptual para la intervención pública en la economía, por ejemplo, una política monetaria o fiscal anticíclica”) merece siquiera ser escuchado.

Y así se ha llegado adonde se ha llegado.

NOTAS T. : (1) En referencia a la ciencia económica cultivada en las instituciones académicas ubicadas en el Este y en el Oeste de los EEUU, es decir, en las costas atlántica y pacífica (Harvard, Berkely, Princenton, Stanford, etc.). (2) En referencia a la ciencia económica cultivada en las instituciones académicas ubicadas en el centro de los EEUU, en áreas de grandes lagos (Chicago, Rochester, Minessota, etc.).

Bancos europeos acumulan pérdidas por 580 mil millones de dólares


Suena siniestro, pero la crisis financiera no ha terminado. Hasta 22 grandes europeos pueden perder hasta 400 mil millones de euros (580 mil millones de dólares) en préstamos durante este año y el próximo, según las conclusiones de las pruebas de estrés llevadas a cabo por los reguladores de la UE.

Citando a funcionarios que han trabajado en las conclusiones de las pruebas de tensión, el International Herald Tribune señaló el sábado que: “Veintidós de los grandes bancos en Europa pueden haber acumulado pérdidas de crédito por cerca de 400 mil millones de euros para este año y el próximo”.

Las pruebas de los bancos de Europa se llevaron a cabo por el Comité de Supervisores Bancarios Europeos o CEB y serán dadas a conocer entre el jueves y el viernes de esta semana en Gotemburgo, Suecia. Los ministros de Finanzas de la UE tienen previsto publicar el estado de la salud de la banca, sobre la base de los resultados de estas pruebas. También tienen previsto iniciar una prueba de esfuerzo para las compañías de seguros. Según funcionarios de la UE, las pruebas de estrés para las aseguradoras europeas se llevarán a cabo en la sede de Frankfurt del Comité de seguros y pensiones de jubilación.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Lecturas

Reforma o ruina, Paul Krugman
El impetuoso retorno de la ideología liberal en los años setenta, Eric Toussaint
La estatización de la banca: una discusión necesaria e inmediata, Paul Walder
Chile y Bachelet, Finanzas Públicas


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¿Top ten en felicidad?

La encuesta Latinobarómetro, realizada en 18 países de América Latina y a más de 500 millones de habitantes, reveló el grado de felicidad de los chilenos en comparación con el resto de las naciones de la región en medio de la crisis económica actual.

Chile ocupa el décimo lugar de la lista, quedando justo en la mitad de los países más felices. El primero en ocupar el ranking latinoamericano es Brasil, seguido de Guatemala, Venezuela, Argentina y México.


Bolivia y Perú están más abajo y presentan un menor grado de satisfacción, al igual que Panamá y Paraguay, entre otros.

La encuesta de Latinobarómetro ha demostrado un incremento sostenido del grado de felicidad de los países latinoamericanos.

Pero, ¿qué es realmente lo que condiciona la felicidad? Según el sondeo, factores externos como el trabajo, la pareja, la estabilidad económica actual –sobre todo en medio de la crisis-, los bienes e incluso el clima de cada nación encuestada, condicionan la alegría de quienes habitan el continente.

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