La camarilla OTAN-Israel que aplaude la caída de Damasco obtendrá más de lo que esperaba: luchas de poder y luchas internas entre milicias extremistas y la sociedad civil, cada una de ellas respaldada por diferentes actores regionales y extranjeros que quieren una tajada del pastel.
Pepe Escobar, The Cradle
Teherán y Moscú lo intentaron todo, pero… Lo que ocurrió después del “funeral en Doha” fue bastante turbio y sugirió un golpe de Estado controlado a distancia por la inteligencia occidentalUn breve titular define el abrupto y rápido final de Siria tal como lo conocíamos: Eretz Israel se enfrenta al nuevo otomanismo. ¿El subtítulo? Una victoria para Occidente y un golpe letal contra el Eje de la Resistencia.
Pero, parafraseando a la todavía omnipresente cultura pop estadounidense, quizá los búhos no sean lo que parecen.
Empecemos por la rendición del ex presidente sirio Bashar al-Assad. Diplomáticos qataríes sostienen, extraoficialmente, que Assad intentó negociar una transferencia de poder con la oposición armada que había lanzado una importante ofensiva militar en los días previos, empezando por Alepo y luego avanzando rápidamente hacia el sur, llegando a Hama, Homs, con el objetivo de llegar a Damasco.
Eso es lo que se discutió en detalle entre Rusia, Irán y Turquía a puerta cerrada en Doha el pasado fin de semana, durante el último suspiro del moribundo "proceso de Astaná" para desmilitarizar Siria.