domingo, 3 de septiembre de 2017

El huracán Harvey no salió de la nada

Naomi Klein, La Jornada

Ahora es el momento de hablar sobre el cambio climático y todas las demás injusticias sistémicas –desde realizar detenciones e interrogatorios basados en el perfil racial hasta la austeridad económica– que transforman desastres como Harvey en catástrofes humanas.

Busquen la cobertura mediática sobre el huracán Harvey y las inundaciones en Houston, y oirán acerca de cómo este tipo de lluvia no tiene precedente. Escucharán acerca de cómo nadie lo vio venir, así que nadie se podía preparar adecuadamente.

De lo que oirán muy poco es acerca de por qué estos eventos climáticos sin precedentes, históricos, ocurren con tanta regularidad, que decir histórico ya se volvió un cliché meteorológico. En otras palabras, no escucharás hablar mucho, si es que algo, sobre el cambio climático.

Esto, nos dicen, es porque se busca no politizar una tragedia humana que todavía está en desarrollo, lo cual es comprensible, pero aquí está el detalle: cada vez que hacemos como que un suceso meteorológico nos llega de la nada, como alguna acción de Dios que nadie pudo predecir, los reporteros toman una decisión extremadamente política. Es la determinación de no herir sentimientos y evitar la controversia, a costa de la verdad, por más difícil que sea. Porque la verdad es que estos eventos fueron predichos desde hace mucho tiempo por los científicos climáticos. Los cada vez más cálidos océanos crean tormentas más poderosas. Los cada vez más altos niveles de los océanos implican que esas tormentas entran a sitios que antes no alcanzaban. Las temperaturas cada vez más calientes ocasionan precipitaciones pluviales cada vez más extremosas: largos periodos de sequía interrumpidos por masivas tormentas de nieve o lluvia, en vez de los estables y predecibles patrones con que la mayoría de nosotros crecimos.

sábado, 2 de septiembre de 2017

Johan Galtung pronostica el colapso de EEUU para 2020


Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

El connotado profesor noruego Johan Galtung, sociólogo y matemático nominado al Premio Nobel de la Paz 2017, afirmó que Estados Unidos va a colapsar en el año 2020 (sic), y “cuyo poder declinará aún más con Trump (https://goo.gl/4UFE5e)” –en una fascinante entrevista realizada por el académico e investigador británico Nafeez Ahmed.

El prospectivista Johan Galtung había previsto en forma correcta el colapso de la URSS y es considerado padre fundador de los estudios de paz y conflictos como disciplina científica. Desde el año 2000, Galtung había predicho el colapso del imperio estadounidense para 2025, que recortó en cinco años debido al extremo militarismo de Baby Bush, que aceleró la tendencia.

Nafeez Ahmed desmenuza el modelo Galtung: teoría de sincrónicas contradicciones mutuamente reforzadas, sustentada en la comparación del auge y caída de 10 imperios históricos. La quinta escencia del modelo Galtung radica en que mientras más se profundizan las contradicciones, existe mayor probabilidad que resulten en una crisis social que cambia drásticamente el orden existente. Después de haber tenido éxito con su modelo respecto de la URSS, Johan Galtung inició su aplicación para EEUU.

Nafeez Ahmed comenta que Galtung escribió en 1996 un reporte científico (borrado de la red) publicado por el Instituto del Análisis del Conflicto y la Resolución, de la Universidad George Mason, en el que asentó que EEUU pronto seguirá el mismo camino que las previas construcciones imperiales de auge y caída. A juicio de Ahmed, a su vez connotado prospectivista académico, el libro de Johan Galtung de 2009 – La Caída del Imperio Estadounidense: ¿Qué Sigue? (https://goo.gl/gF3eYV)”– señala unas 15 (súper sic) enormes sincrónicas contradicciones mutuamente reforzadas que afligen a EU, lo cual llevará al fin de su poder global en 2020.

viernes, 1 de septiembre de 2017

La inundación de Houston y la anarquía del mercado capitalista


Niles Niemuth,WSWS

El desastre que vive la región del Golfo en Texas por el huracán Harvey se empeora cada vez más, y ahora la tormenta se traslada hacia Luisiana al este. La ciudad de Houston, la cuarta más grande del país, sigue bajo el agua por las inundaciones sin precedentes. La cifra de muertos es de 30 y sigue subiendo, mientras docenas más han desaparecido. Cinco días después de que Harvey tocara tierra, aun no se sabe cuántos necesitan ser rescatados.

Incluso mientras aumentan las víctimas mortales y la destrucción en el sureste tejano, se intenta negar que no se pudo hacer nada para minimizar el impacto de la tormenta.

El titular de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), William “Brock” Long proclamó que era imposible prever el desastre. “No era posible ni soñar tales pronósticos”, dijo el lunes por la noche. El diario Washington Post lo citó acríticamente en la primera plana, bajo el titular “Oficiales de rescate indican que era imposible prepararse para la ferocidad del diluvio”.

El martes, el New York Times escribió que los esfuerzos de rescate iban “tan bien como se podía esperar”. Después, señaló que en vez de “lamentar no haber escuchado advertencias viejas”, el país debería “mirar hacia adelante”. Al igual que en Nueva Orleans después del huracán Katrina, sugirió ominosamente que puede que áreas enteras de Houston se dejen echar a perder, diciendo que los oficiales ahora tienen “que tomar decisiones difíciles en cuanto a qué reconstruir y cómo”.

miércoles, 30 de agosto de 2017

Regulación financiera: el fantasma de Ferdinand Pecora

Alejandro Nadal, La Jornada

El 6 de junio de 1934 el entonces presidente Franklin Roosevelt firmó la ley que estableció la Comisión Reguladora del Mercado de Valores y la Actividad Bursátil (Securities and Exchange Commission, SEC). Junto a él se encontraba Ferdinand Pecora, colaborador cercano y uno de los arquitectos del proyecto de ley. Después de la ceremonia Roosevelt se acercó a Pecora y le preguntó: Ahora que he firmado y promulgado este instrumento, ¿qué clase de ley será ésta, Ferdinand?

Pues será una buena o una mala ley, dependiendo de las personas que la apliquen, fue la incisiva respuesta de Pecora. Este abogado había sido asistente del fiscal de Nueva York y fue el principal asesor legal del comité senatorial que investigaba la actividad bancaria y bursátil. Su inteligencia y tenacidad terminó por ganarse la confianza de los senadores. Su influencia fue determinante para convertir al comité en el precursor de los principales instrumentos reguladores de la actividad financiera y de la bolsa de valores en Estados Unidos. Uno de esos instrumentos fue la ley Glass-Steagall (1933) que separó las actividades de los bancos comerciales de las de los llamados bancos de inversión. (Por cierto, la aceptación del neoliberalismo por parte de Clinton condujo a la derogación de esta ley en 1999.)

Muchos esperaban que Pecora sería designado para dirigir la SEC. Pero a Roosevelt le tembló el pulso y prefirió el perfil de Joseph Kennedy. Fue una decisión de gran importancia. Pecora era un inmigrante siciliano y su visión del mundo no era la de los miembros del selecto club de millonarios que se codeaban con los especuladores. Para alguien que venía del exterior del establishment, Pecora nunca tuvo miedo de enfrentarse a los poderosos señores del dinero.

lunes, 28 de agosto de 2017

Crece el temor de un desplome financiero y una revuelta social en Estados Unidos

Nick Beams, WSWS

Están aumentando las inquietudes en los círculos financieros de EEUU y alrededor del mundo de que la acelerada subida de la bolsa de valores estadounidense tras la elección de Donald Trump de paso a un gran desplome. Estas preocupaciones develan algunas de las fuerzas que están detrás de la virtual guerra civil que vive la élite política estadounidense.

Los corredores y ejecutivos de Wall Street son cada vez más de la opinión de que el “comercio Trump”, que envió al Dow Jones y otros índices bursátiles a récords históricos, ha llegado a su fin, debido a que el presidente se ha vuelto un inconveniente. El punto álgido del ímpetu empresarial pasó de largo con el conflicto que siguió los disturbios nazis en Charlottesville. Los comentarios de Trump en defensa de los neonazis fueron percibidos como una carga debilitante para los intereses internacionales del imperialismo estadounidense y un posible detonante de inestabilidad social y política dentro del país.

Sin embargo, las preocupaciones sobre la inestabilidad que pueda causar el mandatario reflejan temores más profundos. La clase gobernante estadounidense confronta problemas que van más allá del actual ocupante de la Casa Blanca.

En un comentario publicado el lunes, Ray Dalio, el presidente del mayor fondo de inversión del mundo, Bridgewater, declaró que la política “probablemente va a desempeñar un mayor rol del que hemos experimentado antes en una manera muy similar a 1937”. La capacidad de EEUU para sobrellevar conflictos políticos tendrá un mayor efecto en la economía que las “políticas monetarias y fiscales clásicas”.

domingo, 27 de agosto de 2017

Las reacciones española y catalana al ataque

Robert Fisk, La Jornada

Amenos que usted sea catalán o español, quizá pasó por alto los indicios de la grave división política detrás de la matanza en Barcelona. Los reportes internacionales casi deliberadamente evitaron mencionar las partes engañosas de la información. Se nos invitó a mirar el horror, el temor y el dolor creados por los asesinos islamitas, sin contemplar por un momento que algunas de las reacciones a ese acto de barbarie fueron muy diferentes a las de unidad nacional e internacional que, se supone, Europa y el mundo debían compartir.

Hubo una pista de culpabilidad en todo esto cuando los primeros reportes pusieron énfasis en la unidad de Barcelona y del pueblo español, y mencionaron de paso el referendo del primero de octubre sobre la independencia catalana, que el gobierno de Madrid alega es ilegal.

Según dicho mensaje, el acto de terrorismo podía curar esas divisiones. Ciertamente, la historia subliminal era muy simple: algunas cosas –el terror, el asesinato y el dolor– no pueden vencerse con nociones como la independencia nacional, libre del control de un gobierno central.

viernes, 25 de agosto de 2017

Lo que no se está diciendo a raíz del ataque terrorista en Barcelona

Vicenç Navarro, Público

A raíz del atentado terrorista en Barcelona, se han escrito muchos artículos de gran utilidad, explicando brevemente el origen del Estado islámico y su expansión, muy notable a partir de la invasión de Irak por el Ejército de EEUU y de sus aliados, incluyendo España. Lo que es importante subrayar es que a lo largo de los últimos cuarenta años no es la primera vez que un movimiento musulmán terrorista se establece y expande gracias a intervenciones (muchas de ellas militares) del gobierno federal de EEUU y de otros gobiernos occidentales (los de Gran Bretaña y Francia han sido dos de los más activos) que han estimulado el establecimiento y/o la expansión de tales movimientos. Y en cada caso, el motivo de tales intervenciones de los gobiernos occidentales tenía como objetivo eliminar y/o destruir fuerzas políticas nativas, muchas de ellas de carácter progresista, que los gobiernos occidentales consideraban contrarias a sus intereses. La evidencia acumulada de ello es abrumadora.

Uno de los casos recientes más conocidos es Afganistán, donde el gobierno de EEUU ayudó intensamente, financiando y armando al movimiento creado por nada menos que Osama Bin Laden, que se caracterizaba por su primitivismo y fanatismo religioso. Por extraño que parezca, Bin Laden estuvo financiado por la CIA, agencia del gobierno federal de EEUU. Tal movimiento, Al Qaeda, consideraba como su enemigo número uno a las fuerzas socialistas laicas -apoyadas entonces por la Unión Soviética- que intentaban hacer las reformas económicas, sociales y culturales que aquel país necesitaba para romper con su subdesarrollo, su pobreza y su asfixiante y reaccionario ambiente religioso y cultural que mantenía al país en una situación desesperante para la gran mayoría de su población. No hay que olvidar que fue el Gobierno de EEUU el que ayudó a la expansión de uno de los movimientos más fanáticos y reaccionarios entonces existentes, alabados por algunos miembros del Congreso de EEUU por su profunda religiosidad. Lo que tal Gobierno no se esperaba fue que una vez derrotadas las fuerzas socialistas, Al Qaeda se rebelara en contra de sus mentores, iniciando una campaña terrorista en contra de Occidente que alcanzó su máximo nivel el 11 de septiembre, con la voladura de las Torres Gemelas.

La restauración neoliberal tropieza en América Latina

Emir Sader, La Jornada

Parecía todo redondo: los gobiernos populistas serían un breve paréntesis en el continente, en la contramano de las corrientes globales. En la derecha y en la ultraizquierda, el análisis estaba listo: fin de ciclo de los gobiernos antineoliberales.

Problemas graves en Venezuela, derrota electoral en Argentina, revés en Bolivia, golpe en Brasil, entre otros, pronosticaban que la derecha volvería. La anunciada restauración neoliberal ganaba cuerpo en Argentina con el flamante gobierno de Mauricio Macri y en Brasil con el de Michel Temer. La derecha se preparaba para conmemorar victorias en Ecuador, en Chile, en México, en Colombia, a lo mejor incluso en Bolivia, entre otros países del continente. Estados Unidos proclamaba que su periodo de más grande aislamiento en América Latina terminaba.

Los que se incomodaban con los gobiernos que más conquistas habían logrado en el continente, pero que no correspondían a sus equivocadas previsiones, volvían a aparecer, después de haber estado ausentes, sin discurso alguno. Fueron los más contundentes en prever el fin de ciclo de gobiernos que desmienten todo lo que ellos han dicho. Alivianados, podrían volver a sus viejas y siempre desmentidas tesis académicas.

Pero las cosas no han evolucionado como preveían los conservadores. Ni los gobiernos de Macri y de Temer logran cumplir con lo que prometían, ni tampoco en otros países el panorama corresponde a lo que la derecha esperaba.

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