martes, 9 de mayo de 2017

Venezuela y la OEA: la lógica de la retirada

Mark Weisbrot, Huffingtonpost

El anuncio por parte de Venezuela de que se retirará de la Organización de los Estados Americanos (OEA) ha sido acogido con la habitual burla de los medios de comunicación estadounidenses, la mayoría de los cuales hace mucho tiempo abandonaron cualquier pretensión de neutralidad periodística con respecto a este país.

No obstante, si tomamos un poco de distancia de la línea de los grandes medios de comunicación, la decisión de Venezuela tiene su lógica. La OEA, y en particular bajo su actual Secretario general, Luis Almagro, no es exactamente el organismo multilateral que pretende ser. Almagro, con el apoyo de los EEUU, libra desde hace años una guerra santa contra Venezuela. En el 2015, intentó deslegitimar durante meses las elecciones a la Asamblea Nacional venezolana, con la acusación de que serían fraudulentas sin la "ayuda" de los observadores de la OEA.

Su comportamiento fue tan fuera de lugar y repugnante que José Pepe Mujica, el ex presidente de Uruguay, denunció a Almagro, su ex ministro de Relaciones Exteriores. "Lamento el rumbo por el que enfilaste y lo sé irreversible, por eso ahora formalmente te digo adiós y me despido", escribió Mujica, querido y respetado por amplios sectores en Suramérica por su honestidad e integridad. Resulta que Almagro se equivocó por completo, pues las elecciones venezolanas se llevaron a cabo sin problemas y la oposición ganó el 56 por ciento de los votos.

La historia se repite: ¿Invadirá EEUU a Venezuela?

Marco A. Gandásegui, Alai

La historia de la América Nuestra está marcada por la creciente influencia de las grandes corporaciones europeas y de EEUU. A fines del siglo XIX, intereses imperiales exploraban a México y Chile por su riqueza mineral, a Cuba por su azúcar, a Centro América por sus frutas tropicales y a Panamá por su paso expedito entre los océanos. En México mantuvo la dictadura de Porfirio Díaz por 35 años y en Chile llevó al suicidio al presidente Balmaceda.

A principios del siglo XX, se sumó Venezuela por su petróleo, Perú y Bolivia por sus enormes yacimientos mineros. A mediados del siglo XX fueron derrocados los gobiernos de Juan Perón en Argentina y Getulio Vargas en Brasil. Encabezaban gobiernos con proyectos de desarrollo nacional. Los enormes excedentes generados por sus exportaciones eran invertidos en la creación de empleos y en una industria nacional.

lunes, 8 de mayo de 2017

Venezuela en la hora de los hornos


Atilio Boron

La dialéctica de la revolución y el enfrentamiento de clases que la impulsa aproxima la crisis venezolana a su inexorable desenlace. Las alternativas son dos y sólo dos: consolidación y avance de la revolución o derrota de la revolución. La brutal ofensiva de la oposición -criminal por sus métodos y sus propósitos antidemocráticos- encuentra en los gobiernos conservadores de la región y en desprestigiados ex gobernantes figurones que inflan su pecho en defensa de la “oposición democrática” en Venezuela y exigen al gobierno de Maduro la inmediata liberación de los “presos políticos”. La canalla mediática y "la embajada" hacen lo suyo y multiplican por mil estas mentiras. Los criminales que incendian un hospital de niños forman parte de esa supuesta legión de demócratas que luchan para deponer la “tiranía” de Maduro. También lo son los terroristas -¿se los puede llamar de otro modo?- que incendian, destruyen, saquean, agreden y matan con total impunidad (protegidos por las policías de las 19 alcaldías opositoras, de las 335 que hay en el país). Si la policía bolivariana -que no lleva armas de fuego desde los tiempos de Chávez- los captura se produce una pasmosa mutación: la derecha y sus medios convierten a esos delincuentes comunes en “presos políticos” y “combatientes por la libertad”, como los que en El Salvador asesinaron a Monseñor Oscar Arnulfo Romero y a los jesuitas de la UCA; o como los “contras” que asolaron la Nicaragua sandinista financiados por la operación “Irán-Contras” planeada y ejecutada desde la Casa Blanca.

La familia Trump extiende su imperio desde la Casa Blanca

Nomi Prins, TomDispatch

Introducción de Tom Engelhartd

Son los puestos de avanzada del imperio. Han sido –o están siendo– construidos en países de todo el mundo, desde Indonesia a Dubai, desde India a Uruguay, desde Corea del Sur a Qatar, desde Filipinas a Turquía, y en el futuro, desde Arabia Saudí a Egipto. Para el Comandante en jefe de Estados Unidos constituyen una sorprendente presencia imperial... bueno... en caso de que el lector se sienta algo confundido, no, no estoy hablando de los cientos de bases militares estadounidenses que salpican todo el planeta. Estoy pensando en todas esas torres, campos de golf exclusivos, clubes, hoteles, edificios en condominio y residencias que ya lucen, o lo harán dentro de poco tiempo, esas letras doradas de tan mal gusto que forman la palabra TRUMP en países de todo el mundo. Esos espacios, ellos también, son ciertamente puestos de avanzada imperiales; de un imperio empresarial que sigue perteneciendo al Comandante en jefe. No olvidemos que si pensamos imperialmente de un modo auténticamente estadounidense del siglo XXI, es necesario incluir los negocios en manos de Ivanka Trump y su marido, Jared Kushner, ambos hoy asesores imprescindible en la Casa Blanca.

En este momento, vale la pena recordar lo que Charles Wilson, CEO de General Motors (por entonces el segundo mayor contratista del país en el rubro de la defensa), dijo en 1953 en su sesión de confirmación en el Senado. El presidente Dwight Eisenhower lo había nombrado secretario de Defensa; varios senadores lo cuestionaban por no querer vender sus acciones de GM (después de que el presidente le pidiera que lo hiciera y él las vendiera, Wilson fue confirmado inmediatamente). Preguntado acerca de si, como secretario de Defensa, él sería capaz de tomar una decisión en favor del interés nacional en caso de que fuera “extremadamente adversa” para su empresa, Wilson respondió: “Sí, señor; podría. No puedo concebir [ese conflicto de intereses] porque durante años pensé que lo que era bueno para el país era bueno para General Motors y viceversa”.

Argentina, argumentos monetaristas, especulación y crisis


Rolando Astarita, Sin Permiso

En una nota anterior acerca del carry trade y la bicicleta financiera en Argentina (aquí), calificamos a la política del Banco Central argentino de “monetarista” y dijimos que consistía, en lo esencial, en anclar el dólar para frenar la inflación. Sin embargo, el BCRA dice que su política es del tipo “objetivo inflación” (inflation targeting, como se la conoce en el mundo); y es un hecho que esta orientación es presentada en el establishment académico y económico como una superación de la vieja receta monetarista, consistente en el control de la masa monetaria como medio de control de la inflación. A su vez, el presidente del BCRA, Federico Sturzenegger, ha dicho en repetidas oportunidades que su política es bajar la masa monetaria para disminuir la inflación; que no es lo que dice la ortodoxia del “objetivo inflación”.

A fin de clarificar las ideas, en esta nota analizamos las diferencias entre la política llamada de inflation targeting –en su formulación más estricta- y la política monetarista, para sacar luego algunas conclusiones acerca de la orientación del Banco Central y, por extensión, del gobierno de Cambiemos. Empezamos con las características centrales de la política objetivo inflación, en el marco de la economía argentina.

La política objetivo inflación y la situación en Argentina

La política objetivo inflación se ha venido aplicando de forma creciente en muchos países desde hace unos 25 años. A diferencia de lo que planteaban los monetaristas, los defensores de esta orientación admiten que los bancos centrales no pueden manejar la masa monetaria; pero sostienen que puede controlar la tasa de interés. Postulan también que existe una tasa de interés natural que lleva al equilibrio del pleno empleo sin inflación. Precisemos que ese nivel de equilibrio es el que alcanzaría espontáneamente el producto –usualmente medido en el PBI- si existiera plena flexibilidad de precios y salarios. En otros términos, es el producto que se lograría si todos los recursos estuvieran empleados; por eso se lo conoce como el producto potencial. Sin embargo, sigue el argumento, no siempre la economía llega a ese nivel, ya que existen rigideces de precios y salarios, e imperfecciones en los mercados. Por lo tanto, con frecuencia existe una brecha entre el producto real y el potencial. De ahí la necesidad y posibilidad para una cierta intervención del Estado en la economía, principalmente por vía de la política monetaria. La llamada “nueva síntesis neoclásica-keynesiana” se basa en esta idea.

El costo humano de la frontera entre EEUU y México: Más de seis mil cuerpos hallados desde el 2000

Eric London, wsws.org

Entre los años 2000 y 2016, el Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP; Customs and Border Patrol) ha descubierto los restos de 6.023 personas indocumentadas que murieron al tratar de cruzar desde México. Esta impactante cifra, reportada el jueves por el diario New York Times, es sólo una fracción del total de muertos. Según un sheriff de Texas, “por cada uno [cuerpo] que hallamos, nos hacen falta cinco más”. Es decir, el número de fallecidos aún por encontrar podría estar en las decenas de miles.

Aparecen cuerpos en la frontera entre México y EEUU “con una regularidad impresionante”, señala el informe del New York Times. En una sola zona fronteriza, el condado de Brooks en Texas, han sido descubiertos 550 cuerpos desde enero del 2009, el mes de la inauguración de Barack Obama. En un solo rancho en Texas desde el 2014, han sido 31 los cuerpos encontrados. Sin pensarlo dos veces, el CBP entierra muchos de estos cuerpos en fosas comunes”, frecuentemente sin siquiera sacarlos de las bolsas para riesgos biológicos.

domingo, 7 de mayo de 2017

Las ocultadas causas políticas del crecimiento de las desigualdades

Vicenç Navarro, Público

Una de las características del tiempo que vivimos es el crecimiento de las desigualdades económicas, sociales, políticas y culturales, tanto entre como dentro de la mayoría de países capitalistas desarrollados. En este artículo me centraré en las causas del crecimiento de las desigualdades económicas, analizando las desigualdades salariales, las desigualdades en los ingresos familiares y las desigualdades en la propiedad del capital (productos que generan renta), analizando tales desigualdades en Estados Unidos, por dos razones: una, por ser representativo del capitalismo más avanzado y desarrollado del mundo capitalista occidental (punto de referencia para el pensamiento liberal); y otra, porque lo que estamos viendo desde los años ochenta, a partir de la revolución neoliberal iniciada por el presidente Reagan, es la “americanización de Europa”, expresión que refleja el dominio del pensamiento liberal a los dos lados del Atlántico Norte. En realidad, tal crecimiento de las desigualdades económicas se debe primordialmente a la aplicación (e imposición) de las políticas neoliberales en la gran mayoría de tales países, siguiendo el modelo neoliberal estadounidense.

Las desigualdades salariales

Si analizamos la evolución de los salarios, ya sea considerando el salario por hora, ya sea el salario anual, podemos ver que los salarios del decil superior han crecido de una manera muy marcada, casi exponencial a partir de la década de los años ochenta (cuando se inició la revolución o, mejor dicho, contrarrevolución neoliberal), mientras que los salarios de los cuatro deciles inferiores han ido creciendo muy lentamente desde entonces (e incluso han descendido durante la Gran Recesión 2007-2015, lo cual nunca ocurrió en el decil superior, cuyos salarios continuaron aumentando durante la Gran Recesión). Y lo que sí que disminuyó en la gran mayoría de la población asalariada fueron los beneficios sociales, relacionados con los sueldos. Así, por ejemplo, el porcentaje de la población laboral que tenía alguna cobertura de beneficios sanitarios, financiados conjuntamente por los empresarios y por los trabajadores y empleados (la mayoría de la financiación del aseguramiento sanitario privado en EEUU proviene del lugar de trabajo a través de aportaciones de empleadores y empleados) descendió durante el mismo periodo de tiempo considerablemente, descenso mucho más marcado entre los deciles salariales inferiores, pasando de un 42% en 1980 a un 25% en 2010, que en el decil superior (de un 92% a un 78%). Una situación semejante ocurrió con las pensiones privadas financiadas a través de puestos de trabajo (la mayoría de los datos presentados en este artículo proceden del documento Three Key Economic Distributions, del profesor John Schmitt, del Washington Center for Equitable Growth).

sábado, 6 de mayo de 2017

Financiarización y judicialización corroen la democracia

Emir Sader, La Jornada

La crisis de la democracia es hoy una evidencia a escala mundial. El Brexit, la elección de Donald Trump, el golpe de Estado en Brasil son síntomas más evidentes de un fenómeno que cruza a América Latina y Europa, a Estados Unidos, llegando a países de África y de Asia, como Sudáfrica e India, entre otros.

¿Qué factores afectan a países y a continentes tan distintos, para que la crisis de la democracia se exprese como fenómeno global, como un rasgo central del periodo político actual en el mundo?

Antes de todo, la financiarización de la economía, elemento determinante del periodo marcado por la hegemonía del modelo neoliberal. La desregulación promovida por ese modelo llevó a la predominancia del capital financiero, bajo su forma especulativa, sobre el conjunto de las economías del mundo.

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