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miércoles, 6 de febrero de 2019

Venezuela define el futuro de toda la región

Claudio Katz, Aporrea

La autoproclamación de Guaidó es la apuesta golpista más ridícula y peligrosa de los últimos años. Con el descarado sostén de Washington, la derecha pretende colocar a un desconocido en la primera magistratura.

Esta vez la señal de largada no fue un acto terrorista, ni otro intento de asesinato de Maduro. Trump puso al frente de la escalada a varios expertos en conspiraciones (Abrams, Pence, Bolton, Rubio) y decidió capturar la empresa venezolana que opera en Estados Unidos (CITGO). Sepultó todos los principios de la seguridad jurídica, para comenzar la apropiación del petróleo de un país que concentra la principal reserva mundial de crudo.

Los gobiernos derechistas de Sudamérica propician el golpe por otras razones. Duque pretende enterrar los Acuerdos de Paz con la guerrilla, luego de encabezar el desmantelamiento de UNASUR. Ya alberga en Colombia al contingente de marines requerido para acompañar cualquier provocación.

Bolsonaro continúa identificando a Venezuela con todas las desgracias del "populismo". Con esa retórica encubre su improvisado debut en la presidencia y pospone la inevitable decepción de sus votantes.

Macri es un cruzado de la primera hora, que compite con otros servidores del imperio. Por eso redobla los actos de sumisión, designando a una funcionaria de su propio equipo como embajadora de Guaidó. Exime a los inmigrantes venezolanos del hostigamiento a los extranjeros, para que no se hable de la inflación, el desempleo o las tarifas. Fractura además a la oposición, compartiendo la denigración de Venezuela con los líderes del peronismo federal (Urtubey, Massa, Pichetto).

La miseria imperial hecha sentido común contra Venezuela

Rafael Bautista S. Alai

La “edad de la inocencia” ha dejado de ser un patrimonio etario y se ha impuesto como la fisonomía “democrática” de la opinión pública. En las redes sociales se puede comprobar cómo esta democratización dista mucho de ser un ejercicio político y se constituye más bien en la domesticación y masificación de la población mundial. Esto se destaca en el complot contra Venezuela. Mientras toda la historia de invasiones gringas nos da todos los argumentos para subrayar la crisis de credibilidad de la demagogia imperial, basta la exaltación de la mitología gringa (“libertad de expresión”, “sistema democrático”, “derechos humanos”, etc) para que la opinión pública tribute sus prejuicios coloniales como única moneda admitida por la retórica informativa del dólar.

Eso es lo que promueve la mediocracia y lo realizan las redes sociales. Por eso se convierten en el mejor medio de propaganda imperial; pues para afiliarse a su retórica no hace falta mucha inteligencia; y eso es lo que explotan los “fake news”: no apuntan al raciocinio, su fin no es argumentar, les basta con reafirmar los prejuicios globalizados. Por ello se puede diseccionar toda la animadversión al “chavismo” como la acumulación obsesiva de propaganda gringa anticomunista propia de la guerra fría (si la juventud actual es todavía presa de aquello, es porque su formación es crónicamente subordinada al guion hollywoodense).

¿Por qué las redes sociales pueden promover y hacer triunfar a un Trump o a un Bolsonaro, y no así a un líder popular? Hay que recordar que las nuevas tecnologías no han sido precisamente diseñadas para despertar el espíritu crítico en la población. Para apostar por cambios estructurales, la simple información no basta. Es más, incluso se puede hacer notar cómo la promoción de plataformas digitales en favor de movimientos ecologistas, por ejemplo, no son incompatibles con propaganda imperial en otros asuntos. Muchos movimientos anti-establishment no dejan de ser, desgraciada y paradójicamente, una moda “políticamente correcta” (sobre todo ahora que la izquierda mundial se ha “moderado”, para beneplácito de los poderes fácticos). Todo ello sirve para destacar que las luchas sociales han sido fragmentarizadas, de tal modo, que ya nadie tiene consciencia del mundo integrado y supeditado al reino del mercado global.

martes, 5 de febrero de 2019

Las nueve razones de EEUU para declarar la guerra a Venezuela

Nazanín Armanian, Público

Big Stick o “Gran Garrote” es el nombre puesto por el presidente Roosevelt a la incipiente política imperialista de EEUU para América Latina: lo había sacado del dicho africano que reza “habla suavemente y lleva un gran garrote, así llegarás lejos“. La propia experiencia de Washington en las últimas décadas y en todo el planeta ha mostrado cuán erróneo es este concejo.

Mientras los venezolanólogos nos informan sobre las causas internas de la actual crisis de este país, el interés mostrado por las potencias mundiales (quienes ignoran la gravísima situación humanitaria de Sudán, Yemen o Congo) indica que existen razones complementarias. Que Donald Trump y sus aliados se preocupen por las libertades en Venezuela mientras tienen magníficas relaciones con el reino del terror saudí revela la estafa de sus “valores democráticos”. EEUU y Europa consideran enemigos a aquellos estados que resistan a sus pretensiones colonizadoras. Si la verdad siempre es la primera víctima de todas las guerras, ¿cuál es la de Venezuela?

Las “razones” de EEUU

  1. Recursos naturales: Venezuela posee la reserva de oro más grande del mundo, además de diamantes, hierro, cobre, aluminio, la bauxita, coltán, uranio, gas; un patrimonio natural extraordinario y también mucha agua dulce, aunque la joya de su corona es el petróleo: Venezuela es el dueño del 24% de las reservas de la OPEP, unos 301.000 millones de barriles, por encima de Arabia Saudí que posee el 21%. Decía el general nazi Adolf Galland que el principal motivo de la derrota de su país en la Segunda Guerra Mundial fue no tener gasolina para sus aviones: la toma de Stalingrado tenía el objetivo de acceder al petróleo de Azerbaiyán (hoy socio de Israel y la OTAN). Los aliados ganaron, entre otros motivos, porque tenían petróleo. Hoy, EEUU busca esta materia desesperadamente: la producción ha ido disminuyéndose hasta 115.000 barriles por día en las reservas de Texas, Oklahoma o Dakota.
    Venezuela ya intentó en 1960 salvar su industria del expolio de las “Siete Hermanas” angloestadounidenses que dominaban el mundo del Oro Negro, fundando la OPEP. Hoy, produce 1.245.000 barriles al día (en 2000 fueron 3,4 millones) de los que 600.000 son enviados a EEUU.

EEUU lanza nuevas amenazas de guerra contra Venezuela y sugiere a Maduro descansar en una playa mejor que Guantánamo


Eric London, wsws

El presidente Trump, el vicepresidente Pence y el asesor de seguridad nacional John Bolton intensificaron las amenazas para iniciar una guerra contra Venezuela, mientras grandes manifestaciones a favor y en contra del gobierno llenaban las calles de Venezuela el sábado.

En una entrevista con el programa “Face the Nation” de la CBS que se emitió ayer antes del Super Bowl, Trump reiteró que la intervención militar “es una opción”. Pence aseguró a una multitud de exiliados venezolanos en Miami el viernes que “este no es el momento para el diálogo, es el momento de la acción, y ha llegado el momento de poner fin a la dictadura de Maduro de una vez por todas ... Los que están mirando tienen que saber esto: todas las opciones están sobre la mesa”.

Bolton, quién ayudó a escribir el manual de estrategia que se usó para lanzar la invasión de Irak en 2003, lanzó una contundente amenaza el viernes —que Estados Unidos mataría o encarcelaría y torturaría al presidente venezolano Nicolás Maduro si no renuncia. Comparando a Maduro con Nicolae Ceaușescu y Benito Mussolini, ambos asesinados, Bolton le dijo al presentador de radio de derechas Hugh Hewitt: “Cuanto antes se aproveche de eso (es decir, la renuncia), más pronto tendrá un retiro tranquilo en una playa bonita en lugar de estar en otra zona de playa como Guantánamo”.

domingo, 3 de febrero de 2019

Intelectuales en carta abierta a Trump: Dejen de interferir en la política interna de Venezuela


El gobierno de los Estados Unidos debe dejar de interferir en la política interna de Venezuela, especialmente con el objetivo de derrocar al gobierno del país. Las acciones de la administración Trump y sus aliados regionales empeorarán casi seguro la situación en Venezuela, lo que llevará a un sufrimiento humano innecesario, violencia e inestabilidad.

La polarización política en Venezuela no es nueva; el país lleva mucho tiempo dividido por las diferencias raciales y socioeconómicas. Pero la polarización se ha profundizado en los últimos años. Esto se debe, en parte, al apoyo de los Estados Unidos a una estrategia de la oposición para destituir al gobierno de Nicolás Maduro por medios extraelectorales. Si bien la oposición está dividida respecto a esta estrategia, los EEUU han apoyado a los partidarios de la línea dura en su objetivo de derrocar al gobierno de Maduro mediante protestas a menudo violentas, un golpe de Estado militar u otras vías que eluden las urnas.

Bajo la administración de Trump, la retórica agresiva contra el gobierno venezolano se disparó a un nivel más extremo y amenazador, con sus representantes hablando de “acción militar” y condenando a Venezuela, junto con Cuba y Nicaragua, como parte de una “troika de tiranía”. Los problemas derivados de las políticas del gobierno venezolano han empeorado por las sanciones económicas de Estados Unidos, que serían ilegales bajo los parámetros de la Organización de Estados Americanos y las Naciones Unidas, así como de la legislación de los Estados Unidos y otros tratados y convenciones internacionales. Estas sanciones han reducido los medios por los cuales el gobierno venezolano podría haber escapado de la recesión económica, y a la vez han causado una dramática caída en la producción de petróleo y han agravado la crisis económica, causando la muerte de muchas personas que no pudieron acceder a medicamentos que hubieran podido salvar sus vidas. Mientras tanto, los gobiernos de EEUU y sus aliados continúan culpando únicamente al gobierno de Venezuela por el daño económico, incluso el causado por las sanciones estadounidenses.

sábado, 2 de febrero de 2019

Venezuela, putsch del Estado profundo ‎estadounidense

El presidente Trump acaba sometiéndose a las ambiciones del Estado Profundo ‎estadounidense que pretende destruir los Estados en los países de la Cuenca del Caribe y ‎apoya al vicepresidente Mike Pence y al senador Marco Rubio en la operación de ‎desestabilización contra Venezuela. Y puede que acabe apoyándolos también en su ‎proyecto a favor de Israel y contra Siria.


Manlio Dinucci, Voltaire

El anuncio del presidente Trump reconociendo a Juan Guaidó como «presidente legítimo» de ‎Venezuela se preparó en una cabina subterránea de televisión, en el Congreso de Estados Unidos ‎y la Casa Blanca. ‎

Eso es lo que describe detalladamente el New York Times [1]. ‎Operador principal: el senador republicano de La Florida, Marco Rubio, «virtual secretario de ‎Estado para América Latina, quien conduce y articula la estrategia de la administración en esa ‎región», en coordinación con el vicepresidente Mike Pence y el consejero para la seguridad ‎nacional, John Bolton. ‎

El 22 de enero, los tres presentaron su plan al presidente en la Casa Blanca, plan que el presidente ‎aceptó. Inmediatamente después –reporta el New York Times– «Mr Pence llamó a Guaidó y ‎le dijo que Estados Unidos lo apoyaría si reclamaba la presidencia». ‎

El vicepresidente Pence difundió luego hacia Venezuela un video donde llamaba los manifestantes ‎a «levantar su voz mañana» y aseguraba «en nombre del presidente Trump y del pueblo ‎americano, “estamos con ustedes” hasta que se restaure la democracia», definiendo además a ‎Maduro como «un dictador que nunca obtuvo la presidencia en elecciones libres». ‎

Al día siguiente, Trump coronó oficialmente a Guaidó como «presidente de Venezuela», a pesar ‎de que este personaje no participó en las elecciones presidenciales realizadas en mayo de 2018, ‎elecciones que la oposición boicoteó –porque sabía que iba a perderlas– y donde la victoria ‎correspondió a Maduro, al cabo de un escrutinio realizado bajo la supervisión de numerosos ‎observadores internacionales. ‎

10 mentiras sobre Venezuela


Katu Arkonada, La Jornada

La guerra hibrida que vive Venezuela ha tenido en la desinformación y manipulación mediática una de sus principales armas de combate. Leemos y escuchamos mentiras que analistas que nunca han estado en Venezuela repiten tantas veces que se convierten en realidad para la opinión pública:

Venezuela tiene dos presidentes. Nada más lejos de la realidad. La Constitución venezolana establece en su artículo 233 como falta absoluta del presidente su muerte, renuncia, destitución decretada por el Tribunal Supremo de Justicia, o la incapacidad física o mental decretada por una junta médica. Guaidó no tiene ningún argumento constitucional para autoproclamarse presidente, pues no hay falta absoluta del presidente, que tomó juramento tal y como lo establece la Constitución en su artículo 231: el 10 de enero y ante el Tribunal Supremo de Justicia.

Guaidó tiene el apoyo de la comunidad internacional. Más allá de la hipocresía de llamar comunidad internacional a Occidente, el 10 de enero en la toma de posesión de Maduro había representaciones diplomáticas de más de 80 países, desde Rusia a China, pasando por el Vaticano, la Liga Árabe y la Unión Africana. Esos países siguen manteniendo relaciones diplomáticas con el gobierno que encabeza Nicolás Maduro. Guaidó tiene el reconocimiento de los mismos países que el 10 de enero desconocían a Maduro: Estados Unidos y el Grupo de Lima (excepto México). Solo se han sumado Georgia (por su disputa territorial con Rusia), Australia e Israel.

viernes, 1 de febrero de 2019

El petróleo de Venezuela y la geopolítica del golpe de Estado respaldado por Estados Unidos

Gabriel Black, wsws

Estados Unidos ha estado intensificando firmemente su operación de cambio de régimen en Venezuela, buscando destituir al presidente venezolano Nicolás Maduro por medio de un golpe de estado impulsado por sanciones económicas gravísimas que son equivalentes a un estado de guerra y a la amenaza continua de la intervención militar abierta de los Estados Unidos.

El objetivo es instalar al títere estadounidense, Juan Guaidó, quien en diciembre viajó a los Estados Unidos para discutir la operación con la administración Trump.

Guaidó, un operativo de Voluntad Popular, un partido de derecha financiado por el USAID y la National Endowment for Democracy (NED) cuenta con el apoyo bipartidista, de los demócratas y los republicanos. Fue presentado en los medios como una especie de luchador por la libertad y defensor de la democracia contra Maduro, un dictador y una fuerza del mal. Como dijo el Secretario de Estado Mike Pompeo en un discurso el sábado pasado, advirtiendo a otros gobiernos en las Naciones Unidas: “O estás con las fuerzas de la libertad o estás aliado con Maduro y su caos”.

Debajo de la invocación gastada e hipócrita de Washington de la “libertad” y la “democracia” se encuentran los motivos reales de un golpe de Estado que podría rápidamente convertirse en una guerra civil y en una intervención armada.

Venezuela tiene las mayores reservas probadas de petróleo de cualquier país del mundo —varios miles de millones de barriles más que Arabia Saudita. Este valioso premio no es simplemente una fuente de ganancias, sino una pieza geopolítica crítica en el creciente conflicto entre los EEUU y China, especialmente a la luz de los crecientes temores de que los mercados petroleros pronto se contraigan.

jueves, 31 de enero de 2019

Estados Unidos crea condiciones para ‎invadir Venezuela

Estados Unidos tiene para la Cuenca del Caribe un proyecto que el Pentágono expuso ‎en 2001. Ese plan es tan destructivo y sanguinario que Washington no puede reconocer ‎su existencia, así que tiene que inventar una narrativa aceptable. Eso es lo que estamos ‎viendo en Venezuela. Pero, ¡cuidado!, las apariencias esconden cada vez más la ‎realidad, durante las manifestaciones prosigue la preparación de la guerra.

Thierry Meyssan, Voltaire

Durante los últimos meses, Estados Unidos ha logrado convencer a una cuarta parte de los países ‎miembros de la ONU –entre ellos 19 países de las Américas– para que no reconozcan el ‎resultado de la elección presidencial realizada en Venezuela en mayo de 2018. Por consiguiente, ‎esos países tampoco reconocen la legitimidad del segundo mandato del presidente Maduro. ‎

En una entrevista concedida al Sunday Telegraph y publicada el 21 de diciembre de 2018, el ‎ministro británico de Defensa, Gavin Wiliamson, declaraba que Londres está negociando la ‎instalación de una base militar permanente en Guyana para retomar la política imperial británica ‎anterior a la crisis de Suez. Aquel mismo día, un diputado guyanés hacía caer sorpresivamente el ‎gobierno de su país y, de inmediato, se refugiaba en Canadá. ‎

Al día siguiente, la transnacional petrolera estadounidense ExxonMobil afirma que un barco que ‎había alquilado para realizar trabajos de prospección dentro de la zona en litigio entre Guyana y ‎Venezuela había sido expulsado de aquellas aguas por la marina de guerra venezolana. ‎La expedición contaba con una autorización concedida por el gobierno guyanés saliente, que ‎administra de facto la zona en litigio. Inmediatamente, el Departamento de Estado, y después ‎el Grupo de Lima, denuncian el incidente como un peligro que Venezuela hace correr a la ‎seguridad regional. ‎

martes, 29 de enero de 2019

Arrogancia imperial sobre Venezuela

Opositores venezolanos repartieron en complejos y cuarteles militares fotocopias de la ley aprobada en la Asamblea Nacional que da todas las garantías constitucionales a soldados y civiles que colaboren en la restitución de la democracia Foto Afp.

David Brooks, La Jornada

No deja de asombrar la arrogancia imperial de un país donde se puede debatir abierta y públicamente si se debe o no intervenir en otro país. Casi nadie cuestiona si es legítimo o no ese debate; o sea, si Estados Unidos tiene el derecho y la autoridad moral –después de su larga historia de intervenciones y guerras ilegales, todas realizadas engañando a este pueblo– de definir el futuro de otro país.

Para los políticos, sobre todo en momentos de crisis como el que está azotando al régimen de Trump, estas aventuras intervencionistas pueden ser muy útiles. La decisión tiene casi nada que ver con el pueblo estadounidense, sino con la suposición de la cúpula de este país de que tiene el derecho, y hasta el deber, de cambiar cualquier régimen que no coopera con o sirve a sus intereses.

La gran mayoría de la población estadounidense no está enterada de lo que ocurre en Venezuela, al igual que en otros países declarados como enemigos.

Recientemente William Arkin, experto en asuntos militares y de seguridad nacional, renunció a NBC News porque, entre otras cosas, no aguantaba más la manera en que los medios masivos reportan sobre las guerras de Estados Unidos. Al ser entrevistado por otro noticiero, señaló que la inmensa mayoría de estadounidenses no podrían nombrar los nueve países que actualmente son bombardeados por Washington. El propio locutor tuvo que confesar que él tampoco. ¿Habrá otro país en el mundo que está en guerra contra otros países, o que está interviniendo, pero cuya población no pueda ni nombrar al enemigo ni ubicarlo en un mapa?

lunes, 28 de enero de 2019

La tentativa golpista de EEUU acerca a Venezuela a una invasión o guerra civil

Bill Van Auken, wsws

La operación de cambio de régimen orquestada por Estados Unidos continuó intensificando las tensiones en Venezuela el viernes, acercando al país a una guerra civil o invasión estadounidense.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y Juan Guaidó, el líder del partido derechista Voluntad Popular y presidente de la Asamblea Nacional del país que se proclamó el miércoles "presidente interino" del país con un respaldo inmediato de Washington, se pronunciaron simultáneamente el viernes en diferentes lugares de Caracas.

Maduro, hablando en una conferencia de prensa en el palacio presidencial de Miraflores, declaró que su Gobierno se estaba enfrentando a "un golpe de Estado que promueve y financia los Estados Unidos de Norteamérica". Acusó a Guaidó de ser un títere de Washington, incapaz de tomar decisiones sin órdenes del Departamento de Estado.

Reveló que, en vísperas de la autoproclamación del político de derechas como "presidente", Guaidó se había reunido con dos representantes principales del Gobierno, entre ellos Diosdado Cabello, un exoficial militar y líder del partido gobernante PSUV, que es ampliamente visto como un rival de Maduro dentro del campo chavista, para discutir la iniciación de un diálogo.

Guaidó había negado que tal reunión hubiera tenido lugar, pero el viernes el Gobierno publicó una cinta de video que lo mostraba a él y a Cabello entrando al lugar de la reunión.

sábado, 26 de enero de 2019

Geopolítica en Venezuela: Qué se juega en la crisis

México, miembro del llamado Grupo de Lima, descartó reconocer a un “presidente” que nadie eligió, porque tal reconocimiento es una violación al derecho internacional y los tratados vigentes.
Alejandro Kirk, el desconcierto

Las fichas del futuro de Venezuela se están jugando fuera de sus fronteras. El intento de golpe de Estado en marcha sería imposible sin el reconocimiento otorgado al “presidente” Juan Guaidó por parte del presidente estadounidense Donald Trump, al que siguieron rápidamente Sebastián Piñera, el brasilero Jair Bolsonaro, y el colombiano Iván Duque, sus más fieles aliados en la región.

Lo que sigue es tratar de mantener un escenario de violencia para tratar de arrastrar a la Fuerza Armada a una definición que ya habían probado en 2017, en palabras del diputado opositor Juan Requesens: “o nos masacran, o no lo hacen, y se unen a nosotros”.

Mientras eso ocurría, en las calles de Caracas se desarrollaba una escena conocida: la derecha masivamente agrupada en el este de la ciudad (las zonas de clase media y alta), y los chavistas en el centro y oeste.

martes, 22 de mayo de 2018

Venezuela eligió: Ahora, que los medios no justifiquen el fin

Javier Tolcachier, Alai

Algo más de ocho millones seiscientos mil venezolanos han participado en la elección presidencial de este domingo, cuyo resultado ha sido la renovación de mandato al actual presidente Nicolás Maduro. También se eligieron los nuevos consejos estaduales, aunque la mira estuvo puesta en el máximo cargo ejecutivo del Estado.

El actual gobernante obtuvo 68% de los votos válidos emitidos, frente a 21% de su principal contrincante, Henri Falcón. Javier Bertucci fue apoyado por un 11% de las preferencias y el cuarto en la contienda, Reinaldo Quijada cosechó algo menos de 35 mil votos.

El acto electoral transcurrió de manera inobjetable y sin incidencias mayores, según atestiguan los observadores internacionales invitados a participar. En comparación con las flagrantes irregularidades ocurridas en las recientes elecciones hondureñas o las denunciadas por el candidato Efraín Alegre en Paraguay, el evento eleccionario puede ser caracterizado como absolutamente legítimo.

Tampoco puede acusarse al gobierno bolivariano de forzar a los electores a concurrir a las urnas, ya que el voto en la nación caribeña es optativo, distinto al caso argentino en el que la población debe asistir compulsivamente a votar.

En razón de esta libertad para ejercer o no el derecho a voto, es que la oposición más radical no puede autoadjudicarse por completo la abstención, aunque su llamamiento haya propiciado dicha actitud.

viernes, 23 de febrero de 2018

Nace el petro, la criptomoneda que busca fortalecer la economía de Venezuela


El gobierno de Venezuela anunció este martes el lanzamiento del "petro" en un intento para evitar las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos. Caracas dio por iniciadas las operaciones de preventa de lo que asegura es la primera criptomoneda avalada por un Estado. "Venezuela se coloca en la vanguardia de los tiempos futuros. Hoy pasará a ser un día de historia. Es el primer Estado, la primera nación que lanza su criptomoneda, respaldada en sus reservas y riquezas naturales", dijo el vicepresidente de la república, Tareck El Aissami.

¿Cuán viable es que el petro, la criptomoneda de Venezuela, sirva para aliviar la crisis en el país? El petro, según dijo el presidente Nicolás Maduro, contará con el respaldo de las reservas de petróleo del país. El plan del Ejecutivo es vender cien millones de petros a un valor inicial de US$60, basado en el precio del barril de crudo venezolano a mediados de enero.

martes, 24 de octubre de 2017

Similitudes y diferencias entre España y Venezuela

Pascual Serrano, Publico

El desarrollo de los acontecimientos en Cataluña está generando muchas discusiones en torno a la licitud, la legitimidad o la legalidad de algunos actos, bien por parte del Govern catalán bien por el español. Se debate, por ejemplo, si es el gobierno el que actúa de forma unilateral o lo hace con el aval de los jueces o tribunales, se debate también si unas acciones consideradas ilegales por los jueces logran legitimidad cuando son apoyadas por cientos de miles de personas en la calle. Todo ello, como no, tamizado por los medios de comunicación, que son el filtro con el que hace tiempo que los ciudadanos ven la realidad. Estos elementos me hacen apreciar algunas similitudes con Venezuela que vale la pena analizar para, entre otras cosas, dejar en evidencia el doble rasero de muchos. Sin embargo, existen algunos elementos diferentes que también debemos tener en cuenta. Veamos.

Reivindicaciones y manifestaciones


Similitudes:

Tanto en Venezuela como en Cataluña miles de manifestantes salieron a la calle con exigencias que no se ajustaban a las legislaciones vigentes ni contaban con el apoyo legislativo suficiente en los órganos competentes. En Venezuela pedían la dimisión del presidente y la suspensión de la elección de la Asamblea Constituyente (convocada por Maduro con el aval de la Constitución), ninguna de esas dos reivindicaciones contaban con apoyo legal. En Cataluña piden que sea vinculante el referéndum del 1 de octubre, lo cual tampoco se ajusta a la legalidad española.

domingo, 22 de octubre de 2017

Las sanciones de Trump contra Venezuela ¿Será posible la recuperación económica?

Mark Weisbrot, The Nation

Las sanciones impuestas la semana pasada por el gobierno de Trump han cambiado significativamente la situación económica a la que se enfrenta Venezuela, y las opciones en materia de políticas abiertas al gobierno para recuperarse de una profunda depresión. Esto se suma a los daños inmediatos y al sufrimiento que causarán en cuanto a una agudización de la escasez de alimentos, medicinas y otros artículos de primera necesidad, junto al daño a la economía.

Previo a estas últimas sanciones, el gobierno contaba con la posibilidad de poner en marcha un programa de recuperación económica que pudo haber reiniciado el crecimiento económico. A diferencia de la mayoría de los países que sufren una crisis de balanza de pagos, Venezuela no necesariamente tendría que pasar por un periodo de “ajuste estructural”, como solía llamarse hasta que los programas del FMI dieron a este término una mala reputación. Con este tipo de ajuste, los niveles de vida suelen caer, al menos a corto plazo, porque el país tiene que recortar las importaciones para equilibrar las cuentas externas. Pero las importaciones en Venezuela ya se han visto recortadas en más de 75 por ciento desde 2012. Esta es una cifra asombrosa. Para comparar, Grecia ha recortado sus importaciones por aproximadamente 31 por ciento después de sufrir una depresión por la mayor parte de los últimos siete años, es decir dos veces la duración de la depresión actual en Venezuela.

Esto significa que la economía venezolana podría comenzar a recuperarse con bastante celeridad en respuesta a las reformas adecuadas, sin tener que sufrir nuevas reducciones en la producción o en el empleo. Por lo menos esa era la situación hasta el pasado viernes, cuando Trump emitió su orden ejecutiva.

viernes, 18 de agosto de 2017

Venezuela indoblegable

Ángel Guerra Cabrera, La Jornada

Estados Unidos ha lanzado una feroz guerra no convencional contra los gobiernos revolucionarios y progresistas, y los movimientos populares de nuestra América. Añeja en la doctrina militar del Pentágono y también conocida como guerra de cuarta generación, se ha nutrido y desarrollado con recientes experiencias como las revoluciones de colores y la primavera árabe. El blanco principal del ataque es la Venezuela bolivariana, contra la que el imperio y los gobernantes de la región que le sirven, desatan su furia y frustración.

Luego de una ofensiva de meses para derrocar al gobierno del presidente Nicolás Maduro, Trump declaró que no descarta la opción militar en Venezuela, en medio de bravatas contra Corea del Norte y de haber creado un gravísimo conflicto en el área. Gracias al rapto belicista del magnate, los gobiernos que lo acompañan en la aventura antivenezolana se han visto obligados a rechazar una salida militar y a reiterarlo durante la gira del vicepresidente Mike Pence por la región. Dirigida a cerrar el cerco contra la patria de Bolívar, Pence ha tenido que dedicarla en parte al control de daños luego de la alarma originada por la declaración de su jefe. Aunque con tres días de retraso, hasta los contrarrevolucionarios de la MUD debieron barruntar una risible condena.

viernes, 11 de agosto de 2017

El periodismo necroterrorista contra Venezuela

Gilberto López y Rivas, La Jornada

Al día siguiente de la histórica elección de la Asamblea Nacional Constituyente, que tuvo lugar en la República Bolivariana de Venezuela el 30 de julio pasado, innumerables periódicos en el ámbito planetario, entre ellos, de México, exhibieron en sus primeras planas la fotografía del momento preciso en que es detonada una carga explosiva en una avenida del este de la ciudad de Caracas, dirigida contra una caravana de motorizados de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB). En un video de la emboscada que circuló por las redes electrónicas, es posible observar la columna de motociclistas dar vuelta a una esquina, y de pronto, en el fondo de la calle, tiene lugar la detonación que causó la muerte de un joven integrante de este cuerpo militar y heridas graves a otros ocho.

Los medios de comunicación empotrados en los grupos fascistas que pretenden deponer al presidente constitucional Nicolás Maduro Moro, filmaron los detalles del ataque hasta su fatal consumación, e, incluso, en el video, es posible escuchar las exclamaciones de júbilo de los supuestos "luchadores por la libertad", que celebran así el éxito de su atentado, que, de realizarse en cualquier ciudad de Europa o Estados Unidos, seguramente hubiera ocasionado una "conmoción mundial".

martes, 8 de agosto de 2017

La hora y la vez de Venezuela

Emir Sader, Público

Estar a favor del gobierno de Venezuela no es solo una cuestión política, pero también de carácter. Es vergonzoso cómo gente que pretende estar en el campo de la izquierda, instituciones con tradición de izquierda, partidos que en principio pertenecen al campo popular, quedan silenciosos o se valen de críticas al gobierno para justificar la falta de solidaridad con el gobierno de Venezuela.

Uno de los argumentos de mala fe es el de que habría que sortear la polarización entre gobierno y oposición, como forma de evitar la radicalización, lo que supondría no estar de ningún lado. Se trata de un pretexto para no solidarizarse con un gobierno asediado por la derecha local y por el gobierno de los EEUU. Los intelectuales suman críticas al gobierno para pronunciarse por la solidaridad “con el pueblo de Venezuela”, como si el pueblo del país no estuviera involucrado en la polarización.

Se puede no estar de acuerdo con aspectos de las políticas del gobierno de Maduro, pero ninguna crítica justifica una posición de equidistancia, porque nadie tiene dudas de que, en caso de que se lograra la caída del gobierno, este sería sustituido por un gobierno de derecha e incluso de extrema derecha, con durísimas consecuencias para los derechos de la masa de la población venezolana y para los intereses nacionales del país.

domingo, 6 de agosto de 2017

Venezuela: sumisión, guerra y periodismo de encubrimiento

Marcos Roitman Rosenmann, La Jornada

Informar no es tarea fácil. El periodismo de guerra es, tal vez, el más complejo. Inmerso en una batalla sicológica, está destinado a crear una opinión pública sumisa, acorde con los objetivos militares. Hoy, se ha decidido que Venezuela es un objetivo militar estratégico para Occidente. Una guerra entre el bien y el mal. Democracia versus dictadura. En esta guerra todo vale. Hasta el Vaticano se ha decantado. La Iglesia se siente amenazada y decide apoyar a los responsables de la violencia callejera, pero comprometidos con Dios, la familia y la moral católica. El papa Francisco se quita la careta, se decanta por la oposición, que ha quemado, baleado a trabajadores, mujeres y niños. Lo mismo hizo la Iglesia en Chile con el gobierno de Salvador Allende, en 1973. Apoyó el golpe. Luego vendrían las lágrimas y los arrepentimientos. Era tarde. Miles de ciudadanos habían sido detenidos, torturados y asesinados. El argumento es siempre el mismo: la fe está en peligro y la amenaza a los católicos.

El periodismo y los medios de información pertenecientes al establishment de los distintos países del bloque occidental han tomado una decisión: retrotraer a Venezuela a los tiempos del neoliberalismo, la economía de mercado y el pacto interoligárquico. Sin excepción, desde esta trinchera fundamentalista, alteran hechos, crean acontecimientos y fomentan el odio hacia el pueblo venezolano contrario a dichas posiciones y que sólo quiere vivir en paz. La última elección a la Asamblea Nacional Constituyente lo demuestra, pero la declaran ilegal y un fraude de ley. No aportan argumentos, salvo violencia, el sabotaje y la sedición golpista.

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