viernes, 31 de enero de 2025

Cuadricópteros israelíes: crímenes contra la humanidad en curso

No cabe duda de que los cuadricópteros son un componente fundamental del innegable genocidio de Tel Aviv en Gaza

Kit Klarenberg, Al Mayadeen

En noviembre de 2024, el aclamado cirujano Nizam Mamode testificó en la investigación en curso del Comité de Desarrollo Internacional del Parlamento británico sobre la “situación humanitaria” de Gaza.

El veterano profesional que ha estado en primera línea del genocidio de palestinos, principalmente mujeres y niños, perpetrado por la entidad sionista, rompió a llorar repetidamente durante todo el proceso. Al describir las escenas que él y su equipo presenciaron personalmente mientras atendían a innumerables víctimas, esbozó un panorama “particularmente inquietante” de la inexorable e indiscriminada mutilación y asesinato de civiles por parte de “Israel” tras el 7 de octubre de 2023.

El dolor más intenso de Mamode se manifestó al explicar el uso sistemático y a escala industrial de drones cuadricópteros por parte de "Tel Aviv" para disparar “regularmente” a palestinos incapacitados –en particular, niños heridos o atrapados entre los escombros, luego de los ataques aéreos de la fuerza de ocupación israelí. De todos los horrores que él y su equipo presenciaron, Mamode consideró “el ataque deliberado y persistente… a civiles, día tras día” de la manera más perversa. Una y otra vez, las bombas de las fuerzas de ocupación israelíes caían “sobre una zona abarrotada de tiendas de campaña”, y luego:
“Los drones descendían y mataban a civiles, niños [de hasta siete años]... No se trataba de algo ocasional, sino de un hecho que se producía día tras día, cuando operaban a niños que decían: 'Estaba tirado en el suelo después de que cayera una bomba, y un cuadricóptero descendió, se cernió sobre mí y me disparó'. Es evidente que se trata de un acto deliberado y persistente; se atacaba a civiles, día tras día. Teníamos uno o dos incidentes con víctimas en masa cada día”.

El "Estado profundo" europeo

La perspectiva de una guerra en las puertas orientales del continente y, sobre todo, el miedo a tener que afrontarla solos, desorientan a los miembros del Estado profundo vasallo

Enrico Tomaselli, Arianna Editrice

Se ha dicho y escrito mucho sobre el Estado profundo estadounidense -e, inevitablemente, se ha dicho todo y lo contrario de todo sobre él, hasta el punto de perder completamente de vista lo que realmente es-, pero nunca se ha hablado de un Estado profundo europeo. Este; sin embargo, existe y se manifiesta cada vez con más claridad.

Naturalmente, hay una profunda diferencia con el norteamericano, que representa un mundo compuesto, pero todavía centrado en mantener la hegemonía estadounidense sobre el mundo, mientras que el europeo se centra sobre todo en preservarse a sí mismo y a su propio poder.

Este Estado profundo europeo está formado esencialmente por políticos, burócratas, grandes comités y lobistas, en conexión cada vez mayor con soldados de los mandos de la OTAN, y forma efectivamente una especie de masonería europea, fuertemente comprometida con la promoción y defensa de sus miembros, pero sobre todo con al ejercicio de un poder supranacional cada vez más rampante -y cada vez más antidemocrático.

Este Estado profundo se ha ido coagulando, especialmente en los últimos 10 o 15 años, y ha vaciado progresivamente de todo poder real a los distintos gobiernos nacionales, los únicos que tienen alguna representación democrática. La Comisión Europea se ha caracterizado cada vez más como una comisión muy diferente, una verdadera cúpula de superpoder completamente desprovista de cualquier legitimación democrática.

jueves, 30 de enero de 2025

Beneficios económicos de la guerra y de la paz


Nahia Sanzo, Slavyangrad

El desinterés de Donald Trump por la guerra de Ucrania, que percibe como una guerra de Biden que debe terminar para poder reducir la presencia en Europa y centrarse en China, oponente que verdaderamente le preocupa, ha sido manifiesto desde que el ahora presidente anunció su intención de volver a presentarse a la presidencia. Y aunque tras las elecciones se ha modificado ligeramente su discurso, más exaltado en las formas pero menos ambicioso en la facilidad con la que iba a conseguir la paz, las intenciones siguen siendo las mismas. A la espera de concretarse el plan con el que Donald Trump espera conseguir la paz, todo indica a que se construirá sobre la base de la propuesta Kellogg-Fleitz publicada el pasado verano por el America First Policy Institute.

En este momento en el que el viejo mundo se muere y el nuevo no ha nacido aún, todas las partes tratan de convencer a Donald Trump con sus argumentos y buscan un discurso llamativo para conseguir la atención del presidente, en cuyas manos está tomar la decisión de cuándo, cómo y con quién se producirán las mesas de negociación. Desde posturas afines y en un diario propiedad de uno de los oligarcas de la tecnología a los que Trump quiere acercarse en esta legislatura, Jack Keane, general retirado, y Marc Thiessen, habitual articulista conservador, afirman que “para garantizar una paz duradera, debemos seguir armando a Ucrania, pero sin pedir a los contribuyentes estadounidenses que paguen la factura”. Los dos guerreros de teclado, con una larga trayectoria en think-tanks vinculados al complejo militar-industrial estadounidense, el primero miembro del neocon Institute for the Study of War y el segundo del reaccionario American Enterprise Institute, aportan su grano de arena al argumento de que es preciso continuar el apoyo a Ucrania, aunque a cambio de beneficio económico. “Es el momento de hacer que Kiev pase de ser receptor de asistencia a consumidor de defensa”, afirman abiertamente, adoptando como idea de que todo paso de Washington en política exterior ha de tener una contrapartida tangible en forma de beneficios.

DeepSeek: tumultos en la web


Ilán Semo, La Jornada

China acaba de lanzar al mundo digital un nuevo sistema de inteligencia artificial (IA) que Lu Chan, uno de los creadores de ChatGPT, definió intempestivamente como una auténtica “arma nuclear” (por sus efectos en la ciberesfera): DeepSeek. No por casualidad, el lanzamiento tuvo lugar el pasado 20 de enero, el mismo día en que Donald Trump pronunció su discurso inaugural.

En tan sólo una semana, el número de sus suscriptores sobrepasó de manera considerable a las plataformas existentes. Las razones son constatables: es más eficiente, cuenta con una memoria de mayor envergadura y es más rápido y preciso. Y sobre todo: se trata de una open source, es decir, es gratuito. Además, hace visible su sistema operativo, de tal manera que los usuarios pueden modificarlo según sus necesidades, o bien duplicarlo para crear un sistema similar.

La primera reacción de la prensa estadunidense (favorable al invento chino, por cierto) fue ponderar a DeepSeek como un dispositivo que “democratiza” los usos de la red. La verdad es que la palabra “democracia” dice poco –o prácticamente nada– sobre la profundidad de este fenómeno, que ancla en el carácter radicalmente disruptivo del metabolismo que caracteriza a las tecnologías ciber: al ser gratuito, el sistema chino abatió una parte sustancial del valor de las compañías estadunidenses que ofrecían el servicio de manera privada, es decir, no como un bien público, sino como una mercancía.

El lanzamiento de DeepSeek AI humilla a las empresas occidentales y obliga a los estadounidenses a ver la superioridad de China


Andrew Anglin, The Daily Stormer

Durante años he intentado explicar que todo es mejor en China que en Estados Unidos. La diferencia es tan enorme que si un estadounidense criado con propaganda caricaturesca sobre su lugar de nacimiento como "el mejor país del mundo" visita China, puede desencadenar una grave crisis personal. Sencillamente, no tiene sentido. No es de extrañar que los estadounidenses que nunca han estado en China tengan dificultades para asimilar esta realidad y a menudo recurran a afirmaciones absurdas como "China es un país del tercer mundo" o "los chinos no tienen ninguna libertad" (algunos incluso llegan a afirmar que "los chinos son esclavos del gobierno").

La realidad es que China no sólo se jacta de un nivel de vida drásticamente más alto para el ciudadano medio, sino que también ofrece mucha más libertad que Estados Unidos (podría decirse que es imposible tener prosperidad sin libertad, de ahí que el deterioro de la calidad de vida estadounidense pueda vincularse tan fácilmente a las restricciones impuestas a la libertad personal).

Cuando digo que “China es superior”, no quiero decir que el pueblo chino sea superior al estadounidense. Simplemente estoy señalando la cuestión objetiva de que China es un país superior para vivir y que el sistema chino es capaz de mucho más que Estados Unidos. Más que una crítica al pueblo estadounidense, se trata de una crítica al sistema estadounidense de democracia liberal y a sus valores de feminismo, homosexualidad, multiculturalismo y la cultura decadente que acompaña a este conjunto de valores. China no funciona con un conjunto extraño de ideas abstractas sobre la naturaleza del hombre y, por lo tanto, la competencia del individuo y del grupo es mucho mayor.

Panamá: Las amenazas de Trump y la doctrina Monroe


Olmedo Beluche, Sin Permiso

Desde el 21 de diciembre de 2024, en el marco de la conmemoración de los 35 años de la última invasión militar de Estados Unidos contra Panamá (20/12/1989), el presidente norteamericano Donald Trump, antes de haber asumido su cargo, comenzó una serie de declaraciones reiteradas en las que amenaza con apoderarse por la fuerza del Canal de Panamá.

Los argumentos utilizados por Trump para justificar estas pretensiones contra Panamá son variados, pero todos falsos, y van desde la queja de que supuestamente se estarían cobrando tarifas altas a los barcos de Estado Unidos que atraviesan el canal, hasta que el canal está controlado por los chinos.

Una actualización de la Doctrina Monroe

Las declaraciones de Donald Trump contra el canal panameño están asociadas a otras igualmente controversiales en las que pretende sumar a Canadá como el estado número 51 de los Estados Unidos de América, la idea de que debe adquirir Groenlandia para el control de su país, territorio que está bajo administración de Dinamarca, o la pretensión de renombrar el Golfo de México como “Golfo de América”.

miércoles, 29 de enero de 2025

¿Se está posicionando Trump para un “no acuerdo” con Rusia… o no?

La idea de infligir “derrotas estratégicas” a Rusia ha sido una piedra angular de la política estadounidense durante tanto tiempo que trasciende las líneas partidarias.

Alastair Crooke, Strategic culture

La retórica de Trump sobre que Rusia ha perdido un millón de hombres en el conflicto de Ucrania no es simplemente una tontería (el número real ni siquiera llega a 100.000), sino que su recurso a ella subraya que el meme habitual de que Trump está lamentablemente mal informado parece cada vez menos plausible.

Después de hablar de un millón de muertes rusas, Trump sugiere que Putin está destruyendo a Rusia al no llegar a un acuerdo. Agrega (aparentemente como un comentario al margen) que Putin tal vez ya haya decidido "no llegar a un acuerdo".

En cambio, de una manera curiosamente desinteresada, Trump señala que las negociaciones dependerán completamente de si Putin está interesado o no . Afirma además que la economía de Rusia está en ruinas y, sobre todo, dice que consideraría sancionar o imponer aranceles a Rusia si Putin no llega a un acuerdo. En una publicación posterior en Truth Social, Trump escribe: "Voy a hacer un FAVOR muy grande a Rusia, cuya economía está fallando, y al presidente Putin".

En otras palabras, se trata de una historia de un orden completamente diferente: ya no la dice su enviado Kellogg u otro miembro de su equipo, sino las propias palabras de Trump como presidente. Trump responde a la pregunta de un periodista: “¿Sancionaría a Rusia” si Putin no se sienta a la mesa de negociaciones? A lo que responde: “Eso parece probable”.

¿Cuál es la estrategia de Trump? Parece más bien que Trump se está preparando para un Brexit sin acuerdo. Debe ser consciente de que Putin ha dejado claro en repetidas ocasiones que está interesado y abierto a negociar con Trump. De eso no hay duda.

El Foro Económico Mundial de Davos 2025

El presidente Donald Trump tachó de «absolutamente absurdas» las iniciativas de diversidad, equidad e inclusión durante un discurso en el Foro Económico Mundial el jueves y promocionó su orden ejecutiva que reconoce solo dos géneros como «política oficial».

Leonid Savin, Oriental Review

La semana pasada, jefes de gobierno, bancos y grandes corporaciones, economistas y partidarios de un programa político bastante extraño, que el fundador del foro, Klaus Schwab, llama la Cuarta Revolución Industrial o Reinicio, se reunieron una vez más en Davos. El WEF (Foro Económico Mundial) también es conocido por atraer a sus filas a varias estrellas y figuras públicas conocidas que, en opinión de los dirigentes del Foro, podrían ayudar a promover su agenda. Esta vez en Davos, Melanie Brown, exmiembro de las Spice Girls, fue presentada como una de los millones de mujeres en el mundo que han sido víctimas de violencia doméstica. Hubo otros discursos en el mismo espíritu de una mezcla bastante extraña de ideas del globalismo, el feminismo, el capitalismo, la tecnología y el neoliberalismo, aderezados con retórica democrática. No tiene sentido enumerar a todos los participantes y los nombres de las sesiones. Destacamos solo los detalles más significativos.

En comparación con cumbres anteriores, en este foro en particular se podía sentir cierto nerviosismo causado, en primer lugar, por la figura de Donald Trump, que en realidad declaró la guerra al globalismo y, por lo tanto, a la agenda que se promovió en el Foro de Davos.

Antes de la cumbre, varios economistas y banqueros predijeron que 2025 sería un año difícil y prometían posibles cambios. A la vista estaban el plan de acción del presidente estadounidense Donald Trump, el plan de Europa para evitar la «lenta agonía» y el superestímulo de China.

Cuatro escenarios y un destino


Nahia Sanzo, Slavyangrad

El pasado fin de semana, las tropas rusas capturaron la localidad de Velyka Novosyolka. En parte por la importancia del avance, mucho más rápido que en el caso de Chasiv Yar, por la que Rusia lleva meses luchando, o incluso Toretsk, batalla que previsiblemente termine en días, si no horas, y también para impedir que Ucrania pudiera negar los hechos, las tropas rusas escenificaron su victoria con fuegos artificiales. Clave para el suministro y las comunicaciones en el frente sur, la pérdida de Velyka Novosyolka no implica una ruptura en profundidad del frente, pero sí dificulta para Ucrania la defensa de los territorios del sur, en los que su posición es cada vez más complicada. El profundo desinterés ucraniano y mediático hacia Donbass ha facilitado la labor de minimizar la importancia de la pérdida de terreno en el este -que siempre se ha justificado con la coletilla de las enormes bajas rusas, sean reales o imaginarias- y ni siquiera está valorándose debidamente el cierre de la mina de coque de la que depende la producción metalúrgica ucraniana o la pérdida del principal yacimiento de litio, que Kiev pretende utilizar en el futuro para su recuperación económica. La batalla por Velyka Novosyolka, excesivamente cercana a la frontera de un oblast que sí es una prioridad para Ucrania y donde ya se publican imágenes de la construcción de trincheras, ha roto ligeramente esa dinámica y ha provocado más preocupación que los progresos rusos en Donetsk y Lugansk.

Pese a la lentitud en el movimiento del frente y la retórica de exagerar hasta la saciedad los problemas rusos mientras se oculta los ucranianos -mucho más graves al depender completamente de las subvenciones exteriores, que actualmente están siendo puestas en duda-, incluso los medios más favorables a Ucrania aceptan ya que la situación es peligrosa. “En cuestiones de supervivencia nacional, Ucrania espera la decisión del presidente Trump como un gladiador herido aguarda el giro del pulgar de un emperador: aunque todavía no rota, la esforzada nación está ciertamente de rodillas. En el campo de batalla, el panorama nunca ha sido tan sombrío. Las tropas rusas tomaron seis veces más territorio ucraniano en 2024 que en 2023. Más de la mitad del territorio que Ucrania capturó en su incursión sorpresa de otoño en Kursk ha sido cedido desde entonces”, escribía el pasado domingo The Times, que recordaba el retroceso en el frente y las dificultades económicas e industriales como principales argumentos, a los que añadía el habitual reproche de la negativa a reclutar a los jóvenes de entre 18 y 25 años.

martes, 28 de enero de 2025

El capitalismo siempre tuvo problemas con la democracia

Desde Corea del Sur hasta Estados Unidos, hay cada vez más señales de una crisis democrática en el mundo actual. La raíz del problema es la tensión permanente entre el capitalismo y las libertades democráticas, que solo existen gracias a grandes luchas populares.

Jean Batou, Jacobin

Desde Francia hasta Corea del Sur, se multiplican los signos de crisis democrática. Donald Trump toma posesión de su cargo por segunda vez, rodeado de una camarilla de multimillonarios de extrema derecha como Elon Musk y Peter Thiel, y es un momento oportuno para reconsiderar la relación entre capitalismo y democracia.

Existe una versión burda del marxismo que presenta a la democracia como un conjunto de derechos políticos que fueron conquistados por la burguesía en su lucha contra el antiguo régimen y las prerrogativas de derecho divino del monarca. Desde esta perspectiva, la tarea del socialismo sería continuar esta lucha a nivel económico, contra el poder indebido conferido por la propiedad privada de los medios de producción.

En un momento en el que muchos Estados supuestamente democráticos están generando preocupantes tendencias autoritarias, vale la pena recordar que la burguesía siempre intentó condicionar las libertades democráticas a la preservación de sus propios intereses. Por eso, la defensa y la extensión de esas libertades siempre fueron fruto de grandes luchas populares y feministas.

Por esta razón, el socialismo puede reclamar legítimamente esta herencia de lucha por los derechos democráticos para desarrollarla y darle un contenido real. De hecho, el ejercicio de las libertades democráticas es una condición esencial para la autoemancipación humana.

DeepSeek: Cómo el Modelo de IA de China sacudió al mundo y cambió las reglas del juego


Editorial, KontraInfo.com

En un desarrollo sorpresivo que ha sacudido el panorama global de la inteligencia artificial, el equipo de investigación chino DeepSeek ha lanzado DeepSeek R1, un modelo de IA de código abierto que promete revolucionar el sector. Construido con un presupuesto de apenas $5.6 millones y en solo dos meses, este modelo ha alcanzado un rendimiento comparable al de los líderes del mercado como GPT-4 de OpenAI, Anthropic Claude y Meta Llama, demostrando que la innovación puede venir de estrategias y recursos optimizados en lugar de inversiones multimillonarias.

DeepSeek R1 se destaca por su enfoque innovador en el uso de recursos mínimos, utilizando una metodología de “Mixture of Experts” (distintos módulos especializados que solo se activan cuando son necesarios y no una megaestructura de análisis unificada, redudando en un enorme ahorro de uso de recursos), lo que permite un rendimiento óptimo con hardware más modesto, como las GPU Nvidia H800, que son menos potentes que las H100 estadounidenses. Este modelo ha logrado reducir los costos de uso a solo 10 centavos por millón de tokens, un tercio del costo de GPT-4, lo que abre la puerta a una democratización de la tecnología de IA.

lunes, 27 de enero de 2025

¿Qué viene a continuación en la agenda del Gran Israel?

¿Se violará el “alto el fuego” y se promoverá la guerra con Irán?

Philip Giraldi, The Unz Review

El eminente historiador romano Publio Cornelio Tácito, en una biografía de su ilustre suegro Cneo Julio Agripa, escribió la famosa frase “Auferre, trucidare, rapere, falsis nominibus imperium, atque, ubi solitudinem faciunt, pacem appellant”. La traducción en la edición de la Biblioteca Clásica de Loeb es “Saquear, masacrar, robar, a estas cosas las llaman erróneamente imperio: hacen una desolación y la llaman paz”. Lord Byron, en su poema La novia de Abidos , tradujo el latín de Tácito como “¡Marquen dónde cesan su carnicería y sus conquistas! Hace una soledad y la llama paz”. Según el relato de Tácito, sin duda de segunda mano, las palabras fueron pronunciadas originalmente por el jefe caledonio Calgaco, que se dirigía a sus guerreros reunidos sobre el insaciable apetito de Roma por la conquista y el saqueo. El sentimiento del cacique puede contrastarse con la pax in terra, “paz en la tierra”, que a veces se inscribía en las medallas romanas (phalera) otorgadas a los soldados que regresaban de las guerras imperiales.

La descripción que hace Tácito del Imperio romano del siglo I utilizando una metáfora debería resultar interesante para los observadores estadounidenses modernos de la carnicería que se está produciendo en Oriente Próximo. La única pregunta sería si la descripción se ajusta mejor a Israel o a los Estados Unidos. O, tal vez, ¿se aplica a ambos, ya que en los últimos tiempos las dos naciones han sido gobernadas en la práctica desde Tel Aviv? Israel es un estado etno-religioso que aspira al dominio regional para crear lo que se conoce como Eretz Israel, el Gran Israel, un estado-nación basado en la visión del apartheid de que sólo los judíos, como elegidos por Dios, pueden gobernar y tener plenos derechos en el área que controlan. La visión moderna de lo que eso incluiría, tal como la imaginan los defensores extremistas de la expansión del estado judío, se extendería desde el río Nilo en Egipto hasta el río Éufrates en Irak, junto con el sur del Líbano hasta el río Litani. Naciones como Jordania y Siria serían absorbidas en el proceso y no habría palestinos.

Nosotros e "Israel", la hipocresía de la negación

El autor analiza y desenmascara la negación, en el contexto israelí que no es únicamente un defecto cognitivo, sino una grave deficiencia moral.

Muhammad Halsa, Al Mayadeen

En un esfuerzo frenético por imponer leyes y penas severas a quienes nieguen su narrativa, independientemente de su credibilidad, "Israel" recurre en cruda y flagrante contradicción, a la negación de sus propios crímenes y de todo lo que rebata su política o resulte desagradable por parte de sus oponentes.

El martes, el Knesset israelí, aprobó una ley similar a la de negación del Holocausto, que castiga con hasta cinco años de prisión a quien niegue los hechos ocurridos durante el ataque de Hamas el 7 de octubre de 2023. Este proyecto de ley fue descrito por el gobierno israelí como la "ley de la masacre del 7 de octubre".

Según el texto de la nueva legislación, "cualquiera que niegue públicamente los acontecimientos del 7 de octubre se enfrentará a una pena de hasta cinco años de prisión.

Las notas explicativas del documento señalan que su propósito es prevenir mentiras y calumnias relacionadas con la masacre, cuya rápida difusión podría socavar los esfuerzos por "probar la verdad histórica".

Además, busca impedir intentos de proteger a los “autores” de los hechos o expresarles apoyo, algo que, según el proyecto, la negación de la masacre podría facilitar.

El papel de EEUU en el ataque ucraniano a TurkStream


Onur Sinan Güzaltan, Mehmet Perinçek, Unidet World

Entrevista de Mehmet Perinçek y Onur Sinan Güzaltan en el diario ruso Izvestia

El Ministerio de Defensa ruso anunció que el ejército ucraniano llevó a cabo un ataque con vehículos aéreos no tripulados (UAV) contra una estación de compresión en la región de Kransnodar que suministra gas natural al gasoducto TurkStream. El comunicado reveló que los nueve UAV utilizados en el ataque fueron destruidos por los sistemas de defensa antiaérea y que el gasoducto siguió funcionando con normalidad.

Los autores de UWI Mehmet Perinçek y Onur Sinan Güzaltan evaluaron el ataque con drones del ejército ucraniano al gasoducto TurkStream para el diario ruso Izvestia.

Ucrania y el acuerdo con EEUU contra Turkish Stream

Perinçek declaró que el ataque ucraniano no es sorprendente y valoró el asunto de la siguiente manera: «Este ataque no es sorprendente, porque no es el primer intento. Kiev ya había intentado destruir el Turkish Stream, ha habido otros intentos. Y no sólo eso, sino que también anunciaron oficialmente que querían interferir en el trabajo del Turkish Stream, firmaron un memorando con Washington hace 5-6 años. Y Estados Unidos y Ucrania han anunciado oficialmente que quieren cooperar contra el Turkish Stream».

Todos los imperios caen


Antonio Gershenson*, La Jornada

Todos los imperios caen. Y el que están pretendiendo construir Donald Trump y Elon Musk juntos también caerá. Nuevamente necesitamos revisar la historia y constataremos que no hay nada nuevo en el frente. La historia se repite y las leyes sociales se manifiestan de nuevo.

Los negocios inmobiliarios del presidente Trump y la invasión de empresas y otros negocios del sudafricano Musk aparentemente tienen una fuerza invencible.

Un ejemplo de ese tipo de imperios todopoderosos por lo avasallador fue el imperio romano. Recordemos que, en Europa occidental, se manifestó como un superestado centralizado cuya duración alcanzó los 500 años. Y finalmente se derrumbó.

Su fuerza, como ya dijimos, fue invencible para cualquiera de los países que existían en ese momento. La presencia de los militares romanos fue desvaneciéndose, debilitando su fuerza en forma gradual, casi imperceptible, pero después de cientos de años, diversos motivos provocaron su derrumbe final.

Algo similar está sucediendo con la fuerza y presencia indudables del país que ha sido el más agresivo en el siglo XX, por su tipo de economía, por las ventajas que siempre obtiene de los países con los que entabla algún tipo de relación o bajo su dominio.

domingo, 26 de enero de 2025

La literatura que se anticipó a Trump


Miguel Salas, Sin Permiso

La plutocracia es el poder del dinero, de quienes poseen los medios de producción y controlan el trabajo de los demás. Los grandes intereses económicos no eran otra cosa que un grupo de hombres poderosos que controlaban el capital y dictaban las leyes según sus deseos. Gobernaban bajo el disfraz de la democracia, pero en realidad eran los amos del pueblo. La oligarquía se aseguraba de que el pueblo no tuviera ningún acceso real al poder, mientras que sus riquezas crecían a costa de los trabajadores. Los hombres de la oligarquía no dudaban en emplear cualquier medio para aplastar la disidencia y mantener su posición privilegiada. Estas ideas, fácilmente reconocibles en la realidad actual, son uno de los hilos de El Talón de Hierro novela escrita por Jack London y publicada en 1908.

Un mentiroso grande y descarado siempre será más creído que un hombre honesto. Prometió expulsar a los extranjeros que habían venido a robar el pan de los verdaderos estadounidenses. El inmigrante era el enemigo perfecto: sin poder, sin voz y fácilmente señalado como culpable de todo lo malo que ocurría. Cuando haces que la gente tema a un enemigo imaginario, puedes hacer que acepten cualquier cosa en nombre de la seguridad. Son ideas que parecen describir algunas de las políticas de la Administración Trump, pero fueron publicadas en 1935 en la novela Eso no puede pasar aquí de Sinclair Lewis.

Ambas novelas se presentan como una distopía, el relato de unos hechos que muestran un futuro indeterminado que hoy parecen hacerse realidad. La distopía ya está aquí. La buena literatura se anticipó a todo lo que puede representar Trump.

Estados Unidos: ecos facistas


Editorial de La Jornada

Una semana después de haber realizado el saludo nazi durante las celebraciones por la investidura de Donald Trump, Elon Musk apareció vía videoconferencia en un acto de campaña del partido neonazi AfD (Alternativa por Alemania). En su breve alocución, el hombre más rico del mundo dijo a la audiencia que es bueno estar orgulloso de la cultura alemana, de los valores alemanes y no perderlos en una especie de multiculturalismo que lo diluye todo, palabras calcadas de las advertencias de Adolf Hitler y sus secuaces acerca de la amenaza de dilución de la raza alemana.

Musk es quizá el más extremista y mediático de los multimillonarios que acompañan a Trump, pero dista de ser el único. En meses recientes, el director de las redes sociales más poderosas del mundo, Mark Zuckerberg, completó un giro a la derecha que parece tener tanto de intento de congraciarse con el presidente de Estados Unidos como de convicción propia en los antivalores del conservadurismo. Así, integró a la junta directiva de su conglomerado Meta a Dana White, empresario del círculo íntimo del mandatario bien conocido por sus posturas retrógradas; eliminó a los verificadores de información independientes y movió los equipos responsables de las políticas de contenido a bastiones republicanos. Dichos movimientos indican que en lo sucesivo Facebook e Instagram abandonarán por completo a mujeres, integrantes de la comunidad de la diversidad sexual, latinos, afroamericanos y personas con puntos de vista progresistas a manos de las hordas de bots y trolls de derecha que difunden discursos de odio, perpetran actos de hostigamiento y amenazan las vidas de quienes consideran indeseables, tal como ocurre en X desde que fue adquirida por Musk. Zuckerberg ha dado muestras de comulgar con el ideario misógino de la audiencia a la que ahora corteja al declarar, por ejemplo, que el mundo empresarial se ha feminizado y que necesita más energía masculina.

A un año del derribo del UL-76: el tiempo confirma la evidencia


Nahia Sanzo, Slavyangrad

Por su propia naturaleza, por el volumen de recursos utilizados simultáneamente y no necesariamente bajo un único mando, debido a errores o incluso por sabotaje, los escenarios militares suelen causar tragedias a priori evitables. En el caso de la aviación, ambos bandos en lucha en la guerra de Ucrania han sufrido, por ejemplo, pérdidas de aeronaves debido al fuego amigo. Es así como fue derribado erróneamente el primer F16 de la fuerza aérea ucraniana. Más allá de los cazas utilizados para la actividad en el frente, la aviación es vulnerable también lejos de la primera línea de batalla y, a diferencia de otros aspectos, cualquier error o incidencia puede derivar en decenas de muertes imprevistas. Hace cinco años, 176 personas murieron cuando Irán derribó un Boeing 747 de la aerolínea nacional ucraniana al confundir la aeronave civil con un misil estadounidense en el marco de la escalada política y militar en alza entre los dos países en ese momento. Seis años antes, como Ucrania recuerda anualmente, el MH17 de Malaysian Airlines fue derribado, probablemente también por error al ser confundido con una aeronave militar, sobre los campos de Donbass, provocando 298 muertes de civiles sin ninguna relación con la guerra. En ambos casos, la confusión provocó errores humanos que no debieron producirse y que supusieron un elevado número de víctimas mortales completamente inocentes.

Hace exactamente un año, sobre los cielos de la región rusa de Belgorod, fronteriza con el oblast ucraniano de Járkov, se produjo otro sangriento episodio en el que un derribo erróneo causó la muerte de 74 personas entre la tripulación, 65 prisioneros de guerra ucranianos que debían ser intercambiados ese mismo día y el personal que acompañaba para ese proceso. La noticia del derribo de una aeronave sobre territorio ruso provocó la euforia de parte del público ucraniano, acostumbrado a celebrar rápidamente sus éxitos sin comprobar primero qué había ocurrido. A lo largo de las siguientes horas, el cruce de versiones y las acusaciones mutuas, habitual reacción de ambos bandos en casos de incidentes con elevadas bajas, se convirtió en una maraña de teorías y versiones que no ayudaron a dar credibilidad al discurso de Kiev.

El abandono de Aristóteles


Aleksandr Dugin, Geopolitika

La pseudociencia moderna comenzó con la eliminación de tres de las cuatro causas de Aristóteles. Únicamente se conservó una, la causa efficiens, la causa del movimiento. Como resultado, los objetos perdieron tres de sus cuatro dimensiones: la eidética, la hilística y, sobre todo, la entelequial. El objeto dejó de estar determinado por un significado espiritual, es decir, la forma del elemento, y perdió el objetivo del movimiento en el cual se sintetizaban las tres causas anteriores. El objeto se convirtió en un objeto irrelevante (desconocido) que simplemente estaba en movimiento. Esto significa que sólo existe el movimiento, el cual está por completo desconectado de la identidad eterna (causa formalis), de la maleabilidad/elasticidad caótica (causa materialis) y, lo que es más importante, ya no tiene una meta fija (causa finalis). Tal movimiento no tiene un punto final; carece de un objetivo determinado. Cualquiera que este familiarizado con la filosofía griega comprenderá que se trata «de los átomos y vórtices descritos en las enseñanzas de Demócrito y de Epicuro». Y tiene razón.

Al suprimir la causa final eliminamos el eje en torno al cual gira el mundo y despojamos al tiempo de su orientación. En esencia, desde el principio, la física del Renacimiento (Galileo, Newton) sentó las bases del actual posmodernismo: reciclaje, poshistoria, referencia, disolución del sentido e ironía nihilista.

sábado, 25 de enero de 2025

Proyecto Stargate: Trump se asoció con los oligarcas del Big Tech para impulsar una distopía orwelliana con IA, vacunas ARNm y transhumanismo

El proyecto Stargate, anunciado por Donald Trump junto a oligarcas globalistas del Big Tech, representa un nuevo hito en inteligencia artificial y transhumanismo, pero también plantea preocupaciones sobre privacidad y control social.

Editorial Mente Alternativa

El proyecto Stargate, anunciado recientemente por Donald Trump junto a líderes tecnológicos como Larry Ellison (Oracle), Sam Altman (OpenAI) y Masayoshi Son (SoftBank), marca un nuevo hito en la expansión de la inteligencia artificial (IA) y la tecnología transhumanista. Sin embargo, este ambicioso plan no está exento de controversias, ya que plantea serias preocupaciones sobre privacidad, vigilancia masiva y el equilibrio entre progreso tecnológico y libertades individuales.

El Anuncio del Proyecto Stargate

Durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca, Trump presentó el proyecto Stargate como una iniciativa para construir una infraestructura de IA avanzada en Estados Unidos. El plan incluye inversiones de hasta 500 mil millones de dólares provenientes de fondos privados para desarrollar una red de centros de datos masivos en estados como Texas y Georgia. Estas instalaciones, que abarcarán hasta 5 millones de pies cuadrados cada una, requieren grandes cantidades de energía y recursos para operar.

“Stargate será la base para la próxima generación de inteligencia artificial”, declaró Trump. “Estas instalaciones son grandes, hermosas y representan una inversión significativa en el futuro tecnológico de nuestro país”. Sam Altman, de OpenAI, calificó el proyecto como “el más importante de esta era”, mientras que Larry Ellison señaló que ya están en marcha al menos 10 centros de datos, con planes de expansión en los próximos años.

¿Cuándo caerá el gobierno de Netanyahu?

El primer ministro de "Israel", Benjamín Netanyahu, junto con el ministro Bezalel Smotrich, siguen aferrados al control del gobierno, impulsados tanto por sus ambiciones personales como por los objetivos de guerra en Cisjordania, centrados en la anexión y la expansión de los asentamientos.

Muhammad Jaradat, Al Mayadeen

En el contexto habitual de "Israel", lo natural hubiera sido que el gobierno de Benjamín Netanyahu cayera en su totalidad hace ya varios meses.

Sin embargo, Netanyahu llevó a “Tel Aviv” por un rumbo completamente alejado de los valores y normas sobre los que se fundó la entidad.

Esto se evidencia sobre todo en su capacidad para priorizar sus ambiciones personales y partidistas por encima de cuestiones esenciales, como el regreso de los prisioneros israelíes, mientras centra los esfuerzos en la guerra y la venganza.

Además, empujó al país a soportar un prolongado desgaste en múltiples frentes, y lo más significativo, alteró la doctrina fundacional del Estado, que consistía en la subordinación del liderazgo político a las recomendaciones del ejército y los servicios de inteligencia.

Netanyahu ignoró todos los consejos y condujo al país de manera autoritaria por una senda extremadamente arriesgada.

La pregunta sobre el momento de la caída de Netanyahu y su gobierno no sigue el curso natural de las cosas. Aquí se habla de una caída, no de una dimisión.

La era del excepcionalismo interplanetario

Solo Estados Unidos puede cambiar la imagen de un genocidio y convertirlo en una gran oportunidad inmobiliaria en una ‘ubicación fenomenal’

Pepe Escobar, Strategic Culture

Empecemos con la conclusión clave: el Destino Manifiesto llega a las estrellas. Literalmente.

Trump 2.0, el mayor espectáculo del mundo, empezó con una (gran) explosión: «Perseguiremos nuestro Destino Manifiesto hasta las estrellas». Y eso significa plantar la bandera estadounidense en Marte. De verdad. No una película de Netflix. No es de extrañar que el compañero platino Elon Musk, director ejecutivo de SpaceX, se entusiasmara al instante.

Bienvenido al excepcionalismo interplanetario. Literalmente. Como en la tierra de los libres, hogar de los valientes, en esta nueva era dorada, será «mucho más excepcional que nunca». El declive imperial ha terminado. Abraza el nuevo Imperio, brutalmente benigno. O de lo contrario.

En términos prácticos, todo comenzó, como era de esperar, con una ráfaga de órdenes ejecutivas, como un vórtice psicodélico.

Es hora de enviar tropas a la frontera sur (El Paso ya está bloqueada) para detener la «invasión» de inmigrantes ilegales; declarar a los cárteles de la droga como organizaciones terroristas; y renombrar el Golfo de México como «Golfo de América».

El saludo de Musk y la nueva nobleza

El espectáculo performativo de la asunción de Donald Trump enmascara un cambio más profundo: la consolidación de un sistema en el que el control sobre la verdad, la percepción y la agencia está en manos de quienes dominan el paisaje digital, capaces de modelar la realidad a su antojo.

Jorge González Arocha, Jacobin

«El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos»
—Antonio Gramsci

Existe una famosa historia, atribuida a Hegel, que ha sido ampliamente utilizada para ilustrar su filosofía y su relevancia para el pensamiento moderno. En una carta a Friedrich Immanuel Niethammer fechada el 13 de octubre de 1806, el filósofo alemán relata haber visto a Napoleón, a quien se refiere como «el alma del mundo», montando a caballo. Más allá de los detalles históricos y filosóficos del suceso, esta frase ha pasado a formar parte de la leyenda romántica que rodea a La fenomenología del espíritu, porque ocurrió justo dos días antes de que el emperador pusiera fin al Sacro Imperio Romano Germánico y Hegel terminara esa obra monumental, marcando un punto de inflexión en la historia del pensamiento europeo.

Algo más de doscientos años después, Donald Trump vuelve a la Casa Blanca generando conmoción a nivel global. No solo por la controversia inherente a sus políticas, sino también por lo que su victoria representa en términos históricos y sociales. Un análisis superficial podría comparar al nuevo presidente con un Napoleón moderno que, al igual que aquella figura histórica, reúne las principales características de este tiempo. Su coronación, el pasado 20 de enero, consolidó su posición histórica como símbolo de los tiempos que corren.

Sin embargo, tanto la ceremonia de investidura como su victoria en noviembre trascienden lo estrictamente personal. No se trata solo de lo que Trump representa individualmente, sino de cómo expone las nuevas dinámicas del poder en el siglo XXI. Estas no solo tienen que ver con los impuestos, el proteccionismo económico, la diplomacia fuerte y su política migratoria. El 20 de enero marcó la legitimación definitiva, también, del tecnofeudalismo, no como una simple construcción simbólica sino como una forma de poder ya consolidada.

viernes, 24 de enero de 2025

La bomba china DeepSeek sacude el despilfarro de 500 mil millones de dólares de inteligencia artificial de Trump


Mike Whitney, The Unz Review

El futuro de la humanidad se está decidiendo en estos momentos. Y no se está decidiendo en un campo de batalla en Europa del Este, Oriente Medio o el estrecho de Taiwán, sino en los centros de datos y las instalaciones de investigación donde los expertos en tecnología crean “la infraestructura física y virtual para impulsar la próxima generación de inteligencia artificial”. Se trata de una batalla campal en toda regla que ya ha provocado numerosas bajas, aunque no lo dirías leyendo los titulares que suelen ignorar los recientes acontecimientos “cataclísmicos”. Pero cuando el presidente Trump anunció el lanzamiento de un proyecto de infraestructura de inteligencia artificial de 500.000 millones de dólares (Stargate) el martes, apenas horas después de que China lanzara su DeepSeek R1, que “supera a sus rivales en capacidades avanzadas de codificación, matemáticas y conocimientos generales” , se hizo dolorosamente evidente que la batalla por el futuro “está en marcha” a lo grande. Y no es una batalla que ninguno de los dos bandos pueda permitirse perder. Así lo resumió el experto en tecnología Adam Button:
Imaginemos que estamos en 2017 y que el iPhone X acaba de salir al mercado. Se vendía a 999 dólares y Apple estaba arrasando en ventas y construyendo una amplia ventaja en torno a su ecosistema.

Ahora imaginemos que, tan solo unos días después, otra empresa presenta un teléfono y una plataforma que son iguales en todos los aspectos, si no mejores, y el precio es de solo 30 dólares.

Eso es lo que sucedió en el espacio de la IA hoy. DeepSeek de China lanzó un modelo de código abierto que funciona a la par de los últimos modelos de OpenAI, pero cuyo funcionamiento cuesta una fracción ínfima. Es más, incluso puedes descargarlo y ejecutarlo gratis (o por el costo de tu electricidad) por tu cuenta.

El producto es un gran salto en términos de escalabilidad y eficiencia y puede cambiar radicalmente las expectativas sobre cuánta potencia y computación se necesitarán para gestionar la revolución de la IA. También llega apenas horas antes de que Trump anuncie una inversión de 100.000 millones de dólares en centros de datos estadounidenses. El modelo muestra que hay diferentes formas de entrenar modelos de IA fundamentales que ofrecen los mismos resultados con un coste mucho menor. También abre muchas más aplicaciones para la IA que antes habrían sido demasiado caras de ejecutar, lo que debería ampliar las aplicaciones en la economía real. El DeepSeek de China puede haber cambiado radicalmente la economía de la IA, según Forex Live

La guerra híbrida de Trump

La estrategia de Trump se caracterizará por la voluntad de poner fin a las guerras en Europa y Oriente Próximo, con el objetivo de aislar/endeudar por otras vías a Rusia e Irán (y a China)

Enrico Tomaselli, Sinistra in Rete

A pesar de las grandes expectativas con las que ha conseguido rodear su segundo mandato presidencial, es muy poco probable que Trump pueda y vaya a introducir un cambio radical en la política internacional estadounidense.

Y ello por la sencilla y obvia razón de que las líneas estratégicas de una gran potencia no pueden estar sujetas a cambios continuos, salvo a nivel táctico y para los ajustes que la evolución de las situaciones haga necesarios, y que por tanto no es una presidencia la que imparte la dirección, sino que es ésta la que determina al presidente.

Sin perjuicio, por tanto, de que la presidencia de Trump (que, por otra parte, ha sido claramente reivindicada) tendrá como objetivo la reafirmación de la hegemonía estadounidense, y desde luego ninguna apertura al multipolarismo, queda por saber cómo desarrollará concretamente esta línea estratégica, sobre todo en lo que respecta a las grandes zonas de crisis, pero no sólo.

Si nos fijamos, por ejemplo, en la crisis ucraniana, sobre la que, por otra parte, se ha centrado la atención, podemos ver cómo la posición estadounidense -tal y como se está perfilando cada vez más- se caracteriza sobre todo por un enfoque reductor, es decir, considera el conflicto como una cuestión circunscrita, que debe mantenerse y resolverse en un ámbito limitado, sin abordar por tanto las cuestiones fundamentales que subyacen en él, como es no sólo la pertenencia o no de Ucrania a la OTAN, sino también su neutralidad/desmilitarización y, lo que es aún más importante, una nueva arquitectura de seguridad mutua en Europa y a escala mundial.

La crisis de competencias que prolifera en Occidente

La "extraña derrota" es la de la "curiosa" incapacidad de Europa para entender a Ucrania o su mecánica militar.

Alastair Crooke, Strategic Culture

El ensayista y estratega militar Aurelien ha escrito un artículo titulado La extraña derrota (original en francés). Aurelien destaca la extraña falta de realismo con la que Occidente ha abordado la crisis.
“…y la disociación casi patológica del mundo real que muestra en sus palabras y acciones. Sin embargo, incluso mientras la situación se deteriora y las fuerzas rusas avanzan por todas partes, no hay señales de que Occidente esté adoptando una concepción más realista, y es muy probable que siga viviendo en su construcción alternativa de la realidad hasta que sea expulsado por la fuerza”.
El autor continúa explicando con cierto detalle (omitido aquí) por qué la OTAN no tiene una estrategia para Ucrania ni un plan operativo real:
“Sólo cuenta con una serie de iniciativas ad hoc, unidas entre sí por aspiraciones vagas que no tienen conexión con la vida real, más la esperanza de que ‘algo [beneficioso] ocurrirá’. Nuestros actuales líderes políticos occidentales nunca han tenido que desarrollar tales habilidades. Sin embargo, en realidad es peor que eso: al no haber desarrollado esas habilidades, al no tener asesores que las hayan desarrollado, no pueden entender realmente lo que están haciendo los rusos, cómo y por qué lo están haciendo. Los líderes occidentales son como espectadores que no conocen las reglas del ajedrez o del Go, y están tratando de averiguar quién está ganando”.

jueves, 23 de enero de 2025

La derrota de Occidente en el pensamiento de Emmanuel Todd

La caída de valores que le dieron primacía descompone los Estado Nación y la democracia liberal. La guerra en Ucrania pone de manifiesto la desindustrialización de Occidente. Es el resultado de creer que las finanzas generan valor, producto de la neoliberalización de las economías.

Eric Calcagno, La Haine

No, nadie pensaba que habría una guerra en Europa, "el continente de la paz perpetua"; no, nadie esperaba que un conflicto surgiera entre Rusia y EEUU, cuando éste persigue a China; no, ni Ucrania arrolló al ejército ruso ni las sanciones impuestas por Occidente afectaron la economía rusa (más bien la fortalecieron); no, Europa ya no juega ningún rol relevante, todo es Reino Unido y más OTAN; no, la industria bélica occidental no puede abastecer las necesidades ucranianas en el frente (ni las propias). No. Ninguna de las predicciones realizadas antes de la guerra en Ucrania se cumplieron. Así empieza "La derrota de Occidente", por ahora el último libro del francés Emmanuel Todd. Sí, es cierto, habla de la guerra en Ucrania; si, analiza a Europa, a los EEUU y por supuesto sí, a Occidente.

Emmanuel Todd nació en 1951 en Saint-Germain-en-Laye, conurbano parisiense chic, de una familia habitada por la cultura, la política y el compromiso. El abuelo que Todd no conoció -aquel amigo del alma de Jean Paul Sartre- fue el filósofo Paul Nizan, caído en combate en las afueras de Dunquerque en 1940. El padre de Emmanuel es Olivier Todd, uno de los pilares del periodismo francés de la posguerra, además de ser primo de Claude Levi-Strauss. Corona ese capital cultural Emmanuel Le Roy Ladurie, un amigo de la familia, que además de ser discípulo de Fernand Braudel le dará al joven Todd el gusto por la historia de las mentalidades. Es la marca de calidad de la Ecole des Annales, fundada en los años 1930 por Lucien Febre y March Bloch. Una de las metodologías privilegiadas es la cuantificación estadística sobre la base de la documentación de la época estudiada antes que sobre los relatos de reyes y batallas. Ese tiempo largo que se mide en siglos también incorpora el tiempo medio, lo que llamamos mediano plazo, medido en decenios, y el tiempo de los acontecimientos, que suelen ser más cotidianos.

Emmanuel Todd estudiará tanto en París como en Cambridge los sistemas familiares a lo largo de los siglos, y la influencia de la estructura familiar en los sistemas políticos y económicos. En un momento donde el estudio del largo y mediano plazo ya no existe, desalojado que fuera por el acontecimiento reducido a la anécdota o al chisme, "La derrota de Occidente" tiene el mérito de restablecer algunas evidencias olvidadas, algunos métodos relegados, el necesario debate de ideas. Sí, son esas argumentaciones teóricas propias de los intelectuales, antes de ser desplazados por los marketineros, ellos mismos sacrificados en el altar de youtubers, influencers o redes, vacías hasta la náusea.

Las prioridades políticas de extrema derecha de Musk son peligrosas para la comunidad internacional

El respaldo de Elon Musk a ideologías de extrema derecha, teorías conspirativas y políticas divisivas, combinado con su esperado papel en la administración Trump, plantea una amenaza importante para la paz internacional, la estabilidad global y los derechos de las minorías.

Hamzah Rifaat, Al Mayadeen

Elon Musk es conocido por promover teorías de conspiración y puntos de vista de supremacía blanca mediante plataformas de redes sociales. Por lo tanto, no debería sorprender que ahora esté destinado a convertirse en el principal aliado de Donald Trump en la administración entrante en Washington DC. Sin embargo, lo que es más preocupante, aunque menos sorprendente, es su abierto respaldo a partidos, movimientos y organizaciones políticas de extrema derecha en toda Europa y su búsqueda de polarizar la opinión global, alterar la política del statu quo y afianzar la islamofobia en la formulación de políticas nacionales. Si bien sus tuits resultaron en una reacción violenta de los políticos en Europa que censuraron al empresario por intolerancia crasa, Musk está destinado a desempeñar un papel clave en el aparato político de Washington DC a medida que las políticas de Trump se instrumentalizan e implementan.

Esto es peligroso para la comunidad internacional por varias razones.

La agenda de Musk: divide y vencerás

Musk es conocido por ser un magnate de los negocios, un magnate y propietario de X y Tesla Motors, pero su craso desprecio por las normas internacionales, la globalización y su abierto respaldo a la supremacía racial, la islamofobia y el ultraconservadurismo lo han convertido en una figura polarizadora.
Las opiniones de Musk se consideran aún más alarmantes dado que proviene de Pretoria, en Sudáfrica, un país que ha tenido un legado profundo y divisivo de racismo y apartheid del gobierno de minoría blanca contra la población predominantemente negra.
Sin embargo, sus tuits sugieren que quiere presenciar el mismo legado de intolerancia, racismo y discriminación en Europa, que excluye y ataca a las poblaciones no blancas, musulmanas e inmigrantes.

Tecnato de Norteamérica: ¿Trump quiere hacer realidad la dictadura tecnocrática que soñó el abuelo de Elon Musk?

El Tecnato de Norteamérica (Technocracy Inc.) es una propuesta concebida en la década de 1930 por la Sociedad Fabiana y Joshua Haldeman, abuelo materno de Elon Musk, que plantea integrar territorios como Canadá, Groenlandia, México, Centroamérica, el Caribe y parte del norte de Sudamérica bajo una estructura dirigida por “especialistas”, cuyo objetivo sería reemplazar la democracia y el capitalismo. Según el historiador José Luis Preciado, esta idea ha resurgido en estrategias contemporáneas, como las iniciativas de Donald Trump de renombrar el Golfo de México y buscar el control de Groenlandia, Canadá y Panamá, las cuales reflejan un impulso expansionista planificado por la criptocracia occidental. Este enfoque parece alinearse con el concepto histórico del Tecnato, reinterpretando asimismo elementos de un proyecto ultraglobalista que, aunque ha dejado de ser un modelo viable de gobernanza mundial, ahora sintetiza algunos de sus principios y se presenta como un caballo de Troya para el continente americano en un nuevo orden multipolar.
En los mapas del tecnato trazados desde la década de 1930, se incluían Groenlandia, Alaska, Canadá, Estados Unidos, México, todos los países soberanos de Centroamérica, así como parte del norte de Colombia y Venezuela.

José Luis Preciado, Mente Alternativa

Desde que Donald Trump inició su carrera política, ha desafiado las normas geopolíticas con propuestas y declaraciones controversiales. Este artículo explora sus recientes intenciones de rebautizar el Golfo de México, apropiarse de Groenlandia, Canadá y Panamá, y cómo estos movimientos encajan en una estrategia más amplia de control global, de la cual fue parte el abuelo materno del transhumanista y contratista masivo del Pentágono, Elon Musk.

La propuesta de Donald Trump de rebautizar el Golfo de México como “Golfo de América” refleja una narrativa imperialista que busca reforzar la influencia estadounidense en la región. Aunque el nombre actual tiene raíces históricas que datan de 1524, la iniciativa ha generado rechazo internacional, especialmente en México, donde se percibe como un intento de apropiación al menos simbólica de los recursos petrolíferos del golfo. Paralelamente, el interés de Trump en Canadá (al que quiere anexar como estado 51) y Groenlandia (a donde viajó recientemente uno de sus hijos) pone de manifiesto su enfoque hacia el Ártico, una región rica en recursos naturales y punto estratégico para provocar a Rusia. Las declaraciones sobre posibles intervenciones militares en Groenlandia y las presiones económicas sobre Canadá han suscitado preocupaciones sobre la soberanía de estos territorios y la estabilidad geopolítica.

miércoles, 22 de enero de 2025

Por qué y cómo la clase social sigue siendo importante

Está de moda declarar que el marxismo no tiene mucho que decir sobre las sociedades complejas y modernas. Pero la clase y los intereses materiales que genera siguen siendo los rasgos centrales del capitalismo. Nick French presenta una reseña de The Class Matrix. Social Theory after the Cultural Turn, de Vivek Chibber (Harvard University Press, 2022)

Nick French, Jacobin

Aunque Occupy Wall Street, las campañas presidenciales de Bernie Sanders y otros acontecimientos devolvieron el tema de la clase y la desigualdad económica a la conciencia pública de los Estados Unidos en los últimos años, este resurgimiento fue acompañado de denuncias sobre el marxismo como un marco anticuado para el análisis social y político. Los expertos y los políticos nos advierten de los peligros de centrarnos demasiado en la clase o de tratarla como algo «más importante» que otras identidades sociales o formas de jerarquía.

Estos estribillos populares se hacen eco de afirmaciones que dominaron la teoría social académica durante décadas. Mientras que Karl Marx y sus seguidores consideraban que las fuerzas económicas eran fundamentales para entender la estabilidad y los conflictos sociales, los partidarios del «giro cultural» en la teoría social conceden un lugar de honor a los factores no económicos. Si la clase es una cuestión de ubicación de una persona en una estructura económica —si, por ejemplo, posee medios de producción o debe vender su fuerza de trabajo para ganarse la vida—, entonces tiene poco poder predictivo para explicar por qué la gente hace lo que hace, argumentan los culturalistas. En su lugar, deberíamos fijarnos en factores culturales contingentes: normas sociales, valores y prácticas religiosas.

Es fácil ver el atractivo de estos argumentos. A pesar de la renovada preocupación por la desigualdad económica representada por Sanders y fenómenos afines en otros lugares (el corbynismo en Gran Bretaña, Podemos en España, La France Insoumise), las críticas basadas en la clase social no lograron captar el apoyo de las clases trabajadoras a gran escala. Los viejos partidos de izquierda están en declive y cada vez más trabajadores gravitan hacia la derecha. La política mundial sigue experimentando un reajuste de clases: en comparación con principios y mediados del siglo XX, la clase se está convirtiendo en una categoría cada vez menos destacada de identidad y conflicto políticos. Las divisiones partidistas se están endureciendo, pero ningún bando afirma de forma creíble que representa los intereses —o que puede ganarse la lealtad— de los trabajadores.

El dólar estadounidense como arma: ¿funcionará?


Michael Hudson, The Unz Review

Trump ha promovido una serie de planes para fortalecer a Estados Unidos, a expensas de otros países. Dado su lema “nosotros ganamos, ustedes pierden”, algunos de sus planes producirían el efecto opuesto al que él imagina.

Eso no sería un gran cambio en la política estadounidense, pero creo que la Ley de Hudson puede estar alcanzando su punto máximo con Trump: cada acción estadounidense que ataque a otros países tiende a ser contraproducente y termina costando a la política estadounidense al menos el doble.

Hemos visto que se ha vuelto normal que los países extranjeros sean los beneficiarios de la política agresiva de Estados Unidos. Este es el caso más obvio de las sanciones comerciales de Estados Unidos contra Rusia. Si Estados Unidos no es el perdedor (como en el caso del corte del gasoducto Nord Stream, que condujo a un aumento vertiginoso de sus exportaciones de GNL), sus aliados pagarán el costo. El costo en unos pocos años puede ser que Estados Unidos haya perdido Europa y la OTAN como resultado de la presión de los países europeos para que declaren su independencia de la política estadounidense.

Para acelerar la partida del invitado europeo, los líderes de la OTAN exigen sanciones contra Rusia y China, afirmando que “las importaciones equivalen a dependencia”. Lo que seguirá serán contrasanciones rusas y chinas que bloquearán la venta de otras materias primas a la UE.

El capitalismo muskiano y su odisea espacial


Luis Hernández Navarro, La Jornada

A lo largo de la historia, los imperios se han establecido conquistado territorios, mares y aire. Ya no es suficiente. Desde la lógica de las su perpotencias y sus magnates, el futuro será de quien domine el espacio exterior.

Así de claro lo advirtió Donald Trump, en su discurso frente de toma de posesión frente al Monumento al presidente Abraham Lincoln: “Vamos a ir otra vez a la Luna, y plantaremos la bandera de Estados Unidos en Marte pronto”, dijo. En esta apuesta por el porvenir, sobresale el hombre más rico del mundo, Elon Musk. Consejero delegado de la fabricante de automóviles Tesla, fundador de la compañía aeroespacial SpaceX, que, según él, se propone llevar a la humanidad a Marte y garantizar la supervivencia de la especie.

Controla, también, la red social X, la firma de inteligencia artificial xAI y la empresa de túneles Boring Co. Su fortuna se calcula en más de 421 mil millones dólares, según la lista de mutimillonarios de Forbes. Nacido en Pretoria, en 1971, migró de Sudáfrica a los 17 años para eludir el servicio militar. Su visión de la vida está marcada tanto por la mercalodatria como por la ciencia ficción. La primera película que vio, y que influyó en su ensoñación con los viajes interestelares, fue Star Wars: Episodio IV; una nueva esperanza.

Una nueva era: el legado de Biden y las intenciones de Trump


Nahia Sanzo, Slavyangrad

La nueva era comenzó este lunes con la toma de posesión de Donald Trump, que inauguró su segundo mandato con un discurso previsiblemente nacionalista, con toques mesiánicos y centrado en la agenda doméstica, en el que prometió que “la edad dorada de América [Estados Unidos] comienza ahora”. Como se había anunciado previamente, los primeros decretos presidenciales se centraron en el aspecto que el nuevo presidente, su entorno más cercano y sus votantes más fieles consideran principal, expulsar al máximo número posible de migrantes. Es ahí donde va a centrarse la agenda política dura de la segunda presidencia de Trump, que en política exterior tendrá un eje claro a nivel continental, una especie de nueva doctrina Monroe mezclada con grandes dosis de una actualización del destino manifiesto. A esa importancia que la nueva presidencia va a dar al poder estadounidense en América -a ello está dirigido el nombramiento de Marco Rubio, un halcón que luchará activamente contra los gobiernos progresistas del continente- hay que añadir que será Trump quien determine ahora el papel estadounidense en los grandes conflictos mundiales. Además del enfrentamiento, fundamentalmente económico, aunque con componentes militares, contra China, la política de la Casa Blanca será clave tanto en Oriente Medio como en Ucrania.

Horas antes de la investidura, Vladimir Putin felicitó públicamente a Donald Trump por su retorno al poder y valoró positivamente la voluntad estadounidense de reiniciar los contactos diplomáticos. Aunque la retórica rusa se ha moderado y es previsible menor hostilidad por parte del Kremlin o de los medios rusos para dar una oportunidad a la diplomacia, el presidente ruso insistió en su mensaje en que lograr la paz a largo plazo, más allá de una tregua temporal o un cierre en falso del conflicto, implica “resolver las causas originales del conflicto”. No es difícil entender de esas palabras que Vladimir Putin se refiere a la arquitectura de seguridad europea y más concretamente a la expansión de la OTAN hacia la frontera rusa, algo que, quizá de forma ingenua, Rusia confía en poder detener por medio de un acuerdo con Estados Unidos, más sencillo con Donald Trump que con Joe Biden. Frente a una visión de la Alianza como herramienta de expansión de los valores occidentales y la democracia liberal, el trumpismo entiende la OTAN como una garantía de que no habrá en Europa un bloque antihegemónico que pueda hacer sombra a Estados Unidos. Para lograr ese objetivo, Washington necesita un número de países lo suficientemente grande para evitar que la unión del resto pueda compensar esa alianza, pero lo suficientemente reducido como para evitar un gasto excesivo. En ese planteamiento, países como Ucrania no son vistos como un lastre, como en ocasiones han manifestado JD Vance o Donald Trump JR., sino territorios difíciles de defender e innecesarios a la hora de cumplir con la función de la alianza. De esta forma, es probable que vaya a producirse un mayor rechazo de la administración Trump al camino euroatlántico de Ucrania -de ahí que Zelensky buscara la invitación oficial de adhesión a la Alianza de Joe Biden, para lograr lo que es consciente que no obtendrá de la nueva administración-, e incluso declaraciones en las que el nuevo presidente afirme comprender la preocupación rusa por la expansión de la OTAN.

martes, 21 de enero de 2025

No hay historia sin filosofía


Aleksandr Dugin, Geopolitika

La Historia es una secuencia de unidades semánticas llamados «acontecimientos», los cuales incluyen personalidades, procesos, cambios, oposiciones, catástrofes, logros, paisajes sobre los que se producen los hechos y, finalmente, toda una vastísima realidad con múltiples niveles que tiene varios significados. El significado de un acontecimiento se encuentra, a su vez, inextricablemente ligado al significado de otros acontecimientos. Es a partir de ese proceso que se teje la historia. Al mismo tiempo, el significado de un acontecimiento incluye la infinita riqueza de lo que constituye su naturaleza y fundamento.

La Historia, por lo tanto, es algo espiritual que sólo se revela a la mente filosófica familiarizada con la contemplación de las ideas. La Historia es un concepto filosófico e incluso teológico; no es una casualidad que hablemos de la Historia Sagrada en la que los significados de los acontecimientos se revelan a través de dogmas y axiomas religiosos y, que a su vez, estos dogmas y axiomas revelan sus detalles y riquezas en la historia.

Toda la Historia está estructurada como Historia Sagrada. Sólo las versiones seculares, ateas y materialistas tienen dogmas y axiomas diferentes ya que, en lugar de Dios, la Alianza, la Encarnación, la Salvación, la Providencia y la escatología promueven leyes inmanentes como la tierra, la sociedad, la biología y la fisiología, las luchas interespecies e intraespecies, el destino, el clima, la tecnología, la voluntad de poder, las formaciones históricas, etc. Esto nos lleva a concluir que la historia no existe fuera de un sistema religioso o ideológico.

El previsible colapso de la seguridad paneuropea

Lo único que Estados Unidos quería era la hegemonía sobre Europa. Ahora la tiene como nunca antes. Los verdaderos perdedores son los europeos.

Glenn Diesen, Brave New Europe

Durante la Guerra Fría, el sistema internacional se organizó en condiciones de suma cero. Había dos centros de poder con dos ideologías incompatibles que dependían de las tensiones continuas entre dos alianzas militares rivales para preservar la disciplina de bloque y la dependencia en materia de seguridad entre los aliados. Sin otros centros de poder ni un punto intermedio ideológico, la pérdida de uno era una ganancia para el otro. Sin embargo, ante la posibilidad de una guerra nuclear, también había incentivos para reducir la rivalidad y superar la política de bloques de suma cero.

Las bases para una arquitectura de seguridad paneuropea que mitigara la competencia en materia de seguridad nacieron con los Acuerdos de Helsinki de 1975, que establecieron reglas de juego comunes para el Occidente capitalista y el Este comunista en Europa. El desarrollo posterior de la confianza inspiró el “nuevo pensamiento” de Gorbachov y su visión gaullista de un hogar europeo común para unificar el continente.

En su famoso discurso ante la ONU en diciembre de 1988, Gorbachov anunció que la Unión Soviética reduciría sus fuerzas militares en 500.000 soldados y que 50.000 soldados soviéticos serían retirados del territorio de los aliados del Pacto de Varsovia. En noviembre de 1989, Moscú permitió la caída del Muro de Berlín sin intervenir. En diciembre de 1989, Gorbachov y Bush se reunieron en Malta y declararon el fin de la Guerra Fría.

Cómo “Israel” se vio obligado a someterse a Gaza

Si no fuera por la increíble firmeza del pueblo de Gaza, la incansable resistencia armada, combinada con los esfuerzos sostenidos de los frentes de apoyo en Líbano, Yemen e Irak, la victoria no habría sido posible.

Robert Inlakesh, Al Mayadeen

En su primer discurso durante el genocidio de Gaza, el exsecretario general de Hozbullah, Sayyed Hassan Nasrallah, afirmó que “Hamas no perderá”. Quince meses después, el movimiento palestino firmó un acuerdo de cese al fuego y de intercambio de prisioneros, obligando de hecho a los israelíes a la sumisión.

Suponiendo que se mantenga el alto al fuego en Gaza, los israelíes han sufrido una derrota de la que tal vez nunca se recuperen del todo. Este análisis no se hace sin reconocer el crimen histórico cometido contra el pueblo de la Franja de Gaza, sino desde una perspectiva realista sobre el impacto que ha tenido una rendición israelí.

Los grupos armados palestinos en Gaza, incluidas las Brigadas Qassam de Hamas, nunca fueron lo suficientemente poderosos como para derrotar decisivamente al ejército israelí y capturar nuevos territorios en la Palestina ocupada, ni tampoco se hacían ilusiones sobre sus capacidades. Y aunque nadie podía imaginar la magnitud del sufrimiento humano y la carnicería que infligiría el régimen sionista, estaba claro que la Resistencia Palestina se preparaba para una larga guerra de desgaste.

Se puede decir que el mero hecho de que, en medio de una hambruna generalizada, el asesinato en masa de entre 47 mil personas (según las estimaciones más elevadas) y la destrucción de más del 80 por ciento de la infraestructura de Gaza, los grupos armados palestinos sigan existiendo como formidables fuerzas de combate, es nada menos que un milagro. No sólo las facciones de la Resistencia pudieron reagruparse y mantener su capacidad de disparar cohetes de largo alcance contra lugares como “Tel Aviv” y la Jerusalén ocupada, sino que Hamas pudo concluir un cese al fuego favorable y un intercambio de prisioneros.

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