miércoles, 20 de julio de 2016

El fallido intento de golpe en Turquía, ¿una victoria de la democracia?


Zeynep Gambetti, Open Democracy

Las imágenes de la evacuación de los soldados que habían ocupado los estudios de la CNN turca ilustra perfectamente la atmósfera hiperreal que marcó el quinto intento de golpe en la historia de la República Turca (cuatro de los cuales tuvieron éxito). A primeras horas del 16 de julio unos cuantos soldados habían parado las emisiones de la CNN turca. Una gran multitud de civiles se reunió fuera de los estudios para protestar. Cuando los soldados se acabaron rindiendo, los agentes de policía leales al gobierno del AKP estaban desbordados, eran incapaces de detener a la muchedumbre e impedir que se linchara a los soldados, lo que demuestra que aquella noche se borraron las delgadas líneas que separan autor y víctima, autoridad del Estado y poder de la muchedumbre. ¿Quién era el agresor y quién la víctima? ¿Quién protegía a quién? ¿De quién?

De hecho, se puede plantear las mismas preguntas respecto al propio golpe. En cuanto un par de vehículos militares cortó el tráfico del puente del Bósforo a última hora del viernes, el primer ministro calificó este hecho de “rebelión de una facción del ejército”. Para aquellas personas que habían sido testigo de los golpes de 1980 y 1997 estaba claro que, en efecto, se trataba de una facción, de lo contrario todas las calles principales habrían estado atestadas de tanques. Pero con la misma rapidez los usuarios de las redes sociales se preguntaron si se trataba de un genuino golpe o si había sido orquestado por el AKP para aumentar la popularidad del presidente Recep Tayyip Erdogan.

El día que 110 Premios Nobel devinieron obispos


Víctor M. Toledo, La Jornada

¿Cuál es la diferencia entre un testigo de Jehová, una familia fanática del islam, un grupo de jaredíes (judíos ultraortodoxos) y un premio Nobel? Después del 30 de junio pasado la respuesta podría ser… ninguna. Con la carta en que 110 laureados con el Premio Nobel denostaron a Greenpeace, acusándola de criminal, y defendieron a las gigantescas corporaciones que producen los alimentos transgénicos, se firmó un testamento que confirma el carácter intolerante y dogmático de amplios sectores de la academia, o su complicidad con los intereses corporativos. Nunca un conjunto de especialistas connotados, formados en las exigentes normas de la investigación científica, habían patinado tan bajo y mostrado tal nivel de fanatismo en nombre de la ciencia.

La carta, claro está, fue promovida por dos conocidos genetistas galardonados con el Nobel que, además, son empresarios biotecnológicos: Richard Roberts y Phillipe Sharp. Fue firmada mayoritariamente por premiados en medicina, química y física, algunos economistas, y extrañamente por la escritora austriaca Elfriede Jelinek, aguerrida feminista y anarcocomunista. Entre los firmantes destacan James Watson, codescubridor del ADN, quien fue defenestrado por su instituto por sus ideas racistas, y el mexicano Mario Molina, asesor de Coca-Cola y otras empresas. La carta se basa en tesis y argumentos falsos o sesgados agrupables en seis grandes temas:

martes, 19 de julio de 2016

FMI advierte altos riegos de crisis financiera en mercados emergentes


La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, advirtió que las economías insulares y los mercados emergentes corren cada vez un mayor riesgo de sufrir una crisis financiera. Según Lagarde, las costosas regulaciones y las preferencias empresariales están forzando a los bancos de Occidente a poner fin o suspender sus relaciones bancarias con jurisdicciones extranjeras más pequeñas.

En un texto escrito para un evento del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, la funcionaria puntualizó que los grandes bancos mundiales se están "replanteando sus correspondientes modelos bancarios con los países más pequeños" en vista de las regulaciones tras la crisis financiera y las normativas para combatir el blanqueo de capitales. Lagarde detalló que “algunas entidades han cortado sus vínculos con países que conllevan demasiado riesgo o que no resultan rentables”.

“La pérdida de relaciones bancarias subsidiarias en países en desarrollo mientras los grandes bancos tratan de limitar su exposición al riesgo podría marginar a pequeñas economías y provocar trastornos ‘sistémicos’ a sus mercados financieros”....“Los reguladores tanto en naciones con grandes centros financieros como en pequeños países necesitan hacer más para ayudar a los bancos a mantener esas relaciones”, expresó Lagardé.

lunes, 18 de julio de 2016

“El neoliberalismo se basa en políticas sociales penales”

Javier Lorca, Página 12

La obsesión social con la violencia criminal, las políticas represivas, la persistencia cultural del colonialismo, el control social y el neoliberalismo son los principales caminos que explora la socióloga brasileña Vera Malaguti Batista en El miedo en la ciudad de Río de Janeiro, su libro publicado por la editorial de la Universidad Nacional de San Martín. Si bien su trabajo se concentra en Brasil, sus reflexiones extienden su alcance entre las sociedades latinoamericanas. “El neoliberalismo se basa en políticas sociales penales: disuelve al Estado de bienestar y desarrolla un tratamiento de la pobreza desde la política penal”, dice en esta entrevista con Página/12.

–¿Por qué la violencia criminal es una de las grandes preocupaciones de las sociedades contemporáneas, al menos en América Latina?

–Creo que es una manera plástica de ejercer el control social sobre los sectores populares, criminalizando las estrategias de supervivencia de los pobres. En el período neoliberal, un período con mucha pobreza y desempleo, la criminalización fue una estrategia muy eficaz, incluso para la criminalización de la izquierda. Milo Batista dice que el criminal es un fetiche, porque tapa la conflictividad social que hay por detrás. Esta ha sido una estrategia tan eficaz que hoy en Brasil vemos una criminalización de la política. La criminalización se constituyó en el principal eje político. Ya no se discute un proyecto de país.

–¿A qué denomina “discursos del miedo”, cómo los caracteriza?

domingo, 17 de julio de 2016

No será el último golpe en Turquía

Robert Fisk, The Independent

Recep Tayyip Erdogan se lo merecía. El ejército turco nunca iba a seguir obedeciendo mientras el hombre que pudo recrear el Imperio Otomano convirtió a sus vecinos en enemigos y su país en una burla de sí mismo. Sería un grave error suponer dos cosas: que el aplastar un golpe militar es una cuestión momentánea y que después el ejército turco permanecerá obediente a su sultán; y considerar que al menos 161 muertos y más de 2839 detenidos es algo aislado del colapso de los estados-nación del Medio Oriente.

Los eventos del fin de semana en Estambul y Ankara están íntimamente relacionados con la ruptura de las fronteras y la credibilidad del Estado –la suposición que las naciones del Medio Oriente tienen permanentes instituciones y fronteras– infligió grandes heridas en todo Irak, Siria, Egipto y demás países del mundo árabe. La inestabilidad es ahora tan contagiosa como la corrupción en la zona, especialmente entre sus potentados y dictadores, una clase de autócratas de los que Erdogan fue un miembro desde que cambió la constitución para su propio beneficio y reinició su malvado conflicto con los kurdos.

sábado, 16 de julio de 2016

Francia: el fascismo y la lucha de clases


Maciek Wisniewski, La Jornada

Históricamente hay varias maneras de tapar la lucha de clases. Una, a la que el capitalismo recurre sobre todo en tiempos de crisis, es el fascismo. En su meollo, el fascismo es una revolución conservadora. Las pancartas de esta revolución gritan: ¡El capitalismo, sí!; ¡La lucha de clases, no!

Con esto los fascistas manifiestan que quieren una sociedad moderna, altamente industrializada, con empleo abundante, pero que es tradicional y respeta las viejas jerarquías; una sociedad capitalista libre de los antagonismos de clase.

He aquí donde está el problema.

La lucha de clases es inherente al capitalismo. La modernización y la industrialización erosionan las relaciones sociales. El avance del capital genera inestabilidad y acentúa los conflictos clasistas. Para ocultarlo los fascistas crean una narrativa que explica la desintegración y las tensiones, pero sin mencionar que son un resultado del desarrollo interno de la sociedad capitalista. La culpa –dicen– la tiene la invasión de un agente externo: ¡Todo estaba bien hasta que los judíos/los musulmanes penetraron nuestro cuerpo social! ¿La manera de sanarlo? Deshacerse de los judíos/los musulmanes.

jueves, 14 de julio de 2016

Theresa May enfrenta a la maldición europea


Marcelo Justo, Página 12

Theresa May se convirtió en la segunda primera ministra mujer de la historia británica y en la cuarta conservadora de los últimos 36 años que enfrenta ese gran fantasma que se ha cargado a todos sus predecesores: Europa. En 1990 la primera Dama de Hierro, Margaret Thatcher, tuvo que renunciar a raíz de las desavenencias internas sobre la Unión Europea. En 1997, su sustituto, John Major, perdió las elecciones al frente de un partido escindido a muerte entre euroescépticos y eurófilos. El 24 de junio pasado, David Cameron dimitió luego de que los británicos votaran a favor de dejar la Unión Europea. La pregunta obvia es: ¿podrá May superar esta “maldición europea” o será su próxima víctima?

En su debut discursivo como primera ministra May eludió con astucia la bala europea concentrándose en un sorprendente mensaje de justicia social. “Creemos en la unión de todos nuestros ciudadanos. Esto significa que tenemos que luchar contra la terrible injusticia de que los pobres tengan nueve años de vida menos que el resto, que los negros sean más duramente tratados por la Justicia que los blancos, que un muchacho blanco de clase trabajadora tenga menos oportunidades de acceder a la universidad, que una mujer gane menos que un hombre”, dijo May.

La lista de injusticias –que podrían haber sido pronunciadas por un laborista o un marxista– incluía a “los que sufren problemas mentales y no reciben ayuda, a los que son jóvenes y no saben si alguna vez van a acceder a su propio hogar, a los que no tienen seguridad laboral, a los que tienen miedo de no llegar a pagar su hipoteca”. May prometió que la prioridad del gobierno al tomar decisiones serían “todos los que están luchando denodadamente” y no han sido escuchados y comprendidos por “Westminster” (es decir, la clase política).

La falacia del futuro sin trabajo y de la revolución digital como causa del precariado


Vicenç Navarro, Público

Existe una percepción bastante generalizada de que las nuevas tecnologías de automatización, biotecnología, digitalización e inteligencia artificial están revolucionando los puestos de trabajo, con enormes implicaciones en el número de trabajos disponibles, pues todas estas innovaciones permiten, a través de un enorme crecimiento de la productividad, realizar las mismas tareas con un número mucho más reducido de trabajadores. Se supone que la sustitución de trabajadores por máquinas y robots es un fenómeno generalizado hoy en los países del capitalismo avanzado, atribuyéndose la disminución de la población que trabaja, así como los cambios que están experimentando aquellos que continúan trabajando, a la introducción de todos esos cambios que componen lo que se conoce como la revolución digital. Tal revolución no solo ha eliminado puestos de trabajo, sino que ha configurado los que permanecen, al permitir una gran flexibilidad del mercado laboral, sustituyendo trabajos estables por otros inestables. En esta percepción de lo que está ocurriendo en los modernos mercados de trabajo, se asume que de la misma manera que la cadena de montaje (propia del fordismo -que caracterizó la revolución industrial-) produjo a la clase trabajadora, la robótica y la inteligencia artificial propia de la llamada revolución digital están creando el precariado (mezcla de los términos “precario” y “proletariado”).

En esta lectura de la realidad, la clase trabajadora industrial está siendo sustituida por el precariado, trabajadores que tienen unas condiciones de trabajo muy precarias, con trabajos poco estables y muy flexibles, con bajos salarios y contratos muy cortos. En esta situación se asume que el mercado de trabajo estará compuesto por una minoría con trabajos estables y salarios altos, poseedores de elevado conocimiento especializado, que dirigirán las empresas digitalizadas, un número mayor de trabajadores poco especializados y con bajos salarios, y una gran mayoría que no tendrá trabajo, pues la revolución digital irá haciendo innecesario el trabajo que requiere una intervención humana. De ahí la imagen de que nos encontraremos en un futuro muy próximo con que casi la mitad de puestos de trabajo habrá desaparecido.

miércoles, 13 de julio de 2016

De economistas y oráculos

Alejandro Nadal, La Jornada

Los economistas fueron durante mucho tiempo algo parecido a los oráculos en la antigua Delfos. Sus consejos sobre política económica eran mensajes de los dioses: sagrados anuncios de eventos que el destino había marcado. De no seguirse las recetas de política económica que recomendaban, las consecuencias serían funestas. Sus anuncios parecían desplegarse como si fueran fruto del contacto directo con los dioses.

Muy poca gente discutía la veracidad de su contenido. Y en la disciplina misma, sólo una minoría seguía el derrotero de la crítica y del trabajo analítico serio para abordar las preguntas más urgentes y relevantes. A ese grupo minoritario se le castigaba con el ostracismo y con la marginación.

Hoy la imagen de los economistas se ha empañado y la credibilidad en sus oráculos esotéricos se ha perdido. Su desprestigio ha ido en aumento. Las causas y la evolución de la crisis financiera global no han sido entendidas por los más connotados economistas del mundo. Hoy algunos de estos guardianes del templo presagian una nueva etapa de estancamiento secular. Pero al igual que los oráculos sibilinos, el misterio rodea sus augurios y se desconocen las raíces de esta nueva etapa en el desarrollo del capitalismo mundial.

martes, 12 de julio de 2016

Una visión alternativa de la declaración de la independencia de la Argentina

Atilio Boron, Alainet

El proceso emancipatorio que se desataría con fuerza en el Río de la Plata luego de la derrota de las dos invasiones inglesas a Buenos Aires, en 1806 y 1807, enfrentó desde su nacimiento a dos formaciones sociopolíticas muy claramente definidas.

Por un lado, un bloque oligárquico-colonial que a través de sucesivas mutaciones llega hasta la actualidad y que hoy se encarna en el macrismo como su expresión sociopolítica; enfrentándolo había un sector de inspiración jacobina que concebía a la emancipación como un paso hacia la construcción de un nuevo tipo de sociedad, liberada de las lacras del viejo orden colonial.

Figuras sobresalientes en este grupo eran Mariano Moreno, Juan José Castelli y Bernardo de Monteagudo, todos graduados de la Universidad de Chuquisaca, la segunda universidad creada en suelo americano después de la de Santo Domingo y situada en lo que hoy es la ciudad de Sucre. De esta suerte de Harvard hispanoamericana de la época colonial salieron algunos de los cuadros intelectuales más importantes de los procesos independentistas de Sudamérica.

lunes, 11 de julio de 2016

Joseph Stiglitz: del Brexit al futuro

Joseph Stiglitz, Project Syndicate

Pasará mucho tiempo antes de que Gran Bretaña y Europa asimilen, en su plenitud, las implicaciones del referéndum “Brexit” del Reino Unido. Las consecuencias más profundas, por supuesto, dependerán de la respuesta de la Unión Europea a la retirada del Reino Unido. En un principio, la mayoría de las personas asumieron que la UE no “se patearía a sí misma, autocastigándose”, al fin y al cabo, un divorcio amigable parece ser lo mejor para todos. Sin embargo, el divorcio – como pasa en muchos casos – podría llegar a ser problemático.

Los beneficios del comercio y la integración económica entre el Reino Unido y la EU son mutuos y si la UE tomó en serio su convicción de que una mayor integración económica es la mejor alternativa, sus líderes deberían buscar garantizar los vínculos más cercanos posibles teniendo en consideración las circunstancias. Sin embargo, Jean-Claude Juncker, el arquitecto de los mecanismos de evasión de impuestos corporativos masivos de Luxemburgo y en la actualidad Presidente de la Comisión Europea, está tomando una línea dura: “fuera significa fuera”, dice él.

domingo, 10 de julio de 2016

¿El fin del capitalismo?

Luis González Reyes, Rebelión

¿Qué es el capitalismo?

El capitalismo es un sistema económico que persigue la reproducción del capital. Esta reproducción se realiza mediante la inversión de dinero (D) en mercancías, maquinaria, materias primas, energía y fuerza de trabajo que generan bienes y servicios (M), con el objeto de conseguir con su venta más dinero (D'). Por lo tanto es obvio que, para que exista reproducción del capital, tiene que haber materia, energía y trabajadoras/es por una lado [1] y consumidoras/es por el otro.

Otra posible circulación sería D-D', en la que el dinero se invertiría en operaciones financieras para conseguir un beneficio mayor. En realidad, la circulación D-D' se apoya sobre la D-M-D'. La economía financiera lo que hace es detraer parte de la plusvalía de la economía productiva y multiplicarla aparentemente (crea más dinero, pero no más capital).

La cantidad que D' excede a D es la plusvalía. La primera forma de obtenerla es consiguiendo que los/as empleados/as trabajen produciendo más ingresos que los gastos. El capitalismo consigue esto por cuatro vías: alargar la jornada laboral, reducir los salarios, aumentar la cantidad de personas que trabajan e incrementar la productividad. Como las tres primeras tienen límites claros (los cuerpos humanos), el elemento central a largo plazo es el aumento de la productividad.

viernes, 8 de julio de 2016

Pánico inmobiliario de Reino Unido hace saltar todas las alarmas a la banca


Los fondos congelados de Reino Unido tejen una red imposible de desenmarañar. El pánico desatado en los fondos inmobiliarios británicos, que han decretado ya el cerrojazo e impiden a sus titulares recuperar lo invertido, ha centrado la atención sobre la vulnerabilidad del sector inmobiliario comercial, financiado mayoritariamente por bancos locales, pero cada vez más por bancos extranjeros y aseguradoras. La confianza de los consumidores británicos sufre su mayor caída en 21 años.

Los bancos británicos y sus sociedades inmobiliarias habían concedido unos 90.000 millones de libras (unos 105.000 millones de euros) en créditos al sector inmobiliario comercial a finales de 2015, según un estudio de la Universidad de Montfort.

Por su parte, los bancos alemanes, estadounidenses y de otros países muestran una exposición al sector de 55.000 millones de libras (58.000 millones de euros), tras haber incrementado sus inversiones en el sector desde la crisis financiera de 2008. Las aseguradoras, que antes de la crisis apenas tenían exposición, totalizaban 25.900 millones de libras (unos 30.000 millones de euros) en créditos.

Esto implica que todos ellos podrían verse afectados si la decisión de Reino Unido de salir de la Unión Europea desemboca en una ralentización en la inversión empresarial y reduce la demanda por oficinas y centros comerciales. El valor total de la deuda inmobiliaria comercial se situaba en 183.300 millones de libras (214.000 millones de euros) a cierre de 2015, según el estudio De Montfort.

Acumulación por exterminio

Raúl Zibechi, La Jornada

La evolución de la guerra en el último siglo, en relación con la población, nos ofrece pistas sobre el tipo de sociedad en que vivimos. Hasta la Primera Guerra Mundial los combates sucedían entre ejércitos nacionales, en las barricadas, donde se producían las grandes carnicerías que inflamaron la conciencia obrera. Afectaban a la población de manera indirecta, por la muerte masiva de hijos y hermanos. Cuando lo hacían de forma directa, eran las más de las veces efectos colaterales del conflicto o, en ocasiones, escarmientos para debilitar la moral de quienes peleaban en el frente.

Con la Segunda Guerra Mundial las cosas cambian de manera radical. Desde los bombardeos de Hamburgo y Dresde hasta las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, pasando por el bombardeo japonés a Chongqing hasta los campos de concentración alemanes, el objetivo pasó a ser la población. Hay un antes y un después de esa guerra y de los campos de concentración, como señala Giorgio Agamben, ya que tanto el campo como el bombardeo estratégico se convirtieron en paradigmas de la política y de la guerra modernas.

jueves, 7 de julio de 2016

Tony Blair mintió sobre Irak y sus supuestas armas de destrucción masiva

El informe Chilcot reveló que Tony Blair tergiversó el informe del Comité de Inteligencia británico -el que no afirmaba que Hussein tuviera armas de destrucción masiva- y se sumó a la guerra de Bush haciendo caso omiso de las consecuencias que tendría la invasión a Irak

Tony Blair se convenció a sí mismo –y a su país– de que Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva y, sin considerar los informes de inteligencia, decidió participar de la invasión a Irak en 2003. Aun cuando no se había establecido un criterio claro que justificara la guerra, el Gobierno británico se decidió por la vía bélica sin haber agotado todas las opciones pacíficas. A grandes rasgos, éstas son las severas conclusiones del informe Chilcot, que hoy por fin vio la luz después de siete años de gestación.

En 2009, Sir John Chilcot, autoridad política de trayectoria y miembro del Consejo Privado del Reino Unido, tomó a su cargo la misión de elaborar un informe conocido como el ‘informe Chilcot’ (The Iraq Inquiry), una investigación para esclarecer los términos de la participación del país en la guerra de Irak.

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