lunes, 12 de octubre de 2015

Rusia conecta la costa siria a los mares Caspio y Negro: ¿otro jaque a la supremacía marítima de EEUU?


Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

Más allá de la simplona linealidad maniquea entre buenos y malos, ya emergió la hipercomplejidad geométrica de múltiples capas (multilayered) del gran Medio Oriente: la línea horizontal, de Marruecos hasta Cachemira, y su línea vertical, desde el cuerno de África hasta el Transcáucaso.

Se reconfigura la cartografía del nuevo gran Medio Oriente cuando se acentúan los indicadores aquí expuestos (http://goo.gl/pMl9on): 1) se recrudece la guerra civil intrasunita entre turcos y kurdos (https://goo.gl/CJGHXf), mientras se genera un acercamiento de los kurdos a Rusia y Siria (http://goo.gl/uc8g0m); 2) se intensifica la anexión por Israel del Golán sirio, pletórico de agua (http://goo.gl/rBGLGk) y petróleo (http://goo.gl/f9AU0H), y 3) se consolida la coalición C4+1: el cuatripartita creciente chiíta –1 (Irán, que acaba de perder a un prominente general en las afueras de Alepo); 2) Irak (a mayoría chíta); 3) los alawitas de Siria, y 4) el Hezbolá libanés–, sumados a los cristianos ortodoxos de Rusia.

No se puede entender el emergente creciente chiíta sin su corredor –desde el mar Caspio hasta los puertos sirios de Latakia (centro del operativo aéreo ruso) y Tartús (con su añeja base naval rusa)– que se conecta con los mares Mediterráneo y Negro.

Rostislav Ischenko, experto del Centro de Análisis y Pronóstico Sistemáticos de Rusia, arguye sin desparpajo que el asombroso ataque de la flota rusa desde el mar Caspio el pasado 7 de octubre contra los bastiones yihadistas sunitas en Siria sorprendió a EEUU y hubo eliminado la legendaria supremacía global de la armada estadounidense (https://goo.gl/RfCl0U).

Este temerario aserto parecería desmesurado, de no ser por varias reacciones de EEUU, en especial, la retirada dos días después de su último portaviones USS Theodore Roosevelt del superestratégico golfo Pérsico. Debka, presunto portal del Mossad, señala que EU se ha quedado sin portaviones en Medio Oriente desde 2007. El portaviones Roosevelt transporta 5 mil marines y 65 aviones de combate desde donde bombardeaban –en forma inefectiva, por cierto– las posiciones yihadistas de Daesh/ISIS en Siria, Irak y Afganistán (http://goo.gl/Gy3jkc).

Según el Pentágono, los bombardeos se realizarán ahora desde su bases en Turquía, donde, a juicio de Debka, EEUU mantiene una media docena de aviones F-16 y son insuficientes para llenar el hueco que deja el portaviones ­ Roosevelt.

¿Deja EU la ingrata tarea de limpieza del terrorismo yihadista a Rusia o facilita la trampa a la ­Brzezinski para que se empantane, como sucedió con la URSS en Afganistán?

El analista Ischenko aduce que EEUU estaba convencido de que Rusia no iniciaría una guerra nuclear ni siquiera por Ucrania y menos aún por Siria. Han subestimado demasiado al zar Vlady Putin, quien desde su histórico discurso de Múnich hace cinco años (http://goo.gl/BbsIGC) trazó sus nítidas líneas rojas (http://goo.gl/Xz49W8).

Según Ischenko, “EEUU consideraba las flotillas rusas en diferentes mares unas fuerzas capaces de defender sólo las costas correspondientes, captar a contrabandistas y cazadores furtivos, así como llevar a cabo operaciones anfibias en sus aguas: La amenaza real, para EEUU, eran sólo las partes de las flotas del norte y del Pacífico rusas, capaces en teoría de alcanzar los océanos Atlántico y Pacífico”.

Quizá Ischenko peque de soberbia cuando juzga que una sola descarga de 26 misiles Kalibr contra las bases del Estado Islámico en Siria eliminó por mucho tiempo a la flota de EEUU del espacio marítimo cuando el reciente ataque ruso ha demostrado que los buques rusos no tienen que ir a ningún lado para destruir cualquier enemigo en el Mediterráneo oriental, el golfo Pérsico, el canal de la Mancha, el mar del Norte y el de Noruega, así como en todo el norte del Atlántico, y para hundir todo lo que hay en el Pacífico al norte de Hawái. ¡Tremendo aserto!

Mientras esperamos cuál es la opinión al respecto de los herederos en EEUU del almirante y geoestratega Alfred Thayer Mahan, quien abogó por el poder naval de EU, nadie detiene el ímpetu triunfalista –quizá muy prematuro– de Ischenko, quien aduce que EEUU calculaba que para destruir un grupo de ataque con portaviones, Rusia tendría que disparar simultáneamente 100 misiles, por lo que tendría que juntar en un solo lugar todos los barcos de choque incluidos submarinos de las flotas del Norte y del Pacífico, y de esta manera dejar que EEUU destruyese las flotas.

¡Vaya juego de ajedrez en el tablero marítimo en el gran Medio Oriente que rebasa la intervención de Rusia en Siria!

Ischenko asevera en forma pasmosa que Rusia no necesita acercar sus naves grandes hacia los objetivos militares para atacarlos, ya que incluso los barcos poco atrayentes pueden lanzar misiles desde una distancia de miles de kilómetros, cuando EEUU no es capaz de vigilar todos los barcos patrullas que cazan a pescadores furtivos en los mares de Ojotsk o en el Caspio, pero ahora resulta que son capaces de hundir un portaviones estadounidense a tres mares de estos barcos desapercibidos. Es algo que reduce la posibilidad de EEUU de detectar estos misiles de antemano y de esta manera reduce la cantidad de misiles necesarios para destruir un grupo con portaviones. ¡Demoledor!

¿El lanzamiento de los 26 letales misiles crucero Kalibr fueron una advertencia a EU (https://goo.gl/DUJ34Z)?

En China interpretan los misiles rusos, de gran precisión a una larga distancia, como un mensaje a EEUU para sentarse a negociar una détente (distensión) que facilitaría el desenfoque de Ucrania por Siria (http://goo.gl/K39ASZ).

La reacción de EEUU ha sido burlarse de la supuesta falta de pericia, cuando cuatro de los 26 letales misiles crucero de Rusia fallaron su tiro al blanco en Siria y se desplomaron en Irán, lo cual ha sido desmentido en forma vehemente por Moscú y Teherán.

El lanzamiento sin previo aviso de los misiles crucero rusos desde el mar Caspio –sumado al error de dos aviones rusos de haber penetrado por el mal tiempo los cielos de Turquía (único país islámico miembro de la OTAN)– ha sido catalogado por la OTAN como una escalada perturbadora, por lo que duplicó, el mismo 7 de octubre, su fuerza de respuesta rápida a 40 mil efectivos, algo no visto desde el “fin de la guerra fría”.

Ashton Carter, mandamás del Pentágono, advirtió que pronto Rusia misma tendrá consecuencias y empezará a sufrir bajas, sin especificar autoría ni procedencia (http://goo.gl/KvWKRJ).

En espera de la respuesta del eje sunita de Turquía/Arabia Saudita/Qatar, tras 10 intensos y dramáticos días de la intervención rusa en Siria –que incluye varios bastiones yihadistas en Irak–, la capacidad de negociación del C4+1 ha mejorado en forma notable, lo cual corrobora el líder del Hezbolá, Hassan Nasrala (http://goo.gl/MQX96H).

A mi juicio, la óptima solución es la obligada negociación entre EEUU y Rusia. Como telón de fondo, el precio geopolítico del petróleo rebota y reanuda su ascenso, lo cual comporta(rá) también vencedores y perdedores.

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