El cierre de la empresa textil Bellavista Oveja Tomé deja al descubierto la total falta de liderazgo en materia económica que vive este país entrampado en el fraude del Transantiago y en políticas de corte cortoplacista que no hacen más que seguir la senda del desmantelamiento provocada por el Neoliberalismo como doctrina e ideología única. Queda al descubierto la total ineficacia operativa del Gobierno y, sobretodo, la ineptitud del Ministro de Hacienda, que nos lleva a preguntarnos, una vez más por los "beneficios" de los Tratados Comerciales que lejos de impulsar la economía la han tendido a hundir a los cuatro vientos.
El cierre de esta empresa no solo deja en la calle a las 800 familias que dependían directamente de su trabajo en ella sino que además a toda la gran cadena productiva y de valor que impulsaba el desarrollo de la región sino que también el de otras regiones como Magallanes que se beneficiaban de vender su producción lanera a esta empresa creada en 1865, una de las mas antiguas del país.
Los "paños" Oveja Tome gozaban de enorme prestigio a nivel mundial y la paradoja es que aquí no se puede hablar de ausencia de mercado. Mercado siempre hubo para estas telas de finísima calidad, no obstante, los avatares de los últimos años por deficiencias operativas y faltas de liquidez (cada corte de luz por no pago retrasaba la producción y creaba conflictos en los despachos al exterior) terminaron por sellar su extinción.
Es en esta parte donde se debe cuestionar la labor del Estado y su escasa presencia frente a factores estratégicos como son el empleo y el apoyo a las empresas que generan valor en las regiones, y más aún cuando ostentan un prestigio y una historia envidiable a nivel mundial.
Este triste acontecimiento nos pone frente a la cara más sucia y oscura del modelo económico neoliberal, cual es ser el instrumento y aliado, vía tecnócratas de burda estirpe, del capitalismo voraz y despiadado.
Se debe comprender que un modelo económico que no genera beneficios sociales por su sola aplicación no puede ser avalado a ciegas. Un modelo que genera y es causa de la desigualdad (la "teoría del chorreo" no es más que una falacia) debe ser cuestionado y transformado en una auténtica Economía Social de Mercado. Por cierto, esta no puede ser una tarea que emprenda quijotescamente un solo país. Tal como está ocurriendo con los tratamientos económico-sociales vinculados al drama del calentamiento global, son temas que deberán formar parte de los próximos debates internacionales.
La miopía de los economistas que defienden el modelo acusa una soberbia cortoplacista. Hace unos años se cerró -para siempre- el mineral de Lota. Nadie fue capaz de buscar alternativas para una industria de riguroso sentido estratégico que cobran forma cuando nos enfrentamos a las crisis energéticas y vemos el desolador futuro que en esta área nos espera. Ahí llueven los lamentos, pero ya es demasiado tarde.
Así como ayer fue Lota y hoy Oveja Tomé, ¿qué vendrá mañana? ¿Cuándo se van a impulsar principios estratégicos reales que apunten a cuidar el empleo y las empresas que lo generan?
de acuerdo, el modelo neoliberal es una farsa y estamos atrapados. pero ¿qué alternativas hay?
ResponderBorrartodas las que sepamos articular politico-socialmente de manera inteligente, sistematica, perseverante y pacientemente con paciencia y laboriosidad de "termita" sabiendo que lo hacemos para nuestros bisnietos, al gigante es mas efectivo hacerle zancadillas que enfrentarlo para lograr que caiga, a veces basta dejar un "palito" bien puesto en el camino para hacerlo tropezar o caer, eso si, hay que tener el compromiso colectivo de una cuba o el lento convencimiento medio indeciso de una venezuela, aunque este camino medio a lo fidel medio a lo allende de chavez no termina de convencerme creo que "peor es na" veamos como evoluciona el proceso y "pensemos" activamente las alternativas, en definitiva no depende de NADIE mas que de NOSOTROS.
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