miércoles, 7 de noviembre de 2018

El odio y la guerra en Estados Unidos

Alejandro Nadal, La Jornada

Donald Trump y Barack Obama advirtieron en repetidas ocasiones que las elecciones legislativas de este pasado martes en Estados Unidos serían las de mayor consecuencia en la historia de ese país. Tenían razón. Pero cuando se apuntó que los comicios serían una especie de referéndum nunca se dijo que el tema más profundo, el de la guerra y la paz, estaría ausente de esta jornada electoral.

Unos días antes de las votaciones para renovar el Poder Legislativo en Estados Unidos, el economista Paul Krugman señaló que el odio estaría en las boletas electorales. Ganador del Premio Nobel de Economía, Krugman tiene una columna en el New York Times y es una de las voces más influyentes en su país. Sin duda tenía razón, pero paradójicamente le faltó agregar que las guerras de su país no tienen cabida en el debate electoral. Ese hecho revela que en la sociedad estadounidense el patriotismo se ha convertido en una enfermedad que ha infectado a demócratas y republicanos por igual.

En el más reciente informe sobre operaciones bélicas dado a conocer por la Casa Blanca, se señala que las fuerzas armadas de Estados Unidos están peleando siete guerras. (El informe). Las operaciones van desde Afganistán e Irak, hasta Siria, Yemen, Somalia, Libia y Níger. Esas intervenciones se llevan a cabo bajo la Autorización para el empleo de la fuerza armada, promulgada en 2002, a unos meses de los atentados contra las Torres Gemelas. Según la Casa Blanca, las operaciones se llevan a cabo en contra de Al Qaeda, las fuerzas del Estado islámico (ISIS), Al-Shabaab y, por último, la red de fuerzas fieles al talibán. Las hostilidades ocupan todo el territorio de lo que la administración Obama definió como el arco de inestabilidad.

lunes, 5 de noviembre de 2018

Jair Bolsonaro: una amenaza para la amazonía y el mundo


La llegada de Jair Bolsonaro a la presidencia del país con mayor biodiversidad del planeta ya encendió las alarmas de organizaciones civiles y activistas ambientales. El mandatario anunció que va a fusionar el Ministerio de Agricultura y el de Ambiente, decisión que puede generar graves consecuencias para la Amazonia.

Para Bolsonaro el medio ambiente no es una prioridad y así lo dejó claro durante la campaña. Cuestionó el Acuerdo de París, alegando que ponía en peligro la soberanía nacional, desestimó el ecologismo y afirmó que no habría “ni un milímetro más de tierras para los indígenas".

Además, las promesas del líder de la ultraderecha de reducir el tiempo para la concesión de licencias ambientales, de acabar con la “industria” de las multas para las grandes multinacionales que comprometen seriamente al medio ambiente y la detención de la demarcación de nuevas tierras para los pueblos originarios, representa un enorme riesgo para la selva misma y para el planeta, que padecen los estragos de la actividad humana.

sábado, 3 de noviembre de 2018

El capitalismo ha optado por el fascismo

Pedro Luis Angosto, Nueva Tribuna

Aunque haya desaparecido casi de los planes de estudio y en muchos ambientes se le considere algo del pasado, Karl Marx sigue vigente, y no hay más que ver lo que está ocurriendo en el planeta para saber que la lucha de clases -pese a que la conciencia de pertenecer a una sólo la mantienen los ricos- sigue siendo tan real como lo fue cuando Marx desarrolló sus teorías.

Creo que es difícil negar que el sistema democrático nacido tras la II Guerra Mundial al calor de la derrota del fascismo y de la Guerra Fría, entró en franca decadencia tras la disolución de la Unión Soviética, no porque la URSS continuase siendo un modelo, una aspiración, un referente para los trabajadores del mundo, sino porque su poder bélico, su competencia por la hegemonía mundial tenía entretenidos a los estrategas de Occidente en procurar su colapso, paso imprescindible para después acometer la laminación de los derechos políticos, económicos y sociales adquiridos por los trabajadores de Europa Occidental.

¿Qué ha ocurrido después? ¿Qué ha pasado para que los combativos trabajadores de los años cincuenta, sesenta y setenta se hayan convertido en corderitos mansos que se dedican a sacar brillo al matadero donde después serán sacrificados? ¿Qué, para que la burguesía progresista se haya tornado conservadora, acomodaticia, temerosa y fraccionaria? No sé si seré capaz de explicarlo, pero vamos a intentarlo.

viernes, 2 de noviembre de 2018

Brasil: neoliberalismo y fascismo periférico

Alejandro Nadal, La Jornada

Durante la recta final de la campaña presidencial de 2016 en Estados Unidos, la señora Clinton preguntaba insistentemente al público que acudía a escucharla: ¿A poco no están mejor ahora que hace ocho años cuando Barack Obama acababa de ser elegido? Hillary quería hacer pensar a la gente que gracias a las políticas de Obama la economía se había recuperado de la crisis.

Pero para muchos de los asistentes a los rally de campaña de la candidata demócrata la respuesta era claramente negativa: el desempleo seguía siendo considerable, muchos habían perdido sus casas, las deudas con los bancos seguían asfixiándolos, los salarios se mantenían bajos y hasta su pensión mensual se contraía. La forma de contestar en una manifestación, ya sea a mano alzada o con griterío, nunca es una buena opción, así que el público optó por llevar la respuesta al día de las elecciones. Muchos prefirieron no votar, otros de plano favorecieron a Trump. Gracias al Partido Demócrata y su complicidad con el neoliberalismo, triunfó quien con gran instinto oportunista había entendido el resentimiento de la gente.

El domingo pasado triunfó en Brasil el candidato del protofascismo Jair Bolsonaro. La prensa internacional se ha apresurado a llamarle el Trump tropical porque esa victoria electoral tiene varios paralelismos importantes con el ascenso del Donald a la Casa Blanca. En ambos políticos se anida un instinto perverso y sádico frente a minorías, mujeres, extranjeros y migrantes, así como un claro desprecio por el medio ambiente y la negación del cambio climático (al igual que Trump, Bolsonaro ya ha anunciado que abandonará el Acuerdo de París). Sus inclinaciones estuvieron escondidas durante los 27 años que estuvo en el Congreso, pero en la campaña se desplegaron sin frenos. Mucho se ha escrito sobre estas características de personalidad en ambos personajes, pero más allá de esto hay otro rasgo en común que tiene que ver con la evolución de la vida política en Estados Unidos y en Brasil.

jueves, 1 de noviembre de 2018

Wall Street cae a medida que aumentan las tensiones comerciales entre EEUU y China

Nick Beams, wsws

Este lunes hubo grandes cambios en Wall Street, con el Dow Jones moviéndose en un rango de 900 puntos, en respuesta a una noticia según la cual el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, planea imponer un arancel a todos los productos chinos si no recibe una oferta comercial satisfactoria de parte del presidente Xi Jinping.

Los dos líderes se reunirán al margen de la reunión cumbre del G20 en Buenos Aires, Argentina, a fines de este mes, y los EEUU exigirán que China presente una lista de acciones que esté preparada para llevar a cabo para satisfacer sus demandas.

Estas demandas se centran en medidas contra el presunto robo de derechos de propiedad intelectual, transferencias forzadas de tecnología y subsidios estatales a las principales industrias que, según los Estados Unidos, distorsionan los mercados internacionales.

Bloomberg, citando a “tres personas familiarizadas con el asunto”, informó de que la administración planeaba anunciar aranceles que cubran todas las importaciones chinas restantes si las conversaciones entre Trump y Xi no logran “aliviar la guerra comercial”.

La respuesta en Wall Street fue el hundimiento del Dow Jones después de que abriera subiendo más de 300 puntos. En una etapa, el índice bajó en más de 550 puntos antes de finalizar el día con 245 puntos menos. El índice S&P 500 osciló en casi un 4 por ciento desde su nivel más alto hasta el más bajo en la sesión de negociación, y las acciones tecnológicas y Boeing fueron especialmente afectadas.

martes, 30 de octubre de 2018

Urnas brasileñas parieron a un Pinochet

Eric Nepomuceno, La Jornada

El país se pregunta qué podrá esperar del gobierno de Jair Bolsonaro, electo presidente la noche del domingo. Sólo una cosa es cierta: nada bueno puede salir de las manos de ese esperpento.

En todo caso, hay que reconocer que a lo largo de la campaña que lo llevó a la victoria, así como de toda su carrera de político profesional, Bolsonaro ha sido de una coherencia loable, algo raro entre los de su calaña.

En ningún momento dejó de exhibir su profundo e irremediable desprecio por la democracia, su racismo, su misoginia, su línea de pensamiento (si cabe la palabra) absolutamente raso y plagado de cualquier tipo de prejuicios.

Un troglodita radical, incapaz de comprender la vida más allá de su defensa inquebrantable de la violencia. Un ser totalmente desequilibrado que requiere ayuda sicológica urgentísima.

En la campaña defendió la implantación de un programa económico fundamentalista, neoliberal a ultranza, contrariando su defensa anterior –primaria, es verdad, como todo que emana de él– de un estatismo burdo y sin lógica alguna. Luego dio vuelta atrás. De la misma y serena manera con que dio vuelta atrás en anuncios extravagantes, como lo de unir Agricultura y Medio Ambiente en un mismo ministerio, juntando a depredadores de la naturaleza con defensores de lo que todavía existe.

sábado, 27 de octubre de 2018

La expresidenta de la Fed advierte de una nueva crisis financiera

Nick Beams, wsws

En medio de la creciente volatilidad en los mercados financieros globales, la expresidenta de la Reserva Federal de los Estados Unidos, Janet Yellen, ha señalado una posible fuente de inestabilidad importante con los "riesgos sistémicos".

En una entrevista con el Financial Times, Yellen dijo que se había producido un "enorme deterioro" en los estándares de los préstamos bancarios a corporaciones como resultado de medidas para disminuir la regulación.

Su principal preocupación son los llamados préstamos apalancados que se otorgan a compañías con calificaciones crediticias más débiles, un mercado que asciende a $1.3 billones en los EEUU. "Estoy preocupada por los riesgos sistémicos asociados con estos préstamos", dijo. “Ha habido un enorme deterioro en los estándares; "Los convenios se han relajado en los préstamos apalancados".

En comentarios sin precedentes para un exbanquero central, Yellen dijo al FT que las lecciones de la crisis financiera de 2008 se estaban olvidando mientras los bancos presionaban para diluir las regulaciones que se habían implementado desde entonces.

"Hay muchas debilidades en el sistema, y en lugar de buscar remediar esas debilidades siento que las cosas se han vuelto en una dirección muy desreguladora".

Jamal Khashoggi entendía el poder

Robert Fisk, La Jornada

Supe justamente lo que en realidad significó el asesinato de Jamal Khashoggi en el contexto de Medio Oriente cuando me di cuenta de a quién tendría que llamar para que me explicara. A quién iba a llamar por teléfono para enterarme de qué estaba pasando. Pues desde luego, hubiera tenido que llamar a Jamal Khashoggi y por eso es que su muerte es tan importante; porque era, como él mismo sabía, un solitario e importante periodista árabe que no escuchaba –ya no más– la voz de su amo. Ese fue su problema.

Este repugnante, peligroso, aterrador y sucio asesinato –porque no me van a decir que un hombre de 60 años que muere en una pelea a puños con otros 15 hombres no es un asesinato– no sólo muestra al gobierno saudita tal y como es, sino que nos muestra a nosotros tal como somos. ¿Por qué nos seguimos enamorando de los estados árabes –como también lo hace Israel– y después gritamos aterrados cuando resultan ser extremadamente desagradables y muy violentos?

Para responder a esta pregunta ya hay varias pistas. La reacción inicial de Trump al decir que la versión saudita era creíble –cuando claramente no lo era– fue el comienzo. Después, el asesinato se convirtió en el peor en la historia de los encubrimientos. Fue la calidad del asesinato lo que le pareció perturbador, como pueden ver. Estos fulanos no sabían cómo borrar sus rastros. Ya había admitido que no quería renunciar a la venta de armas estadounidenses a Arabia Saudita. Nuestra querida primera ministra (británica) Therea May, además, se refirió a la horrenda muerte de Jamal diciendo que lo habían matado y no que fue asesinado.

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