viernes, 20 de julio de 2018

LA OCDE coincide con Piketty: la riqueza heredada siempre crecerá más que la del rendimiento del trabajo

Ronald Janssen, ctxt

Los beneficios de hoy no se convierten en las inversiones de mañana

Una imagen dice más que mil palabras. Sin duda este dicho se ajusta perfectamente a los gráficos publicados por la OCDE en el último número de Economic Outlook, y que muestran la tasa de rentabilidad de los activos fijos, una medida representativa de la rentabilidad de las inversiones de capital.

Basta con echar un vistazo rápido para apreciar que en los países de la OCDE se han producido altas tasas de rentabilidad. De hecho, en términos generales, la tasa de rentabilidad de los activos fijos ha alcanzado el 10%, como en los momentos previos a la crisis. En EE.UU. y en Reino Unido la tasa es más alta (12%), Alemania y Holanda han alcanzado una rentabilidad récord de un 13 y 14%. Es más, estas tasas solo reflejan la rentabilidad previa a que se produzca el efecto de apalancamiento financiero, cuando las empresas obtienen créditos a un tipo de interés más bajo que la rentabilidad de los activos. Esto implica que los rendimientos del capital serían aún más elevados y un múltiplo de los rendimientos que se muestran en los gráficos.

En un contexto de elevada rentabilidad de la inversión y de un nivel de riesgo de la inversión financiera en sus mínimos históricos, debería producirse un aumento de la inversión empresarial en la medida en que aumentan las expectativas de obtención de mayores beneficios que los costes financieros que suponen las inversiones. Sin embargo, se ha producido el caso contrario. Según el Outlook de la OCDE, cabe esperar que el gasto de inversión para el periodo 2018-2019 se sitúe alrededor de un 12% por debajo del nivel necesario para que crezca el stock de capital al mismo ritmo que en la década anterior a la crisis. Las empresas no están realizando las inversiones marginales pero rentables que deberían permitir unos tipos de interés bajos. Resulta interesante que para explicar esta situación la OCDE recurra en este caso a tasas internas de retorno empresarial pegajosas, que llegan a alcanzar un 14-15%. En otras palabras, las empresas a la hora de decidir si invierten o no siguen necesitando umbrales de rentabilidad nominal altos y rígidos, incluso a pesar de la reducción sustancial del coste de inversión financiera o alternativa libre de riesgo. De hecho, la OCDE lleva este argumento un poco más lejos al afirmar que las corporaciones, sobre todo las de Estados Unidos, con beneficios y recursos optan por fusionarse o comprar otras compañías competidoras, en lugar de aportar nuevo capital al stock agregado.

jueves, 19 de julio de 2018

Gulliver en el país de la macroeconomía

Alejandro Nadal, La Jornada

Cuando Jonathan Swift escribió Los Viajes de Gulliver, una sátira sobre las vanidades que animan la política y las guerras entre las naciones, todavía no nacía la teoría económica. Pero ya existía una reflexión sobre los precios y la cantidad de moneda en circulación. El mismo Swift participó en una controversia sobre una reforma monetaria en Irlanda, oponiéndose a la introducción de monedas de cobre, argumentando que se degradaría el valor de cada unidad y las de mala calidad desplazarían a las de buena, que serían atesoradas.

En su cuento, Lemuel Gulliver llega al país de Lilliput y se sorprende con su población de hombres diminutos (15 centímetros de altura), pero no le resulta extraño que en el reino exista una economía, con moneda propia, un tesoro público, empréstitos y tasas de interés. Al mismo tiempo, las clases sociales, la división del trabajo y las diferencias de jerarquías y órganos de gobierno le revelan que no es posible agrupar el complejo entramado social en una sola entidad. La heterogeneidad de grupos sociales impedía la agregación de todos los pequeños individuos para pensar en uno solo capaz de representar a todo el reino. Gulliver se percató de que Lilliput era más que la suma de sus partes.

martes, 17 de julio de 2018

La inflación reduce los salarios reales de los trabajadores estadounidenses

Barry Grey, wsws

El Departamento de Trabajo de EEUU publicó el jueves su informe del índice de precios al consumidor (IPC) de junio, que muestra que la aceleración de la inflación ha reducido los salarios reales de la mayoría de los trabajadores estadounidenses en el último año.

Esto es a pesar de un aumento significativo en la actividad las huelgas en EEUU e internacionalmente desde comienzos de 2018, incluyendo los ataques contra docentes en los estados de Virginia Occidental, Oklahoma y Arizona, acompañado de señales crecientes de que los trabajadores están ansiosos de llevar a cabo una militante lucha para recuperar los salarios y beneficios perdidos a través de concesiones contractuales impuestas por el sindicato en los últimos 40 años.

El informe de inflación reveló que los precios al consumidor fueron 2,9 por ciento más altos que en junio de 2017, anulando el tibio aumento promedio de 2,9 por ciento en los salarios de los trabajadores durante ese período. La gran mayoría de los trabajadores que entran en la categoría de empleados de producción y empleados que no son supervisores sufrieron un recorte real en los salarios reales. Perdieron 0,2 por ciento en junio, luego de un declive similar en mayo.

sábado, 14 de julio de 2018

Los aliados de EEUU y China cambian de estrategia para abordar la guerra comercial

Diego Herranz, Público

Las economías del libre comercio se alían frente a la subida de aranceles y las represalias de la Administración Trump, y Europa toma el mando de las operaciones. La UE apuesta por alianzas globales. La última, reciente, es la que acaba de iniciar negociaciones con Australia para suscribir un tratado de libre comercio que compense el freno a sus flujos de inversión y de exportaciones hacia el mercado estadounidense, el mayor del mundo. Pero sobre la mesa, la Comisión Europea tiene más de una docena de deliberaciones iniciadas con otras latitudes del planeta, en diversas fases de conversaciones.

Varias voces comunitarias admiten que el tiempo de la paciencia, de los gestos y de los intentos de conciliación hacia Trump han terminado y que el bloque europeo desea aprovechar el aislamiento de Washington y su cambio en la concepción de las relaciones económicas globales, en defensa -aducen- de una falsa amenaza contra su seguridad nacional. La agresiva política exterior americana, que ha llevado a EEUU a abandonar el Tratado Trans-Pacífico y a lapidar la libre circulación de bienes, mercancías y servicios de la llamada pasarela trasatlántica, con Europa -molesta también por el final del acuerdo nuclear con Irán, por decisión unilateral de la Casa Blanca- ha impulsado a la UE a “estrechar lazos” con otros socios o bloques comerciales, a los que se ha apresurado a colgar el cartel de estratégicos. Resignada -enfatiza- a las “aseveraciones caprichosas” del dirigente republicano, tal y como afirmó el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.
“EEUU irá de crisis en crisis” y Europa a la deriva, con un euro sin convergencia, tensiones migratorias y una factura militar a la OTAN más voluminosa, dicen los expertos
La apuesta europea por intensificar las alianzas comerciales con otras potencias busca preservar -según la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmstrom-, el sistema mundial del comercio. “Todos los acuerdos que formalice la UE enviarán el mensaje de que nuestro mercado interior y sus socios tienen intereses comunes y avanzan de común acuerdo en esta dirección”, dijo en una reciente conferencia en Canberra. Precisamente, para iniciar el diálogo con Australia sobre libre comercio. “Y necesitamos muchos aliados que nos ayuden a alcanzar este desafío”.

viernes, 13 de julio de 2018

Trump intensifica la guerra comercial contra China

Nick Beams, wsws

La administración de Trump ha intensificado su guerra comercial contra China con el anuncio de que el Representante de Comercio de los Estados Unidos, Robert Lighthizer, comenzará una investigación con el objetivo de poner un arancel del 10 por ciento de bienes chinos por $200 mil millones para fines de agosto.

La última decisión se suma a la imposición de un arancel del 25 por ciento sobre $34 mil millones de las exportaciones chinas el viernes pasado, y se espera que otros $16 mil millones sean afectados por el mismo gravamen en cuestión de semanas.

Las tarifas adicionales, anunciadas hace varias semanas, fueron tomadas en respuesta a la decisión de China de tomar represalias contra las medidas estadounidenses del viernes pasado al poner los aranceles sobre el mismo valor de las exportaciones estadounidenses.

La declaración emitida por Lighthizer era la de un señor imperial cuya palabra es la ley, que debe ser obedecida sin cuestionamientos, con cualquier oposición que se resuelva mediante represalias crecientes. Estados Unidos ya ha indicado que está dispuesto a imponer aranceles a otros bienes por valor de 200 mil millones de dólares, además de los destinatarios del anuncio del martes, y Trump dijo que podrían alcanzar hasta 500 mil millones de dólares: el valor de todas las exportaciones chinas a EEUU.

miércoles, 11 de julio de 2018

Guerra comercial y política industrial

Alejandro Nadal, La Jornada

Estados Unidos ha lanzado el primer disparo de una guerra comercial que podría durar mucho tiempo. Donald Trump mantiene un discurso triunfalista que recuerda el de los generales de siempre, que al inicio de una aventura bélica han prometido que los soldados regresarán a sus hogares en unas cuantas semanas. La historia muestra cómo los horrores de la guerra los han desmentido cruelmente.

China ha anunciado su primera respuesta a la ofensiva, sin llevar la confrontación más allá de lo necesario, aunque Washington ha dado a conocer planes para proceder con más aranceles sobre otras importaciones chinas. Si la guerra comercial se detiene en estas primeras escaramuzas, los efectos sobre la economía mundial serán modestos y podrán ser absorbidos sin demasiado problema.

Pero hace una semana, Trump amenazó con imponer aranceles sobre importaciones chinas por un valor de 500 mil millones de dólares, cifra que es casi igual al total de las importaciones estadounidenses en 2017. Y para justificar su último desplante, Trump ha recurrido a una nueva estratagema. La narrativa ya no es sólo que China ha robado empleos, sino le ha quitado tecnología a Estados Unidos e invade sus patentes y secretos industriales. En este discurso mercantilista, los subsidios a las empresas chinas constituyen una fuente de competencia desleal que hay que contener.

martes, 10 de julio de 2018

Una guerra comercial podría acabar con la baja inflación que predomina desde 1980

Luca Paolini: "La 'guerra' amenaza con sumir al mundo en la estanflación"

Vicente Nieves, El Economista

En abril de 1980, la inflación en EEUU alcanzó el 14,5% interanual, unos niveles que hoy se verían con extrema preocupación (como ocurre por ejemplo en Turquía). Desde ese año, los bancos centrales comenzaron a tomarse muy en serio el control de la inflación, más tarde la Reserva Federal de Nueva Zelanda dio el pistoletazo de salida a la hora de trabajar con objetivos concretos sobre los precios, el comercio internacional aceleró y los centros de producción se trasladaron hacia países en desarrollo con unos costes laborales más reducidos. Todo ello ha contribuido a esta era de más de 30 años de desinflación, es decir, de una moderación continua en el crecimiento de los precios. Sin embargo, si la 'pelea' entre EEUU y China se extiende este proceso podría revertirse.

El Gobierno de Donald Trump impuso en la medianoche del jueves pasado un aumento de los aranceles a la importación de productos chinos por valor de 34.000 millones de dólares, a lo que China ha respondido anunciando que emprenderá "los contraataques necesarios". Esto se suma a los aranceles ya impuestos al acero y al aluminio, o a las lavadoras y paneles solares. Este arrebato proteccionista podría suponer la vuelta de unos niveles de inflación por encima de la media de las últimas décadas.

El efecto sobre las lavadoras


Un largo calvario se anuncia para Grecia

Michel Husson, AlEncontre

El tercer "plan de rescate" de Grecia (Memorandum of Understanding) va a terminarse el mes de agosto, aunque no haya salido aún de la crisis, como ha mostrado claramente Jacques Adda. El acuerdo "final" concluido entre Grecia y sus acreedores se basa en el fondo en tres equívocos: pretende borrar los efectos sociales de cerca de diez años de ciega austeridad; se apoya en perspectivas económicas incoherentes; en fin, instaura una puesta bajo tutela indefinida de Grecia.

Novlengua europea


El acuerdo ha sido acogido con comentarios que expresan un alivio obsceno, si se tiene en cuenta el estado de descalabro del país. La palma corresponde sin duda a Pierre Moscovici que no duda en escribir en su blog: "Como Ulises de vuelta a Itaca, Grecia llega por fin a su destino hoy, diez años después del comienzo de una larga recesión. Puede al fin respirar, mirar el camino recorrido y contemplar de nuevo el futuro con confianza". Es la coz del asno a un pueblo al que se ha maltratado deliberadamente, y esta muestra de autosatisfacción tiene algo de intolerable. El comisario saluda los sacrificios del pueblo griego que eran necesarios para alejar "el mayor peligro de esta odisea" que, para él, no era ni la miseria, ni el paro, ni las enfermedades, ni los suicidios, ni los exilios, sino ese "monstruo llamado Grexit".

El "informe de conformidad" (Compliance Report) de la Comisión europea es también un largo visto bueno que describe punto por punto la buena aplicación por el gobierno griego de las condiciones asociadas a la "ayuda" recibida. A lo largo de todo este texto, la regla es una insoportable novlengua. Tomemos el ejemplo de la salud pública: para la Comisión, "las autoridades han cumplido su compromiso de continuar racionalizando los gastos globales de salud". Esta afirmación es de un cinismo asombroso, teniendo en cuenta la situación real que es ésta: "el sistema nacional de salud griego ha sido desmantelado por la aplicación de un conjunto de medidas impuestas desde 2010 por los acreedores de Grecia en los sectores de salud primaria, secundaria y farmaceútica", como analiza la investigadora Noëlle Burgi, en un artículo muy documentado.

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