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martes, 3 de marzo de 2020

Chomsky: Los Diez principios de la concentración de la riqueza y el poder

“La concentración de la riqueza produce concentración del poder político.”
- Noam Chomsky

Javier F. Ferrero, Spanish Revolution

El sueño americano, como casi todos los sueños, comparte muchos elementos del mito. El sueño persiste, fomentado por la propaganda. Forma parte de cualquier discurso político: «Vótame y traeremos el sueño de vuelta». Todos lo repiten con palabras similares y hasta puede oírse en boca de aquellos que precisamente lo están destruyendo, lo sepan o no.

La desigualdad actual en Estados Unidos no tiene precedentes. En términos absolutos se trata de uno de los peores momentos de la historia de los Estados Unidos pero, si se analiza en profundidad, es evidente que proviene de la extrema riqueza de un minúsculo sector de la población, la pequeña fracción del uno por ciento.

Es importante comprender que, para que las clases altas puedan mantener este estatus, la democracia es un inconveniente y nunca ha sido del agrado de los sectores privilegiados y poderosos. La democracia confía el poder a la población general y se lo arrebata a los privilegiados, quienes logran de esta manera la riqueza y el poder.

viernes, 28 de febrero de 2020

El coronacapitalismo

"El capitalismo no genera ocio, sino paro, que no es lo mismo. Paro y trabajo excesivo; pero de repartir nada, porque la economía se pondría enferma"
"La tecnología, bajo el capitalismo, no ha liberado ocio alguno: ha borrado las fronteras entre el ocio y el trabajo"
"Hace ya varios siglos que la humanidad contrajo un virus fatal, una especie de pandemia económica a la que, hoy en día, podríamos llamar coronacapitalismo”

Carlos Fernandez Liria, Cuarto Poder

El sentido común ha sido tan derrotado en las últimas décadas que vivimos acostumbrados al delirio como lo más normal. Aceptamos como inevitables cosas bien raras. Por ejemplo, que el mayor peligro con el que nos amenaza el coronavirus no es que infecte a las personas, sino que infecta a la economía. Resulta que nuestra frágil existencia humana no resulta tan vulnerable como nuestro vulnerable sistema económico, que se resfría a la menor ocasión. Naomi Klein dijo una vez que los mercados tienen el carácter de un niño de dos años y que en cualquier momento pueden cogerse una rabieta o volverse medio locos. Ahora pueden contraer el coronavirus y desatar quién sabe si una guerra comercial global. Los economistas no cesan de buscar una vacuna que pueda inyectar fondos a la economía para inmunizar su precaria etiología neurótica. Se encontrará una vacuna para la gente, pero lo de la vacuna contra la histeria financiera resulta más difícil.

Para nosotros es ya una evidencia cotidiana: la economía tiene muchos más problemas que los seres humanos, su salud es más endeble que la de los niños y, por eso, el mundo entero se ha convertido en un Hospital encargado de vigilar para que no se constipe. Somos los enfermeros y asistentes de nuestro sistema económico. El caso es que hace cincuenta años aún se recordaba que este sistema no era el único posible, pero hoy en día ya nadie quiere pensar en eso. Por otra parte, los que intentaron cambiarlo en el pasado fueron tan derrotados y escarmentados que todo hace pensar que en efecto la cosa ya no tiene marcha atrás y que cualquier día que los mercados decidan acabar con el planeta por algún infantil capricho o alguna infección agresiva llegará el fin del mundo y santas pascuas. “El mundo comenzó sin el hombre y terminará sin el hombre”, decía Claude Lévi-Strauss. Estaremos aquí mientras así sea la voluntad de la Economía. Lo mismo se pensaba antes de la voluntad de los dioses. La diferencia es que éstos, normalmente, no tenían el carácter de un niño de tres años, ni se contagiaban del virus de la gripe.

lunes, 17 de febrero de 2020

EEUU: Los trucos económicos de Trump se agotan

“La economía ha alcanzado el 3 por ciento. Nadie pensó que estaríamos cerca. Creo que podemos pasar al 4, 5 y quizás incluso al 6 por ciento".
- Donald Trump, 16 de diciembre de 2017

Michael Roberts, Sin Permiso

El alarde de Trump se convirtió en polvo en 2019. El PIB de EEUU creció un 2,3% en 2019, muy por debajo de la promesa del presidente Trump de un crecimiento de más del 3%. La cifra más reciente del PIB demostró que los recortes de impuestos propuestos por Trump no tuvieron un impacto sostenido en el crecimiento de EEUU. De hecho, incluso los pronósticos más optimistas consideran que el crecimiento se mantendrá muy por debajo del 3% en los próximos años. Por supuesto, eso no detendrá proclamar a Trump en su discurso del Estado de la Unión en el Congreso que ha habido un gran aumento en el nivel de vida de los trabajadores bajo su reinado. En realidad, el crecimiento acumulativo bajo Trump ha sido más bajo que bajo Obama y Bush Jr.

Crecimiento del PIB real de EEUU- Interanual (%)

lunes, 10 de febrero de 2020

La Ley del Valor de Karl Marx en el ocaso del capitalismo

El siguiente artículo es un pasaje abreviado y editado del primer capítulo del libro El Leviatán invisible: la Ley del valor de Marx en el crepúsculo del capitalismo, de Murray Smith, publicada por Haymarket Books en 2019 como parte de la serie de libros Materialismo histórico.


Murray Smith, Sin Permiso

El capitalismo global, con la humanidad incluida, se enfrenta ahora a una triple crisis:

1- una profundización de la contradicción estructural del modo de producción capitalista, que se manifiesta como una crisis multidimensional de 'valorización', es decir, una crisis en la producción de 'plusvalía', el elemento vital del sistema de ganancias;

2- una crisis grave de las relaciones internacionales derivada del hecho de que las fuerzas productivas globales están reventando los límites del sistema de estados-nación, cuyas unidades individuales continúan abordando sus problemas más graves de forma principalmente "nacional";

3- y una creciente "ruptura metabólica" entre la civilización humana y las "condiciones naturales de producción": los fundamentos ecológicos de la sostenibilidad humana.

Juntas, estas crisis interrelacionadas sugieren que hemos entrado en una 'era crepuscular' del capitalismo, en la que la humanidad encontrará los medios para crear un orden superior y más racional de organización social y económica, o en la cual el capitalismo decadente provocará la destrucción de la civilización humana.

Muy pocos en la supuesta 'izquierda' actual quieren considerar, mucho menos aceptar, esta evaluación. Por el contrario, la mayoría de los posibles progresistas se aferran desesperadamente a la noción de que el "capitalismo neoliberal" no es más que la fea mutación de un conjunto de políticas miopes que la clase dominante capitalista puede preferir, pero que también podría verse presionada a abandonar a favor de una especie de capitalismo más humano, justo y equitativo. Por esta razón, la izquierda establecida, orientada a la reforma, es reacia a caracterizar el neoliberalismo como lo que es: una respuesta estratégica predecible e inevitable por parte del capital y el estado a una crisis cada vez más profunda del sistema de ganancias capitalista, una crisis que ha sido desplegándose durante varias décadas.

viernes, 7 de febrero de 2020

Desigualdad social, fuente de toda riqueza


Eduardo Lucita, Rebelión

La desigualdad social global está “fuera de control”. Esta es la conclusión más general a la que arribaron un conjunto de organizaciones no gubernamentales reunidas en Oxfam, organismo internacional que busca combatir la injusticia de la pobreza en el mundo.

Según los datos informados por Oxfam en los días previos a la reciente reunión del Foro Económico Mundial en Davos, los multimillonarios más ricos del mundo -aquellas personas que su patrimonio supera los mil millones de dólares- suman 2153 y poseen más riqueza que el 60 por ciento de la población mundial. El 1% más rico del mundo tiene más del doble de riqueza que el 90% (6.900 millones de personas) de la población mundial. O que solo 26 personas poseen lo mismo que la mitad de la población (3.800 millones).

“La desigualdad en el mundo está profundamente arraigada y ha alcanzado un nivel escandaloso” concluye el informe citado que se basa en datos oficiales del FMI, el BM y la CEPAL entre otros organismos internacionales.

No es obra de la naturaleza


La desigualdad social, es decir aquella condición que hace que las personas tengan un acceso desigual a los diferentes tipos de recursos (ingresos dinerarios, viviendas, servicios esenciales…) no es obra de la naturaleza como nos suelen decir quienes reproducen aquel concepto que supone que “pobres habrá siempre”. Por el contrario es inherente al sistema capitalista como tal, que no puede sobrevivir sin desigualdades sociales, porque esta es necesidad y a su vez resultado de la lógica de la acumulación del capital en cada período histórico. En otras palabras, la tasa de ganancia del capital es mayor que la tasa de crecimiento de la economía.

martes, 4 de febrero de 2020

Greta Thunberg, Donald Trump y el futuro del capitalismo


Yanis Varoufakis, Project Syndicate

Steven Mnuchin, secretario del Tesoro del presidente norteamericano, Donald Trump, indignó a los analistas liberales en la reunión del Foro Económico Mundial de este año en Davos con un comentario sarcástico dirigido a la activista climática adolescente Greta Thunberg. En respuesta al reclamo de Thunberg de una salida inmediata de las inversiones en combustibles fósiles, Mnuchin dijo que la joven debería ir a la universidad a “estudiar economía” y después “volver a explicárnoslo”. Dos días antes, Trump se había referido a los científicos climáticos como “los herederos de los insensatos adivinos del pasado”.

La actitud de la administración Trump frente al cambio climático, y quienes hacen campaña a favor de medidas drásticas para contenerlo, es abominable, desagradable y errónea. Pero detrás de la vulgaridad y la toxicidad de Trump, Mnuchin, y otros, es lógica fría y honestidad brutal: su política es la única defensa auténtica del capitalismo contemporáneo. Y, a juzgar por el consejo condescendiente de Mnuchin a Thunberg, entienden que la economía tradicional, a diferencia de la ciencia climática, es su amiga.

Yo tampoco pude contenerme tras el comentario de Mnuchin en Davos. “Mnuchin, tristemente, tiene razón”, escribí en un tuit. “Si Greta fuera a estudiar economía tradicional, pasaría varios semestres estudiando modelos de mercados en los que ni un desastre climático ni una crisis económica es posible. ¡Es hora de transformar la política económica y la economía!”

domingo, 2 de febrero de 2020

Globalización capitalista: Una proletarización del mundo que desenmascara el “pseudomodernismo” Parte 2


Said Bouamama, Bouamamas

La regresión social que constituye la globalización es de una magnitud sin parangón desde el nazismo. Marca un cambio de las relaciones de fuerza heredadas, precisamente, de la victoria contra él. Va pareja de la desaparición de los equilibrios surgidos de la Segunda Guerra Mundial con su eje bipolar “este/oeste”, pero también sus dinámicas de luchas de liberación nacional y por un “nuevo orden internacional”, es decir, contra el neocolonialismo, de oposición a las guerras imperialistas, de exigencia de un trato igualitario para los componentes sobreexplotados de las clases populares (mujeres, personas jóvenes, inmigradas y herederas de la inmigración, etc.). Esta regresión solo ha sido posible gracias a una preparación y un acompañamiento ideológico de larga duración cuyo objetivo es trastocar las referencias teóricas e ideológicas de las personas dominadas del planeta. En nuestra opinión, la galaxia de las llamadas teorías “postmodernas” fue el vehículo principal de este combate para volver a imponer la hegemonía cultural de las clases dominantes.

El Eurocentrismo


La ofensiva ideológica que acompaña a la contrarrevolución que constituye la llamada “globalización” sólo podía ser eficaz apoyándose en unos elementos de verdad, es decir, en unas cegueras y ocultaciones previas en el propio seno de los movimientos que luchan contra el orden dominante a escala mundial. Era necesario denunciar estas ocultaciones. Sin embargo, esta denuncia fue el pretexto para fragmentar el análisis y las luchas. La denuncia no se hizo para apelar a un análisis más amplio que tuviera en cuenta la dinámica mundial del capitalismo, sino para presentar cada lucha como separada de las demás. Se ocultaba la relación sistémica entre ellas. Así, la fragmentación del análisis y de las luchas es el tronco común y el punto de llegada que comparte toda la galaxia postmoderna. Entre las cegueras y ocultaciones que han servido de base de ofensiva a esta lucha ideológica se encuentra el eurocentrismo, es decir, una lectura de la historia que confunde el universalismo mutilado del capitalismo nacido en Europa y el universalismo real. En el pasado todo esto llevó a la idea de una colonización humanitaria que se podía oponer a la colonización bárbara del capitalismo, a la tesis de la misión civilizadora de “izquierda” (que todavía perdura en muchas ONG “de ayuda al desarrollo”), a la de la “integración” de las personas inmigradas (es decir, a una lectura de sus condiciones de existencia que se refiere a sus características culturales y no a sus condiciones materiales de existencia y a las desigualdades que les caracterizan), a la justificación contemporánea o a la inacción frente a las guerras imperialistas (con el pretexto de la lucha contra la barbarie o contra un “tirano” de un país del Sur del planeta), etc.

sábado, 1 de febrero de 2020

Globalización capitalista: Una proletarización del mundo que desenmascara el pseudo "posmodernismo"


Saïd Bouamama, Bouamamas

El año 2019 estuvo marcado por movimientos populares sin precedentes durante décadas en muchos países del planeta. Desde Argelia a Sudán pasando por Líbano, Francia o Haití, estos movimientos pusieron en acción a millones de manifestantes. En el mismo año, los golpes reaccionarios y las ofensivas se multiplicaron, al igual que los intentos de explotar y secuestrar a los grandes movimientos populares. La percepción cronológica de estas luchas difundidas por los medios de comunicación nos impide hacer un balance de los desafíos comunes que significan estas movilizaciones. Del mismo modo, la importancia de una cuadrícula de lectura centrada en el euro oculta la entrada en una nueva secuencia histórica del sistema imperialista mundial y la reanudación de la iniciativa popular que lo acompaña. ¿Cómo entender este nuevo ciclo de lucha? ¿Podemos conectarlos a una base de material común? ¿Están desconectados de los discursos ideológicos dominantes?

Globalización capitalista y proletarización del mundo


Los discursos dominantes sobre "globalización" y/o "globalización" presentan esto como resultado de los avances en la ciencia y las técnicas que llevan a interacciones sin precedentes en los diferentes espacios del planeta. Según esta novela ideológica internacional, las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación habrían obsesionado a los Estados-nación, dejando obsoletas las "grandes historias" de la emancipación (socialismo, anticolonialismo, antiimperialismo, etc.) y aboliendo la lucha de clases. Tal discurso enmascara la naturaleza de esta globalización y su origen. Lejos de ser una consecuencia lógica del progreso técnico, la llamada "globalización" es el resultado de las estrategias de las grandes potencias imperialistas de la tríada (Estados Unidos, Unión Europea y Japón) para la distribución del mundo.

martes, 28 de enero de 2020

La Sangre de los Inocentes


Bernardo Pérez Andreo, cristianismeijusticia

La sangre es símbolo de vida en todas las culturas, al ser el líquido que recorre el cuerpo y sin el cual es imposible que se dé la existencia de la mayoría de seres vivos en nuestro planeta. Su composición le confiere esa cualidad maravillosa de transportar el oxígeno hasta las células y retirar el CO2 de las mismas, depositándolo en los pulmones para su expulsión. Este intercambiador sanguíneo se produce debido a la cualidad química del hierro, que es capaz de actuar bajo dos valencias distintas, lo que le permite tomar oxígeno y dejarlo, de ahí sus cualidades para el transporte, y de ahí su color, desde siempre vinculado con la vida.

De la misma manera que la sangre es el líquido vital, también lo es para la estructura cultural de todos los pueblos. La sangre está presente en infinidad de ritos, tanto de sanación como de purificación, que viene a ser lo mismo. Por eso, en algunas culturas se utiliza la sangre de los inocentes para purificar lugares y personas, mediante un rito cruento que transfiere supuestamente la fuerza que reside en la sangre del inocente a un grupo o a un individuo. Estos ritos, muy extendidos en la antigüedad, están hoy afortunadamente en desuso. Sin embargo, existen otros ‘ritos modernos’ que han vuelto a poner la sangre en el centro de la estructura sanitaria mundial.

lunes, 20 de enero de 2020

Empiezan los 20, ¿los “terribles 20”? (la crisis de larga duración del siglo XX-XXI)


Andrés Piqueras, Público

Las crisis, convertidas en recesiones o incluso en depresiones, han existido continua y periódicamente desde el inicio del capitalismo. El estadounidense National Bureau of Economic Research recoge 33 de ellas sólo desde 1854, una media de 2 por década, no habiendo habido nunca un periodo sin crisis por más de 11 años. Alguien que no fuera un economista –como diría Marx- debería deducir que el capitalismo contiene alguna característica intrínseca que le conduce a ello. Las crisis tienen una variada gama de manifestaciones externas (de sub-consumo, financieras, por desajustes macroeconómicos o conmociones originadas por la propia competencia…), las mismas que sirven para elaborar explicaciones causales superficiales cuando no erróneas. En realidad, las crisis estructurales del capitalismo parten de un común denominador, que es el que importa y que se niega a entender la ciencia económica reinante: la caída del valor. El valor es la sangre que recorre el cuerpo del sistema capitalista, y está entrañado en el tiempo socialmente necesario que tardan en producirse unas u otras mercancías. La automatización de los procesos productivos no sólo ha ido desechando seres humanos de los mismos, condenándolos a un desempleo crónico o a un empleo cada vez más precario (que es a menudo también una forma de desempleo camuflado), sino que va reduciendo el tiempo necesario de producción y con ello el valor (“la sangre” del sistema). En consecuencia, el sistema se va gangrenando. Pero lejos de intentar alguna cura, hoy asistimos a su loca huida hacia adelante (algo así como si a quien le diagnostican un mal grave decidiese irse de copas y comilonas todos los días).

viernes, 17 de enero de 2020

Por qué EEUU aplica sanciones


Umberto Mazzei, Rebelión

Desde que Estados Unidos volvió a ser país exportador de petróleo (había dejado de serlo en 1971) y necesita un mercado donde vender ese petróleo producido con la onerosa técnica del fracking, encontró en las sanciones una manera de manipular artificialmente los mercados a su favor, desestabilizando los principales países productores como Venezuela, Irak, Irán o Libia e imponiendo obstáculos al suministro físico de gas ruso. Rusia es el único gran productor al que no se atreve a provocar, pero trata de hostigarlo con el juego de las sanciones al igual que a Irán y Venezuela. Las sanciones que aplica Estados Unidos unilateralmente parecen más un modo de desviar a su favor la competencia comercial que castigos por supuestas infracciones de las normas internacionales de buena conducta.

Unas normas internacionales arbitrarias

Normas sobre las cuales Estados Unidos se ha atribuido las funciones de legislador, juez y parte, gendarme y carcelero.

Esos abusos están sostenidos por la supremacía del dólar americano como divisa de referencia en las transacciones y pagos internacionales. Ese privilegio le da el control de los circuitos y mercados financieros.

domingo, 5 de enero de 2020

Sebastián Edwards: “La versión pura del capitalismo ha llegado a su fin”

El economista considera que, a partir de ahora, el capitalismo sería más inclusivo y amigable. Pero teme que las expectativas sobre la reforma constitucional se verían frustradas

Luis Fernando Alegría, El Comercio


Desde octubre en Chile se vive un estallido social que podría terminar con un cambio de la Constitución. En este contexto, Sebastián Edwards, el economista más reputado del vecino del sur, nos cuenta su análisis de las causas del conflicto y sus consecuencias.

-¿Cuáles son las causas detrás del estallido en Chile?

-Son múltiples y los responsables son muchos: élites, políticos, empresarios, intelectuales, periodistas. Pero, lo que sin duda resalta es el tema de las pensiones, que se ha transformado en la bandera más visible de lucha. La gente lo ve como profundamente injusto. La noción es que, luego de una vida de trabajo, llega un momento en que el descanso y la pensión son un derecho. Pero, por diversas razones –la principal son las lagunas de contribuciones a lo largo de la vida laboral– las pensiones son, en general, muy bajas. La gente lo ve como un abuso, especialmente cuando se sabe que las utilidades de las AFP son cuantiosas.

jueves, 5 de diciembre de 2019

El fracaso histórico del capitalismo


Alejandro Nadal, La Jornada

Las manifestaciones de los últimos 12 meses en Chile, Ecuador, Perú, Haití, Irak, Irán, Hong Kong y hasta Francia han adquirido un carácter insurreccional por sus dimensiones y la amplitud de sus reclamos. Muchos pensarían que estos movimientos no tienen un hilo conductor y que todos obedecen a causas distintas. Los detonadores, en cada caso, parecerían ser muy distintos. Pero un análisis más cuidadoso permite identificar varias raíces comunes, en las que se mezclan las políticas de austeridad, una profunda desigualdad, el dominio del capital financiero y la concentración de poder de mercado en pocas corporaciones. Son los rasgos definitorios de esta etapa del capitalismo que se ha denominado neoliberalismo.

Las señales del fracaso y ruina del neoliberalismo se encuentran en todas partes. La creciente e intensa desigualdad es, quizás, la señal más poderosa. Proviene de muchas causas, entre las que destaca la contracción en los salarios desde la década de los años 1970. El estancamiento económico en que ha caído la globalización neoliberal es otro signo de que algo está muy mal en las entrañas del capitalismo mundial. Ponerle la etiqueta de estancamiento secular a este proceso de ralentización puede servir para calmar las conciencias y ayudarlas a ahuyentar los malos augurios. Pero cuando uno pregunta por las causas de este fenómeno, casi nadie se atreve a poner el dedo en la llaga: el estancamiento secular se debe a una caída en la inversión que, a su vez, está ligada a una baja en la tasa de ganancia.

domingo, 3 de noviembre de 2019

Para Thomas Piketty la desigualdad es ideológica y política

En "Capital e ideología", el economista francés derriba las narrativas del liberalismo
Las desigualdades jamás son “naturales” sino edificadas por una ideología que crea las categorías divisorias: mercado, salarios, capital, deuda, entre otras, sostiene el economista francés


Eduardo Febbro, Pagina12

El liberalismo volverá a temblar sobre sus raíces teológicas y un ejército de evangelizadores liberal-populistas saldrá otra vez con capa y espada a demoler la impecable demostración sobre la semilla de las desigualdades que el economista francés Thomas Piketty publica en estos días en Francia. Se trata de Capital e Ideología, el segundo libro que Piketty publica luego del monumental éxito que tuvo su primer trabajo, El Capital en el Siglo XXI, del cual circularon en el mundo más de dos millones y medio de ejemplares. Como el anterior, el nuevo libro del economista francés no preserva espacios, sino que los extiende. Son 1.200 páginas cuyo postulado central consiste en demostrar que “la desigualdad es ideológica y política” y no “económica o tecnológica”, que las desigualdades jamás son “naturales” sino edificadas por una ideología que crea las categorías divisorias: mercado, salarios, capital, deuda, trabajadores más o menos capacitados, cotizaciones bursátiles, paraísos fiscales, ricos, pobres, clérigo, nobleza, competencia nacional o internacional.

”Se trata de construcciones sociales e históricas que dependen íntegramente del sistema legal, fiscal, educativo y político que se elige implementar y de las categorías que se crean”. Piketty derriba dos de los mitos más arraigados de la derecha: el primero postula que las desigualdades se explican en muchos casos por causas “naturales”: el segundo recurre a la existencia histórica de supuestas “leyes fundamentales”. En ningún caso. Thomas Piketty ofrece en esta mastodóntica investigación una mirada nueva sobre el proceso de la desigualdad, así como una historia con perfil mundial de las desigualdades y las ideologías que las promueven.

sábado, 19 de octubre de 2019

Sobre el libro de Thomas Piketty Capital e ideología: Inglaterra o cómo no abordar el problema


Michel Husson, Viento Sur

Thomas Piketty resume de este modo en el diario Liberation la tesis central de su libro Capital e ideología: "Cada sociedad humana debe inventar un relato ideológico para justificar sus desigualdades" 1/. Pero, curiosamente, no aborda este tema en las páginas que dedica al Reino Unido.
Evidentemente, el voluminoso libro de Piketty [1232 pp.] suscita admiración por el enorme trabajo que ha supuesto y dificulta la crítica. Sin embargo, pensamos que no podemos dejarnos llevar por la fascinación ni por una cierta forma de sorpresa, y que la crítica es necesaria. Para comprender bien el método de Piketty y valorar sus aportaciones hemos optado por situar el proyector sobre una parte de la misma: las páginas (de las 201 a la 226 [a falta de la edición en castellano, todas las referencias al libro tienen que ver con la edición francesa]) consagradas al Reino Unido.

En sí mismo los títulos que elige Piketty para las distintas partes del libro son bastante reveladores: "El Reino Unido y la progresividad de la propiedad ternaria; la aristocracia británica, una nobleza propietaria; la sociedad de propietarios en la novela clásica; el almanaque de Burke, de los barones a los petro-multimillonarios; los Lores, garantes del orden propietario; la batalla por la progresividad fiscal y la caída de la Cámara de los lores; Irlanda, entre la ideología trifuncional, propietaria y colonialista". En esta enumeración encontramos el cuadro sinóptico utilizado por Piketty, en concreto, las nociones de trifuncionalismo y propietarismo. Las sociedades trifuncionales están compuesta por el tríptico: clero, nobleza y Tercer Estado [la plebe]. Después, una "gran ruptura" (principalmente, la revolución francesa) condujo a una sociedad de propietarista.

Los dos Burke: John y Edmund

Tras algunas páginas consagradas a Jane Austen (a la que ya citó en El capital en el siglo XXI) Piketty centra su interés en el almanaque de John Burke, una especie de anuario de la nobleza británica 2/. Con él, llega a la conclusión de que "la nobleza británica del siglo XIX era indisociablemente aristocrática y propietarista". Volveremos sobre esta observación, pero antes es necesario que centremos la atención en la ideología y demos marcha atrás para hablar de Edmund Burke (un homónimo sin vinculo aparente con John) que se hizo celebre por su severa crítica de la revolución francesa 3/.

viernes, 27 de septiembre de 2019

La mirada económica de Rosa Luxemburgo

Exposición en las Jornadas sobre Rosa Luxemburgo. A 100 años de su asesinato, Buenos Aires 24 de septiembre de 2019


Claudio Katz, Rebelión

Buenas tardes, gracias por la invitación y me alegro mucho de esta incorporación de Rosa Luxemburgo, a la lista de lista de revolucionarios homenajeados, como ya hicimos con Marx, Lenin, el Che o Fidel. Bienvenido este tributo a los 100 de Rosa, que fue una excepcional exponente del marxismo clásico. Como todos sus pares ella fusionaba la acción política con la teoría y la militancia con el pensamiento. Por esa razón desenvolvió una vida tan integral.

Puesto que no alumbró una corriente específica perdurable, su obra fue poco visitada y poco citada durante muchos años. Yo creo que abordó problemas de gran actualidad al actuar en un partido socialista, que principios del siglo XX ya era una organización de masas, con gran predicamento sindical y fuerte protagonismo parlamentario.

En esta mesa de las Jornadas nos concentramos en Rosa como economista y como partícipe de la extraordinaria generación de teóricos que sucedió a Marx. Yo creo que en ese terreno nos legó aportes muy significativos en varios planos.

Primero en la metodología de investigación del capitalismo. En su época ya se había generalizado el estudio del Tomo 1 de El Capital, con gran atención entrados en la explotación, la plusvalía y los desequilibrios de la órbita productiva. Rosa fue la primera en ir más allá de estos enfoques, propiciando un análisis de toda la dinámica de la reproducción. Integró especialmente la esfera de la circulación, mediante la exhaustiva incorporación del Tomo 2 a la indagación del capitalismo.

lunes, 23 de septiembre de 2019

Thomas Piketty, contra la propiedad privada

El economista francés, gran teórico de la desigualdad, publica ‘Capital e ideología’, un monumental ensayo que propone “la circulación de bienes” para “superar el capitalismo”


Marc Bassets, El País

No es la lucha de clases, ni la mano invisible del mercado, ni menos aún la historia de los grandes líderes y batallas lo que mueve el mundo, sino las ideas, según el economista francés Thomas Piketty. Y el aleph que a casi todo da sentido, la llave de la evolución de las sociedades es la propiedad privada. Quién posee qué y en nombre de qué.

Las desigualdades crecientes de ingresos y patrimonio, que Piketty diseccionó en una obra anterior, el superventas El capital en el siglo XXI (Fondo de Cultura Económica, 2014), son producto de una ideología. Cada momento tiene su justificación, un argumento que lo sostiene, y transformar el mundo obliga a cambiar de ideas. “Dar un sentido a las desigualdades, y justificar la posición de los ganadores, es una cuestión de importancia vital. La desigualdad es ante todo ideológica”, escribe en Capital e ideología, recién publicado en Francia y que lanzará Deusto en castellano.

El nuevo libro es ambicioso. Empezando por las dimensiones: 1.200 páginas. Abarca siglos, desde la Edad Media hasta hoy. Se extiende por cuatro continentes. Desborda las disciplinas académicas: de la economía a la historia, de la ciencia política a la teoría de la justicia y a la literatura. Las novelas de Jane Austen, Balzac o Carlos Fuentes ofrecen tanta o más información que una batería de gráficos y tablas, unas 170, sobre la historia de la propiedad privada y su efecto en las desigualdades.

domingo, 22 de septiembre de 2019

“Capital e ideología” de Thomas Piketty: la propiedad es el mal


Joseph Confavreux, Fabien Escalona y Romaric Godin, Mediapart

Desde las 1.200 páginas de su última obra, Thomas Piketty, destroza el debate público y político, explorando vías para, en concreto, “superar al capitalismo”. Pero, ¿cómo ejecutar esas propuestas radicales tratando de redefinir la noción misma de propiedad? ¿Bastarán para destruir las bases del hiper-capitalismo contemporáneo?

“Es más fácil imaginar el fin del mundo que el del capitalismo”. Thomas Piketty se compromete en su última obra a nada menos que a desmentir la famosa sentencia del filósofo estadounidense Frederic Jameson, pretendiendo proporcionar herramientas para “superar el capitalismo”, saliendo de una glaciación ideológica catalizada por los fracasos del sovietismo real.

Después de “El capital en el siglo XXI”, excavadora editorial que vendió 2,5 millones de ejemplares en el mundo, donde documentaba la explosión de las desigualdades patrimoniales mundiales, el economista pasa a los trabajos prácticos y políticos. En Capital e ideología (Seuil), radicaliza su pensamiento e investiga los medios para criticar en concreto un régimen desigual actual cuyos efectos destructores sobre el planeta y los seres humanos no pueden proseguir.

miércoles, 21 de agosto de 2019

Grupo de científicos dice que el capitalismo tal y como lo conocemos está llegando a su fin


Es una gran alerta a economistas y gobiernos: estamos en medio de una transformación de modelo económico cuyo trasfondo es el agotamiento de los recursos y el cambio climático. En cierta manera, estamos asistiendo al fin del capitalismo tal y como lo conocemos.

Es lo que concluye un grupo de científicos finlandeses en un reporte encargado por la ONU para dar contexto a su Informe Mundial de Desarrollo Sostenible.

"El capitalismo tal como lo conocemos ha dependido de la energía barata, ese es el motor o el facilitador de este crecimiento que hemos visto en los últimos 150 o 200 años, básicamente", le explica a BBC Mundo el economista Paavo Järvensivu, integrante de la finlandesa Unidad de Investigación BIOS y uno de los autores de ese reporte. Ahora, agrega, estamos entrando en otra etapa.

"La era de la energía barata está llegando a su fin, y si no tenemos esa energía barata, entonces ya no podemos tener ese tipo de capitalismo".

Según este grupo de científicos, debido al cambio climático, por primera vez en la historia humana, las economías están teniendo que recurrir a fuentes de energía menos eficientes que requieren "más esfuerzo y no menos" para producirla, según se lee en el reporte.

"Se necesita un gran esfuerzo para cortar con nuestra dependencia de los combustibles fósiles", dice Järvensivu.

jueves, 15 de agosto de 2019

Capitalismo, agricultura y cambio climático


Alejandro Nadal, La Jornada

El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) filtró un adelanto de un estudio sobre la relación entre suelos, agricultura y cambio climático. Es un poderoso llamado de atención sobre las fuerzas que amenazan con desfigurar la biósfera y destruir la especie humana. El análisis hace hincapié en el uso de suelo, la producción de alimentos y las emisiones de gases de efecto invernadero.

La advertencia del IPCC señala que la agricultura, la ganadería y la silvicultura generan 23 por ciento del total de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) cada año. Por otra parte, el IPCC recuerda que los suelos del planeta son responsables de absorber alrededor de 30 por ciento del bióxido de carbono emitido cada año por la industria y el sector energético. En la medida en que los suelos se degradan, se reduce su capacidad de absorción del bióxido de carbono (CO2) y su capacidad productiva se ve limitada. Esto aumenta la concentración de GEI en la atmósfera y agrava el cambio climático, lo que genera nuevamente mayor degradación de suelos. El riesgo de desencadenar un ciclo acumulativo vicioso es hoy día muy alto.

El informe del IPCC es importante, pero, como siempre ocurre con estas evaluaciones sobre la destrucción ambiental en el mundo, adolece de una grave omisión: no contiene ninguna referencia sustantiva a las fuerzas económicas que están promoviendo esta degradación ambiental.

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