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lunes, 1 de noviembre de 2021

La historia de los estudios de desigualdad global

Branko Milanovic

Recientemente leí un artículo muy bueno de Christian Christiansen sobre los orígenes de los estudios de desigualdad global. El artículo aún no se ha publicado, por lo que no citaré nada de él, pero sugeriría a los lectores interesados ​​que consulten el excelente libro suyo y de Steven Jensen (editores) "Histories of Global Inequality" y especialmente el ensayo introductorio que repasa los mismos temas.

Christiansen estudia cómo la idea misma de la desigualdad mundial ha cambiado durante los últimos setenta años. Traza el camino desde la retórica poscolonialista donde la desigualdad mundial era la desigualdad entre colonias y metrópolis hasta el tercermundismo y el estructuralismo, el nuevo orden económico internacional y finalmente el neoliberalismo global. El término "desigualdad mundial" aparece por primera vez impreso en un artículo de 1974 sobre la crisis alimentaria mundial de Mick McLean y Mike Hopkins ("Problemas de la agricultura y la alimentación mundiales: proyecciones, modelos y enfoques posibles", Futures ). Solo en la década de 1990, la “desigualdad global” se asoció con la idea de desigualdad de ingresos entre los ciudadanos del mundo.

martes, 26 de octubre de 2021

Coronacrisis, neoliberalismo, democracia: lo que vendrá

Aram Aharonian, estrategia.la

El coronavirus, en lugar de volverse un factor de cohesión para luchar contra un enemigo común, resultó lo contrario, a causa de ambiciones absurdas dentro del modelo neoliberal, que no sólo ha perdido legitimidad, sino que constituye una de las mayores amenazas tanto para la humanidad como para el planeta.

La pandemia puso en tela de juicio muchas de las certezas políticas que parecían haberse consolidado en las últimas cuatro décadas, sobre todo en el mundo occidental, esas que constituían (constituyen) el orden neoliberal.

Estas certezas eran el triunfo final del capitalismo sobre el socialismo soviético; la prioridad de los mercados en la regulación de la vida económica y social (con la privatización y desregulación de la economía y las políticas sociales y la reducción del papel del Estado); la globalización de la economía basada en ventajas comparativas en la producción y la distribución; la brutal flexibilización de las relaciones laborales como condición para aumentar el empleo y el crecimiento económico.

jueves, 7 de octubre de 2021

Bloomberg sobre Boric: “Joven candidato busca enterrar el ‘milagro’ neoliberal en Chile”

A nivel global, los medios evidencian particular interés en el proceso político que enfrenta Chile, más ahora que las elecciones presidenciales post estallido social están a la vuelta de la esquina, una contingencia que recoge en las últimas horas Bloomberg, con foco en la figura de Gabriel Boric, quien aparece como el favorito para quedarse con los comicios del 21 de noviembre.

Entre otras cosas y tras relevar su pasado como referente de la causa estudiantil, la nota de prensa destaca que a sus 35 años, «Boric lidera la carrera por la presidencia de Chile. Su ascenso, parte de un giro más amplio hacia la izquierda en América Latina, está sacudiendo a las empresas internacionales y firmas de inversión, que durante mucho tiempo han favorecido a Chile como, quizás, la economía en desarrollo más promercado del mundo».

Posteriormente, el artículo de la compañía especializada en el ámbito financiero, cita a un presidenciable que otrora reparó en las filas y en las listas de espera en los hospitales públicos, apuntando a una sensación de indignación y frustración que movilizarían al actual presidenciable de Apruebo Dignidad.

viernes, 9 de julio de 2021

La inviabilidad del neoliberalismo en América Latina

Hedelberto López Blanch, Rebelión

La enorme y hasta ahora incontrolable pandemia de Covid-19 ha puesto de manifiesto la inviabilidad del sistema neoliberal implantado en varios países de América Latina a principios de la década de 1980.

Con servicios de salud públicos precarios muchas naciones de la región se han visto imposibilitadas de atender a la mayoría de sus pobladores que no pueden pagar una adecuada atención médica lo cual ha provocado la muerte de más de un millón de personas en el área y que además, no han podido vacunarse porque los gobiernos no tienen capacidad monetaria para comprar las vacunas anticovid.

Como consecuencia directa se han perdido millones de empleos por el cierre de comercio, servicios, empresas e industrias con el consecuente incremento de la ya enorme pobreza en que vivía la región antes de comenzar la pandemia.

El sistema neoliberal que impulsó las privatizaciones de fábricas, edificaciones, tenencia de tierras, servicios esenciales como agua, salud, electricidad, educación, enriqueció a unos cuantos mientras no ha sido capaz de dar la mínima respuesta alentadora a los habitantes afectados por la epidemia.

jueves, 1 de julio de 2021

La era neoliberal está terminando en Estados Unidos. ¿Y ahora qué?

Gary Gerstle, eldiario.es

El orden neoliberal que dominó la política estadounidense durante 40 años se está desarmando. Este orden premiaba el movimiento libre del capital, de los bienes y de las personas. Celebraba como un logro para la economía la desregulación que sucedía cuando los gobiernos ya no controlaban los mercados. Valoraba el cosmopolitismo como logro cultural, producto de la apertura de fronteras y consecuencia de la mezcla voluntaria de grandes diversidades de personas.

Aclamaba la globalización como una posición donde todos ganan: Occidente se enriquecería, pero el resto también; los países latinoamericanos y las naciones asiáticas, los grandes y los pequeños. No habría perdedores en este proyecto global; ni entre las clases trabajadoras occidentales ni entre los pueblos del sur global. La globalización y los mercados libres sacarían todos los barcos a flote. En Estados Unidos, el orden neoliberal trascendió las fronteras partidistas, invocando a todos los que deseaban poder político a adoptar su credo. Ronald Reagan fue su arquitecto más prominente, Bill Clinton, su facilitador, quien convirtió al partido Demócrata para seguir sus mandamientos.

miércoles, 30 de junio de 2021

¿Fracaso del neoliberalismo?

La “progresividad” nunca ha sido el objetivo de la política económica en el orden capitalista. El objetivo histórico apunta a la producción de valor y plusvalor, de ganancia y acumulación.
Julio Gambina, Alainet

En variadas ocasiones escucho decir, o leo, que el “neoliberalismo” ha fracasado, y creo entender lo que se pretende transmitir, especialmente cuando el que emite la opinión orienta sus conclusiones a la denuncia del impacto socio económico regresivo. Pero, inmediatamente me surge la necesidad de explicar que las políticas económicas hegemónicas, llamadas neoliberales (no son nuevas ni liberales), no se proponen un objetivo de progresividad económica en la sociedad, sino exacerbar el objetivo de la ganancia. De hecho, se puede discutir si alguna vez la progresividad fue el objetivo de las políticas públicas del orden capitalista, cuando solo producto de las luchas de los sectores subalternos se le arrancaron temporalmente ingresos al capital.

Con las políticas keynesianas, entre 1930 y 1980, la “progresividad” está asociada a la máxima acumulación de poder popular en el ámbito mundial, Revolución Rusa mediante y bipolaridad sistémica desde 1945 entre el socialismo y el capitalismo (se piense lo que se piense sobre lo que aconteció en la URSS hasta su debacle en 1991), lo que contrarrestó la ofensiva del capital. Se trata de un momento a la defensiva de la iniciativa política del capital, cuyo punto más elevado y último, para lanzar la contraofensiva, es la derrota estadounidense en Vietnam entre 1973 y 1975, fecha coincidente con la experiencia monetarista liberalizadora del terrorismo de Estado en Sudamérica, origen de la ofensiva capitalista en ascenso hasta la situación actual.

viernes, 25 de junio de 2021

El gran fracaso del neoliberalismo

Vicenç Navarro, Público

Desde finales de la década de los años 70 (en la Gran Bretaña, con el Gobierno de la señora Thatcher), y principios de la década de los años 80 (en Estados Unidos con el Gobierno del presidente Reagan), se inició lo que algunos autores han definido como La Revolución Neoliberal, pasando a ser el neoliberalismo la ideología dominante del pensamiento económico, que más tarde hizo suya la socialdemocracia (en una versión más moderada) en Europa a través de La Tercera Vía con Tony Blair en la Gran Bretaña, Schröder en Alemania, Hollande en Francia y Zapatero en España, inspirados, estos últimos, por los cambios iniciados en el Partido Demócrata de los Estados Unidos (por el presidente Clinton seguidos más tarde por el presidente Obama).

Este pensamiento, que se convirtió en dogma, gestionado por su Vaticano, el fórum de Davos, sostenía (en teoría) tres principios. Primero: el Estado, conocido como «El Gobierno», tenía que reducir sus intervenciones, (regulación y gasto público). Como decía el Presidente Reagan «Government is not the solution, rather it is part of the problem«. Segundo: los mercados laborales, financieros y comerciales, deberían estar desregulados a fin de liberar el enorme potencial creador que tenían los mercados. Y tercero: la movilidad global del mundo del trabajo y del capital debía facilitarse dentro de un proceso de globalización. Como consecuencia de la supuesta aplicación de estos tres principios, se señaló que hubo un enorme crecimiento de la economía mundial bajo un nuevo orden internacional, en que los Estados estaban perdiendo su poder siendo sustituidos por empresas multinacionales que centraron la actitud y la actividad económica en su globalización. Hasta aquí la teoría. Veamos ahora la realidad.

lunes, 10 de mayo de 2021

Joe Biden recicla a Franklin D. Roosevelt

Atilio Boron, Página 12

La reorientación macroeconómica de la Administración Biden originó un sinnúmero de elucubraciones acerca de cuán lejos llegaría el mandatario estadounidense en este nuevo rumbo. Una lectura cuidadosa de su discurso, pronunciado ante ambas cámaras del Congreso al cumplir 100 días de su mandato, permite vislumbrar una primera respuesta.

Biden dijo que sus palabras tenían que interpretarse en el marco de una triple crisis: “la peor pandemia del siglo, la peor crisis económica desde la Gran Depresión y el peor ataque a la democracia desde la Guerra Civil.” Enfrentar estas amenazas no era algo que podía hacerse con las políticas habituales sino que requerían creatividad y renovados esfuerzos. De su discurso se desprende que es más fácil combatir a la pandemia, más difícil atacar a la crisis económica y más aún restañar las heridas sufridas por la democracia estadounidense que, a juicio de muchos observadores dentro de ese país, se ha degradado al rango de una voraz plutocracia.

domingo, 9 de mayo de 2021

Colombia en llamas: el fin del neoliberalismo será violento

Boaventura de Sousa Santos, Público

Colombia está en llamas. Actualmente es uno de los países con más muertos por covid-19, ocupando el cuarto lugar en la región después de Estados Unidos, Brasil y México, teniendo hasta la fecha tan solo el 3,5% de la población totalmente vacunada y siendo parte de los países que se niegan a apoyar la solicitud de liberación de las patentes de las vacunas. Es también el país que en 2020 tenía el 42,5% de su población en condición de pobreza monetaria y el 15,1% de la misma en condición de pobreza monetaria extrema. A estos datos mínimos pero significativos le podemos sumar que, tras la firma del acuerdo de paz de 2016, se han asesinado entre 700 y 1.100 personas defensores y defensoras de derechos humanos (las cifras varían entre las ONG y las instituciones gubernamentales).

Las zonas que antiguamente fueron de dominio de las FARC-EP hoy están en disputa por parte de distintos grupos armados ilegales, los cuales no solo buscan intereses económicos (narcotráfico, minería ilegal) sino que también traen consigo un horrible y sangriento interés por el control sobre la población civil, afectando gravemente el tejido social y dando como resultado que esto es sólo la punta del iceberg del nuevo panorama que atraviesa el país.

lunes, 3 de mayo de 2021

Joe Biden y sus reformas contra el neoliberalismo

David Brooks, La Jornada

Los cambios anunciados y logrados durante los primeros 100 días de Joe Biden en la Casa Blanca son, en gran medida, resultado de miles de días de lucha social contra el proyecto neoliberal de los pasados 40 años y la desigualdad económica, contra el racismo sistémico, contra la cultura de violencia armada dentro y fuera del país, por los derechos civiles de afroestadunidenses, latinos, asiáticos, indígenas y los inmigrantes, y por el futuro del planeta ante el cambio climático.

O sea, ni la elección de Biden ni la agenda política que está impulsando se entienden sin tomar en cuenta el masivo trabajo cotidiano del amplio mosaico de luchas sociales, incluyendo el de las vidas negras en el movimiento de protesta más grande de la historia con la participación de más de 26 millones, que mucho antes de Biden ya estaban cambiando la dinámica política del país y obligando a dar un giro hacia lo que se puede llamar, en términos generales, la izquierda.

jueves, 29 de abril de 2021

¿La mano invisible o la intervención estatal?

Julio Gambina, Rebelión

Interesante debate se transitó en una reunión virtual de ministros del Mercosur el pasado lunes 26. La polémica la protagonizaron los titulares de Economía de Argentina y de Brasil.

Se trató de un debate teórico y político que trasciende la preocupación relativa a la institucionalidad del Mercosur y se proyecta sobre el orden cotidiano. El tema es que Paulo Guedes, en defensa de la liberalización de la economía, aludió en su intervención a Adam Smith y a la “mano invisible” como organizador de la actividad económica. La respuesta de Martín Guzmán no se hizo esperar y en tono académico respondió “que la mano invisible de Adam Smith es invisible porque no existe”. La réplica del ministro de Brasil se sustentó como criterio de verdad en que más de la mitad de los “Premios Nobel” obtenidos fueron para economistas referenciados en la Escuela de Chicago, obviando la caracterización de la entidad que ofrece los galardones.

Hay que recordar que desde 1969 se otorga el premio del “Banco de Suecia en homenaje a Nobel”, intentando un símil a los galardones otorgados por la Fundación Nobel desde 1901. Tal como sostiene el ministro del Brasil, por abrumadora mayoría fueron beneficiados por el Banco de Suecia, referentes de la corriente principal en la disciplina, o sea, neo-clásicos o liberales y entre ellos destacan los ortodoxos. Solo en momentos muy especiales de crisis económica mundial, recibieron los galardones referentes de la heterodoxia. A modo de ejemplo puede citarse en plena crisis del 2001 estadounidense, a Joseph Stiglitz, con quien trabajó Guzmán en el equipo de investigación de la Universidad de Columbia en Nueva York hasta su designación en el Ministerio de Economía de la Argentina. Stiglitz es conocido como ex directivo del Banco Mundial y crítico de los organismos internacionales y las políticas de ajuste ortodoxo. Últimamente se lo ve cercano al Papa Francisco y convergen en visiones críticas del orden hegemónico, con especial dedicación en el tema del endeudamiento externo, asunto al que se asoció Guzmán como investigador y ahora como funcionario del gobierno argentino. También fue premiado por los banqueros suecos en 2008 el estadounidense Paul Krugman, columnista del “demócrata” New York Times. El año de la premiación remite al apogeo de la gran crisis desplegada entre 2007 y 2009, la que aun condiciona la perspectiva de recuperación de la economía mundial. Ni en 2001, ni en 2008 se podía premiar a ortodoxos y por eso era el tiempo de premiación de la heterodoxia.

¿Comer el mundo o salvaguardar el mundo? Paradigmas opuestos

He aquí que ha surgido un límite insuperable: la Tierra limitada como planeta, pequeño, superpoblado, con bienes y servicios limitados no puede soportar un proyecto ilimitado
Leonardo Boff

“Comer el mundo” o “salvaguardar el mundo” son una metáfora, frecuente en la boca de líderes indígenas, cuestionando el paradigma de nuestra civilización, cuya violencia casi los ha hecho desaparecer. Ahora ha sido puesto en jaque por la Covid-19. El virus ha caído como un rayo sobre el paradigma de “comer el mundo”, es decir, explotar ilimitadamente todo lo que existe en la naturaleza bajo la perspectiva de un crecimiento/enriquecimiento sin fin. El virus ha destruido los mantras que lo sustentan: centralidad del lucro, alcanzado mediante la competencia, la más feroz posible, acumulado privadamente, a costa de la explotación de los recursos naturales. De obedecer estos mantras, estaríamos seguramente en mal camino. Lo que nos está salvando es lo ocultado e invisibilizado en el paradigma de “comer el mundo”: la vida, la solidaridad, la interdependencia entre todos y el cuidado de la naturaleza y de unos a otros. Es el paradigma imperativo de “salvaguardar el mundo”.

El paradigma de “comerse el mundo” es muy antiguo. Viene de la Atenas del siglo V a.C., cuando el espíritu crítico irrumpió y permitió percibir la dinámica intrínseca del espíritu que es la ruptura de todos los límites y la búsqueda del infinito. Tal propósito fue pensado por los grandes filósofos, por los artistas, aparece también en las tragedias de Sófocles, Esquilo y Eurípides y es practicado por los políticos. Ya no es el medén ágan del templo de Delfos: “nada en exceso”.

miércoles, 21 de abril de 2021

La ocultada causa del fracaso de la Unión Europea en la provisión de las vacunas anti covid-19

Vicenç Navarro, Público

Una de las características de las principales instituciones de la Unión Europea (desde la Comisión Europea al Parlamento Europeo) es que han estado gobernadas durante la mayor parte de su existencia por una mayoría conservadora-liberal ferviente creyente del dogma neoliberal, plenamente comprometida con la existencia y extensión de la globalización mundial de la actividad económica e impulsora de políticas de equilibrio presupuestario a nivel nacional (mediante austeridad de gasto público) sujeto a las reglas del capital financiero dictadas por el Banco Central Europeo. Estas políticas -como las de austeridad de gasto público- debilitaron los servicios públicos del Estado del Bienestar (como los sanitarios, los de salud pública y los sociales, entre otros) de gran parte de los países de la UE (y, muy en especial, de los del sur de Europa), disminuyendo su capacidad de responder a la pandemia y proteger a la población frente a sus estragos. La privatización de la sanidad pública, estimulada por sus políticas neoliberales, ha causado un enorme daño a la población, puesto que –predeciblemente- los servicios privados han tenido una eficacia limitada frente a la pandemia.

martes, 20 de abril de 2021

¿Una pandemia para ricos y otra para pobres?

Hedelberto López Blanch, Rebelión

El inhumano sistema de globalización neoliberal que se le ha impuesto a la mayoría de los países del mundo ha llevado en tiempos de pandemia a dividir aún más al planeta en dos: los ricos y los pobres.

Aunque las noticias parecen alucinantes, son completamente reales. Kerry Dolan, editora de la revista Forbes publicó que «pese a la pandemia, 2020 y 2021 fueron años de récord para los más ricos del mundo, con un aumento de cinco billones de dólares y un número sin precedentes de nuevos milmillonarios».

El artículo señala que el número de personas con una fortuna de 1.000 millones o superior, registró una “explosión” hasta llegar a un número sin precedentes: 2.755 en 2021, 600 más que en el año anterior.

En total sus fortunas se estiman en 13,1 billones de dólares, por encima de los 8 billones recogidos en la lista de Forbes 2020.

Con una pésima situación sanitaria en el orbe, que en vez de aminorar se acrecienta, el 2020 fue un año récord para las personas más ricas del mundo.

viernes, 16 de abril de 2021

Necropolítica: la política de la muerte en tiempos de pandemia

Eduardo Gudynas, Rebelión

El avance de la pandemia por el coronavirus no sólo no se detiene, sino que a medida que se agrava queda en evidencia un oscuro giro político: la necropolítica. Ese concepto sirve para describir al menos al menos tres características: ocurre en un contexto donde el estado de excepción deja de serlo para volverse una nueva normalidad, la política se enfoca en decidir sobre el dejar morir, y repite una narrativa de una guerra perpetua contra todo tipo de enemigos.

La idea de necropolítica fue acuñada años atrás por el camerunés Achille Mbembe, para describir la ola de violencia global a partir de los atentados a las torres gemelas en Nueva York sin dejar de atender las particularidades de la colonialidad en los países del sur (1). Hoy, aunque estamos en un contexto distinto, todos esos componentes están en el primer plano. Es que la política tradicional, que más allá de sus fallas y contradicciones buscaba asegurar la vida, está siendo reemplazada por una que deja morir. Es una política que diferencia entre vidas rescatables y otras que son desechables.

lunes, 12 de abril de 2021

La "variante Piñera"

Jaime Coloma, El Desconcierto

Al parecer cada vez se van evidenciando más los manejos de cierta élite económica y política en la construcción de mensajes por parte de los medios de comunicación. Hace un tiempo el presidente de la CPC, Juan Sutil, decide dejar de auspiciar a un canal de tv por considerar que éste no representa la línea de pensamiento de sus empresas, dejando entrever que lo que importa a la hora de poner recursos económicos en un programa no tiene que ver con el éxito en audiencias del mismo sino en que satisfaga un ideario acorde a lo que yo quiero que la ciudadanía piense. Son muchos los que, de alguna u otra manera, han establecido un cierto relato que permea las capas sociales construyendo líderes de opinión específicos y mensajes que satisfagan eso que tan inteligentemente menciona Tomás Moulian, en su libro Chile, anatomía de un mito, el “gatopardismo”, que esconde y potencia una sociedad altamente frívola y dada a la anécdota más que al contenido y la profundización de las ideas.

martes, 30 de marzo de 2021

La doble moral de Estados Unidos

La flagrante violación de los derechos humanos a la vida, a la libertad de manifestar y de expresión y a la no discriminación por raza o etnia fue invisibilizada por el Consejo de DDHH de la ONU
Pasqualina Curcio, Alainet

Más de 41.500 personas murieron el año 2020 en EEUU, no precisamente por causa del Covid-19, fallecieron víctimas de disparos. En plena pandemia, se registraron 592 tiroteos masivos en el mencionado país del norte, algo así como 1,6 enfrentamientos armados cada día. En 2019 fueron 415.

Las ventas de armas de fuego batieron récord en 2020, 23 millones en menos de un año, 64% más que las ventas registradas en 2019 cuando se registraban más armas en manos de civiles estadounidenses que habitantes: la relación era 120,5 armas por cada 100 habitantes. Más de 8 millones que compraron armas en 2020 lo hicieron por primera vez (Fundación Nacional de Deportes de Tiro).

Para vergüenza de la humanidad, no fue solo George Floyd quien murió asfixiado mientras un policía presionaba, con la rodilla, su cuello. Según datos de Mapping Police Violence, 316 afrodescendientes murieron a tiros por la policía de EEUU, lo que representa el 28% de las 1.127 personas asesinadas por los cuerpos de seguridad con armas de fuego en 2020.

domingo, 14 de febrero de 2021

Cómo los dogmas neoliberales han obstaculizado la resolución de la pandemia

Vicenc Navarro, Nueva Tribuna

Estamos inmersos en una de las mayores crisis sociales y económicas que el mundo haya vivido jamás. La evidencia científica que apoya tal observación de la realidad es abrumadora. Indicador tras indicador (desde los de mortalidad de la población hasta los de empleo) muestran el enorme dolor y sufrimiento que la pandemia está causando. Y la gente lo sabe. Los niveles de cansancio, frustración y enfado que la mayoría de la población está alcanzando en gran parte de los países a los dos lados del Atlántico Norte preocupa en gran medida a los mayores centros de reflexión de los establishments económicos y financieros, así como a los fórums políticos y mediáticos que les son afines en cada país.

De lo que no se habla en los debates sobre la pandemia

Y, en consecuencia, está teniendo lugar un gran debate y discusión sobre cómo responder a esta pandemia. Pero en este debate se empiezan a tocar temas que eran intocables hasta ahora. Me explicaré. Hay un dato que no se aborda en tales fórums políticos y mediáticos y que, sin embargo, es de una gran importancia. Sabemos ya cómo controlar, contener y, por lo tanto, superar la pandemia. Disponemos de los conocimientos científicos y de los recursos necesarios para solucionar algunos de los mayores problemas que existen y evitar tantas muertes. Es más, conocemos cómo podría controlarse la pandemia para recuperar cierto grado de normalidad. El lector debería conocer esta realidad. La ciencia sabe hoy cómo podría ir resolviéndose. Y no me refiero solo a la ciencia virológica y epidemiológica y otras ciencias básicas en salud pública, sino también a las aplicadas, como las ciencias sociales y económicas. Sé de lo que hablo. Soy también profesor de la Johns Hopkins University, incluida su bien conocida Escuela de Salud Pública, desde donde se realizan los bien conocidos estudios sobre la pandemia, conocidos y citados a nivel internacional. Y le puedo asegurar que sí, se sabe cómo controlar la pandemia. Sabemos, por ejemplo, que no podrá haber recuperación económica sin antes contener la pandemia. Ignorar lo segundo para corregir lo primero, como hizo la administración Trump, ha llevado a un desastre económico, social y de salud. No hay ningún país que lo haya conseguido. De nuevo, hay miles de datos que muestran el gran error de ignorar esta realidad. Ahora bien, el lector se preguntará: ¿si conocemos cómo controlar la pandemia y tenemos los recursos para hacerlo, por qué no se hace? Y otra pregunta que deriva de la anterior es: ¿por qué los medios no están informando sobre ello y los gobiernos no están actuando?

miércoles, 6 de enero de 2021

Neoliberalismo y el “modelo chileno"

Andrés Sanfuentes, El Mostrador

Es habitual señalar que en Chile existe un “modelo neoliberal”, que caracteriza a la sociedad actual, el que habría sido instaurado durante la dictadura y que, en sus rasgos esenciales, no ha cambiado a pesar de los 32 años desde que se recuperó la democracia y la profunda transformación ocurrida, así como el progreso obtenido. Aún más, el término “neoliberal” es utilizado en forma peyorativa, como poseedor de los males actuales y culpable de la desigualdad existente. Se argumenta que ese “modelo” tuvo que ser aceptado por los Gobiernos de centroizquierda como una transacción para poner fin al régimen de Pinochet, pero quedó con las ataduras que dejó la Constitución de 1980, minimizando las reformas posteriores.

El origen del término es de carácter ideológico, ya que sería una de las tantas derivaciones del liberalismo clásico, elaborado en la primera mitad del siglo XX y difundido a partir de la segunda parte del período y popularizado por varios intelectuales, especialmente Milton Friedman, su principal difusor. Su base principal puede resumirse en lo siguiente:

martes, 1 de diciembre de 2020

Margaret Thatcher 30 años después

León Bendesky, La Jornada

Margaret Thatcher fue primera ministra del Reino Unido entre mayo de 1979 y noviembre de 1990. Ahora se cumplen, pues, tres décadas desde que la relevó en el puesto su compañero John Major, tras renunciar al perder el apoyo de su propio partido, el Conservador.

Eso marcó el fin de una era que transformó significativamente la política en ese país y su influencia se extendió al resto del mundo. Una etapa política en la que coincidió con el gobierno de Ronald Reagan en Estados Unidos (1981-1989) y con el muy largo, políticamente activo y relevante papado de Karol Wojtyła (1978-2005).

Así que se entrelazaron los hechos de la muerte de Albino Luciani (Juan Pablo I), 33 días después de haber sido electo Papa el 26 de agosto de 1978 y remplazado por Wojtyła, con la elección de Thatcher y poco después la de Reagan. Los tres fueron personajes muy distinguidos en la reconformación ideológica del capitalismo como sistema social y que incluyó el fin de la Unión Soviética en 1989. La relación que mantuvieron con Gorbachev fue crucial.

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