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miércoles, 25 de marzo de 2020

¿Ya nada será igual en América Latina después del COVID-19?


Aram Aharonian, Rebelión

No sabemos aún cuál será el desenlace de la pandemia del COVID-19, ni sabemos qué nuevas turbulencias sociales, financieras, políticas, económicas y militares podrá desatar pero, a la vez, divisamos también signos de una transformación en ciernes.

No todo será como era: hay que repensar el mundo que viene y reconsiderar las prioridades de su agenda. En una región hoy llena de temerosos con tapabocas, queda en claro que la prioridad no es el pago de la deuda externa, sino los problemas de salud pública.

El mundo, nuestra América Latina, ya no serás igual. Quizá sea demasiado optimista, pero en medio del temor, la desinformación y la manipulación abierta por grupos cavernarios, las sociedades van reaccionando pasado el primer impacto, y a las muestras de psicosis y paranoia que condujeron a compras de pánico, la solidaridad surge como el aliciente para garantizar la sobrevivencia humana.

Desde ya deberíamos de abandonar la idea de volver a «la normalidad», a «lo de antes», porque lo de antes ya no existe. Hemos descubierto que ante una crisis real lo que funciona es lo público, pese a que lo público fue y es denostados día sí y día porque la maquinaria de (des)información. De golpe aprendimos que un servicio no es un negocio sometido a «las reglas del mercado», verso que solo sirve para que se aplique la ley de la selva.

Estamos inaugurando la época de los imprevistos permanentes: ayer un temporal, hoy el coronavirus, y mañana -¡ay mañana!- seguramente la crisis económica. Y luego la de la escasez de recursos. Se esfuma la planificación como se hizo durante toda la historia humana, pues esta época (el Holoceno) ya está dejando paso a la siguiente, el Antropoceno, la del caos y la impredecibilidad.

Yuval Noah Harari: El mundo después del Coronavirus

El historiador israelí Yuval Noah Harari, acaba de publicar en Financial Times una exhortación a los gobiernos más poderosos del planeta, destinada a sacudir su miopía y mezquindad: "no son tiempos para pensar en términos de nacionalismo ni ventajas sanitarias monopólicas, sino de actuar más globalmente que nunca. Esta tormenta pasará, pero las decisiones que tomemos ahora, pueden cambiar nuestras vidas para siempre".


Yuval Noah Harari

La humanidad ahora se enfrenta a una crisis global. Quizás la mayor crisis de nuestra generación. Las decisiones que tienen las personas y los gobiernos en las próximas semanas probablemente darán forma al mundo en los próximos años. Darán forma no solo a nuestros sistemas de salud, sino también a nuestra economía, política y cultura. Debemos actuar rápida y decisivamente. También debemos tener en cuenta las consecuencias a largo plazo de nuestras acciones. Al elegir entre alternativas, debemos preguntarnos no solo cómo superar la amenaza inmediata, sino también qué tipo de mundo habitaremos una vez que pase la tormenta. Sí, la tormenta pasará, la humanidad sobrevivirá, la mayoría de nosotros aún viviremos, pero habitaremos en un mundo diferente.

Muchas medidas de emergencia a corto plazo se convertirán en un elemento vital. Esa es la naturaleza de las emergencias. Avanzan rápidamente los procesos históricos. Las decisiones que en tiempos normales pueden llevar a cabo años de deliberación se aprueban en cuestión de horas. Se ponen en servicio tecnologías inmaduras e incluso peligrosas, porque los riesgos de no hacer nada son mayores. Países enteros sirven como conejillos de indias en experimentos sociales a gran escala. ¿Qué sucede cuando todos trabajan desde casa y se comunican solo a distancia? ¿Qué sucede cuando las escuelas y universidades se conectan? En tiempos normales, los gobiernos, las empresas y las juntas educativas nunca aceptarían realizar ciertos experimentos. Pero estos no son tiempos normales.

En este momento de crisis, enfrentamos dos opciones específicas importantes. La primera es entre la vigilancia totalitaria y el empoderamiento ciudadano. La segunda es entre el aislamiento nacionalista y la solidaridad global.

martes, 24 de marzo de 2020

¿Es peor esta crisis que la de 2008?

Si la última crisis económica global fue un ataque al corazón, esta podría hacer que todo el cuerpo enfermase gravemente


Adam Tooze, ctxt

En mayo de 2018, el presidente Donald Trump reestructuró y redujo la unidad de preparación ante pandemias. Por supuesto, visto en retrospectiva parece una mala decisión. Sin embargo, no era el primer presidente en hacerlo. La unidad de seguridad sanitaria global del Consejo de Seguridad Nacional (o NSC) de Estados Unidos se fundó con Bill Clinton en 1998. Posteriormente, George W. Bush primero y Barack Obama después eliminaron esta unidad, que fue restablecida en poco tiempo. El hecho es que las administraciones públicas nunca han sabido cómo lidiar con riesgos biomédicos de baja probabilidad y graves consecuencias, como son las pandemias; pues se sientan torpemente en los búnkeres habituales del gobierno moderno y de los modelos de evaluación de riesgos.

Si esto es cierto para el NSC, lo es más aún para los encargados de la política económica. Entre los riesgos discutidos en los círculos de política económica, nunca se ha considerado seriamente un cerrojo de las economías nacionales debido a una emergencia de salud pública. Por supuesto, se ha hablado de “contagio” en las crisis financieras, pero se hablaba de manera metafórica, y no literalmente.

En 2008 vimos cómo la incertidumbre financiera que se extendía debido a la recesión del sector inmobiliario (a modo de “subprime” para financiar los mercados, y de ahí para equilibrar los balances de los principales bancos) amenazaba con provocar un infarto a la economía. Fue este shock financiero masivo, sumado a los daños sufridos por los hogares debido a la crisis inmobiliaria, lo que provocó que la actividad económica se contrajese. En su peor momento, durante el invierno de 2008-2009, se perdieron 750.000 puestos de trabajo al mes: un total de 8,7 millones a lo largo de toda la recesión. Enormes compañías industriales, como GM y Chrysler, trastabillaron al borde de la bancarrota. Para la economía mundial, esto desató la desaceleración más grande nunca vista en el comercio internacional. Gracias a la intervención masiva en la política monetaria y fiscal, en Estados Unidos se consiguió que no llegase a ser una recesión prolongada y profunda. Después de una pérdida del 4,2% del producto interior bruto, la recuperación comenzó en la segunda mitad del 2009. El desempleo alcanzó su cota máxima, 10%, en octubre de 2009.

sábado, 21 de marzo de 2020

Coronavirus: todo lo sólido se desvanece en el aire


Boaventura de Sousa Santos, Público

Existe un debate en las ciencias sociales sobre si la verdad y la calidad de las instituciones de una determinada sociedad se conocen mejor en situaciones de normalidad, de funcionamiento corriente, o en situaciones excepcionales, de crisis. Tal vez ambos tipos de situación induzcan igualmente al conocimiento, pero sin duda nos permiten conocer o revelar cosas diferentes. ¿Qué conocimientos potenciales se derivan de la pandemia del coronavirus?

La normalidad de la excepción. La pandemia actual no es una situación de crisis claramente opuesta a una situación de normalidad. Desde la década de 1980 (a medida que el neoliberalismo se fue imponiendo como la versión dominante del capitalismo y este se fue sometiendo cada vez más y más a la lógica del sector financiero), el mundo ha vivido en un estado permanente de crisis. Una situación doblemente anómala. Por un lado, la idea de crisis permanente es un oxímoron, ya que, en el sentido etimológico, la crisis es por naturaleza excepcional y pasajera y constituye una oportunidad para superarla y dar lugar a un estado de cosas mejor. Por otro lado, cuando la crisis es transitoria, debe ser explicada por los factores que la provocan.

Sin embargo, cuando se vuelve permanente, la crisis se convierte en la causa que explica todo lo demás. Por ejemplo, la crisis financiera permanente se utiliza para explicar los recortes en las políticas sociales (salud, educación, bienestar social) o el deterioro de las condiciones salariales. Se impide, así, preguntar por las verdaderas causas de la crisis. El objetivo de la crisis permanente es que esta no se resuelva. Ahora bien, ¿cuál es el objetivo de este objetivo? Básicamente, hay dos objetivos: legitimar la escandalosa concentración de riqueza e impedir que se tomen medidas eficaces para evitar la inminente catástrofe ecológica. Así hemos vivido durante los últimos cuarenta años. Por esta razón, la pandemia solo está empeorando una situación de crisis a la que la población mundial ha estado sometida. De ahí su peligrosidad específica. En muchos países, los servicios de salud pública estaban hace diez o veinte años mejor preparados para hacer frente a la pandemia que en la actualidad.

lunes, 16 de marzo de 2020

Coronavirus: un detonador de la crisis potenciado por el lucro


Claudio Katz, Rebelion

La crisis económica mundial se profundiza a un ritmo tan vertiginoso como la pandemia. Ya quedó atrás la reducción de la tasa de crecimiento y el brusco freno del aparato productivo chino. Ahora se derrumbó el precio del petróleo, se desplomaron las Bolsas y se instaló el pánico en el mundo financiero.

Muchos sugieren que el desempeño aceptable de la economía fue abruptamente alterado por el coronavirus. También estiman que la pandemia puede provocar el reinicio de un colapso semejante al 2008. Pero en esa oportunidad fue inmediatamente visible la culpabilidad de los banqueros, la codicia de los especuladores y los efectos de la desregulación neoliberal. Ahora sólo se discute el origen y las consecuencias de un virus, como si economía fuera otro paciente afectado por el terremoto sanitario.

En realidad, el coronavirus detonó las fuertes tensiones previas de los mercados y los enormes desequilibrios que acumula el capitalismo contemporáneo. Acentuó una desaceleración de la economía que ya había debilitado a Europa y jaqueaba a Estados Unidos.

El divorcio entre esa retracción y la continuada euforia de las Bolsas anticipaba el estallido de la típica burbuja, que periódicamente infla y pincha Wall Street. El coronavirus ha precipitado ese desplome, que no obedece a ninguna convalecencia imprevista. Sólo repite la conocida patología de la financiarización.

lunes, 21 de octubre de 2019

El fracaso del neoliberalismo hunde a Chile en su peor momento


Hernán Torreblanca Contreras

Mucho que analizar y reflexionar sobre lo ocurrido desde este 18 de Octubre en Chile. No es necesario desvanecerse ante el llamado de la prensa que invita a pensar en lo ocurrido porque hace tiempo que se habla del agotamiento de un modelo económico que acumula riquezas para unos pocos a costa del trabajo de muchos.

Los trabajadores han llegado a ser tan precarizados, no tan solo en el ámbito del trabajo, sino que en la vida cotidiana se han visto enfrentados a duras condiciones sociales caracterizadas por la pérdida de derechos obtenidos en épocas anteriores mediante huelgas y protestas que no han escapado al fenómeno de la violencia.

En este sentido, los hechos del 18, 19 y 20 de Octubre no responden a excepcionalidades de los últimos tiempos, sino que ilustran las contradicciones del modelo económico instalado en dictadura y respaldado por la clase política heredera de la oligarquía, que mediante la constitución y su nula voluntad a modificarla y la modernización de la normativa represiva que faculta a policías y militares para ser garantes del “orden”, han creado una situación desigual e injusta para el pueblo.

El modelo neoliberal planteado por la dictadura argumentó su objetivo en base a la acumulación de riquezas, el punto es que no todos tienen la posibilidad de acceder a ellas. Lo sucedido habla de una contradicción que manifiesta una crisis estructural de la economía porque explica la inequidad y las injusticias que sufre el pueblo a partir de su objetivo principal, el que persigue la clase empresarial y política de este país, objetivo que solo busca la acumulación incesante de capital.

jueves, 10 de octubre de 2019

La decadencia del sector bancario


Matthew Lynn, El Economista

Buenos sueldos y despachos elegantes. Cada Navidad llegaba un bonus con cinco o incluso seis ceros al final. Las fiestas eran espectaculares, y los gastos ilimitados.

Podrías hacerte millonario a mitad de tu carrera, y luego pasar tu tiempo ganando aún más dinero, o haciendo algo completamente diferente. Durante un par de generaciones al menos no hubo una carrera más deseable que la banca. Eran los 'maestros del universo' en la memorable fase de Tom Wolfe en La hoguera de las vanidades, y podían dominar el mundo a su voluntad.

Pero se acabó. Los años transcurridos desde el colapso financiero de 2008, el estatus de la industria financiera se ha deteriorado. En realidad, probablemente nunca ha habido un peor momento para ser banquero, y tarde o temprano esto va a acelerar inevitablemente su declive.

Para cualquiera que saliera de la universidad en los años 80 o 90 un trabajo en la City, o en Wall Street, era la mejor opción. Los grandes bancos de inversión y minoristas tenían a su disposición a los graduados más inteligentes de las universidades y escuelas de negocios más prestigiosas y podían pagarles salarios imposibles de igualar en otro sector. Los principales bancos mundiales dieron forma a la economía, hicieron las mayores donaciones a campañas políticas, ejercieron su mayor influencia y colocaron a su gente en los mejores puestos de trabajo del mundo; durante un tiempo, la red de exejecutivos de Goldman Sachs pareció estar tan cerca de dirigir el mundo que alimentó las teorías de conspiración.

martes, 30 de julio de 2019

Crece el hambre en el mundo


Timothy A. Wise, Viento Sur

Por tercer año consecutivo diversas agencias de Naciones Unidas han documentado niveles crecientes de hambre severa en el mundo, que afecta a 820 millones de personas. Más de 2.000 millones sufren inseguridad alimentaria “moderada o severa”. Durante el mismo periodo, el mundo viene experimentando lo que Reuters ha denominado una “sobreabundancia global de cereales”, con productos agrícolas excedentarios amontonados fuera de los silos de grano y pudriéndose por falta de compradores. Está visto que el aumento de las cosechas de grano no reduce el hambre global.

Pese a ello, no pasa ni un día sin que algún dirigente académico, industrial o político se una al coro malthusiano para advertir de la inminencia de fenómenos de escasez de alimentos causados por el crecimiento de la población y la limitación de los recursos naturales. Por ejemplo, Richard Linton, decano de la Facultad de Agricultura y Ciencias de la Vida de la Universidad del Estado de Carolina del Norte, ha hecho sonar la alarma con palabras que nos son familiares: “Tenemos que hallar la manera de alimentar al mundo, doblando la oferta de alimentos”, ha declarado. “Y todos sabemos qué pasará si no producimos alimentos suficientes: será la guerra, la competición.”

“¿Cómo alimentaremos al mundo?”, exclama el predicador. “Aumentar nuestra abundancia”, responde el coro. Hay tanta equivocación en esta respuesta. E incluso en la pregunta, que es profundamente arrogante. ¿Cómo alimentaremos –nosotros– al mundo? Sabemos a qué nos referimos con esta pregunta: a los países ricos, con semillas de alto rendimiento y una agricultura a escala industrial. EE UU piensa que está alimentando al mundo actualmente. Pero no es cierto.

lunes, 22 de julio de 2019

La crisis que viene


Henri Wilno, A l'encontre

La crisis es cierta pero no se sabe cuándo estallará. Una de las cuestiones esenciales que surgirán en caso de un colapso financiero es la de si los Estados estarán en posición de limitar las consecuencias.

Los procesos acumulativos con un crecimiento más lento marcan el movimiento de la economía global tanto en los países de la OCDE (América del Norte y Europa) 1/ como en China, mientras que Brasil continúa en crisis y Argentina está en recesión, etc. Solo algunos países en recuperación (como India) están creciendo por el momento, sin muchos problemas (aparte de las desigualdades y los daños ambientales). La sobreproducción es evidente en la industria del hierro y el acero y el crecimiento del mercado automotriz mundial será casi nulo en 2019.

Aunque las tasas de beneficio no muestran una tendencia visible a caer en picado, no parecen haber regresado a su nivel de 2007. Sin embargo, los salarios se están estancando (a excepción de las categorías más altas y en sectores concretos) en las economías desarrolladas, incluidas aquellas que tienen bajas tasas de desempleo como Alemania y Estados Unidos -en este último país hay un problema de apreciación del desempleo real: aparte del tiempo parcial de quienes querrían trabajar más, muchas personas adultas han dejado de buscar trabajo y, con ello, han salido de las estadísticas, lo que se refleja en una caída de la tasa de participación en el mercado laboral. Los beneficios realizados por las empresas se han utilizado ampliamente para operaciones de fusión, recompra de acciones y distribuciones de dividendos o se mantienen en inversiones líquidas, mientras que la inversión privada sigue siendo limitada. La inversión pública está limitada por las políticas de austeridad.

martes, 30 de abril de 2019

El fraude del "capitalismo progresista"

Nick Beams, wsws

Las alarmas están empezando a sonar en algunos de los escalones superiores de las élites corporativas y financieras de Estados Unidos sobre la posibilidad de una explosión social, a medida que la desigualdad de la riqueza e ingresos alcanza nuevas alturas.

A principios de este mes, el fundador y jefe del fondo de cobertura de Bridgewater, Ray Dalio, publicó un extenso ensayo, que contiene datos y gráficos mostrando el crecimiento exponencial de la desigualdad en las últimas tres décadas. Ahí, advirtió que "algún tipo de revolución" podría tener lugar en condiciones de recesión en la economía de Estados Unidos.

Mientras expresaba su gran apoyo al sistema de ganancias, que lo ha convertido en un individuo extremadamente rico (su riqueza personal es de alrededor de $17 mil millones), Dalio escribió que ahora estaba "produciendo un circuito de retroalimentación autorreforzada que amplía la brecha entre el ingreso, la riqueza y las oportunidades hasta tal punto que el capitalismo y el sueño americano están en peligro". Estos "resultados inaceptables" no fueron el resultado de personas malvadas que hicieron cosas malas o el producto de la pereza y la ineficiencia burocrática, sino "debido a la forma en que funciona el sistema capitalista”.

Al otro lado del Atlántico, el londinense Financial Times notó los crecientes temores en los círculos financieros estadounidenses sobre el crecimiento de la oposición al capitalismo y el apoyo al socialismo en un importante artículo publicado el lunes 22 titulado "Por qué los CEO estadounidenses están preocupados por el capitalismo".

martes, 23 de abril de 2019

El capitalismo y sus límites


José Blanco, La Jornada

Sin fallar, cada día es posible leer –prácticamente desde hace dos años–, artículos, ensayos académicos y numerosos libros acerca de la inminencia de una nueva crisis capitalista internacional que se montará sobre los nunca recuperados niveles de ingresos existentes antes del estallido de 2007-2008, tanto de los asalariados como de las clases medias. El futuro de la globalización neoliberal es cada vez más negro; sobre todo para los excluidos de siempre. Las olas de los desastres se cebarán sobre una sociedad mundial azotada por la forma de la recuperación de la crisis originada en aquellos años: la economía mundial ha permanecido en una zona de crecimiento contigua al estancamiento, mientras el valor creado se concentraba de modo sin precedente en el 1% y aún más en el 0.01%.

Crecimiento lento y generación de desigualdad como nunca en la historia sólo se hacen posibles porque a la desigualdad natural, propia de la explotación capitalista, se ha añadido la ingente traslación de valor hacia los grandes empresarios y sus ejércitos de chief executive officers.

El capitalismo no es más un modo de producción con futuro. Sus contradicciones se ensañan con las grandes mayorías en todas las sociedades del mundo y en el hábitat mismo de la humanidad. Si el capitalismo continuara reptando en los niveles de crecimiento de la última década, socavaría su existencia misma: este régimen económico hizo del crecimiento un modo de existencia al automatizar –por así decirlo– en el largo plazo, el proceso de inversión; pero si creciera como alguna vez lo hizo, en nuestro tiempo atentaría de peor manera contra su existencia porque su perfil tecnológico arremete aún más profundamente que en el pasado contra la naturaleza. Por si fuera poco, el enloquecido consumismo planetario está también en la raíz de la depredación del mundo natural compatible con la vida humana. Con un daño profundo al planeta, ni el capitalismo ni la vida misma son posibles.

lunes, 25 de febrero de 2019

La ofensiva contra el chavismo fracasó. No pudieron y no pasaron

El ramillete golpista de América Latina: Luis Almagro, secretario general de la OEA; Mario Abdo Benítez, presidente de Paraguay; Juan Guaidó, "presidente encargado" de Venezuela; Iván Duque, presidente de Colombia y Sebastían Piñera, presidente de Chile.

Rafael Agacino, cctt

Palabras sobre el momento y a vuela pluma.

1. En Venezuela se jugó en estas jornadas – y continúa en juego-, en primer lugar y para América Latina, la vigencia y legitimidad del orden mundial que el capital construyó post segunda Guerra Mundial. Nos referimos con ello no sólo a la validez de la institucionalidad política como las NN.UU., sino también a la concepción liberal del derecho internacional público y las reglas del derecho económico internacional. Es cierto; el consenso en torno a las Naciones Unidas y el derecho internacional ya venía trizado desde la intervención europea en la crisis de Yugoslavia y de Bush padre en Irak, pero en América Latina esta sensación de arbitrariedad imperialista era parte del pasado a pesar de la Honduras de Zelaya (2009) y el Paraguay de Lugo (2012).

2. En segundo lugar se jugó la vigencia del principio de autodeterminación de los pueblos qué, si bien nunca respetó, por lo menos siempre buscó soslayar su violación formal aduciendo tratados y pactos internacionales. En nuestro caso, EEUU, apeló a los TIAR´s y otros similares utilizando la OEA o la OEACS. Sin embargo, esta vez no pudo conseguir ni a Naciones Unidas ni a la OEA por lo cual simplemente las desconoció e intervino directamente: expropió 30 mil millones de dólares de PDVSA e instó a Inglaterra a que hiciera lo mismo con mil doscientos millones de dólares de reservas en oro; llamó a la sedición a las FANB y digitó las operaciones de provocación en la frontera; las desconoció amenazando sin ningún pudor con la intervención militar directa y amenazando con Guantánamo a Maduro y los generales de las FANB. Esto no sucedió ni siquiera con la intervención en el golpe en Chile en 1973 en que operaron con mano mora y cuidaron las formas. Lo más cercano fueron las invasiones de los marines a Granada en 1983 y a Panamá en 1989; pero aun así las formas importaban, mal que mal se trataba del orden internacional que el propio EEUU había construido acorde a sus propios intereses. Al nuevo imperialismo su propio orden se volvió una camisa de fuerza y decidió romperla ante sí y por sí.

lunes, 4 de febrero de 2019

Davos ensombrecido por la crisis y la agitación social

Nick Beams, wsws

La reunión de este año de las élites globales en la reunión anual del Foro Económico Mundial (WEF, siglas en inglés) en Davos, Suiza, tal vez sea mejor resumida en la frase: Los pollos están volviendo a sus perchas [es decir, se enfrentan ellos a las consecuencias de sus políticas previas].

Durante casi cinco décadas, el WEF ha estado en el centro de la promoción de las políticas de libre mercado que han canalizado billones de dólares a las personas más ricas del mundo y han llevado a la ampliación de la desigualdad social a niveles históricamente sin precedentes, un proceso institucionalizado. Eso aceleró a nuevos niveles después del colapso de 2008.

En enero de 2009, cuando la crisis financiera aún se estaba desarrollando, en la reunión anual de Davos hubo un temor generalizado de que la bonanza estaba a punto de terminar. Pero a medida que disminuía el pánico por una reacción social inmediata y continuaba la vasta acumulación de riqueza en las alturas de la sociedad, gracias a la inyección masiva de dinero barato por parte de la Reserva Federal de los EEUU y otros bancos centrales importantes, parecía que todo seguía siendo el mejor de los mundos posibles.

No más. La ira social y la lucha de clases se están intensificando en todo el mundo. Como comentó el columnista de The Guardian, Aditya Chakrabortty, el multimillonario de Davos ahora está experimentando una emoción nueva e inquietante: el miedo. Cuando se enfrentan a un orden mundial que se derrumba ante ellos, los plutócratas de Davos están "aterrorizados" y "cualquier tópico sobado que puedan reciclar para las cámaras de televisión, lo que los atenaza es el caos que está muy abajo".

miércoles, 23 de enero de 2019

Chalecos amarillos, preámbulo de una crisis ecosocial global

“Es probable que la rabia que expresa la población francesa no sea más que un síntoma visible de la inminente crisis ecológica y social global que se avecina”, reflexiona José Bautista.
Protesta de los chalecos amarillos en la Plaza de la República en París. STEPHANE MAHE/REUTERS

José Bautista, La Marea

¿Quiénes son exactamente los chalecos amarillos? ¿A qué se debe su irrupción y la violencia desproporcionada que tiene lugar en buena parte del país? La prensa internacional vuelve a poner el foco en Francia, uno de los países más estereotipados del mundo. Las dudas abundan, pero hay varias cosas claras: el movimiento de los chalecos amarillos nació tras la decisión del gobierno de aumentar los impuestos a los carburantes (no solo al diésel), se caracteriza por ser heterogéneo, apartidista, líquido, autoorganizado e impredecible, y es percibido con simpatía por más del 70% de la población, según las últimas encuestas. La mayoría de sus integrantes son personas blancas, de mediana edad, procedentes de zonas periféricas y rurales .

Los gilets jaunes o chalecos amarillos han logrado incluso cortar los Campos Elíseos y tomar el Arco del Triunfo. Esta acción tiene una importante carga simbólica: Napoleón, el gran líder de la Francia posrevolucionaria, había concebido avenidas amplias y grandiosas para, entre otras cosas, dificultar que las protestas bloquearan el tránsito de la capital francesa. La revolución y sus herencias parecen cada vez más obsoletas. ¿Qué hay de transgresor en este nuevo movimiento?

La aparición de los chalecos amarillos está generando amplios debates sobre su orientación ideológica (Le Pen y Mélenchon son los dos favoritos en este movimiento, con el apoyo de 4 y 2 de cada 10 chalecos amarillos respectivamente, según Elabe), el rol de las redes sociales y los bulos en la propagación de la ira , y el liderazgo improvisador de Macron. Rafael Poch, cronista privilegiado y de mirada larga, descarta una posible insurrección francesa porque las banlieues o periferias empobrecidas, conflictivas y de origen migrante están ausentes . Sin embargo, hay una discusión subyacente que también toma fuerza y resulta cuanto menos interesante: Francia parece estar viviendo la precuela de una lucha que aúna justicia social y lucha contra el cambio climático, un fenómeno que pronto podría extenderse a otros países, entre ellos España. Vayamos por partes.

lunes, 21 de enero de 2019

La ciencia y la crisis social en 2019

Bryan Dyne, wsws

En los primeros días de este nuevo año, una serie de importantes avances científicos ha demostrado la inmensa capacidad de la humanidad para entender el mundo y utilizar este conocimiento para resolver las principales problemáticas sociales que pesan en la vida moderna:

· El primero de enero, la nave espacial de la NASA, New Horizons, cruzó frente el objeto Ultima Thule del cinturón de Kuiper. Fue el segundo cuerpo astronómico observado por el New Horizons, después de Pluton y el asteroide más distante jamás analizado por un explorador robótico lanzado desde la Tierra. Los datos de las pruebas realizadas por un equipo internacional de cientos de científicos e ingenieros ya han comenzado a dar nueva información para las investigaciones que describen la historia temprana de nuestro sistema solar.

· El 3 de enero, la Administración Nacional Espacial China fue exitosa en su misión de exploración lunar Chang’e 4 de aterrizar una sonda en el lado más lejano de la luna y colocar el vehículo explorador Yutu-2 en la superficie. Se tomaron muestras científicas que están siendo operadas en cooperación con investigadores en China, Alemania, Holanda, Arabia Saudita y Suecia. Envió de vuelta las primeras imágenes de cerca del lado menos explorado de la luna por medio de un satélite de retransmisión posicionado para comunicar al explorador con la Tierra. El New Horizons y Chang’e 4 se cuentan entre docenas de naves espaciales, sondas y exploradores actualmente estudiando la Tierra, el Sol, la Luna, Marte, Venus, Júpiter, asteroides, cometas e incluso las regiones adyacentes a nuestro Sistema Solar.

sábado, 3 de noviembre de 2018

El capitalismo ha optado por el fascismo

Pedro Luis Angosto, Nueva Tribuna

Aunque haya desaparecido casi de los planes de estudio y en muchos ambientes se le considere algo del pasado, Karl Marx sigue vigente, y no hay más que ver lo que está ocurriendo en el planeta para saber que la lucha de clases -pese a que la conciencia de pertenecer a una sólo la mantienen los ricos- sigue siendo tan real como lo fue cuando Marx desarrolló sus teorías.

Creo que es difícil negar que el sistema democrático nacido tras la II Guerra Mundial al calor de la derrota del fascismo y de la Guerra Fría, entró en franca decadencia tras la disolución de la Unión Soviética, no porque la URSS continuase siendo un modelo, una aspiración, un referente para los trabajadores del mundo, sino porque su poder bélico, su competencia por la hegemonía mundial tenía entretenidos a los estrategas de Occidente en procurar su colapso, paso imprescindible para después acometer la laminación de los derechos políticos, económicos y sociales adquiridos por los trabajadores de Europa Occidental.

¿Qué ha ocurrido después? ¿Qué ha pasado para que los combativos trabajadores de los años cincuenta, sesenta y setenta se hayan convertido en corderitos mansos que se dedican a sacar brillo al matadero donde después serán sacrificados? ¿Qué, para que la burguesía progresista se haya tornado conservadora, acomodaticia, temerosa y fraccionaria? No sé si seré capaz de explicarlo, pero vamos a intentarlo.

viernes, 26 de octubre de 2018

El fascismo de Bolsonaro o el progresismo de Haddad, la disyuntiva brasileña

Luis Manuel Arce, Alai

La disyuntiva del futuro brasileño es quizás más clara que nunca antes: fascismo o progresismo, y la escogencia este 28 de octubre entre uno y otro camino depende absolutamente de la capacidad del elector común de discernir entre la verdad y la mentira, de su habilidad para abrirse paso entre la mala hierba que oculta las razones por las cuales Jair Bolsonaro, inesperadamente, encabezó tan ampliamente la primera vuelta de los comicios generales.

Ciertamente la votación de 46,03 por ciento lograda por un xenófobo, racista, misógino y contumaz militarista no responde a un compromiso ineludible de esos electores con el excapitán, ni es el resultado de la formación de un núcleo duro en el padrón creado por su partido liberal, sin el poder ni la capacidad movilizadora para ello.

Es una mayoría circunstancial, sin cimientos ni raíces, desprovista de vínculos ideológicos y de obligaciones con Bolsonaro, quien ni siquiera estimula en la mayoría de ellos un sentimiento de aproximación porque no existe una razón programática que los atraiga dado el simple expediente de que carece de una propuesta de gobierno ni medianamente convincente.

martes, 11 de septiembre de 2018

Un récord de $31,5 billones acumulados por los oligarcas corporativos


Eric London, wsws

Según el reporte mundial del 2018 sobre la riqueza de los ultrarricos realizado por Wealth X, 255.810 individuos con una “riqueza neta ultra alta” de al menos $30 millones controlan en conjunto $31,5 billones, un aumento de 16,3 por ciento entre 2016 y 2017.

En otras palabras, un grupo de oligarcas del tamaño de la población de Plano, Texas, o Nottingham, Reino Unido, controla tanta riqueza como el 80 por ciento más pobre del mundo o 5,6 mil millones de personas.

Las cifras de concentración de la riqueza son difíciles de contextuar:

  • En América del Norte, el número total de ultrarricos aumentó 9,5 por ciento a 90.440, mientras que su patrimonio brincó 13,1 por ciento a $11 billones.
  • En Europa, la población ultrarrica creció 12,8 por ciento a 72.570 y su riqueza trepó 13,5 por ciento a $8,8 billones.
  • En Asia, hubo 68.970 ultrarricos en 2017, un aumento de 18,5 por ciento desde el 2016. Su riqueza total se disparó 26,7 por ciento en este tiempo a $8,4 billones.
  • Para el 2022, se proyecta un total de 360.390 ultrarricos con un patrimonio combinado de “$44,3 billones, implicando un adicional de $12,8 billones de riqueza nueva durante los próximos cinco años”.
  • Los 22,3 millones de personas con una riqueza neta de $1 millón controlan en total $91,7 billones, casi el triple de la riqueza combinada del 90 por ciento más pobre de la población mundial.

sábado, 8 de septiembre de 2018

Turbulencia en mercados emergentes

Nick Beams, wsws

Hay señales claras de que la caída en el valor del peso argentino y la lira turca en semanas recientes es la expresión más clara de una crisis en desarrollo de los “mercados emergentes” con implicancias globales.

Argentina sigue siendo el ojo de la tormenta, donde el aumento de las tasas de interés del Banco Central al 60 por ciento, la intervención del Fondo Monetario Internacional y los compromisos a iniciar mayores medidas de austeridad no han logrado hacer que se detenga la fuga de capital.

Las consecuencias sociales son inmediatamente aparentes. Un importante estudio universitario reportó que el ya erosionado poder de compra de los jubilados del país ha caído por lo menos 30 por ciento desde que el presidente Mauricio Macri llegó al poder a fines del 2015 y que actualmente se encuentra en niveles similares al colapso de la economía argentina en 2001. Se están llevando a cabo ataques contra secciones cada vez más amplias de la población como respuesta al reciente colapso.

La caída de la lira turca se ha mermado un poco durante los últimos días, pero podría reanudarse en cualquier momento si el Banco Central no toma ninguna acción para aumentar las tasas de interés en la reunión este jueves.

miércoles, 22 de agosto de 2018

"Pluriverso": hacia horizontes postcapitalistas

“Hablar del pluriverso significa: revelar un espacio de pensamiento y de práctica en el que el dominio de una modernidad única haya quedado suspendido a nivel epistémico y ontológico; donde esta modernidad haya sido provincializada, es decir, desplazada del centro de la imaginación histórica y epistémica; y donde el análisis de proyectos descoloniales y pluriversales concretos pueda hacerse honestamente desde una perspectiva des-esencializada” (Arturo Escobar (2012))
Alberto Acosta, Rebelión

La actual crisis mundial es sistémica, múltiple y asimétrica, con claros alcances civilizatorios. Nunca antes tantos aspectos cruciales de la vida fallaron simultáneamente, y las expectativas sobre el futuro son tan inciertas. Los problemas ambientales ya no pueden ocultarse por más poderosos -y torpes- que sean los negacionistas. Tampoco pueden ocultarse las abismales desigualdades, que van en aumento a medida que la sombra del “desarrollo” cubre todas las partes de la Tierra. Cual virus mutante, las manifestaciones de la crisis se perciben en todos los espacios: ambientales, económicos, sociales, políticos, éticos, culturales, espirituales...

Dejar de buscar al fantasma del “desarrollo” es difícil. Su retórica seductora, a veces llamada “mentalidad de desarrollo” o “desarrollismo”, se ha internalizado en prácticamente todos los países. Sobre todo en aquellos que sufren las consecuencias del crecimiento industrial en el Norte Global. Norte Global que, por cierto, fue el primero en aceptar un camino único de progreso, sin aceptar su responsabilidad en la grave crisis socio-ambiental global. De hecho, hasta parte del Sur no asume el reto ambiental al acusar al Norte de impedirle alcanzar el “desarrollo” (inspirado en el mismo estilo de vida del Norte).

Casi siete décadas después de que la noción de “desarrollo” [1] se extendiera por todo el mundo, la verdad más bien parece indicar que el mundo vive un “mal desarrollo” . Dentro de ese “mal desarrollo” están inclusive los países llamados industrializados o “desarrollados”. Es paradójico, pero el discurso del “desarrollo” en términos vitales solo lleva a la consolidación de la crisis sistémica actual.

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