El presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, evita su destitución por un caso de corrupción gracias a los votos del principal partido opositor, liderado por la hija de Alberto Fujimori. Días después, Kuczynski concede el indulto al exdictador. ¿Casualidad? Poco probable.Pablo 'Pampa' Sainz, El Salto
El indulto por “razones humanitarias” del expresidente peruano Alberto Fujimori, condenado en 2006 a 25 años de cárcel por delitos de lesa humanidad, ha encendido la política peruana. La medida ha puesto en el centro de las críticas al presidente Pedro Pablo Kuczynski, quien explicó al país que se trató de la decisión “más difícil” de su vida. Por la tarde del 25 de diciembre hubo manifestaciones en Lima y otras ciudades, en contra de la excarcelación, aunque también algunas a favor.
“Se trata de la salud y las posibilidades de vida de un expresidente del Perú, que habiendo cometido excesos y errores graves, fue sentenciado y ha cumplido ya 12 años de condena”, justificó el mandatario. Kuczynski argumentó que llegó a esta decisión porque, si bien durante la campaña electoral había negado la posibilidad de beneficiarlo con un indulto, propuso “alternativamente la dación de una Ley que hiciera posible el arresto domiciliario para personas de su condición, pero el Parlamento no recogió esta propuesta”.
Lo más sorprendente, más allá de las aclaraciones oficiales, fueron los elogios que Kuczynski regaló a la gestión de Fujimori al frente del Gobierno y cómo minimizó las condenas por delitos de lesa humanidad que pesan contra el expresidente, refiriéndose a ellas como “transgresiones significativas”.