En su nuevo libro, Slavoj Žižek propone una visión provocadora del cristianismo como fuerza progresista y secularizadora. Es el clásico Žižek, brillante y exasperante a partes iguales.
Matt McMannus, Jacobinlat
Slavoj Žižek es muchas cosas para mucha gente: el «Elvis de la teoría cultural», el filósofo de izquierdas más «formidablemente brillante» del mundo, un fraude, un marxista, un apologista antiwoke y mucho más. Pero probablemente poca gente piense en él como un «teólogo cristiano». Sin embargo, el iconoclasta pensador esloveno lleva décadas profundizando en la teología y la historia cristianas, desde libros como El frágil absoluto o ¿por qué merece la pena luchar por el legado cristiano? hasta su debate con el teólogo «radical ortodoxo» John Milbank.
Todo ello a pesar de profesar no creer en Dios. El nuevo libro de Žižek, Christian Atheism: How to Be a Real Materialist, es la exposición más desarrollada de su teología materialista hasta la fecha. También es, como la mayoría de sus libros, un microcosmos de la obra de Žižek en su conjunto: allí aborda temas que van de la política al psicoanálisis, de «The Last of Us» a la mecánica cuántica. Este eclecticismo sin duda reforzará las acusaciones de muchos de sus críticos de que es un diletante, y su tendencia a opinar sobre temas sin abordarlos en profundidad es a veces frustrante.