Patrick Lannin, Reuters
Los países del G-20 deben acordar acciones coordinadas para aliviar los temores por los precios de los alimentos, debido a que ellos cuentan con la mayor parte de los cultivos sobre los que hay preocupación, declaró ayer la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO). El director general de la agencia de las Naciones Unidas, Jose Graziano Da Silva, dijo que no podría calificar el actual avance de los precios de los alimentos como una crisis, pero podría alcanzar ese nivel si las cosechas en el hemisferio sur fueran decepcionantes.
"Necesitamos acciones coordinadas y creemos que el G-20 es lo suficientemente responsable para esta acción", dijo da Silva a periodistas durante una conferencia sobre agua en la capital sueca. El funcionario dijo luego que la coordinación debería contemplar que los países no prohíban unilateralmente la exportación de granos y debe alentar la sustitución de los alimentos, por ejemplo, el consumo de frijol en América Latina y de yuca en África.
Da Silva resaltó que entre un 85 y un 95 por ciento de los cultivos que han sido afectados por un alza en los precios, como el trigo y el maíz, eran producidos por los países del G-20. Resaltó que incluso si los precios del trigo subieran un 10 a 20 por ciento no debería significar que el valor del pan crezca en la misma proporción.
Miembros de los países del G-20 abordarán el incremento de los precios de los alimentos y cómo combatir su volatilidad esta semana, pero tomarían alguna decisión sólo después de conocer un reporte sobre el suministro de granos, que se difundirá a mediados de septiembre.
Da Silva resaltó que los actuales precios de los alimentos no era tan serios como en el 2007/2008, cuando se produjeron violentas protestas en países como Egipto, Camerún y Haití. "No hay crisis, Este tipo de compras por pánico es lo que necesitamos evitar por el momento", agregó.
El tercer incremento de precios en cuatro años se produce después de una aguda sequía en Estados Unidos y pobre de cosechas en Rusia y el Mar Negro. Da Silva y otros expertos en la conferencia dijeron que también hay un enorme desperdicio de alimentos en el mundo, un problema que necesita resolverse para un mejor aprovechamiento de los recursos.
"Más de la mitad de los alimentos que producimos nunca se comen", declaró Torgny Holmgren, director ejecutivo del Instituto Internacional del Agua de Estocolmo. Un cuarto del agua usada en todo el mundo se utiliza para producir más de mil millones de toneladas de comida que nadie come.
Da Silva dijo en la conferencia que un tercio de la producción total de alimentos se perdía y que eso era consecuencia de un mal almacenamiento en países en desarrollo o de un desperdicio en países ricos.
También indicó que la seguridad del agua era un factor vital para la seguridad de los alimentos y que la comida tenía que ser producida de una manera en que conserve el agua, utilizada de modo más sustentable e inteligente, y ayude a la agricultura a adaptarse al cambio climático.
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