Vicenç Navarro, Rebelión
Hace unas semanas debería haberse celebrado el aniversario del famoso descubrimiento de lo que se definió como un “error” cometido por dos grandes gurús de la economía neoliberal, los profesores Reinhart y Rogoff (R+R), ambos economistas de la Universidad de Harvard, en su trabajo (definido como el más influyente que haya habido en círculos políticos y económicos en los últimos diez años) utilizado por la Comisión Europea para mostrar la necesidad de recortar el gasto público a fin de salir de la crisis. El portavoz económico de la Comisión Europea, el Sr. Olli Rehn, lo presentó como el trabajo definitivo que mostraba la sabiduría de las recomendaciones que hacía la Comisión Europea de reducir el gasto público (predominantemente el social), que los gobiernos, y muy en especial el español, el gobierno Rajoy (y antes el gobierno Zapatero), siguieron a pies juntillas. R+R habían documentado que cuando la deuda pública alcanzaba más del 90% del PIB, el crecimiento económico de un país bajaba. De ahí se deducía que tenía que reducirse el déficit y la deuda públicos por todos los medios, incluyendo los recortes de gasto público, el social inclusive. Ni que decir tiene que aquel trabajo fue tomado por los economistas neoliberales (que predominan en los grandes medios de información y persuasión) como la Biblia económica. Y, cómo no, las páginas económicas de los mayores rotativos citaron dicho trabajo (procedente de dos académicos pertenecientes a instituciones que gozaban de gran prestigio y que les daban credibilidad). Y, predeciblemente, los mal llamados “centros de investigación económica” como Fedea (financiados por la banca y grandes empresas), promovieron dicha visión a través de sus publicaciones, como Nada es gratis.
Pero hace un año, en abril de 2013, un estudiante de doctorado del departamento de Economía de la Universidad de Massachusetts, Thomas Herndon, miró los datos y vio una manipulación clara de los mismos, que inmediatamente se justificó por parte de R+R y de sus innumerables apologistas como un mero error de cálculo. Los profesores Michael Ash y Robert Pollin, directores de la tesis del estudiante, miraron lo que estaba pasando y concluyeron, con el estudiante, que aquello era mucho más que un mero error de cálculo. Era una burda manipulación. Resulta, después de todo, que no era cierto que la austeridad que se estaba imponiendo fuera necesaria, pues tampoco había evidencia de que el tamaño del déficit público y de la deuda pública fueran las variables causales del bajo crecimiento. En realidad, los profesores Michael Ash y Robert Pollin (de la Universidad de Massachusetts), mostraron que era el escaso crecimiento económico el que causaba el déficit público y el crecimiento de la deuda pública, y no al revés, como señalaban R+R. De hecho, los datos y la realidad en España muestran claramente que los hallazgos de Ash y Pollin llevaban y llevan razón. En España, el déficit público y la deuda pública han ido aumentando aun cuando el déficit público ha ido disminuyendo.
Pero los talibanes partidarios del austericidio no son permeables a los datos. Y ello se debe a que sirven a intereses muy poderosos –y, en primer lugar, al capital financiero, es decir, a la banca- que continúan repitiendo día tras día las teorías de R+R. Ello explica que las políticas continúen aplicándose y que R+R continúen publicando en los mayores rotativos. Su prestigio y credibilidad (que deberían estar por los suelos) continúan intactos.
Pero la realidad acaba siempre imponiéndose. En más y más países, y aunque no en Europa, se están abandonando las políticas de austeridad, pues se ha visto que han sido enormemente perjudiciales para las clases populares, creando una Gran Recesión. El último ejemplo es Japón. Este país ha terminado con el austericidio y le ha ido muy bien. Japón, que tenía y continúa teniendo una de las deudas públicas más elevadas en el mundo capitalista desarrollado, aumentó espectacularmente su gasto público, siguiendo políticas expansivas que estimularon el crecimiento económico y la creación de empleo. Hay muchos aspectos de sus políticas que son criticables y mejorables. Pero el hecho es que, mediante una gran expansión del gasto público, uno de los países con mayor deuda pública ha visto a esta reducirse a base del aumento del crecimiento económico.
Pero en la UE no hay mane ra de que ello ocurra. El control de la gobernanza de la UE por parte del capital financiero es casi absoluto. En realidad, a lo máximo a lo que la socialdemocracia ha llegado es a que los gastos de educación y R&D no se incluyan en el cálculo del déficit público de los Estados, una medida aconsejable, pero DRAMÁTICAMENTE INSUFICIENTES. ¿Por qué no cambian y piden políticas auténticamente expansivas, como fue el New Deal a principios del siglo XX en EEUU, o el Plan Marshall, después de la II Guerra Mundial en Europa? ¿No se dan cuenta de que estas políticas están llevándonos a un desastre? Parece que no se dan cuenta de la enormidad de la crisis, causada por las políticas neoliberales incluyendo el austericidio.
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