Las crisis económicas alientan la desconfianza hacia los políticos, las instituciones y las grandes empresas. Propician las teorías conspirativas sobre la connivencia entre el dinero y el poder. Y la actual, en cuya tarjeta de presentación figura que es la peor en setenta años, no iba a ser menos. Hollywood ha detectado el interés del mercado por las historias de conjuras y está recuperando el género con varios thrillers que mezclan en dosis variables magnates sin escrúpulos y políticos corruptos. Todo perfumado con el glamour imprescindible en cualquier episodio de crímenes de cuello blanco. Ahora, por poco que presten algo de atención, los guionistas tienen ante sus ojos grandes argumentos y personajes reveladores.
Posiblemente el 'thriller' más eléctrico de la época tiene lugar entre los financieros de los rascacielos de Wall Street y los políticos que ocupan los pasillos del poder en Washington. El centro mundial de las finanzas y hogar de la elite que más poder económico ha acumulado en la historia está en plena contraofensiva tras más de dos años de desprestigio y retroceso.
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"El verdadero viaje al descubrimiento no consiste en ir en busca de nuevos paisajes, sino en tener nuevos ojos " Proust
ResponderBorrar"Las cosas malas ocurren debido a lo que hicimos en los buenos momentos. Las cosas buenas ocurren debido a lo que hicimos en los malos momentos." R.C.Goizueta
saludos ciberdemocraticos
Es un verdadero problema quienes nos dirigen son quienes han estado favoreciendo el modelo de estos ultimos 20 años. Viejas recetas que son solo guias, que deberían aplicarse con nuevas recetas. Obama es el nuevo director de la orquesta, los musicos tocan la misma sinfonia.
ResponderBorrarMARKRAM nos indica: “Nadie puede dirigir nada con eficacia siempre. La realidad se estructura, como en internet, en redes sin centro. Sólo es eficaz la organización que mimetiza esa estructura reticular cerebral de jerarquía cambiante sin centralizar la información ni jerarquizarla”
Debe mandar en cada momento el que tiene más información valiosa para responder al reto del entorno. Así lo hace el cerebro, que cambia de neuronas jefe a cada instante. Cuanto más rápido compartes tu nueva información, más rápido recibes otra.
Cuando descubres algo, tu primer impulso es guardártelo para que nadie te copie. Ese impulso paraliza tu creatividad. En cambio, si lo compartes en seguida, rápidamente concibes una nueva idea. El científico más generoso siempre tiene nuevas ideas.”
H. M. , NEUROCIENTÍFICO; DIRECTOR DEL INSTITUTO DE LA MENTE