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martes, 17 de mayo de 2016

Chile: Crisis en Chiloé, la pesca artesanal en su laberinto

Gonzalo Saavedra y Claudia Torrijos, The Clinic

El movimiento social que han impulsado los pescadores en Chiloé tiende a reproducir, en una escala mayor, respuestas que ya se han dado en conflictos similares en la zona sur-austral.

Los gobiernos de la posdictadura, todos sin excepción, han equivocado las políticas de desarrollo de la pesca artesanal. Han aplicado soluciones estandarizadas sin siquiera entender la lógica social y cultural de los problemas, incluso creando problemas donde no los había. En una especie de obsesión liberal, vieron emprendedores por todas partes, potenciales microempresarios que algún día competirían exitosamente en los mercados nacionales e internacionales. Con ello han negado la condición heterogénea, diversa y diferenciada de las comunidades de pesca artesanal, en nombre de una idealización basada en una visión estrecha y dogmática de la economía.

Los pescadores artesanales son productores asociados a sistemas de vida tradicional, inmersos en instituciones y organizaciones locales que combinan lo individual y lo colectivo, como los buzos que trabajan en el erizo en faenas colectivas y se resguardan unos a otros en las adversas condiciones del clima sur-austral, o como las señoras que desconchan centollas en Calbuco y las venden a intermediarios que luego distribuyen en restaurantes de Santiago. Ellas trabajan en sus casas, piden ayuda a sus vecinas o van donde su comadre y devuelven el favor (le llaman vuelta de mano). En esas tardes de trabajo se conversa, se matea, se idean soluciones a problemas comunes o se acuerda cómo mejorar algunos asuntos que a todos importan.

martes, 10 de mayo de 2016

El Chile neoliberal: billetera fácil para las armas pero difícil para los problemas sociales

Alberto Mayol, El Mostrador

Burgos negaba dinero para Chiloé porque este Gobierno supuestamente no tiene la billetera fácil. Pues bien, ese mismo día Rodrigo Valdés decía que modificar la Ley 13.196 no está entre las prioridades del gobierno. Es increíble, pero hay casi US$1.000 millones de dólares anuales esperando la voluntad política de quienes consideren pertinente orientar la principal riqueza del país a los temas sociales y no al espacio más oscuro del Presupuesto de la nación.

El 4 de mayo el ministro Jorge Burgos declaró, respecto a la austera oferta del Ejecutivo para paliar el impacto social de la crisis medioambiental en el archipiélago de Chiloé, que "ha quedado claro que este es un Gobierno que se preocupa de la gente en esta situación, pero no somos un gobierno de billetera fácil y no lo vamos a ser".

La tesis de la respuesta económica estatal a las demandas sociales como ‘billetera fácil’ ha sido uno de los triunfos políticos de la tecnocracia económica chilena, que en nombre del equilibrio macroeconómico no ha dudado en producir desequilibrios sociales. Sin embargo, las anormalidades presupuestarias más flagrantes no son impugnadas cuando se trata de actores con peso político en la escena nacional. Y resulta que sí hay billetera fácil, de modo estructural y permanente, para las Fuerzas Armadas.

De la marea roja a la marea humana o 5 razones del movimiento social de Chiloé

Tito Tricot, Alainet

El archipiélago de Chiloé es de esos trozos de tierra que parece desbocarse casi sin remedio al precipicio del mar. O, quizás, el mar trepa sin suerte alguna a aquellas trizas de colinas y bosques antiguos. Un entramado de tierra y mar que se mueve al ritmo de la magia, pero hoy lo estremece un movimiento social: un movimiento sísmico de grado insospechado.

El gobierno jamás imaginó que el pueblo chilote se levantaría en apoyo a la protesta de pescadores y mariscadores por sus reclamaciones en torno a las consecuencias de la denominada marea roja. Se supone que ésta constituye un fenómeno natural configurado por la proliferación desmesurada de microalgas que contienen toxinas y que al ser consumidas por moluscos y éstos, eventualmente, por humanos, pueden ser potencialmente letales.

Diversas organizaciones chilotas y nacionales, ponen en entredicho el carácter natural del evento, puesto que el vertimiento de 5000 toneladas de desechos –salmones y truchas en descomposición– que generan químicos sulfhídrico de alto riesgo, por parte de la industria salmonera hace un par de meses habría alterado significativamente el ecosistema y sino producido, al menos agravado profundamente los efectos de la marea roja.

Biólogo marino y la crisis en Chiloé: “La solución pasa por la erradicación de la industria salmonera”


El biólogo marino de la Universidad de Chile, Héctor Kol, pone las cosas en su lugar sobre la crisis medioambiental que vive la Región de Los Lagos: Es muy distinto decir que la marea roja se gatilló por el vertimiento de salmones podridos -4655 toneladas para ser precisos, que decir que la marea roja se gatilló por la operación por sobre las capacidades de carga de la industria salmonera en el mar interior de Chiloé. Eso es muy distinto. Esto es como si se construyera una casa para 10 personas, pero terminan ocupándola 500. “La industria salmonera lo que hizo fue eutrofizar (abundancia anormal alta de nutrientes) el mar interior de Chiloé con operaciones acuícolas, con producciones que estaban por sobre las capacidades de carga del sistema. Lo que hicieron el Servicio de Evaluación de Impacto Ambiental, Sernapesca, Subsecretaría de Pesca, la Armada de Chile, todos los municipios de Chiloé, con el silencio cómplice de la pesca artesanal, fue permitir de que en los últimos 5 años las producciones salmoneras aumentaran hasta en 15 veces respecto al original que tenían”, explica.

El biólogo argumenta que un mes y medio antes de que se produjeran las descargas de salmones podridos, ya había en el sector de Quellón dos tipos diferentes de marea roja, una amnésica y otra paralizante, que es la que está vigente hasta ahora. El problema, insiste, no es un hecho puntual como el cuestionado vertimiento, sino que el funcionamiento que tienen las salmoneras de manera permanente. “En este instante hay marea roja en sus tres variedades –diarreica, paralizante y amnésica- desde Capitán Aracena, frente al Estrecho de Magallanes, hasta Valdivia. Y eso no es casual, porque todos esos sectores están ocupados por salmoneras".

lunes, 9 de mayo de 2016

"Las salmoneras son pan para hoy pero hambre para el mañana"


"Estimamos que las demandas de los habitantes de Chiloé son justas y dan cuenta del sufrimiento que están padeciendo, propiciado por una normativa laxa y políticas del Estado que apuntan a favorecer a las trasnacionales que se enriquecen a costa de la trasgresión sistemática de las normas de cultivo con estándar internacional, el uso indiscriminado de antibióticos y el trabajo mal remunerado producto de la necesidad de nuestra gente".

El Sindicato Nacional de Trabajadores del Instituto de Fomento Pesquero expresó su solidaridad con los habitantes de la Isla de Chiloé y "en forma especial con los mariscadores y pescadores artesanales, con los cuales nos une un lazo común: el profundo amor y respeto por nuestro mar".

A través de un comunicado de prensa, sostuvieron que "la marea roja y el vertimiento al mar de miles de toneladas de salmones muertos, contaminados, en descomposición y con antibióticos en magnitudes desconocidas, dejan al descubierto un hecho ineludible como país: la manera deplorable en que estamos explotando nuestros recursos naturales".

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