lunes, 8 de abril de 2019

El FMI anuncia una desaceleración del crecimiento global


La directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Largarde, advirtió la semana pasada que las perspectivas de la economía mundial han empeorado. El pronóstico de crecimiento para 2019, que ya se había rebajado en enero, se reduciría aún más porque la economía mundial ha "perdido más impulso" y se ha deslizado en una “desaceleración sincronizada". "Para este año, esperamos que el 70 por ciento de la economía mundial experimente una desaceleración en el crecimiento", dijo Lagardé.

Si bien el FMI no espera una recesión en el "corto plazo", la economía mundial estaba "inestable" y en un "momento delicado". Sus comentarios subrayaron hasta qué punto la economía global y los mercados financieros se han vuelto cada vez más dependientes de la entrada de dinero ultra barato de los bancos centrales, que han comenzado a revertir su retorno a una política más "normal".

La Reserva Federal de EEUU dejó en claro que no espera subir las tasas de interés este año, luego de indicar al menos dos aumentos para 2019 en diciembre del año pasado, y el Banco Central Europeo anunció un estímulo monetario limitado en su reunión más reciente.

Lagarde advirtió que "en caso de que las condiciones financieras se ajusten más de lo esperado, podría crear serios desafíos para muchos gobiernos y compañías en términos de refinanciamiento y servicio de la deuda, lo que podría amplificar los movimientos del tipo de cambio y las correcciones del mercado financiero".

El régimen de bajas tasas de interés de la última década, que los bancos centrales han sido incapaces de terminar, había creado problemas para enfrentar cualquier recesión o una caída significativa. El último informe de la Organización Mundial del Comercio también apunta a una desaceleración significativa en el crecimiento mundial, que se refleja en sus predicciones para el comercio.

El director general de la OMC, Roberto Azevêdo, dijo que en 2017 el crecimiento del comercio fue del 4,6 por ciento, una cifra muy optimista que reflejaba el dinamismo y un renovado impulso en el comercio global. Sin embargo el crecimiento en 2018 fue bastante mas precario alcanzando el 3 por ciento y para este año se espera un crecimiento aun menor, en torno al 2,5 por ciento... Parte de este deterioro es el resultado de las tensiones comerciales instaladas por el gobierno de Trump. La economía no puede funcionar con normalidad cuando los niveles de incertidumbre son tan altos. Mayor incertidumbre significa menor inversión y consumo. La inversión, en particular, tiene un impacto muy significativo en el comercio.

La desaceleración de la economía mundial es más pronunciada en Europa, donde los índices de manufactura, considerados como un indicador confiable del estado de la economía en general, cayeron fuertemente en marzo. Un índice de gerentes de compras ampliamente seguido para la zona euro cayó a 47,5 en marzo, desde 49,3 en febrero, con un nivel por debajo de 50 que indica una contracción. Fue la mayor caída en casi seis años. La desaceleración más significativa se encuentra en Alemania, la mayor economía de la zona euro, donde el índice de gerentes de compras de marzo cayó a su punto más bajo en siete años.

El Wall Street Journal informó que la Asociación de la Industria de Ingeniería Mecánica de Alemania redujo a la mitad su pronóstico de crecimiento este año a 1 por ciento, señalando que el conflicto comercial entre EEUU y China es la razón. El diario citó al jefe de un proveedor de automóviles italiano, quien advirtió sobre un "baño de sangre para los fabricantes en Europa este año".

El baño de sangre ya ha comenzado. Se están realizando despidos masivos en las plantas automotrices europeas y estadounidenses, lo que indica que una nueva oleada de desempleo sacudirá a los países industrializados. Aunque el FMI lo descarta, una recesión en el corto plazo no debería sorprender a nadie.


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