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sábado, 6 de julio de 2024

La guerra de Ucrania acabará en rendición

Y no habrá negociaciones con Zelensky cuando el ejército ucraniano se derrumbe y se instale un gobierno de reemplazo.

Stephen Bryen, Asia Times

La guerra de Ucrania acabará en una rendición, no en un acuerdo negociado. Esa es mi sensación de hacia dónde se dirige la guerra y por qué las partes no pueden negociar un acuerdo.

La última arruga en la saga de la negociación perdida es una declaración en forma de entrevista concedida por el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky al Philadelphia Inquirer.

En la entrevista, Zelensky dijo que no puede haber negociaciones directas entre Ucrania y Rusia, pero que podría haber negociaciones indirectas a través de un tercero. En el escenario propuesto por Zelensky, la tercera parte servirá de intermediario y cualquier acuerdo sólo será con el intermediario, no entre Rusia o Ucrania. Zelensky sugirió que la ONU podría actuar en este papel.

Sin embargo, la propuesta de Zelensky no es viable por muchas razones, pero la principal es que los Estados beligerantes tienen que ponerse de acuerdo directamente para poner fin a un conflicto.
No hay esperanza de que un tercero aplique ningún acuerdo, como demostraron los fracasados acuerdos de Minsk (2014, 2015). Minsk fue un caso híbrido en el que el acuerdo fue firmado por Rusia, Ucrania y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
Ucrania se negó a aplicar el acuerdo y la OSCE se mostró desdentada y poco dispuesta a intentar hacer cumplir los acuerdos de Minsk. El acuerdo contó con el respaldo político de Alemania y Francia, aunque ninguno de los dos era signatario ni estaba obligado legalmente de ninguna manera a apoyar el acuerdo resultante.

La «propuesta» de Zelensky no es más que otra cortina de humo para desviar las críticas a Ucrania por no querer un acuerdo con Rusia. Tres fuerzas poderosas mantienen a Zelensky alejado de la mesa de negociaciones.

La más importante es que los principales actores anglosajones de la OTAN, es decir, EEUU y el Reino Unido, se oponen firmemente a cualquier negociación con Rusia. EEUU ha hecho todo lo posible, incluso mediante sanciones y medidas diplomáticas, para impedir cualquier diálogo con Rusia sobre cualquier tema (que no sea el intercambio de prisioneros).

La segunda razón es la legislación ucraniana, patrocinada por Zelensky, que prohíbe las negociaciones con Rusia. La Rada Suprema (el parlamento ucraniano) podría anular esa legislación en un nanosegundo si Zelensky se lo pidiera, pero es probable que no lo haga.

Zelensky controla por completo el Parlamento ucraniano, ha detenido o exiliado a políticos de la oposición y controla la prensa y otros medios de comunicación. El puño de hierro de Zelensky significa que no permitirá personalmente negociaciones directas.

Zelensky también ha firmado un decreto que prohíbe cualquier negociación con el presidente de Rusia, Vladimir Putin.

La tercera razón está relacionada con la presión que ejercen sobre Zelensky los nacionalistas de extrema derecha, en especial la brigada neonazi Azov. Prueba directa de ello es el despido del teniente general Yuri Sodol, máximo comandante de las fuerzas de Kiev en la zona de Járkov.

Los lideres de la brigada Azov acusaron a Sodol de haber matado a más ucranianos que los rusos en las batallas de Kharkov. Azov llevó su mensaje a la Rada y Zelensky les obligó a despedir a Sodol.
Desde el despido de Sodol, la situación de Ucrania ha empeorado a lo largo de toda la línea de contacto. Las pérdidas ucranianas en combate son muy elevadas, con hasta 2.000 muertos y heridos por día.
Los rusos han intensificado sus ataques con bombas planeadoras FAB, incluida la monstruosa FAB-3000 que acaba de alcanzar un centro de mando del ejército ucraniano en la ciudad de Nueva York, en Donbás, y que, según se informa, ha matado a 60 o más militares ucranianos.

Los rusos dicen que Zelensky no es un interlocutor viable para negociar porque su mandato expiró en mayo. Existe cierta confusión sobre la situación legal en Ucrania, pero los expertos de dentro y fuera de Ucrania opinan que el liderazgo del país debe pasar al Presidente de la Rada, ya que Zelensky terminó su mandato.

Ruslan Stefanchuk es el presidente de la Rada y se está volviendo más activo políticamente, aunque no se ha opuesto a que Zelensky siga gobernando.

Mientras tanto, dada la situación en el campo de batalla, los rusos sin duda piensan que pronto llegará el momento en que el ejército ucraniano se derrumbe o se rinda, o ambas cosas.

En cualquier caso, el gobierno ucraniano tendrá que ser sustituido de alguna manera, quizás por un liderazgo militar provisional seleccionado por Rusia. Eso permitiría a los rusos formular un acuerdo de capitulación con un gobierno de sustitución.

Una rendición del ejército ucraniano y un acuerdo con un gobierno nombrado por Rusia harían imposible la participación continuada de la OTAN en Ucrania.
Eso podría abrir la puerta, por fin, a un diálogo sobre seguridad entre la OTAN y Rusia, una vez que la OTAN asimile lo que ha ocurrido y por qué. Por desgracia, cargar a la OTAN con líderes políticos fracasados como Marc Rutte no augura nada bueno para el futuro de la alianza.
El mensaje clave para la OTAN si los rusos ganan en Ucrania, como parece cada vez más probable, es que la alianza de seguridad debe detener su expansión y buscar un acuerdo más estable con Rusia en Europa.

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Ver más sobre la Guerra de Ucerania:
* ¿Por qué Estados Unidos no ayuda a negociar un fin pacífico de la guerra en Ucrania?
* El Hegemón ordena a Europa, apuesta por la guerra y roba el dinero a Rusia


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