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miércoles, 6 de agosto de 2008

Sobre los prejuicios y hostilidades hacia China

La desinformación y antipropaganda masiva hacia China ha creado una cortina de prejuicios y hostilidades quizá solo comparable a la aversión que en los años 70 y 80 gravitaba en torno a los enemigos del bloque soviético, el muro de hierro y la cortina fría. Esta discriminación -que proviene desde antes de la masacre de Tiananmen en 1989- se ha acentuado tras el caso del Tibet y el rol del Dalai Lama, un agente de la CIA que recibe del Pentágono 2 millones de dólares anuales para la antipropaganda, más 180 mil dólares de sueldo directo. La defensa que occidente ha creado en torno al Tibet, olvida que hasta los años cincuenta esa nación era feudo-esclavista, con una población de 6 millones de habitantes y 5,99 millones destinados a las labores de servidumbre.

La tarea emprendida por Bush, el Pentágono y, desde el año pasado, por Sarkozy, en sus intentos por boicotear los Juegos Olímpicos que parten este viernes, encontró a millones de adherentes que intentaron –infructuosamente- apagar la llama olímpica. Hasta Sharon Stone cayó en la trampa y proliferan aquellos que sostiene que "China reune lo peor del comunismo y lo peor del capitalismo". Este sentimiento antichino se grafica en los titulares de la prensa: “La llama olímpica sufrió una derrota desastroza en París”, o “Se le dio una gran bofetada a China”. El pretexto, desinformativo, han sido los derechos humanos, pero ¿se preocupan igualmente de los derechos humanos en Africa, o en Guantánamo, o del genocidio de Irak? ¿Tomaron consideración antes sobre los derechos humanos en el Tibet, digo, antes de 1959?

Sobre el Tibet, solo hay que decir que como parte del territorio Chino, el Tibet lleva la delantera en la excensión de impuestos, y las leyes de planificación familiar que imperan en el resto de China, no se aplican en el Tibet. Pero la prensa le cree al Dalai Lama con su cruzada pseudo mística y budista. Más aún, ante la llegada de los reporteros a Beijing y en sus reportes a los medios, sorprende ciertos diálogos en una radio local:

-Mira, te cuento que nos demoramos diez minutos en salir del aeropuerto.
-Y cómo, no los revisaron, no les requisaron los equipos, no tuvieron que llamar a los cancilleres?.. ¿Y cómo es la censura en la televisión?
-En estos momentos estoy viendo la CNN y tengo a HBO, la FOX y más de cien canales..
-¿Y la censura en Internet?
-Bueno, hay internet en todos lados, de repente se pone algo lenta, pero no encuentro aún páginas censuradas...
Diálogos como éstos dan cuenta del poderoso sentimiento xenófobo y discriminatorio de occidente hacia la nación asiática.

A partir de este viernes 8 todo esto puede cambiar. Y no debe sorprender la intención de Bush de colarse a la inauguración para después decir “ven, yo siempre dije que China es un país maravilloso”. Al margen de estas conveniencias de última hora, el gigante asiático tiene –y lo sabe- la oportunidad de mostrar al mundo su real nivel, y presentarse a la comunidad internacional como una alternativa seria a la lista de las potencias mundiales, que puede encabezar el desarrollo de las próximas décadas. Los Juegos Olímpicos son solo el pretexto para dar cuenta de los cambios experimentados en el gran teatro del mundo y mostrar un escenario que acabe con el unipolarismo hegemonizante que hoy mantiene el Consenso de Washington y su paradigma neoliberal que ha llevado al entrampamiento actual de desempleo, inflación y radical incertidumbre por el futuro.
Este relevo olímpico comienza el 8 del 8 a la 8 (hora China, por cierto), aunque hay algunos que piensan que la llama olimpica puede prender fuego a toda China.

1 comentario:

  1. si nos mentalisamos para ver blanco donde es negro al final lo logramos, como los dedos que ve william hurt en orwell 84.
    caro marco, o a ti te gusta demasiado la comida china o algo te hizo el dalai lama en otra vida para que defiendas tanto al gigante asiatico y lo pintes como un regimen modelo gobernado por carmelitas descalzas.

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