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martes, 5 de agosto de 2008

El desempleo, la furtiva lágrima de la crisis.

No sólo en Chile está aumentando el desempleo. En España ha llegado al 12% sumando a dos millones 427 mil personas en paro, la cifra más alta de los últimos 15 años. Desde 1993 que ese país no veía cifras tan deplorables. Sólo en julio, el silencioso avance del desempleo sumó a 36 mil 500 trabajadores, lo que constituye un 1,5% más que el mes anterior y marca el cuarto mes consecutivo de crecimiento del desempleo.

En Estados Unidos, la cifra se ha disparado hasta el 11% en algunas ciudades. Y desde California a New York, pasando por Las Vegas y Chicago, la disminución de los trabajos a tiempo completo a favor de las actividades part-time son solo algunas de las consecuencias que ha tenido el colapso de la industria inmobiliaria.

A la pérdida de miles de empleos en el sector financiero e inmobiliario se suma también el sector automotriz. Sólo General Motors ha recortado sus nóminas en 15 mil puestos de trabajo desde principios de año. Michigan, sede de la automotora que en los años 70 empleaba a más de 100 mil personas de esa ciudad, hoy da trabajo a menos del 8% de ellos.

También Las Vegas ha visto crecer su tasa de desempleo. Si entre los años 1995 y 2007 el número de turistas y jugadores se incrementó en un 35%, con una caída en el desempleo a niveles del 4,8%, hoy la situación es diferente pues a medida que se ha incrementado el precio del petróleo la cantidad de visitantes ha reducido, cayendo la ocupación hotelera y aumentando el desempleo. La economía estadounidense debe crear 200 mil empleos mensuales y está perdiendo 100 mil empleos al mes. Esto crea una brecha que ya suma más de 2 millones de nuevos desempleados en lo que va del año. Son las silenciosas consecuencias de una crisis que los jerarcas del modelo económico se resisten a enfrentar.

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