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jueves, 24 de enero de 2008
El fin del dólar como moneda de reserva
La actual crisis económica provocada por George Bush en su aventura genocida por tierras iraquíes, a un costo diario de 250 millones de dólares, más de 600 mil iraquíes muertos y 4 mil soldados norteamericanos que han muerto en tierras persas, como nos relata el senador McGovern, tendrá como resultado la muerte del dólar como moneda de reserva internacional.
Aunque se pretende culpar de todo a la crisis de los préstamos subprime, la verdad es que ésta fue la gota que rebalsó el vaso, y punto. Desde el 2002 hasta ahora el dólar ha tenido un comportamiento titubeante pero con una marcada tendencia hacia la baja. Esta baja, dado el derroche provocado por Bush para financiar la guerra de Irak, ha inundado el planeta con dólares que, literalmente, han terminado convirtiéndose en papeles sin valor alguno. Este fenómeno marca el fin de 62 años de continua expansión del crédito basado en el dólar como reserva de valor, pues se ha convertido en una carga pesada y sin credibilidad alguna perdiendo una de las principales condiciones que debe tener una moneda: la confianza. En este caso el dólar se asemeja a la situación de la alemania de los años 30, cuando había que llevar una carretilla de billetes para comprar un kilo de pan.
Esto se demuestra por el lento cambio en la composición de los activos que van experimentando los países: la parte en dólares de la reserva global cayó a un nivel récord de 63,0% en el tercer trimestre de 2007. Tres meses antes era el 65,4%. En el mismo período, las reservas en euros pasaron de 25,3% a 27,4%, lo que demuestra que el dólar ha comenzado a ser rechazado en los mercados.
El dólar, como reserva de valor y divisa para las transacciones comerciales, fue establecido en el acuerdo de Bretton Woods al término de la Segunda Guerra Mundial, bajo la participación de importantes economistas entre ellos John Maynard Keynes. La idea pretendia facilitar el comercio internacional evitando que los negocios se hicieran en oro constante y sonante. Al término de cada período, la Reserva Federal (FED) de EE.UU. se comprometía a cambiar los dólares por oro real y así saldar las cuentas.
El domingo 15 de agosto de 1971, y por decisión de Richard Nixon el acuerdo de Bretton Woods se terminó para siempre: el dólar pasó a ser la divisa oficial de intercambio sin importar la existencia de reservas reales en oro. A Nixon no le quedaba otra: se había gastado todo el oro existente en las reservas de la FED para financiar la guerra de Vietnam.
Esta vez, Bush se gastó la friolera de 9 billones de dólares para financiar la guerra con Irak y apoderarse de los pozos petroleros, operación que resultó totalmente fallida y que ha significado un endeudamiento gigantesco que nos tiene al borde de la peor crisis en 60 años, es decir algo no conocido en nuestras vidas. Siempre comparé a Irak con Vietnam y el tiempo me ha dado la razón. Ahora digo que en este año del ratón, el fatigado dolar se acerca a su patético y lastimoso final.
Marco Antonio Moreno
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