Páginas

sábado, 7 de diciembre de 2024

Instructores franceses para Ucrania


Nahia Sanzo, Slavyangrad

Durante la visita a Francia de Volodymyr Zelensky en junio de 2024 para conmemorar el 80º aniversario del Desembarco de Normandía, el presidente de la República francesa, Emmanuel Macron, anunció una brigada del ejército ucraniano formada y equipada por las instituciones del Estado francés. El 9 de septiembre, junto al ministro de Defensa de Ucrania, Rustem Umerov, Macron visitó a los miembros de la brigada en el campo militar en el que desarrollaba su formación desde primeros de septiembre “en condiciones reales, basadas en el análisis de la experiencia de los combates en Ucrania”.

En una nota publicada el 10 de octubre de 2024, el Ministerio de los Ejércitos y de los Antiguos Combatientes francés aportaba alguna información complementaria sobre la creación, por su ejército de Tierra, de la brigada ucraniana “Anne de Kyiv”. Se trata de una brigada completa, íntegramente dotada por el ejército francés y compuesta inicialmente por 2.300 soldados, aunque con perspectivas de llegar a 4.500 una vez que termine su proceso de consolidación.

Según sus impulsores, se trata de un modelo inédito de apoyo a Ucrania que solo Francia estaría implementando. Con esta iniciativa, la República francesa “refuerza el entrenamiento de las fuerzas ucranianas adoptando un enfoque integrado que combina varios tipos de habilidades militares y de gestión”. El programa de formación, desarrollado en concertación con las autoridades militares ucranianas, tiene como objetivo ofrecer un entrenamiento lo más cercano posible a las condiciones reales de combate. Así, las infraestructuras y los ejercicios de combate del plan de formación se diseñan para responder a las expectativas y necesidades de los ucranianos, de acuerdo con su experiencia en el terreno bélico: “creación de redes de trincheras y entornos de combate en condiciones reales con estrés, ruido y despliegue de drones”.

Según el general francés Damien Wallaert, subjefe de operaciones terrestres, es preciso ajustarse a los estándares de la guerra y a las tácticas ucranianas, lo que requiere, por una parte, desarrollar la guerra de trincheras: “Para ello hemos cavado más de 600 metros de trincheras y puestos de combate enterrados. Tomamos en cuenta las indicaciones que nos han dado sobre la realidad en cuanto a tamaño, dimensión, profundidad de las trincheras que cavan en Ucrania, para que puedan entrenar en las condiciones más cercanas a la realidad”. Esa es, al menos, la teoría, ya que incluso los medios occidentales han reflejado en el pasado las carencias de la instrucción en países como Francia, donde los soldados ucranianos destacaban precisamente las trincheras construidas para el entrenamiento, que no se asimilaban en absoluto a lo que realmente se vive en la guerra.

Por otra parte, es preciso, según Wallaert, incorporar al proceso “el uso permanente y omnipresente de drones. Se utilizan a diario durante el entrenamiento, ya sea como apoyo o como uso de los drones para amenazar [a los enemigos]. También en este caso se trata de colocarlos en condiciones lo más cercanas posible a la realidad en cuanto a ruido, estrés, fatiga y que sea lo más realista posible, para que el día D tengan los mejores reflejos, puedan sobrevivir a la batalla y salgan victoriosos”.

Dividido en varias fases sucesivas, el entrenamiento se plantea con una fase técnica inicial que se centra en el equipamiento militar y en la formación de los cuadros de mando operativos. Le sigue el entrenamiento de batallones de infantería y posteriormente la integración de las capacidades de las fuerzas combinadas, en un principio a nivel de batallón y finalmente de brigada. La formación tendría así en cuenta “toda la cadena militar y de capacidades de la brigada Anne de Kyiv”, una brigada con fuerzas tanto de infantería, artillería, caballería e ingeniería. En el proceso se pretende consolidar la formación individual de los combatientes, la formación y evaluación sucesiva de las unidades de maniobra sobre el terreno, así como la final evaluación del puesto de mando de la brigada.

Este proyecto de creación de una brigada operativa íntegra, formada, equipada y entrenada para el combate a lo largo de un tiempo de duración de nueve semanas, refleja un modelo de implementación que Francia considera como único y específico en la actualidad. Calificativos que se asocian a dos dimensiones de la actuación: el material francés utilizado durante la formación y que acompañará a los militares ucranianos a la finalización de la formación, así como la integralidad de la intervención formativa, con todos los niveles y especialidades de la brigada cubiertos.

Respecto a esta integración combinada de los componentes de la Brigada, Wallaert señala que “formamos una brigada de armas combinadas cuyo núcleo está formado por un batallón de infantería pero que también está constituido por sus apoyos y sus soportes; esto es, sus funciones, ingeniería, artillería, drones, defensa tierra-aire, pero también logística. Reabastecimiento, cómo llevar las municiones, los alimentos y lo que los combatientes necesitan lo más cerca posible del frente… Es todo este enfoque verdaderamente global e integral de la formación de la brigada lo que ofrecemos a nuestro socio ucraniano”. De esta forma, el proyecto de colaboración con Ucrania incluye no solo la formación, el equipamiento o las municiones, sino el apoyo o soporte general a la Brigada.

A tales efectos, el Ejército de Tierra francés ha movilizado en apoyo de la Brigada a 1.500 militares, agrupados en una Task Force dedicada y especializada, a la que otra nota del Ministerio de defensa francés denomina Champagne, en referencia a la geografía Grand-Est del marco territorial de la formación. La formación se realiza de hecho en el campo de Mourmelon, a unos 30 kilómetros al sur de Reims.

El mencionado comunicado del 14 de noviembre adelanta además la próxima finalización de las acciones formativas de la Brigada Anne de Kyiv, efectiva el 16 de dicho mes con la terminación de la presencia de la brigada en Francia. Según las autoridades francesas, la vuelta a Ucrania de la nueva brigada está prevista para este mes de diciembre, quizás previo paso por Polonia donde otra parte de la brigada, su batallón de tanques, participa en acciones de formación junto a representantes militares de distintos países de la OTAN.

Al finalizar el programa francés, la brigada ucraniana se encuentra en condiciones de incorporarse al frente. Ha sido equipada para ello por Francia con 128 vehículos frontales blindados (VAB), 18 cañones Caesar (Camion Équipé d’un Système d’Artillerie), 18 vehículos blindados de reconocimiento AMX-10RC, 10 TRM y 20 puestos de tiro de misiles ligeros anticarro Milan. La brigada cuenta además con un batallón de caballería con alrededor de 30 tanques Leopard 2A4, procedentes de donaciones de países europeos.

La brigada Anne de Kyiv se integrará como 155ª Brigada mecanizada de las Fuerzas Armadas de Ucrania a las órdenes del Coronel Dmytro Ryumshin. Entonces todavía teniente coronel, Ryumshin ha sido comandante de la 33ª Brigada Mecanizada y ha participado en la fracasada contraofensiva en la región de Zaporozhie, incluyendo a un Batallón de tanques con Leopard 2A4. Fue posteriormente destinado como comandante a la 47ª Brigada Mecanizada, con vehículos de infantería M2 Bradley y tanques M1A1 Abrams. En ese puesto de mando participó en la fallida defensa de Avdeevka en un momento en el que el alto mando ucraniano llegó a cuestionar el desempeño de la brigada. De hecho, Ryumshin fue relevado de la comandancia de la 47ª en marzo de 2024, menos de dos meses después de su nombramiento.

Según algunas versiones, la caída de Avdeevka no podría realmente atribuirse al recientemente ascendido a coronel, lo que le habría facilitado una tercera oportunidad para liderar a una brigada en batalla, ahora de nuevo con equipamiento Leopard. La experiencia en el manejo de este tipo de tanques habría sido uno de los factores decisivos para asignarle el mando de la nueva brigada francesa.

Algún post en la página de Facebook de la 155ª Brigada muestra la visión ucraniana del papel real esperado para esta unidad militar, al que la experiencia francesa sí podría aportar elementos formativos adaptados. En una publicación del 20 de noviembre en el perfil de la Brigada, se señala, por ejemplo, que “el entrenamiento en operaciones de combate en un entorno urbano es la clave de la habilidad militar moderna. Las acciones de combate en condiciones de desarrollo urbano requieren conocimientos y habilidades especiales. Este es uno de los aspectos más difíciles de la guerra moderna, porque los edificios densos, el espacio limitado y la presencia de civiles crean dificultades excepcionales para los militares. Francia, como aliado confiable de Ucrania, entrenó a nuestros combatientes en esta área. El entrenamiento incluyó tácticas de limpieza de edificios, combates en calles estrechas y coordinación de acciones de unidades en las difíciles condiciones de la ciudad. Las habilidades adquiridas son invaluables para la protección de las ciudades ucranianas y la ejecución de tareas con pérdidas mínimas”. Conviene señalar, en este sentido, que una parte de la 155ª Brigada, que no ha sido enviada a Francia, ha podido participar en algún momento en la aventura ucraniana en Kursk, aunque el lema de la nueva Brigada (On ne passe pas. Verdun/No se pasa-Verdún), o las experiencias previas de Ryumshin, hacen pensar más bien en un papel más defensivo.

En la visión ucraniana, resulta igualmente relevante la formación recibida en la instalación de artillería autopropulsada Caesar, instalación que combina tecnología avanzada, movilidad y potencia de fuego. Esta parte de la formación se completa con el uso de morteros de 120 mm.

La propuesta de traslado de instructores franceses a Ucrania


La dedicación de 1.500 militares franceses para la formación y apoyo a una brigada compuesta por 2.300 soldados puede ser vista como una deriva algo excesiva de la tendencia burocratizante del estado francés. Pero puede también constituir un indicador de un proyecto de intervención ordenada en el terreno ucraniano del Ejército de Tierra de Francia en un contexto de regeneración del debilitado ejército ucraniano y de una posible contraofensiva futura apoyada en fuerzas OTAN.

En este contexto, llama la atención la carta enviada al Ministro de defensa francés, Sébastien Lecornu, el 29 de noviembre, impulsada por Frédéric Petit, en el que cinco miembros de la Asamblea Nacional francesa proponen la creación de una coalición europea para el envío de instructores militares a Ucrania, entre ellos instructores franceses. Se trataría de impulsar una coalición en la que “Francia puede hoy asumir un papel de liderazgo .., junto a los ejércitos británico, polaco, báltico y escandinavo”, señalan los firmantes.

La justificación de la intervención se basa, por una parte, en la idea del papel decisivo de la formación francesa al ejército de Kiev que haría conveniente su continuidad en la propia Ucrania: “La excelente formación de la brigada Anne de Kyiv en territorio francés ha puesto de relieve la importancia del entrenamiento brindado por el ejército francés a los soldados ucranianos. Esta formación es esencial en el apoyo militar francés a Ucrania. Estos soldados, entrenados por el ejército francés o por otros ejércitos europeos, adquieren una experiencia que será decisiva en el frente. La dureza de los combates y la creciente presión rusa en el Donbass nos hacen creer que este entrenamiento impartido en territorio francés y polaco debe continuar ahora en suelo ucraniano”. Según los firmantes, “la acción de estos instructores sobre el terreno, detrás del frente, permitiría superar las contingencias actuales y constituiría una ampliación sumamente interesante. Para todas las partes”.

La mención al apoyo norcoreano a la Federación Rusa es un recurso fácil para acompañar la necesidad que ven los firmante en la lucha contra “las ambiciones imperialistas de la Federación de Rusia” y así afirman: “En momentos en que la Federación Rusa está llamando a miles de soldados norcoreanos a luchar contra el ejército ucraniano, nuestra respuesta debe ser aumentar nuestro apoyo directo a Ucrania; no enviando soldados a luchar contra el ejército ruso, sino enviando instructores militares para entrenar en suelo ucraniano a soldados que defiendan la integridad de su territorio y nuestros valores democráticos”.

La petición está rubricada por cuatro representantes de grupos políticos que apoyan al actual Gobierno Barnier (ahora en funciones tras perder el apoyo de la Asamblea Nacional ayer), afiliados con Los Démocratas (Les Démocrates, básicamente centristas del grupo MoDEM, cercano al bloque político amplio de Emmanuel Macron); la Unión de los demócratas e independientes, federación de grupos de centro-derecha que tratan de continuar el legado de la UDF, pero que son cercanos al grupo Renaissance impulsado por Macron; Juntos por la República (Ensemble pour la République, encarnación principal del movimiento macronista); y Horizons (Horizontes), otro grupo orientado al centro-derecha de la órbita cercana al actual Presidente francés.

La representación de la oposición antimacronista en la Asamblea Nacional, entre las personas firmantes, corresponde a Anna Pic, parlamentaria adscrita al grupo de Socialistas y afines. Esto pone de manifiesto, más allá de sus desavenencias internas en Francia, el compromiso del Partido Socialista francés con la estrategia de Emmanuel Macron en la guerra de Ucrania.

La petición de los cinco parlamentarios y parlamentarias no surge en el vacío. Unos días antes, aparecía una tribuna de Le Monde, firmada por un colectivo de “representantes del pueblo ucraniano, intelectuales y especialistas de las cuestiones militares”, entre ellos el histórico intervencionista y belicista Bernard Henry Lévy, participante en su momento de los eventos callejeros de Maidan. El objetivo último del llamamiento en el periódico francés era el mismo que el de los miembros de la Asamblea Nacional: pedir el envío de instructores militares.

Llegarán. Probablemente.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario