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miércoles, 3 de julio de 2024

El Fin de la era del Petrodólar


Islam Farag, United World Int

El 15 de agosto de 1971, el Presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, pronunció un discurso televisado en el que anunció la cancelación de la conversión internacional directa del dólar al oro.
Esta medida supuso el colapso del sistema monetario internacional de Bretton Woods establecido tras la Segunda Guerra Mundial, según el cual el dólar estadounidense era convertible en oro a un tipo de 35 dólares la onza.
En virtud de la medida aprobada por Nixon, otras divisas importantes se vincularon a tipos fijos frente al dólar, allanando el camino para la adopción del actual sistema de tipos de cambio flotantes.

A medida que se desarrollaban las presiones inflacionistas, Washington necesitó otros mecanismos para mantener la fortaleza del dólar. En 1974, el entonces Secretario de Estado estadounidense Henry Kissinger visitó Arabia Saudí. Durante la visita, los dos países firmaron acuerdos por los que Washington aceptaría la venta de armas de alta tecnología a Arabia Saudí. A cambio, Riad aceptó invertir el excedente de efectivo en bonos del Tesoro estadounidense.

Beneficios mutuos

El acuerdo fue tan rentable para Estados Unidos como para el Reino. La economía saudí en aquel periodo, al igual que las economías de otros países del Golfo, no gozaba del desarrollo actual. Gastar los excedentes de las exportaciones de petróleo en sus economías nacionales era casi imposible, y necesitaban realmente un lugar donde "reciclar los petrodólares".
Al Reino le resultó posible vender petróleo a grandes importadores como Estados Unidos, Japón y otros a cambio de una moneda estable como el dólar estadounidense, y luego utilizar los ingresos en los mercados internacionales para adquirir bienes y servicios o reinvertirlos en los mercados del Tesoro estadounidense.
Este entendimiento bilateral prevaleció durante décadas, pero no existía en modo alguno un contrato vinculante para que Riad vendiera su petróleo en dólares. Se trataba más bien de una solución lógica que el Reino optaba por aplicar cuando lo consideraba beneficioso para sus intereses.
Este estatus opcional dejó su huella en la balanza comercial. Los países exportadores de petróleo a Estados Unidos, encabezados por Arabia Saudí, reinvirtieron sus beneficios en empresas y bonos del Estado estadounidenses, lo que reforzó la conectividad de los mercados financieros mundiales y aseguró el flujo de capitales hacia Estados Unidos. En última instancia, este sistema convirtió al dólar en la principal moneda de reserva.

Un rumor generalizado


En los últimos días, varias plataformas de noticias han promovido cosas que no son ciertas. Estas plataformas promovieron la existencia de un acuerdo entre Estados Unidos y Arabia Saudí que obligaba a este último país a liquidar todas las transacciones de petróleo entre ambas partes en dólares estadounidenses. También se rumoreó que Arabia Saudí decidió de la noche a la mañana no renovar este acuerdo de 50 años de antigüedad, poniendo fin a la llamada "era del petrodólar".

La pregunta urgente ahora es: ¿Cómo nacieron estos rumores y cómo pueden considerarse teniendo en cuenta los contextos y circunstancias en que aparecieron?
Esta noticia falsa nació en un contexto en el que algunos aspectos contenían partes de verdad.
Los entendimientos y acuerdos que Kissinger firmó durante su mencionada visita enmarcaron la relación entre ambos países y la elevaron al nivel de altas alianzas que incluyen todos los ámbitos políticos, militares y económicos. En los años ochenta, el Reino poseía el 30% de la deuda del Tesoro estadounidense. Con el tiempo, el dólar ha conseguido en las últimas décadas seguir siendo la moneda dominante en el comercio del petróleo, creando el sistema del "petrodólar" en el que todos utilizan la divisa estadounidense. Este modelo siguió siendo adecuado para la mayoría de los países productores de petróleo mientras el dólar fuera una moneda apropiada para reciclar sus excedentes financieros en inversiones en el extranjero.

Pero esto no significaba en modo alguno que Arabia Saudí y otros países del Golfo no tuvieran derecho a formular nuevos acuerdos sobre la venta de petróleo en dólares u otras divisas con Estados Unidos y otros países.
Lo que aparentemente desató el rumor es que, a principios de junio, el reino ya se había unido al proyecto mBridge, una plataforma común de moneda digital de varios bancos centrales (CBDC) para pagos y liquidaciones transfronterizos al por mayor. En el proyecto participan los bancos centrales de China, Hong Kong, Tailandia y los EAU. El rumor se debió inicialmente a que mBridge no tiene previsto admitir pagos en dólares por el momento.

Una era en vías de desaparición


La realidad, sin embargo, es que la era del petrodólar está en vías de desaparición. La cuestión no se debe tanto a una única decisión saudí como a la voluntad de grandes actores como China, que se ha convertido en el primer socio comercial de unos 140 países, cuestión que le permite imponer su dominio sobre el comercio mundial.

Por ejemplo, si China decide no comprar petróleo saudí si no es en yuanes, Arabia Saudí no tendrá más remedio que acatar la decisión, ya que China es el mayor comprador de petróleo, al ser la fábrica del mundo. Si Riad se niega a cumplir, Pekín podría decidir no comprar petróleo saudí y recurrir en su lugar al petróleo de otros países como Rusia, Venezuela, Irán e Irak. Entonces el petróleo saudí no encontrará un mercado importante que sustituya a China, mientras que Estados Unidos no compre su petróleo.
En consecuencia, China puede asestar un golpe mortal al dólar si anuncia que el yuan será su moneda en todo su comercio exterior, pero no puede derribar el dólar, por temor a una conmoción económica mundial que perjudicará a muchas partes, y el mundo puede convertirse en un estado de caos y colapso.

Condiciones estimulantes


Sin embargo, hay otras circunstancias que motivan a Arabia Saudí a alejarse ligeramente de la venta de su petróleo en dólares. En un mundo geopolíticamente turbulento que necesita más cobertura, el Reino está intentando hacer una gestión sensata del riesgo y una diversificación limitada de las divisas que acepta a cambio de vender petróleo.

Según una fuente saudí, puede que el dólar estadounidense no sea la alternativa ideal, pero crear una alternativa digna de confianza llevará décadas, y no será fácil ni tranquilo.
"Si el Reino vende todo su petróleo en yuanes chinos, yenes japoneses u otras divisas, ¿dónde reinvertirá su excedente?", dijo.
"¿Invierte Riad en bonos del Estado en China, un país que carece de Estado de Derecho, o en bonos del Estado japonés mientras el Banco de Japón posee el 60% del mercado? ¿Puede invertir fuertemente en bonos de mercados emergentes como Turquía y Egipto a la luz de las preocupaciones relacionadas con la estabilidad política y económica en ambos países?", se preguntó la fuente.
La fuente explicó que las relaciones entre Washington y Riad siguen siendo estratégicas, aunque algunos de sus detalles cambian en función del cambio de ocupante de la Casa Blanca
Según la fuente, el Reino está intentando con ahínco y de forma calculada alcanzar un acercamiento con China, pero la venta de petróleo saudí en moneda china sólo puede leerse como una maniobra en el contexto de las actuales negociaciones entre Washington y Riad sobre acuerdos armamentísticos.

Efecto colateral


La creciente presión actual para utilizar monedas alternativas al dólar en el comercio de petróleo no es más que un efecto secundario de la invasión rusa de Ucrania.
Tras la invasión rusa de Ucrania, Moscú fijó el precio de gran parte de sus ventas de petróleo a China en yuanes, una medida que se alineaba con las ambiciones y estrategias de Pekín para internacionalizar el yuan. En los últimos cinco años, la cuota del yuan en los pagos internacionales se ha duplicado, pasando del 2,15% a cerca del 4,5%.
En opinión de Pekín, una organización BRICS ampliada representa una herramienta útil para lograr nuevos éxitos de esa estrategia. Uno de los objetivos actuales de los BRICS es utilizar más transacciones en moneda local y evitar el dólar.

Mientras que China considera que la adhesión del Reino, el mayor país exportador de petróleo, a la organización sirve a esos objetivos, éste lo ve como una mera carta de negociación en las negociaciones sobre un histórico acuerdo bilateral de defensa entre Riad y Washington.


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