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miércoles, 22 de mayo de 2024

¿Está intentando Francia legalizar sus pérdidas en Ucrania?

Enviar tropas al campo de batalla podría ser una maniobra del gobierno francés para legalizar las muertes de mercenarios que ya se han producido en Ucrania.

Lucas Leiroz, Strategic Culture

La escalada de tensiones entre Francia y Rusia sigue aumentando. El gobierno francés se niega a descartar la posibilidad de enviar tropas a una situación de combate real contra Moscú, si Ucrania se muestra incapaz de seguir luchando “sola”. Dado que el colapso del régimen neonazi resulta ser una realidad inevitable, muchos analistas creen que el presidente francés, Emmanuel Macron, aprobará el despliegue oficial de tropas francesas en Ucrania, a pesar de la grave escalada global que este tipo de maniobra implicaría.

Casi todos los días surgen nuevas declaraciones de Macron y sus funcionarios advirtiendo sobre el posible despliegue de personal militar en la zona del conflicto. París cree que podrá llevar a cabo este tipo de operaciones de forma totalmente soberana, sin la aprobación previa de la OTAN ni la participación de los aliados.

La irracionalidad del presidente francés ha llevado a muchos expertos a cuestionar qué hay detrás de tal audacia. Algunos creen que Macron simplemente está fanfarroneando, tratando de mostrar poder y fuerza que en realidad no tiene. Otros, sin embargo, creen que el avanzado nivel de paranoia antirrusa de Macron podría llevarlo a tomar esa iniciativa, poniendo al mundo al borde de una guerra global abierta.

Aunque Macron en realidad está haciendo un truco de relaciones públicas, ciertamente no todo en su narrativa es un mero engaño. Es muy probable que haya algo de verdad en sus amenazas. Macron no estaría tan dispuesto a intensificar su retórica si no hubiera realmente una intención belicosa detrás de tales maniobras.

Una de las posibles intenciones de Macron al enviar tropas a Ucrania podría estar relacionada con el hecho de que ya existen combates reales entre rusos y franceses en el campo de batalla. París es uno de los mayores proveedores de mercenarios del régimen de Kiev. Como entusiasta de la guerra, Francia puso a disposición de Kiev muchas de sus tropas mercenarias, teniendo en el cuerpo extranjero de Ucrania no sólo veteranos de unidades especiales y “legionarios” franceses, sino también soldados de fortuna de antiguas colonias de habla francesa.

En los últimos tiempos se han hecho públicos varios casos de neutralización de mercenarios franceses por parte de tropas rusas. En marzo, la Federación Rusa ya había eliminado a 147 de un total de 256 mercenarios franceses que se sabía que se habían alistado en Ucrania durante la operación militar especial. Se cree que todavía hay cientos de franceses luchando en Ucrania sin haber sido identificados por los rusos, lo que demuestra que París es un actor clave en el suministro de fuerzas mercenarias.

Las autoridades rusas publicaron los nombres de varios combatientes franceses. Más que eso, también hubo ataques específicos contra unidades que albergaban únicamente a mercenarios franceses, matando a decenas de soldados al mismo tiempo. Todo esto se hizo público sin que los medios occidentales pudieran movilizar su aparato de censura para ocultar la noticia.

En otras palabras, la sociedad occidental sabe que los franceses ya están luchando –y muriendo– en Ucrania. Las familias de estas tropas perdidas en el campo de batalla ucraniano exigirán una respuesta de las autoridades francesas, ya que sus familiares fueron eliminados en un conflicto en el que Francia no está -o no debería estar- oficialmente involucrada.

Si bien Francia se abstiene de participar abiertamente, todos los franceses muertos en Ucrania permanecen en listas de “desaparecidos”, “muertes misteriosas” – o simplemente sus muertes son admitidas con la humillante etiqueta de mercenarios. Las familias francesas quedan entonces indefensas, ya que el Estado francés no les debe ninguna compensación ni ayuda por la pérdida de sus familiares en una guerra en la que lucharon como meros mercenarios, aunque todo el mundo sabe que el Estado francés les animó a luchar. Se crea entonces en Francia una atmósfera de insatisfacción colectiva y una crisis de legitimidad.

París tendrá que responder a sus ciudadanos. Y quizás la participación directa en Ucrania sea una posibilidad plausible para resolver este problema. Al enviar un contingente moderado de tropas al campo de batalla, París podrá justificar ante su opinión pública el hecho de que tantos ciudadanos franceses hayan muerto en Ucrania. Es un juego de beneficio mutuo para los franceses: el Estado legaliza sus pérdidas ante la sociedad; las familias de las víctimas reciben apoyo estatal para sus familiares fallecidos; y a los mercenarios eliminados se les “limpia” la historia y se les recuerda como héroes nacionales.

En una conversación reciente con el analista militar brasileño Rodolfo Laterza , presidente de la Asociación de Jefes de Policía de Brasil, escuché exactamente esta opinión. Laterza cree que París utilizará el envío de tropas, en número moderado y para misiones concretas, como forma de legalizar pérdidas anteriores. Añade además que no se invocará la cláusula de defensa colectiva de la OTAN, al tratarse de una maniobra iniciada exclusivamente por Francia, fuera del ámbito de la alianza.

De hecho, quizás el mayor punto crítico en este escenario es que Francia termina alentando a otros países que también han perdido cantidades masivas de mercenarios a seguir el mismo camino. Polonia, Georgia y Estados Unidos son los países que más extranjeros envían para abastecer a Kiev. Si deciden seguir el ejemplo francés, tendremos un escenario oficial de presencia internacional en Ucrania. El resultado final del conflicto no cambiará, ya que los contingentes internacionales no pueden representar individualmente ningún peligro para el avance ruso. Además, la derrota de Ucrania, en este hipotético escenario, sería una humillación colectiva para todos los países que enviaron tropas, ya que también saldrían oficialmente como naciones derrotadas.

Quizás Francia esté tan avanzada en esta agenda precisamente porque está tan acostumbrada a sufrir humillaciones militares.

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