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miércoles, 17 de enero de 2024

Gaza: cien días de Genocidio

El daño recae sobre "Israel", ya que su conducta criminal y su fascismo ha sido expuesto al escarnio público ante millones de personas y con pruebas jurídicas concluyentes, tal como fueron presentadas por el equipo jurídico sudafricano en su histórico alegato
Hassan Lafi, Al Mayadeen

Transcurridos cien días de la guerra israelí en Gaza, el pueblo y muchos analistas y estrategas israelíes, comenzaron a intentar evaluar el desempeño del “ejército” y la aptitud del gobierno para liderar esa guerra, así como plantearse muchas interrogantes sobre los resultados de la batalla y sus repercusiones, y la pregunta central pasó a ser: después de transcurridos los cien días, ¿han logrado los objetivos declarados?

Si aún no alcanzaron plenamente sus objetivos, como lo afirman los dos estratos el político y el militar, ¿cuánto tiempo necesita el “ejército” para conseguirlo? ¿Cómo podría equilibrar entre el tiempo que necesita y la gran presión ejercida por las familias de los prisioneros israelíes en Gaza para que estos sean devueltos lo más rápido posible?

Lo que plantea una gran interrogante es la posibilidad de conquistar estos propósitos, ¿Cómo garantizar su consecución y cuál es el precio que “Israel” debería pagar ante el hecho de que el frente norte y el yemenita se encuentran encendidos, esto sin hablar de un frente jurídico que ha iniciado Sudáfrica con tanta valentía?

Los estadounidenses ahora le preguntan a los funcionarios israelíes sobre la estrategia adoptada para salir de esta contienda y cuál es su plan para el día siguiente.

Está claro que “Israel” no tiene muchas respuestas cuando se habla de que la guerra continuará y no se detendrá hasta la destrucción de las fuerzas de la resistencia palestina en Gaza y el retorno de los prisioneros israelíes. Encontramos que existe una contradicción fundamental entre los dos objetivos a pesar de todos los intentos de los niveles político y militar de conjugar entre ellos, al afirmar que una mayor presión militar sobre Gaza aceleraría el retorno de los detenidos y mejoraría las condiciones de negociación para “Israel”. Sin embargo, esta hipótesis ha demostrado su fracaso en la realidad, de hecho, ya no es posible alcanzar ambos objetivos al mismo tiempo, ya que el curso de la guerra en Gaza, a la luz de la valentía de los combatientes de la resistencia palestina, indica que las fuerzas de ocupación necesitarían un largo período el cual puede extenderse hasta al menos a un año, según afirmó el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant.

Por otro lado, los testimonios de los prisioneros que fueron liberados durante la tregua confirman que los detenidos en Gaza, a la luz de los bombardeos, la política de hambruna y la no entrada de medicinas a la Franja, no podrán sobrevivir, y que su tiempo se está acabando, lo que hizo que las familias de esos prisioneros gritaran en la cara del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu: "Liberen a nuestros hijos ahora".

Esta contradicción entre los objetivos declarados se refleja negativamente en la evaluación de los resultados del desempeño del ejército israelí en la guerra; y tal como lo confirma un trabajo de investigación que evalúa los enfrentamientos después de cien días, publicado por el Centro de Política y Estrategia del Instituto Reichmann: “a pesar de los brillantes combates del ejército en varios frentes, los objetivos en el sur y en el norte, aún no se han logrado”, lo que hizo que voces de los comandantes militares se alzaran con más fuerza, exigiendo que el nivel político se esfuerce para reformular los objetivos de la guerra, de una manera realista, factible y que se pueda implementar y, lo más importante, mensurable, para que el “ejército” no se estanque en un callejón sin salida girando en un círculo vicioso de combates diarios, hasta que finalmente se encuentre en una guerra de desgaste dentro de lo que se denomina el “lodo de Gaza”, e incluso si ocupara toda la Franja de Gaza, ¿cómo podría estar seguro de haber aniquilado al movimiento Hamas y a la resistencia, que es esencialmente una idea en la que cree el pueblo palestino bajo ocupación? Cuanto más lo presiona la ocupación, más apoya a la resistencia y piensa en nuevos medios para combatir y resistir.

Si a esto le sumamos la atmósfera llena de acusaciones y la evasiva de asumir la responsabilidad por el catastrófico fracaso israelí del siete de octubre entre el estamento político y el "ejército", encontramos que formular estos objetivos de esta manera relajada y contradictoria puede ser intencional y premeditado por parte de Netanyahu, con el fin de protegerse a sí mismo y a su gobierno de cualquier responsabilidad después de la guerra, esto por un lado, evadiendo, como siempre, el hecho de formular una estrategia clara sobre lo que “Israel” busca de esta guerra por otro lado.

La prueba de ello es el aplazamiento por más de tres veces de la reunión para hablar del día después de finalizada la contienda en el Consejo de Guerra y su incapacidad para responder a esta misma pregunta al ser planteada por los estadounidenses; en consecuencia, a falta de una estrategia y una visión, la capacidad israelí para lograr los objetivos de la guerra ciertamente se verán afectados y su costo aumentará.

Después de cien días, el riesgo de que la guerra de Gaza se convierta en una guerra regional en múltiples frentes se ha convertido en un escenario posible, hecho que preocupa seriamente a la administración estadounidense y la impulsa a realizar más esfuerzos con sus aliados en la región para evitarlo, partiendo de la convicción establecida por las posiciones de los frentes libanés y yemenita, de que detener el enfrentamiento en estos está vinculado al cese de la guerra en Gaza; y aunque la administración del presidente Joe Biden intenta hacer de la guerra de Gaza una puerta de entrada para cambiar la configuración de Medio Oriente, volviendo a la vieja idea, de buscar la formación de una alianza árabe-israelí frente al eje de resistencia liderado por Irán, lo nuevo del asunto es que está convencida de que esto no puede implementarse excepto mediante la cuestión palestina, lo cual requiere presionar al gobierno israelí para que acepte que la Autoridad Palestina desempeñe un papel en el gobierno de Gaza después de la guerra, y que Gaza y Cisjordania se unan bajo el gobierno de una Autoridad Palestina modificada, e iniciar posteriormente un proceso político que en última instancia conduciría a una solución de dos Estados.

Aunque el plan estadounidense no da a los palestinos ninguna garantía para implementar eso y deja las cosas abiertas sin ninguna agenda vinculante para “Israel”, Netanyahu y sus aliados del “sionismo religioso” se niegan a hablar de cualquier entidad palestina que pueda formar un futuro núcleo para el establecimiento de un estado palestino con ciertas características en Cisjordania.

En un momento en que la administración de Joe Biden ve la guerra de Gaza como una oportunidad para arreglar la situación de sus aliados política, militar y económicamente en el Medio Oriente frente al eje de la resistencia, y para preservar sus intereses como superpotencia en el mundo frente a la competencia china y rusa, Netanyahu y sus aliados intentan resolver el conflicto con los palestinos aprovechando la guerra de Gaza con la creación de un nuevo hecho consumado en la Franja que rechaza cualquier intento de reconstrucción y restauración de la misma como un lugar que pueda ser habitable, por lo que los palestinos no tendrían más remedio que emigrar de su tierra; así son de ruidosas las declaraciones israelíes voceadas por los ministros del gobierno del primer ministro.

Aquí es importante plantear la pregunta de una manera diferente, ¿son estos objetivos declarados por “Israel” realmente los verdaderos, o hay otro no declarado?.

Creo que el sangriento comportamiento militar fascista israelí hacia el pueblo palestino en Gaza confirma la convicción alcanzada por Sudáfrica, lo cual la llevó a acusar a “Israel” ante la Corte Internacional de Justicia por cargos de genocidio, ya que haciendo un seguimiento a la política de “Israel”, tanto en su aspecto político como militar, uno se percata de que hay una intención declarada de matar a todos los residentes de la Franja de Gaza, ya que una vez que se anuncie que no hay inocentes y que todos los habitantes de la zona están involucrados en el “terrorismo”, según la descripción israelí, lleva implícita la decisión de matar a todos los habitantes de Gaza.

Las declaraciones políticas que hablan de genocidio y de la matanza del pueblo palestino con una bomba nuclear, y de la eliminación de los descendientes del pueblo “amalecita” de Gaza, declaraciones que Netanyahu se negó a condenar, así como a retractarse de las mismas en la conferencia de prensa posterior a las audiencias judiciales en La Haya, confirman que el verdadero objetivo de esa guerra es matar y castigar colectivamente mediante la destrucción y la venganza a todos los residentes de la Franja, y esto queda claramente confirmado por los sucesivos crímenes cotidianos que comete la maquinaria militar israelí.

En otras palabras, la intención genocida como política israelí en realidad se implementa en Gaza mediante la acción militar del “ejército”. Desgraciadamente, "Israel" logró perpetrar gran parte del genocidio ante la vista de la comunidad internacional, y Sudáfrica finalmente la ha puesto frente a sus responsabilidades y ante una prueba de credibilidad en cuanto a las consignas sobre derechos humanos que predica el derecho internacional.

Pero lo más importante es que colocó a “Israel” como entidad, “ejército” e ideología en su verdadero lugar, o sea, en el banquillo de los acusados con los estados fallidos y criminales que adoptan ideas fascistas, por lo tanto, abrió así un nuevo frente contra “Israel” que no es menos peligroso e importante que los frentes militares, ​ uno donde “Israel” supuso que el apoyo ilimitado de Estados Unidos, conocido en “Israel” como la “Cúpula de Acero Estadounidense”, la protegería de cualquier responsabilidad o condena internacional, y cualquiera que sea la decisión de la Corte Internacional de Justicia, y cualquiera que sea el manejo de esa decisión por parte del Consejo de Seguridad, el daño ha alcanzado a “Israel”, ya que sus crímenes y su fascismo fueron revelados públicamente frente a millones de personas y con pruebas legales concluyentes, tal como fueron presentadas por el equipo jurídico sudafricano en su histórico alegato.

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