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jueves, 15 de abril de 2021

60 años de la invasión a Bahía Cochinos: la victoria cubana sobre Estados Unidos

Andrés Juares Jaramillo, France 24

Este mes, Cuba conmemora el sexagésimo aniversario de uno de los eventos más críticos en la historia de su revolución: la invasión a Bahía Cochinos. Una invasión lanzada por cubanos exiliados que buscaban derrocar a Fidel Castro, alentados, entrenados y armados por la CIA de Estados Unidos. ¿Cómo se llegó a este punto?

Durante la década de 1950, Cuba estuvo gobernada por el dictador y multimillonario Fulgencio Batista. El coronel Batista era un fiel aliado de Estados Unidos, país que en la primera mitad del siglo XX había usufructuado la industria de la caña y del turismo en la isla. En los años a cargo, Batista aplastó cualquier signo de protesta y rebelión de sus opositores.

Fueron los mismos años en que el abogado Fidel Castro, su hermano Raúl, los comandantes Camilo Cienfuegos y Huber Matos, el médico argentino Ernesto ‘Che’ Guevara, y un grupo de militantes que los seguían, planearon una revolución.

Este grupo de guerrilleros se hacía llamar el ‘Movimiento 26 de julio’, en honor a la fallida toma del cuartel de Moncada en 1953. Fue el primer intento de Castro por alzarse con el poder, y por el cual fue enjuiciado y condenado a 15 años de prisión.

Fidel Castro, actuando como su propio abogado, alegó en su defensa la frase “la historia me absolverá”. Dieciocho meses después Batista lo perdonó a él y a sus compañeros, como gesto para congraciarse con la sociedad cubana. Enseguida, Castro y algunos de sus hombres viajaron a México, donde se entrenaron militarmente. Castro consiguió fondos para comprar un bote llamado Granma, en el cual viajaron 82 revolucionarios con arsenal militar y arribaron en 1956 al sur de Cuba, para levantar un enclave en la Sierra Maestra.

La revolución cubana que derrocó al dictador Fulgencio Batista e instaló el régimen de Fidel Castro

Durante dos años, Fidel y sus hombres fueron ganando adeptos en todo el territorio como resultado de una guerra de guerrillas, pero más aún de su exitosa campaña de prensa. Un fenómeno mediático que impulsó a Estados Unidos a relegar a Batista.

El New York Times calificó a Fidel Castro como un “Robin Hood” en favor de los cubanos, sometidos por el régimen de Batista. De manera que, con el avance acechante de los ‘barbudos’ de la Sierra, como los conocían, Estados Unidos le retiró el apoyo a Batista e incluso le pidió hacerse a un lado por intermedio de su embajador en La Habana.

El dictador sucumbió a la presión y abandonó el país acompañado de sus aliados y de 300 millones de dólares hacia Santo Domingo. Su partida le abrió las puertas de La Habana y de Santiago de Cuba a la revolución de Fidel Castro.

El comandante comenzó a fabricar un poder desde el 1 de enero de 1959 del que no sospechaban en Estados Unidos. La revolución había triunfado y traía consigo reformas. Entre ellas, la expropiación y expulsión de grandes empresas estadounidenses, así como una reforma agrícola y social en favor de los campesinos y los más pobres.

Los planes de Estados Unidos para invadir Cuba y derrocar a Fidel Castro

Aunque Fidel Castro dijo repetidas veces que su régimen no era comunista, Castro se alió comercialmente con la Unión Soviética.

El vicepresidente Richard Nixon, advirtiendo el peligro de una Cuba comunista, planeó secretamente una intervención militar en la isla, como la única manera de frenar que se convirtiera en un satélite soviético.

En Guatemala, la CIA estableció una operación destinada a reclutar cubanos exiliados con el fin de invadir Cuba. Más de 1300 voluntarios se presentaron, muchos de ellos sin experiencia militar. La CIA impartió un entrenamiento de infantería, de paracaidismo, de armas pesadas. Desde Cuba, otros cientos de revolucionarios que desertaron de la influencia de Castro y antiguos soldados de la era Batista, anidaron en las montañas para esperar el momento perfecto de la contrarrevolución.

Entretanto, en Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy sorprendió a Richard Nixon por un estrecho margen en las elecciones de 1960 y quedó electo presidente sin saber de los planes de invasión a Cuba. Cuando se enteró, Kennedy se opuso a la invasión. Pero un hecho fue clave, el periodista Tad Szulc, del New York Times, descubrió el plan de la invasión y la publicó pese al intento de Kennedy de que no se imprimiera.

De tal suerte, y habiendo el Times publicado el artículo el 7 de abril de 1961, Kennedy accedió a la invasión imponiendo condiciones, como reducir el número de aviones de la fuerza aérea, y cambiar el lugar de desembarco de Trinidad a Bahía Cochinos.

La invasión frustrada de más de un millar de cubanos exiliados en la Bahía Cochinos

El 15 de abril de 1961, un bombardeo aéreo de los invasores atacó bases aéreas cubanas, y después más de 1.300 cubanos exiliados atracaron en Bahía Cochinos. El ataque fue considerado un éxito, ya que rápidamente controlaron las posiciones de la bahía que incluían la Playa Girón. Pero ante la noticia, Fidel Castro movilizó tropas de forma masiva para contener la invasión. Tras más de 60 horas de enfrentamientos, el ejército de Fidel extinguió por completo el avance contrarrevolucionario. Murieron 114 cubanos exiliados, y más de 1200 fueron arrestados.

Aunque más de 4000 soldados cubanos se contaron entre muertos, heridos y desaparecidos, la batalla fue considerada como una victoria y una derrota en toda la línea de los estadounidenses y sus aliados locales.

Para el presidente Kennedy, la derrota de los invasores en Bahía Cochinos fue un desastre mediático, un fiasco político inconmensurable. En consecuencia, ordenó planes para una nueva invasión a Cuba. Por su parte, Fidel Castro se aseguró de proteger a la isla de futuros ataques estadounidenses, bajo un estrecho pacto de alianza con la Unión Soviética de Nikita Kruschev. De modo que 43.000 soldados soviéticos se instalaron en Cuba, para apoyar la legitimidad y la permanencia de Fidel en el poder.

Con la victoria de Bahía Cochinos, Fidel Castro materializó uno de los mayores temores de Estados Unidos en la Guerra Fría, que Cuba se convirtiera en un satélite de la Unión Soviética, a tan solo 144 kilómetros de distancia.

El embargo económico de Estados Unidos fue el precio a pagar por Cuba desde entonces y hasta nuestros días. Un bloqueo que ha significado en sus etapas más difíciles, el aislamiento, el dramático desabastecimiento, en una pequeña isla que ha sobrevivido, desafiante, frente al vasto y poderoso Estados Unidos.
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France 24

1 comentario:

  1. Es un articulo adocenado y con una mirada estrecha y pobre. Jaque al Neoliberalismo suele publicar cosas muy superiores

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