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martes, 21 de septiembre de 2010

Steve Keen y la crisis: ¿Regreso al futuro?



Steve Keen, DebtWatch

Las cosas pintan, en efecto, mal para la economía estadounidense. El desempleo está fuera de control: especialmente, si se considera el U-6 (que da una tasa de desempleo del 16,7%, un 0.2% más en el último mes) y las medidas de la "estadística en la sombra" , [1] que dan un 22%, un 0.3% más en el último mes y que son harto más realistas que la U-3, una estadística de relaciones públicas que pasa por establecer la tasa "oficial" de desempleo (9,6%, un 0,1% más en el último mes). [2]

Los EEUU se hallan en una depresión, y cuanto antes se reconozca –en vez de pretender negarlo—, tanto mejor. Las acciones del gobierno han atenuado la tasa de declive, pero no la han revertido: un gigantesco estímulo fiscal y monetario que ha colocado a la economía en el limbo, en lugar de reiniciar el crecimiento, y el arsenal convencional de la política monetaria de la Fed está prácticamente exhausto.

Eso empujó al profesor de teoría económica del MIT Ricardo Caballero a sugerir un enfoque más radical a la flexibilización monetaria cuantitativa en un artículo reproducido el pasado miércoles en Business Spectator (que lo tomó de Vox). La "flexibilización cuantitativa" convencional significa que el Tesoro vende bonos a la Fed, y luego usa el dinero para financiar el gasto, de modo que aumenta la deuda pública, la cual tiene que servirse. Así pues, trocamos un problema de deuda privada por un problema de deuda pública, y el impulso del gasto se invierte a medida que se van retirando los bonos. En vez de eso, Caballero propone:
"… una expansión fiscal (por ejemplo, un recorte temporal y amplio de los impuestos a las ventas) que no incremente la deuda púbica en un monto equivalente. Eso puede hacerse con un 'lanzamiento de billetes desde el helicópero' [en alusión a la célebre sarcasmo de Milton Friedman], cuyo objetivo fuera el Tesoro. Es decir, con un regalo monetario de la Fed al Tesoro".
El gobierno gastaría así sin tener que acumular deuda, con el objetivo de causar inflación por la vía de tener "más dólares persiguiendo bienes y servicios". Eso es preferible a la trampa deflacionaria en la que quedó atrapado Japón durante dos décadas y que ahora parece el cada vez más claro destino de los EEUU. Visto así, el plan de Caballero parece razonable: la inflación reduciría el valor real de los activos financieros, desplazaría la riqueza de las generaciones viejas a las jóvenes y estimularía tanto la oferta como la demanda al hacer más atractivos el gasto y la inversión que dejar languidecer en el banco unos dólares abocados a desvalorizarse.

Sin embargo, aunque es verdad que ha llegado la hora de tomar en serio las soluciones radicales, la propuesta de Caballero no sólo conseguiría la mitad de lo que se necesita. Para centrarse en lo substancial: una de las razones capitales por las que hemos llegado hasta aquí es porque los dineros del sector privado, salidos del endeudamiento, inundaron el dinero del sector público, el dinero fiduciario. Al final, no quedará otro remedio que regresar al balance dinero público / dinero privado que teníamos en los 50 y en los 60 del siglo pasado.

Pero si "regresar al futuro" fuera todo lo que se necesitara, entonces nuestros problemas estarían ya resueltos, porque el lanzamiento de billetes desde el Helicóptero" de Ben Bernanke a finales de 2008 nos ha situado ya allí: la ratio entre M0 y M2 [3] se acerca ahora a un 0,25, mucho más alta que el nivel de 1969 (0,14), mientras que la ratio en relación con M3 ha regresado al punto en que se hallaba entonces. Entonces, ¿por qué no hemos regresado ya al futuro? ¿Por qué la economía no está ya en auge otra vez y por qué la inflación está dando paso a la deflación?

Pues porque, aun cuando la oferta monetaria ha regresado a sus niveles de 1960, la ratio entre la deuda y el dinero es manifiestamente diferente. Incluso tras el lanzamiento de billetes desde el Helicópetero de Ben, la ratio entre la deuda y la base monetaria es casi el doble de lo que era en 1960 y casi tres veces más de lo que fue en los días dorados de los 50.


Ratio entre la deuda del sector privado en EEUU y el M0

Eso apunta al punto ciego en el pensamiento neoclásico, también de neoclásicos progresistas como Caballero, abiertos a considerar políticas económicas no convencionales: no comprenden cómo se crea el dinero en nuestra economía impulsada por el crédito. A causa de esa incomprensión, no pueden apreciar la ingente cantidad de ese crédito que ha venido a financiar un esquema piramidal tipo Ponzi en vez de la inversión. Ni pueden entender tampoco el impacto que el desapalancamiento del sector privado está teniendo en la demanda agregada.

Me ocupé ad nauseam del primer asunto en post "Los barones ladrones del crédito", así que no me repetiré aquí. En cambio, me centraré en el obvio mensaje que ofrece el diagrama anterior: si el gobierno se limita a inyectar su dinero en el sistema, sin restringir al sistema financiero y privarle de especular financieramente en los mercados de activos, lo mejor que cabe esperar es una repetición de la crisis a una escala aún mayor en unos años y varios peldaños abajo. Para verlo, todo lo que tenemos que hacer es observar lo que ocurrió en los años 80.

La ratio entre la deuda y M0, que se había multiplicado por 6 desde los 50, invertió súbitamente su curso cuando la economía implotó como resultado del fiasco final de Savings and Loans [cajas de ahorros regionales en EEUU]. Colapsó el crecimiento de la deuda, y el Estado trató de rescatar al sector financiero de sus locuras con políticas fiscales e incrementando drásticamente la oferta monetaria. Ese rescate acabó teniendo éxito cuando la recesión de los 90 terminó finalmente, pero puesto que las finanzas habían sido estimuladas más que reformadas, el resultado fue que financió dos ulteriores fiascos: la locura del punto.com, primero, y luego, el fraude subprime.

La razón de que el rescate de los 90 no funcione ahora se ve más clara cuando se observan los cambios en la deuda y en el M0 en términos de dólares brutos (la escala del cambio en m0 es de 1/5 del cambio en la deuda). En los 90, la tasa de crecimiento de la deuda privada se ralentizó en dos tercios, pero no llegó realmente a caer; y bastó, luego de unos cuantos años, una cuadruplicación de la tasa de crecimiento del M0 (empezando medio año después de que el crecimiento de la deuda comenzara a ralentizarse) para que el partido de Wall Street volviera a la carga.

Ahora, el cambio en la deuda ha llegado a ser sólidamente negativo: habiendo crecido a un ritmo de 4 billones de dólares por año, ahora decrece a un ritmo de 2 billones. La flexibilización cuantitativa de Bernanke, mucho mayor que la de Greenspan en 1990-94, simplemente no ha bastado para enfrentarse a un sector privado que está en un serio proceso de desapalancamiento.

La flexibilización cuantitativa 2 podría, no obstante, funcionar si el plan de Caballero se ejecutara con gusto y empeño. Pero si todo lo que hacemos es efectuar un rescate monetario, dejando intacto el sector financiero, volverá a renacer una vez más como un esquema Ponzi todavía más gigantesco. ¿Queremos volver a pasar otra vez por esto? En un próximo artículo explicaré las dos grandes reformas que en mi opinión podrían prevenir otra burbuja crediticia y de activos.

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NOTAS T.: [1] Se refiere a la interesante página Shadow Government Statistics. Analysis Behind and Beyond Government Economic Reporting (Estadísticas del gobierno en la sombra: análisis más allá y más acá de los informes económicos del gobierno) mantenida por el estadístico norteamericano John Williams. Para verla, pulse AQUÍ. [2] La Oficina Laboral de los EEUU tiene 5 métricas alternativas del desempleo: U-1 es el porcentaje de la fuerza de trabajo desempleada por 15 semanas o más.; U-2 es el porcentaje de la fuerza de trabajo que perdió puestos de trabajo o hizo trabajo temporal; U-3 es la tasa oficial de desempleo, conforme a la definición de la OIT; U-4 es U-3 + "trabajadores desalentados", los que han dejado de buscar trabajo a causa de las actuales condiciones económicas, que les inducen a creer que no lo encontrarán; U-5 es U-4 + otros trabajadores "marginalmente vinculados", o "laxamente vinculados", o que "querrían" y son capaces de trabajar, pero no han buscado trabajo recientemente; U-6 es U-5 + los trabajadores a tiempo parcial que querrían encontrar un trabajo a tiempo completo, pero no lo consiguen a causa de la situación económica general (subempleo). [3] En política monetaria, M0 representa el total de moneda física, más cuentas bancarias depositadas en el Banco Central; M1 representa M0 + la cantidad en cuentas de demanda (cuentas corrientes); M2: representa M1 + cuentas de ahorros, cuentas de economía de mercado y cuentas de certificados de depósito menores de 100.000 dólares; M3 representa M2 + todos las demás tipos de certificados de depósito, depósitos en eurodólares y reportos; M4 representa M3 + el casi-dinero (pagarés y otros instrumentos financieros muy poco líquidos).
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Steven Keen es un economista matemático australiano de formación marxista que ha trabajado en los últimos años en modelar matemáticamente las premonitorias intuiciones de Hyman Minsky sobre la dinámica del capitalismo financiero actual. Acaba de recibir el Premio Revere de Teoría Económica, que distinguió a los economistas que habían sido capaces de predecir con mayor lucidez y penetración analítica la actual crisis económica y financiera. Kenn quedó en primer lugar, con 1.150 votos, por delante de Nouriel Rubini (566 votos), Dean Baker (495 votos), Joseph Stiglitz (480), Paul Krugman (399) y Michael Hudson (391).

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