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miércoles, 8 de octubre de 2008

No estoy con Becker

No puedo estar de acuerdo con Gary Becker respecto a que no hay recesión ad portas. El argumento de que el crecimiento y el desempleo en EEUU, aunque tambaleantes, muestran cifras aún sólidas, es feble. Comparar el desempleo de 1929-32 (25%) con el de ahora (6%) es también un argumento débil. De partida, en los años 30 las personas no debían 10 o 20 meses de sueldo como es el caso de ahora. Por tanto cada punto de desempleo tiende a ser más dramático.

Una forma de comparar las cifras es ir al "caso chileno" y recordar la crisis de 1982. Ese año el producto cayó al 12% y el desempleo alcanzó el 25%. El gobierno de la época debió recurrir a esa suerte de limosnas keynesianas instituyendo el PEM y el POJH con tal negligencia que era un verdadero mito de sísifo (se abría una zanja un día para cerrarla al siguiente y luego volverla a abrir, etc).

En lo que se puede estar de acuerdo con Becker es en la corrupción política, y los peligros que encierra la estatización masiva que se está llevando a cabo si no es supervigilada por organismos independientes. Pero esta amenaza del camino de servidumbre hayekiano es sólo una arista del problema. La caída del Dow Jones a los 9.440 puntos (desde los 14.500 a que llegó el 2007) es la arista más puntiaguda. Nadie podrá evitar que llegue a los 8.000 puntos y eso barrerá todo el optimismo de Becker.

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