El crudo no encuentra techo: se acerca a los 150 dólares

El oro negro continúa su marcha imparable hacia el cielo y mientras los especuladores de la economía especulan que se está especulando con el crudo, de tanto especular no se llega al fondo del problema: el desfase entre la oferta y la demanda es sólo uno de los puntos críticos. Más relevante es el temor real al agotamiento del principal producto energético de los últimos 150 años. Un recurso que no es renovable como las lechugas o los tomates y que, por tanto, su agotamiento total en los próximos 20 o 30 años significa hoy el comienzo del fin del mundo que conocemos en su dependencia total del petróleo. A modo hipotético pensemos lo que ocurriría si una peste brutal amenazara con extinguir todo el ganado del planeta: ¿a qué precio se iría la carne? ¿No sería, acaso, un lujo disponer de un bife para la cena? Eso ocurre con el petróleo: se ha convertido en un producto de lujo.

Si a esto agregamos la debilidad absoluta del dólar en los mercados tenemos la ecuación perfecta: el mundo inundado de los dólares eternamente producibles e imprimibles a costa de tinta y papel –mientras haya árboles- pero incapaces de generar energía real para mover la economía.

Un tercer aspecto tiene relación con la inestable situación geopolítica y la amenaza creciente de un ataque a Irán por parte de EEUU e Israel. La posibilidad de una acción militar contra Teherán aumenta la pandemia de la volatilidad en los mercados de hidrocarburos. Y nadie puede imaginar sus consecuencias.