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martes, 3 de junio de 2008
En guerra contra el hambre
“Estamos pagando el precio de haber invertido en armas, antes que en agricultura”, advirtió Ban Ki-moon
La crisis alimentaria que vive el planeta producto del aumento en un 83% en el precio de los alimentos básicos, ha llevado a orquestar al BM, FMI y G7 una operación salvataje a escala mundial, que en estos momentos se vive en Roma con la asistencia de presidentes de 44 naciones.
El tema central es el hambre, y curiosamente los mismos grupos denunciantes (el G7 reúne a los 7 países más ricos del planeta, y el FMI y el Banco Mundial velan por la estabilidad de sus intereses) son los representantes del capitalismo depredador responsable de la crisis que puede costar la vida de cientos de millones de personas.
Por ello, 44 presidentes se han reunido en Roma para analizar los "efectos" del alza del precio de los productos agrícolas y del cambio climático en la seguridad alimentaria, que intentará coordinar una primera respuesta mundial a esa problemática.
Entre los presidentes que viajaron a la capital italiana figuran el de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; Bolivia, Evo Morales; Nicaragua, Daniel Ortega y Argentina, Cristina Fernández, así como el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, el japonés, Yasuo Fakuda, y los presidentes de Francia, Nicolas Sarkozy y de Irán, Mahmud Ahmadinejad.
"Las amenazas son obvias", dijo Ban Ki Moon, el jefe de la ONU, a los delegados de 191 países y exigió pasar de las palabras a la acción. Ban Ki-moon, señaló que el aumento de los precios de los productos alimentarios está teniendo un "impacto devastador sobre los más pobres entre los pobres", y agregó "literalmente estamos pagando el precio de no haber invertido lo suficiente en agricultura, por invertir en armas y destrucción”. Los precios suben y los alimentos escasean por la gran especulación capitalista de los consorcios de la alimentación que solo buscan su rentabilidad y no la distribución equitativa.
"Si no se maneja apropiadamente, este asunto podría desencadenar una cascada de otras crisis, afectando al crecimiento, el progreso social e incluso la seguridad política alrededor del mundo", advirtió cada vez más "lúcido", el jefe de la ONU en Roma.
El anfitrión de la conferencia, la Organización de Naciones Unidas para los Alimentos y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), advirtió a los países industrializados que podría ocurrir una catástrofe a menos que aumenten su producción, eliminen barreras y lleven la comida a donde más se necesita.
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