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viernes, 1 de febrero de 2008

RANKING DE ESCÁNDALOS FINANCIEROS

A cinco años del escándalo de Inverlink que costó la salida de Carlos Massad del Central, una decena de casos emblemáticos sobre los fraudes y estafas financieras.

A propósito del último escándalo financiero que sacude a Francia y que ha distraído a su presidente Nicolás Sarkozy de su romance con la bella cantante Carla Bruni, cabe una pregunta para meditar este fin de semana: ¿es culpable realmente Jerome Kerviel, en el fraude de los 7.000 millones de dólares? ¿o es sólo un chivo expiatorio para ocultar otros descalabros al interior de la Societé Genèrale, el segundo mayor banco de Francia?
Si una empresa aparece liderando una estafa no cabe ninguna duda de que su reputación se va al tacho y sus acciones al piso. Pero si detrás del escándalo sólo aparece una persona, la justicia es más severa y el mercado más comprensivo. Lo primero ocurrió con Enron y Worldcom, dos de las mayores empresas estadounidenses que a principios de esta década protagonizaron los mayores escándalos financieros de la llamada globalización de capitales. No hubo crisis ni nada. Simplemente operaciones marcadas por la ambición y el olfatillo de que “todo va a ir bien” pues tal como dice Gordon Gekko en la película Wall Street “La codicia es buena”. A continuación un listado de los mayores escándalos financieros que han remecido a las bolsas enriqueciendo a unos pocos y empobrecido a millones que han visto diluir sus ahorros previsionales.

Enron, la mayor empresa distribuidora de energía ocultó durante años deudas millonarias hasta que quebró en diciembre de 2001. Sus pasivos ascendían a más de 30 mil millones de dólares. La empresa auditora Andersen resultó sospechosa de haber destruido documentos comprometedores.

La telefónica Worldcom, segunda más importante de su tipo en EEUU, falsificó cuentas de utilidades por un total de 3.850 millones de dólares. Cuando se supo la noticia sus acciones bajaron bruscamente en más de 94%.

El laboratorio Merck, a mediados de 2002 infló su facturación en 14.000 millones de dólares aunque esos fondos correspondían a su subsidiaria Medco, encargada de proveer remedios a precios de descuento a varias cadenas de farmacia. Merck contabilizó en su columna de gastos los 14 mil millones de dólares para equilibrar las cuentas, pero el ingreso no le pertenecía y adoptó la cifra sólo para inflar las ganancias. Aunque este caso no se considera técnicamente un fraude, Merck vivió una tensa semana en Wall Street hasta poder aclarar la situación.

APUESTAS ERRÓNEAS

En 1995 el corredor de bolsa Nick Leeson provocó el colapso del banco británico Barings al perder más de 1.300 millones de dólares invirtiendo en el índice Nikkei de Japón. Leeson dirigía desde la sede del banco en Singapur las operaciones de futuros en los mercados asiáticos y apostó ¡a la caída del yen!. El banco perdió todas sus reservas lo que lo llevó a la quiebra. Este caso fue uno de los más espectaculares pues el Barings tenía 230 años de historia y gestionaba el patrimonio de la Reina Isabel. Quedó en la bancarrota. Desapareció del mapa y a los pocos meses fue vendido simbólicamente en una libra esterlina al banco holandés ING. En su confesión, Leeson declaró que sus operaciones tenían por objetivo ayudar a unos compañeros que habían generado pérdidas, pero las pérdidas nunca se recuperaron y se convirtieron en una bola de nieve hasta que reventaron.

En el año 2005, Liu Qibing, un operador en la Bolsa de Metales de Londres que trabajaba supuestamente en representación del gobierno chino, apostó erróneamente a que el precio del cobre iba a caer, acumulando perdidas por más de 800 millones de dólares. El buró de la Reserva Estatal de Shangai donde supuestamente trabaja Liu Qibing, negó conocerlo.

En 2002, el operador de divisas estadounidense John Rusnak, empleado del banco Allied Irish Bank (AIB), fue acusado de falsificar documentos para encubrir malas inversiones. El banco dijo que, como resultado, perdió 750 millones de dólares. Después de una investigación de cuatro meses, fue acusado formalmente ante un jurado federal. La fiscalía dijo que Rusnak no se benefició personalmente de las pérdidas, que fueron en su mayoría en transacciones entre el dólar estadounidense y el yen japonés.Según informes, él le confesó al FBI que sus deudas se acumularon mientras trataba de concebir una táctica para recuperar el dinero perdido sin tener que admitir a sus jefes el problema inicial. En 2003, fue sentenciado a siete años y medio de prisión, luego de llegar a un acuerdo con la fiscalía.

Yasuo Hamanaka era el principal inversionista en cobre de la corporación japonesa Sumitomo. Era conocido como "Sr. 5%" porque controlaba anualmente cerca del 5% del suministro mundial de cobre. En 1996, la compañía anunció pérdidas de 2.600 millones de dólares debido a operaciones no autorizadas de Hamanaka en la Bolsa de Metales de Londres. También lo acusaron de falsificar las firmas de dos de sus superiores en cartas a inversionistas extranjeros. Fue sentenciado a ocho años de prisión y salió en libertad.

Peter Young, un gestor de fondos del banco británico Morgan Grenfell, luego adquirido por Deutsche Bank, fue acusado en 1998 de haber causado pérdidas por más de 220 millones de libras esterlinas, en inversiones no autorizadas. Según Morgan Grenfell, Young empleó dinero invertido en tres grandes fondos europeos de la compañía para comprar acciones muy especulativas. En diciembre de 2000, un jurado determinó que no estaba mentalmente capacitado para ir a juicio, luego de que se presentara ante un tribunal de Londres vestido de mujer.

DÁVILA E INVERLINK

En Chile los casos más bullados han sido los de Juan Pablo Dávila, en 1994, que en sus operaciones a futuro ¡apostando a una baja en el precio del cobre!, ocasionó pérdidas a Codelco por más de 240 millones de dólares los que tras serios ajustes y rescates en la época de Juan Villarzú, quedaron en 170 millones de dólares.

A comienzos de 2003 y por una letra “L” mal tipiada en un correo electrónico se destapó el fraude de Inverlink, empresa liderada por Eduardo Monasterio y Enzo Bertinelli. Más allá de la información extraconfidencial que enviaba por correo la secretaria del entonces presidente del Banco Central Carlos Massad, Pamela Andrada, Inverlink tenía una gran red de operadores a nivel de bancos (Santander) y gobierno (CORFO). El escándalo provocó no sólo la expulsión de Pamela Andrada, sino también la salida del propio Massad del Central, la de Gonzalo Rivas (yerno del entonces presidente Ricardo Lagos) de la CORFO y la renuncia de Alvaro Clarke, Superintendente de Valores y Seguros. Por supuesto, desde aquel momento ningún correo electrónico volvió a salir del Banco Central.

Una interesante encuesta realizada por The Wall Street Journal en el año 2005 demostró que gran parte de los escándalos financieros han sido protagonizados por egresados de la Universidad de Harvard. La mala reputación de esta escuela de negocios le ha marcado un estigma: genera la obsesión –eje del capitalismo- de hacer dinero pasando por encima de todo principio ético, sin más ley que el enriquecimiento rápido y la avaricia, siguiendo las huella de Gordon Gekko, el personaje de la película de Oliver Stone.


Marco Antonio Moreno

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