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jueves, 10 de octubre de 2024

Irán, Israel y las opciones futuras de los BRICS

Parece haber una única solución para evitar que Israel y EEUU vayan a la confrontación final con Irán: la entrega por parte de Rusia a Irán de un contingente limitado de ojivas nucleares

Andrea Zhok, L'Anti Diplomatico

La situación a nivel estratégico internacional parece estar tomando forma ahora de manera bastante explícita. Israel y EEUU actúan al unísono y están dispuestos a hacer cualquier cosa para alcanzar su objetivo final, que es la eliminación completa de Irán como amenaza regional.

Las precauciones restantes están vinculadas únicamente a la necesidad de reducir posibles daños a las ciudades israelíes y las bases estadounidenses en la zona.

Lo primero que debe quedar claro es que Irán no tiene posibilidades de resistir por mucho tiempo un ataque israelí respaldado por EEUU, incluso si el ataque sigue siendo convencional. La principal limitación de Israel reside en la magnitud de los recursos (humanos, militares, financieros) necesarios para una guerra total, pero esta magnitud se ve amplificada indefinidamente por el canal de suministro disponible de EEUU. Los dirigentes iraníes lo saben bien y, por tanto, siguen actuando de manera que deje margen para un enfriamiento del conflicto, dando siempre respuestas mesuradas.

Lo segundo que está claro es que una derrota estratégica de Irán, que lo suprima como actor regional, devolviéndolo a la turbia existencia de un Iraq, no es sólo una catástrofe para Irán, sino también para Rusia y China.

Irán es cada vez más un centro fundamental para los dos principales países BRICS como ruta comercial, como bastión regional y como productor de materias primas (principalmente gas). Un Irán «iraquizado» sería desastroso para las aspiraciones futuras de China y Rusia, que son plenamente conscientes de ello. En el último mes ha habido conversaciones al más alto nivel entre líderes iraníes y chinos por un lado (el ministro de Asuntos Exteriores Wang Yi) y rusos por el otro (el primer ministro ruso Mishustin estuvo en Teherán en vísperas de la respuesta iraní).

Esto nos lleva a la tercera y decisiva cuestión. Dado que Rusia y China no pueden darse el lujo de perder a Irán como aliado regional y dado que la intención de Israel y EEUU es precisamente «iraquizar» a Irán, ¿qué pueden hacer los dos líderes de los BRICS para evitar este resultado? La diplomacia y las formas de «persuasión moral» son palabrería en esta fase histórica

Si existiera la perspectiva de un conflicto de larga duración, como el de Siria, sería posible una intervención rusa estructurada en la zona, con la construcción de bases, y China podría actuar, como lo hace ahora, como estabilizador financiero de Rusia. Pero si el escenario es el de EEUU e Israel concentrándose en demoler a Irán, puede que no haya «largo plazo».

La única manera que me parece realista y viable es que Rusia desempeñe con Irán el mismo papel que EEUU desempeña con Israel, de apoyo militar y económico ilimitado. Pero financieramente Rusia no está en condiciones de competir con los EEUU, excepto quizás con el apoyo lateral de China, y en términos de armamentos convencionales, Rusia todavía tiene que terminar de abordar la cuestión ucraniana, lo que requerirá un compromiso consistente durante al menos seis meses más y, por tanto, no puede hacer converger grandes cantidades de armamento que necesita directamente.

Por lo tanto, en mi opinión, parece haber una única solución para estabilizar la zona y evitar que Israel y EEUU tengan la tentación de ir a la confrontación final con Irán: la entrega por parte de Rusia a Irán de un contingente limitado de ojivas nucleares, tal vez incluso simplemente tácticas.

Técnicamente no es una operación baladí. No es como entregar un arma. También requiere técnicos de soporte y máximo secreto. Pero es factible y sería un «cambio de juego».

Una vez obtenidas y puestas en funcionamiento las ojivas, Irán debería llevar a cabo una prueba interna para señalar públicamente la disponibilidad de una fuerza suficiente para destruir una ciudad israelí o cualquier base estadounidense en la zona.

Esta señal debería ser suficiente para restablecer un nuevo equilibrio en la zona, donde en ese momento todos los protagonistas parecerían capaces de infligir golpes insoportables a sus homólogos.

Es un mundo malo donde el respeto internacional sólo surge de la posibilidad de extinguir a otros, pero esto es lo que nos brinda esta época. Y, francamente, creo que este razonamiento entre Rusia e Irán ya se ha hecho.

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