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martes, 20 de agosto de 2024

No solo los incautos caen en la red capitalista


Hedelberto López Blanch

Cada día se comprueba más que las redes sociales, controladas por las grandes empresas capitalistas, envenenan no solo a los incautos e ingenuos, sino también a personas que antes han tenido una actitud a favor de las causas justas y de pronto cambian sus criterios y se colocan al lado de los opresores.

Esta realidad se acaba de demostrar en las elecciones de Venezuela donde el bombardeo de desinformación ocupa todos los medios de comunicación hegemónicos y de las redes sociales, mucho antes de que se llevaran a cabo los comicios, los cuales catalogaban de fraudulentos, sin tener ningún elemento.

Esa campaña comenzó a penetrar en el cerebro de los incautos, pero también en otras personas que se dejaron llevar por la propaganda diseñada desde Estados Unidos y otros países desarrollados occidentales que anhelan el derrocamiento del Gobierno Bolivariano para después repartirse sus abundantes riquezas.

Como es conocido, Estados Unidos y las naciones occidentales antes de las elecciones generales que se efectuaron el 28 de julio en Venezuela, desataron una feroz campaña contra la Revolución Bolivariana, contra su candidato Nicolás Maduro y en apoyo a la oposición de derecha a la que daban ya ganadora mediante adulteradas y constantes encuestas.

Infobae, El País, CNN, BBC, France24, Deutsche welle, Bloomberg, EFE, AP, The New York Times y toda la inmensa maquinaria de medios hegemónicos occidentales estaban abocados desde hacía meses en destacar que habría fraude en la elecciones; levantaban constantemente la figura de María Corina Machado, resaltaban la “segura victoria” de la oposición y a la par trataban de denigrar al “chavismo” con falsas y nocivas noticias.

Todo eso fue calando en la mentalidad de muchos ingenuos y en la atmósfera internacional. Tras los comicios, con datos inexactos y dudosos, Corina Machado y el excandidato Edmundo González dijeron tener supuestas actas del Consejo Nacional Electoral y seguidamente alebrestaron a hordas de derecha (con pagos de 30 a 150 dólares) para que desataran acciones terroristas en toda la nación, las que pudieron ser controladas sin que se causara un baño de sangre como querían Estados Unidos y Occidente para después invadir militarmente al país y acabar con el Chavismo.

En los actos fallecieron más de 20 ciudadanos que apoyaban a la Revolución Bolivariana, ninguno era de las fuerzas opositoras. Fueron destruidos numerosos centros de educación, de salud, instituciones gubernamentales, obras sociales y económicas y hasta monumentos.

Desde Occidente realizaron ataques cibernéticos sin precedentes: el 28 de julio, durante las elecciones presidenciales, se registraron 30 millones de incursiones por minuto, equivalentes a 500 000 ataques por segundo. Lo que es considerado inaudito a nivel mundial.

Ante estos hechos vandálicos surge una pregunta: ¿quién no conoce la historia de golpes de Estado, agresiones armadas, fraudes en elecciones que ha impulsado Estados Unidos a lo largo de 200 años para derrocar gobierno progresistas en América Latina y tratar de continuar dominando la región?

Ejemplos sobran en República Dominicana, Guatemala, Paraguay, Honduras, Colombia, Brasil, Nicaragua, solo por citar algunos.

Y entonces la siguiente pregunta: ¿Cómo pueden algunas personalidades y hasta gobiernos de Latinoamérica hacerle el juego a las versiones que ofrecen las fuerzas de derecha venezolanas dirigidas desde Washington?

¿Será que las mentalidades estén cambiando o que se han dejado llevar por los cantos de sirena procedentes del Norte?

De todas formas, la fortaleza de la Revolución Bolivariana con la unión cívico-militar ha ido desmantelando las campañas agresivas y de desinformación contra el gobierno democrático elegido el 28 de julio.

Los incautos y los frágiles tendrán que reconocer al final que se “dejaron” engañar por un imperio que intenta preservar la Doctrina Monroe: América para los americanos.

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Nota del Editor: En el caso chileno, se puede incluir a medios como CNN Chile, Cooperativa, TVN, UCTV, Bio Bio Radio, y toda la cadena de El Mercurio, que actúan como meros parlantes de lo que informa Washington sin ningún tipo de decencia informativa.


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