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viernes, 30 de agosto de 2024

La desaparición de la clase media deja un enorme agujero en el que cae el capitalismo


Andrei Fursov, Mente Alternativa

Hace algunos años, en una de las reuniones del Foro Económico de Moscú, el historiador Immanuel Wallerstein dijo que si bien es verdad que en el mundo en vías de desarrollo —incluida Rusia— hay mucha corrupción, cualquiera puede darse cuenta que la mayor corrupción existe donde hay más dinero, y la mayor cantidad de dinero está en Estados Unidos, solo que allí la corrupción está envuelta en el “envoltorio” del cabildeo.

El tamaño de la clase media está disminuyendo y su situación económica se está deteriorando en todo el mundo, y no puede ser de ninguna otra manera en el capitalismo financiarizado criminalmente, pues este fundamentalmente no recompensa a quienes trabajan. El subtítulo del libro recientemente publicado de G. Standing, “La corrupción del capitalismo”, es muy indicativo al respecto: “Por qué los rentistas prosperan y el trabajo no paga”.

En Rusia hemos estado observando esta situación desde principios de los años 1990. Y la “clase media” que nos prometieron reformadores rebeldes que recuerdan al Rey y al Duque de “Las aventuras de Huckleberry Finn”, resultó ser un hogar pintado sobre un lienzo de otra obra famosa.

Si en la Rusia postsoviética no había clase media (y, obviamente, no la habrá), en Occidente durante los últimos 30 años se ha ido reduciendo cada vez más: su vida feliz resultó ser muy corta. En esencia, la salida de esta clase socava el capitalismo como sistema. Un destacado experto en desigualdad económica global, autor del bestseller “Capitalismo en el siglo XXI”, T. Piketty, lo explica de forma muy simple: es la presencia de la clase media lo que garantiza el consumo masivo, la demanda masiva y la inversión masiva en construcción.

A diferencia de las décadas de 1950 y 1970, en los últimos 20 a 30 años las familias clasificadas formalmente como de clase media no han podido permitirse la compra de una vivienda. Se ven obligados a alquilarla, lo que empeora aún más su situación: por ejemplo, en la década de 2010 los costos de la vivienda crecieron 5 veces más rápido que los salarios en el Reino Unido.

Los economistas estiman que las familias que alquilan su casa durante toda su vida en el Reino Unido pierden £561.000 más que las familias propietarias; en Londres esta cifra es aún mayor: ¡1 millón 360 mil! Sin embargo, a pesar de esto, la propiedad resulta inasequible. ¿Acaso la pérdida de propiedad por parte de la clase media no es una expropiación indirecta disfrazada? En otras palabras, la desaparición de la clase media deja un enorme agujero en el que cae el capitalismo.


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