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sábado, 27 de julio de 2024

Israel y el factor Yemen


Carlos Fazio, La Jornada

La madrugada del 19 de julio, un dron lanzado por la Fuerza Aérea de Yemen alcanzó un edificio en Tel Aviv, la ciudad más poblada y segura en el área metropolitana del Gush Dan, en Israel, y sus efectos podrían resultar contraproducentes para la estabilidad del régimen sionista de Benjamín Netanyahu y su guerra genocida en Gaza.

La operación yemenita adquiere una importancia militar cualitativa, ya que tuvo como objetivo uno de los puntos más sensibles en la región palestina ocupada de Jaffa, nombrada Tel Aviv por el régimen de Israel. El vehículo aéreo no tripulado, denominado de manera elocuente Jaffa –que pudiera tratarse de un dron tipo Shahed 3 de fabricación iraní, pero modificado y producido en Yemen y que según especuló The New York Times sería un nuevo modelo de avión furtivo−, recorrió más de 2 mil kilómetros durante nueve horas y penetró desde el mar para impactar un edificio anexo al consulado de Estados Unidos en la calle Ben Yehuda, una de las más importantes de Tel Aviv, sin ser detectado por los sistemas de intercepción de la llamada cúpula de hierro israelí-estadounidense.

El ataque, que causó la muerte de un colono y dejó al menos 10 heridos, fue calificado por la prensa israelí como el colapso de la disuasión, una muestra clara de debilidad y un grave fallo operativo de las Fuerzas de Defensa de Israel, ya que no hubo alerta ni detección por parte de sus radares en tierra, aire y mar.

Según el medio económico israelí Calcalist, un alto funcionario del ejército local describió la operación yemenita como el 7 de octubre de la defensa aérea israelí. El funcionario afirmó que el éxito de Yemen marca el fin de la era del cielo limpio de la que Israel se jactó mucho tiempo. Destacó que además de la falta de información de inteligencia tangible, el sistema de defensa aérea tiene otros medios que debieron ayudar a conocer la amenaza, como la detección satelital, la localización óptica y los radares.

A su vez, un funcionario del buró político del movimiento Ansarolá, señaló que Yemen entró en una nueva fase estratégica en las operaciones contra el enemigo israelí, y aseguró que existe complementariedad con las fuerzas del Eje de Resistencia en Líbano, Iraq y Palestina ocupada. (El 14 de abril pasado, Irán también demostró la imposibilidad de Israel de interceptar sus misiles hipersónicos). Según adelantó el dirigente hutí, el banco de objetivos en Tel Aviv es variado, múltiple y preciso, y la zona no estará segura a partir de ahora, calificando la operación como un éxito militar avanzado.

En ese contexto, cabe consignar que desde el 7 de octubre de 2023, cuando grupos de la resistencia palestina encabezados por Hamas lanzaron la operación Diluvio de AlAqsa, el Pentágono desplegó personal de inteligencia adicional en Israel, enviando fuerzas del Comando Conjunto de Operaciones Especiales (JSOC) para trabajar junto con los oficiales de la CIA en el país. Si bien se supone que la información no debe usarse con fines militares, The Washington Post reveló en enero pasado que Washington ha estado suministrando una cantidad extraordinaria de inteligencia a Tel Aviv, incluyendo “imágenes de drones y satelitales, intercepciones de comunicaciones y análisis de datos utilizando software avanzado, algunos de ellos impulsados por inteligencia artificial”. El medio informó que la Agencia de Inteligencia de Defensa también se reunió con sus homólogos locales a diario en los últimos meses.

No obstante, en junio último, el brazo mediático militar de la Resistencia de Líbano (Hezbollah) difundió sendos videos captados por drones que superaron la defensa aérea de Israel y EEUU, y regresaron sin ser detectados con información de inteligencia e imágenes de reconocimiento aéreo de localidades estratégicas en los territorios ocupados al norte de Kiryat Shmona, como la central eléctrica de Hadera; el aeropuerto militar Ramat David en la ciudad de Afula; las bases de Nevatim y Negev; el aeropuerto Ben Gurión; el centro de investigación del reactor nuclear cerca de la localidad de Dimona; el complejo Hakariva que incluye los ministerios de Seguridad y de Guerra y la sede del jefe de Estado Mayor de Israel, llegando hasta la bahía de Haifa y su puerto. Exhibían detalles de objetivos vitales en ese punto, como su base naval (la más importante de Israel), ubicaciones de buques de guerra, refinerías de petróleo, áreas económicas y fábricas militares, incluida la de la firma militar Rafael Advances Defense Systems Ltd, que produce elementos del sistema de defensa antiaérea Cúpula de Hierro y todo tipo de misiles.

El 19 de junio, el líder de Hezbollah, Sayyed H. Nasrallah, advirtió a Israel que si desata una guerra total contra el movimiento libanés ningún lugar del país hebreo estaría a salvo, pudiendo ser objeto de ataques desde tierra, aire y mar, de tal forma que la situación en el Mediterráneo cambiará por completo. Añadió que en caso de un ataque israelí a Líbano, Hezbollah luchará sin controles, reglas ni límites.

No cabe duda que pese a las previsibles acciones de retaliación israelíes, los hutíes de Yemen y Hezbollah han alcanzado un desarrollo técnico militar de envergadura y tienen capacidad para golpear objetivos en la profundidad de Israel, incluida la región de Gush Dan, que alberga el centro bursátil y el conglomerado de inversiones, bancos y enormes empresas de tecnología, y donde se concentran la mayoría de los edificios ministeriales e instituciones gubernamentales, el aeropuerto Ben Gurión, así como el centro de las estaciones de tren interno.

El 20 de junio, en una acción de represalia, 25 aviones de combate F-35 israelíes atacaron depósitos de almacenamiento de petróleo y la central eléctrica del estratégico puerto de Hodeida, al oeste de Yemen, sobre el mar Rojo, con saldo de tres muertos y 80 heridos. Un día después, el ministro de Información del Gobierno de Salvación Nacional de Yemen, Dhaif Allah al-Sham, declaró que la batalla se volvió directa con el enemigo sionista. Sabemos dónde y cuándo atacar, y tenemos un banco de objetivos en lo profundo de la entidad sionista, y las sorpresas serán grandes.

Tras llegar al décimo mes de confrontación la escalada en Medio Oriente parece inevitable. Como parte del Eje de la Resistencia, Saná se prepara para una larga guerra con Israel, mientras promete intensificar y ampliar el alcance de sus ataques en el océano Índico y el Mediterráneo.



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