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sábado, 15 de junio de 2024

¿Al borde de una guerra nuclear global?


Raúl Zibechi, desinformemonos

La escalada hacia un guerra con la utilización de armas nucleares se ha intensificado en las últimas semanas. Ante la imposibilidad de derrotar a Rusia en el campo de batalla de Ucrania, la OTAN parece dispuesta a bombardear objetivos rusos estratégicos, a través de armas de países occidentales cedidas a su aliado.

El 23 de mayo, según Asia Times, “drones lanzados desde Ucrania impactaron una estación de radar estratégica rusa en Armavir”. Según este medio no es la primera vez que instalaciones nucleares en Rusia han sido atacadas, pero lo sucedido ahora “representa una escalada significativa que podría desencadenar represalias rusas contra los proveedores de la OTAN o incluso una respuesta nuclear por parte de Rusia. Se corre el riesgo de un conflicto nuclear, ya que el núcleo de la angustia rusa es que Ucrania pueda convertirse en una base de misiles nucleares de la OTAN” (Asia Times, 29 de mayo de 2024).

Atacar instalaciones nucleares de una potencia es un hecho muy grave. Los radares rusos como el dañado, se encargan de las alertas aéreas en caso de un posible ataque enemigo. Como señala el analista de Asia Times, “la cuestión nuclear es extraordinariamente delicada hoy en día, ya que el ejército de Ucrania parece estar al borde del colapso”. Por esa razón, los políticos occidentales y en particular los estadounidenses “están instando a Ucrania a disparar misiles de largo alcance contra territorio ruso. Si eso sucede, los rusos no podrán distinguir si un misil tiene una ojiva convencional o nuclear”.

Este es un punto central: puede haber un ataque digamos “dudoso”, pero que necesita ser respondido de forma nuclear por la nación agredida. Debe tenerse en cuenta que el territorio ruso está literalmente rodeado, desde Escandinavia hasta Turquía, de cientos de bases e instalaciones militares de la OTAN que poseen armamento nuclear, de ahí el temor de Moscú a sufrir una agresión para la que no tendría respuestas porque desde Ucrania un misil puede alcanzar la capital rusa en minutos.

“Los rusos sospechan que Estados Unidos, especialmente desde 2019, prepara en secreto un arsenal nuclear en Europa del este, principalmente en Polonia y Rumania”, concluye Stephen Bryen, ex miembro del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos y ex subsecretario adjunto de política de defensa.

Mientras las autoridades de la OTAN presionan a Ucrania para que lance misiles contra objetivos en Rusia, el diario Público constata que el presidente ruso, Vladímir Putin, sostiene que Occidente está llevando a cabo una “constante escalada de tensión” y ello “puede tener consecuencias muy graves” (Publico, 30 de mayo de 2024).

En tanto, un analista cercano a Rusia como Pepe Escobar, sostiene que “la inminente humillación cósmica de la OTAN” en Ucrania, está llevando a las elites occidentales a “provocar una Guerra Caliente contra Rusia” (Sputnik, 30 de mayo de 2024). Cita al vicepresidente Dimitri Medveved, quien dijo: “Un ataque estadounidense contra objetivos rusos, o que Estados Unidos permita que Kiev ataque objetivos dentro de Rusia utilizando misiles y drones estadounidenses sería el comienzo de la Guerra Mundial”.

Escobar se muestra muy confiado en el poder militar de Rusia, que considera superior al de Occidente ya que posee “un arsenal de herramientas asimétricas tanto convencionales como nucleares”.

En realidad, no sabemos ni podemos saber quién tendría ventaja en una guerra entre grandes potencias. Es evidente que las elites occidentales están jugando con fuego, decididas a seguir provocando a Moscú en la confianza de que puede derrotar a Rusia y a China. La lógica occidental siempre fue que es preferible incendiar el planeta antes que perder el control. Es la lógica colonial-patriarcal, tan vieja como la existencia de clases sociales.

Por otro lado, la confianza de algunos analistas y políticos en un triunfo militar de las potencias rusa y china, puede ser poco realista, toda vez que la OTAN cuenta con enormes recursos militares para la destrucción. Si la escasa cohesión social de las sociedades occidentales juega en su contra, Rusia no puede contar tampoco con la unanimidad de su población, cuestión en la que China parece no tener rival.

Si es cada vez más posible un conflicto nuclear, quienes pierden son los pueblos de todos los países, tanto del Norte como del Sur, tanto de Occidente como de Oriente. Pero esta terrible realidad está en el horizonte, como nunca antes lo había estado. Sería necesario que nuestros movimientos tomaran en serio las amenazas que penden sobre la humanidad, para empezar a prepararnos para el colapso, ya que los Estados-nación no nos van a proteger.

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