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martes, 12 de julio de 2022

La guerra de 30 años en Ucrania, en el umbral de un conflicto nuclear entre EEUU y Rusia

Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

Asistimos a una tercera guerra de 30 años en Ucrania –la primera se libró en Europa central entre católicos y protestantes (1618-1648; https://amzn.to/3amWbDe) y la segunda en el intermezzo de la Primera y Segunda Guerras Mundiales–, según la notable apreciación de Jeffrey Sachs (https://bit.ly/3NRPgzQ).

La tercera guerra de los 30 años que inició Washington en Ucrania contra Moscú–que subsume la “primera guerra híbrida global (https://bit.ly/3RiawSb)”– traduce una guerra indirecta entre EEUU y Rusia que en cualquier momento puede degenerar en una guerra nuclear.

La neo-conservadora straussiana Evelyn Farkas, húngaro-estadounidense y furibunda zelote de Israel (https://bit.ly/3uwr536), de 54 años–, no teme una guerra nuclear con tal de preservar el orden internacional de la OTAN, en una entrevista conjunta con el notable politólogo John Mearsheimer de la Universidad de Chicago (https://to.pbs.org/3uyTO7h): no pienso que debamos de ser disuadidos por el temor de que [Vladimir Putin] utilizará armas nucleares. No podemos descartarlo, pero también pienso en el objetivo que tenemos ahora, con los riesgos tan altos. No es sólo sobre Ucrania. Es sobre el orden internacional.

Farkas, Directora Ejecutiva del McCain Institute, fue asistente de la Secretaría de Defensa –para Rusia, Ucrania, Eurasia, quien inventó la interferencia rusa en la elección de Trump– y colabora en Farkas Global Strategies Corp.Consultancy, del linaje genealógico geopolítico de la jázara Madeleine Albright y Zbigniew Brezezinski.

Tres días más tarde al escenario nuclear de la amazona Farkas, Dmitry Rogozin –mandamás de Roscosmos, agencia espacial rusa– replicó que “en una guerra nuclear, los países de la OTAN serían destruidos por nosotros en media hora. Pero no debemos permitirlo (https://bit.ly/3OVTQ11)”. Admitió que las consecuencias seguramente afectarían el estado del planeta.

Rogozin hizo notar que los países de la OTAN libran una guerra no declarada contra Rusia.

The Tribune comentó que “Rusia probó en forma exitosa su misil balístico intercontinental Sarmat capaz de transformar varios planeadores (gliders) hipersónicos Avangard” de carga nuclear indetectable (sic).

Las amenazas nucleares han ido demasiado lejos entre Rusia y Estados Unidos. Ya 9 días antes a las bravatas de la pugnaz Farkas, el canciller ruso Sergei Lavrov había señalado los “graves riesgos de una guerra nuclear por Ucrania (https://bit.ly/3angLTZ)”.

Lavrov advirtió de una escalada a una tercera guerra mundial y que en forma esencial la OTAN está comprometida a una guerra por procuración con Moscú al abastecer a Ucrania con armas. Más que por procuración, se trata de una “guerra outsourcing”, por deslocalización de EEUU, que controla la OTAN, contra Rusia hasta el último soldado ucranio.

SL comentó que Rusia estaba haciendo su máximo esfuerzo para prevenir una guerra nuclear a todo precio cuando “los riesgos son considerables.(…) El peligro es serio, real y no debemos subestimarlo”.

Conforme la OTAN pierde la guerra militar en Ucrania y su guerra geoeconómica y financiera contra Rusia, mientras se opaca su imponente guerra de propaganda, el canciller locuaz de la afligida Unión Europea, Josep Borrell, después de haber sentenciado que la situación de Ucrania se definiría en el campo de batalla (https://bit.ly/3uzGxLI) –alucinando al triunfo del comediante Zelensky, asesorado militarmente por su hijo de 9 años (no es broma)–, ahora ha emprendido la graciosa fuga tres meses después, al humillarse de que la UE no deseaba una guerra contra Rusia (https://bit.ly/3OUHmXH).

Lo más extraño es que Biden ha afirmado no desear una guerra nuclear con Rusia, mientras en forma farisea alimenta la hoguera nuclear en Kiev mediante su ayuda militar de 56 mil millones de dólares a Ucrania –definido como el país más corrupto de Europa–, mientras su presidente, el comediante Zelensky, inmerso en los Pandora Papers, posee una casa de 8 millones de dólares en Israel y una villa de 34 millones en Miami (https://bit.ly/3Pd1TX5)

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