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miércoles, 13 de octubre de 2021

Evergrande no es Lehman Brothers

El incumplimiento de Evergrande es un problema serio para China, pero también para todos los bancos centrales del mundo
Bertin Acosta, OBELA

Evergrande es un holding que consiguió ser el desarrollador inmobiliario más grande de China, impulsado por el acelerado crecimiento demográfico de las ciudades de ese país. Ahora tiene una deuda equivalente al 2% de PIB de China, alrededor de 2 billones de yuanes o 309 mil millones de USD. Se advierte que su situación financiera es precaria porque el precio de las acciones en el índice Hang Seng se ha desplomado 82% en lo que va del año.

El crecimiento de las grandes ciudades suele estar ligado al crecimiento económico y al desarrollo de una nación, como se ha experimentado en China. Éste se vio acentuado tras la crisis financiera de 2008-09, ante la contracción del comercio mundial, cuando el gobierno central chino emitió un paquete de estímulo masivo que facilitó el endeudamiento privado de personas y de empresas.

La demanda creciente por vivienda urbana de mayor calidad y la facilidad de endeudamiento desataron un fuerte crecimiento del sector inmobiliario. Como consecuencia los precios de la tierra se dispararon en todos los núcleos urbanos y el desarrollo inmobiliario se convirtió en un prospero negocio. Los compradores pagan por adelantado una parte de la propiedad e hipotecan la diferencia. Los bienes raíces representan al menos el 15% de los trabajadores del país, entre construcción y servicios inmobiliarios; y más del 70% de la riqueza urbana de China.

Sobre esta base se expandió Evergrande. Al igual que todo el sector inmobiliario, el holding tomaba préstamos con tierras como garantía, y mientas más grande mejor sujeto de crédito, con menores tasas de interés. Este ciclo se detiene cuando los precios de las propiedades se estancan o cuando el gobierno regula el pago adelantado.

Por estos motivos, la demanda por tierras se incrementó y llevó los precios de la vivienda consistentemente al alza, mientras en paralelo las empresas inmobiliarias se fueron endeudando de manera creciente. Por esta razón, en 2020 el Banco Popular de China y el Ministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano-Rural anunciaron nuevas reglas de financiación para empresas inmobiliarias. Los desarrolladores que desean refinanciar se evaluarían según tres umbrales: a) un límite del 70% en la relación pasivo/activos, sin incluir los ingresos de las ventas por adelantado; b) un tope del 100% en la relación deuda neta/capital total; c) una relación entre efectivo y préstamos a corto plazo de al menos uno.

Antes del 2020, Evergrande comenzó a tomar más riesgos y a diversificar sus actividades. Se expandió hacia el desarrollo de autos eléctricos (Evergrande Auto), parques temáticos, aguas minerales, un club de fútbol en Guangzhou, entre otros. En 2020 comenzó a tener problemas para cubrir sus deudas y solicitó ayuda a los funcionarios del gobierno local para evitar problemas de liquidez. Sin embargo, por los planes de recuperación de la pandemia, y el temor a que se le cortara el suministro de productos como microchips, el gobierno declaró que la mejora de la investigación científica y una mayor autosuficiencia tecnológica eran sus principales objetivos económicos.

A medida que los inversores chinos perdieron la confianza, su mayor acreedor bancario comenzó a desacelerar sus préstamos. Algunas de sus actividades, como la operación de vehículos eléctricos, absorbían gran parte de su efectivo. El Ministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano-Rural de China avisó a los principales prestamistas de Evergrande el 15 de septiembre que no esperaran pagos de intereses adeudados sobre los préstamos bancarios que vencían el día 20 del año en curso. Dado que el sistema financiero chino está dominado por prestamistas estatales, el gobierno tiene capacidad para gestionar el impacto de los incumplimientos. Sin embargo, los créditos internacionales están fuera de su esfera.

El incumplimiento de Evergrande es un problema serio para China. Para Estados Unidos no es un momento Lehman porque esa deuda no opera en su mercado. Hay que considerar las discusiones en el congreso estadounidense sobre la ampliación presupuestal que, en caso negativo, podría llevar a un default de los bonos del tesoro en enero del 2022. Este es un tema mucho más serio y global, porque afecta a todos los bancos centrales del mundo.

2 comentarios:

  1. Segun parece las intenciones de poner el banco central chino a regalar el dinero de su pueblo a la eficiente empresa privada esta condenado al fracaso. Nunca se debe premiar la codicia.

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  2. Para el gobierno chino se presentará un problema moral en caso de que inyecte dinero para que no caiga el sector inmobiliario que representa un 25 a 29% de su PIB, sin contar las repercusiones que tendría la caída de Evergrande en la economía global. Si bien no es la misma situación de Leman Brothers en 2008,se evidencia que el socialismo de mercado no difiere mucho del capitalismo liberal en cuando a la actuación de sus bancos centrales y banca crediticia en la financiación de deuda.

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