El incidente del HMS Defender demuestra que el Reino Unido y probablemente Estados Unidos tratan de provocar militarmente a Rusia durante la realización de ejercicios en los que participan otros países miembros de la OTAN. La «amenaza rusa» no existe… y habrá que crearla.
El 28 de junio de 2021 comenzó Sea Breeze (Brisa Marina), la gran maniobra naval oficialmente «coalbergada en el Mar Negro por Estados Unidos y Ucrania». Estados Unidos, que planifica y dirige esa gran maniobra naval, asume así el papel de “dueño de la casa” en ese mar con fronteras rusas.
Sea Breeze, que se desarrolla desde el 28 de junio hasta el 10 de julio, se halla bajo la dirección de las fuerzas navales de Estados Unidos para África, de las que forma parte la Sexta Flota, fuerzas navales estadounidenses cuyo cuartel general está en Nápoles (Italia). Sea Breeze incluye ejercicios de guerra naval, submarina, anfibia, terrestre y aérea.
Esta serie de maniobras anuales en el Mar Negro comenzó a realizarse en 1997 pero la edición 2021 reúne el mayor número de participantes: 32 países de 6 continentes que participan con 5000 militares, 18 escuadrones de fuerzas especiales, 32 navíos y 40 aviones de guerra. Además de países miembros de la OTAN (Italia, Reino Unido, Francia, España, Grecia, Noruega, Dinamarca, Polonia, Bulgaria, Rumania, Albania, las 3 repúblicas bálticas, Turquía y Canadá) también participan este año varios países “socios” de la OTAN, principalmente Ucrania, Georgia, Moldavia, Suecia e Israel. También enviaron fuerzas militares al Mar Negro Australia, Japón, Corea del Sur, Pakistán, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Túnez, Marruecos, Senegal y Brasil.
La presencia en el Mar Negro de fuerzas militares de países como Australia y Brasil para participar, bajo el mando de Estados Unidos en una gran maniobra que apunta a Rusia se inscribe en la lógica de lo que ha prometido Joe Biden: «Como presidente tomaré de inmediato iniciativas para renovar las alianzas de Estados Unidos y hacer que América, una vez más, guíe al mundo.»
La maniobra militar en el Mar Negro, la más grande realizada allí hasta el momento, demuestra que las iniciativas del presidente Biden van en el sentido de una escalada contra Rusia y contra China.
Pero Sea Breeze 2021 comenzó realmente el 23 de junio, cuando el navío de guerra británico HMS Defender, supuestamente en tránsito de Ucrania hacia Georgia, penetró en las aguas territoriales de Rusia, frente a la península de Crimea. Ese acto, deliberadamente provocador fue reivindicado por el premier británico Boris Johnson, quien declaró incluso que el Reino Unido podría enviar nuevamente sus barcos de guerra a esas aguas porque no reconoce la «anexión de la Crimea ucraniana por parte de Rusia».
Ese acto hostil, seguramente realizado de acuerdo con Estados Unidos, se llevó a cabo a penas una semana después de la cumbre Biden-Putin, encuentro que el propio presidente de Estados Unidos había calificado como «bueno, positivo», justo una semana después de que el presidente Putin señalara en su conferencia de prensa al cierre del encuentro de Ginebra:
«Nosotros realizamos nuestras maniobras militares en nuestro territorio. No llevamos nuestro equipamiento y nuestro personal a las fronteras de los Estados Unidos de América, como sí lo están haciendo Estados Unidos y sus socios al borde de nuestras fronteras.»El acto hostil del HMS Defender fue realizado por el Reino Unido sólo 2 semanas después de la firma de la Nueva Carta Atlántica, donde Estados Unidos asegura a sus aliados que siempre podrán contar con «nuestra disuasión nuclear» y que «la OTAN seguirá siendo una alianza nuclear».
La violación deliberada de las aguas territoriales de Crimea hace aún más peligrosa la maniobra militar que Estados Unidos y la OTAN están realizando en el Mar Negro. Una repetición de ese acto puede tener como objetivo provocar una respuesta militar rusa, en la que pudiera haber muertos o heridos, para presentar a Moscú como el agresor.
No es casual que en la administración Biden encontremos en puestos importantes a varios de los funcionarios estadounidenses que orquestaron el golpe de la plaza Maidán, en Ucrania, en 2014, como Victoria Nuland, hoy secretaria de Estado adjunta a cargo de los Asuntos Políticos.
Aquel golpe en Ucrania desencadenó la secuencia de hechos que, con la sangrienta ofensiva contra los rusos de Ucrania, llevó la población de Crimea –territorio ruso cedido a Ucrania en la época soviética, en 1954– a organizar un referéndum donde el 97% de la población de la península se pronunció por separarse de Ucrania y reintegrar Crimea a la Federación Rusa.
Rusia fue acusada entonces por la OTAN y la Unión Europea de haber anexado Crimea ilegalmente y aún hoy es objeto de “sanciones”. Ahora se busca pasar de la confrontación política al enfrentamiento militar.
Se está jugando con fuego, pero es fuego nuclear.
Lo que se busca es un incidente que justifique el odio contra Rusia en la opinión publica occidental, quizas con ese propósito hagan matar unos pocos idiotas que se arriesguen por dinero, pero una guerra no, la experiencia francesa y alemana en jugar a la guerra con los rusos es algo inolvidable.
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