Emir Sader, Rebelión
En el mismo día renuncian dos ministros del gobierno de Jair Bolsonaro. Titulares de dos ministerios importantes: Asuntos Exteriores y Defensa, quienes siguen la estela del titular de Salud, quién fue destituido la semana pasada. ¿Qué representan esas salidas y esos cambios? Cada uno tiene su historia, pero hay que preguntarse qué representan en su conjunto.
El ex ministro de Salud es un general -Eduardo Pazuello-, que fracasó estrepitosamente al sustituir al personal civil en la salud pública, con la suba de muertos de siete mil a 220 mil durante su gestión. El Congreso escogió para el cargo a una médica, altamente cualificada, aunque no se entendió con Bolsonaro porque piensa exactamente lo contrario que él. Bolsonaro nombró a otro médico, Marcelo Queiroga, alineado con el gobierno, pero dejó disconforme a su base parlamentaria, que hasta ese momento le era fiel. Entonces el presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, coordinador del ‘centrão‘, amenazó al gobierno con medidas duras, lo que demuestra un cierto descontento.
Ese momento coincidió con la marcha del ministro de Asuntos Exteriores al Congreso. Ernesto Araújo es un ministro considerado radicalmente ideológico, que desarrolla un discurso contra la globalización, las entidades multilaterales y que critica reiteradamente a la China. El Congreso pasó a exigir la renuncia de Araújo, lo que le llevó a renunciar a su cargo.
Al mismo tiempo, el ministro de Defensa, el general Fernando Azevedo, presentó su dimisión, pero rápidamente quedó claro que él fue despedido por Bolsonaro debido a sus reiteradas resistencias a sumar a las Fuerzas Armadas a las declaraciones y proyectos del mandatario. No obstante, en lugar de nombrar a un militar leal en activo, Bolsonaro colocó en su lugar al jefe de la Casa Civil (gabinete), el general Braga Neto, que es un militar retirado. Un hecho que refleja la incapacidad de tener a un militar en actividad al frente del ministerio de Defensa.
Bolsonaro hace otros cambios internos en el gobierno, que simplemente son cambios de cargos entre personas que ya están en su administración, por lo que en general no son más que concesiones al ‘centrão‘. De momento todavía no ha nombrado al ministro de Asuntos Exteriores.
Esos cambios se dan en el momento en que Bolsonaro presenta su situación de más bajo apoyo político y coincide con la reaparición, de lleno, de Lula como líder político, favorito para ganar las elecciones para presidente de Brasil. Es un fantasma que asombra a Bolsonaro y a la derecha brasileña.
Pero lo mas importante, puede un grupo de sinverguenzas apoderarse del gobierno de un pais y dejar morir decenas de miles de personas para no gastar el dinero destinado a ser robado por ellos y que no suceda nada.
ResponderBorrarTan desarmados están los pueblos ante el poder del dinero ?