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lunes, 7 de septiembre de 2020

Covid 19: No hay que elegir entre salvar vidas y la economía. Los datos desvelan una falsa dicotomía

Los países que más han protegido la vida y la salud de sus ciudadanos durante la pandemia de COVID-19 también han sido aquellos cuyas economías se han visto menos afectadas
Quo

Desde el inicio de la pandemia provocada por el SARS-CoV-2 se han escuchado voces de políticos, opinadores y tertulianos hablando de un equilibrio supuestamente ineludible: si se protegía la salud de las personas reforzando los sistemas sanitarios y adoptando medidas de prevención, con cierres de escuelas y centros de trabajo, medidas de distanciamiento, teletrabajo e higiene, la economía se iba a ver afectada. Al mismo tiempo, según estas personas, para reactivar la economía había que asumir los muertos y enfermos como efectos inevitables. Tras observar los datos de la OCDE y Eurostat, ninguna de estas afirmaciones es cierta. La mayoría de los países que han logrado proteger la salud de su población durante la pandemia, también han protegido su economía La información ha sido compilada por Our World in Data, una organización sin ánimo de lucro con sede en Oxford, Reino Unido. Los analistas han comparado los impactos sanitarios y los económicos de la pandemia en diferentes países con los últimos datos del PIB y la tasa de mortalidad a causa de la COVID-19. Lo que se ha podido observar es lo contrario a lo que esos analistas predecían: la mayoría de los países que han logrado proteger la salud de su población durante la pandemia, también han protegido su economía.ç En el primer gráfico se puede observar la caída del PIB durante la pandemia en cada país:
caída PIB por país durante la pandemia
El gráfico muestra la caída del PIB en 38 países para los que se dispone de los datos más recientes, observada en el segundo trimestre (abril-junio) de 2020 en comparación con el mismo período del año anterior, ajustada por la inflación. En algunos países la recesión económica ha sido, en efecto, extremadamente grave: en España, el Reino Unido y Túnez está por encima del 20%, de cuatro a cinco veces más grande que cualquier otra caída trimestral registrada históricamente en estos países. En Perú la caída interanual fue aún mayor, del 30%. En otros países, sin embargo, el impacto económico ha sido mucho más modesto. En Taiwán, el PIB en el segundo trimestre de 2020 fue menos de un 1% menor que en el mismo período en 2019. Finlandia, Lituania y Corea del Sur vieron caídas en su PIB de alrededor del 5% o menos. Si estos datos se cruzan con el número de muertes producidas por la pandemia de COVID-19 se puede comprobar que aquellos países con menos víctimas y, por tanto, una mayor inversión en sus sistemas sanitarios y de prevención, son aquellos cuyas economías se han visto menos afectadas. En el gráfico se puede observar que cuanto más arriba aparece la burbuja de cada país, mayor es la mortalidad, y cuanto más a la derecha están, mejor han resistido sus economías la pandemia.
mortalidad frente a descenso de PIB pandemia
Los países donde se ha producido una mayor mortalidad, como Perú, España y el Reino Unido, aparecen también como los que han sufrido las más graves crisis económicas. En cambio, allí donde el impacto económico ha sido bajo, como Taiwán, Corea del Sur y Lituania, la tasa de mortalidad se ha logrado mantener controlada. También hay caídas similares en PIB con tasas de mortalidad muy diferentes. Estados Unidos, Suecia, Dinamarca y Polonia experimentaron contracciones económicas del 8 al 9 por ciento, pero EEUU y Suecia han registrado de cinco a diez veces más muertes por millón, siendo además países donde las medidas de prevención se implantaron más tarde y con menos contundencia. Hay muchos factores distintos que afectan a la tasa de mortalidad por COVID-19 y el impacto en la economía, más allá de las decisiones políticas tomadas por cada gobierno. Pero lo que se puede extraer de estas cifras es que la relación inversa entre la protección de la salud de las personas y la protección de la economía no se cumple, y más bien va en la dirección opuesta: proteger la salud de la ciudadanía es rentable. Fuente: Our World in Data – Which countries have protected both health and the economy in the pandemic

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