Claudio Della Croce, Estrategia
El mercado de petróleo en el continente americano colapsó el lunes 20 de abril, al vencer los contratos de entrega de crudo en mayo: los precios cayeron en terreno negativo, hecho que en la práctica significa que los productores deberían pagar a los consumidores para que se lleven el combustible.
Tras haber estado por encima de cero durante varias horas a primera hora del martes, el barril bajó a los infiernos y evolucionaba en torno a -10 dólares. El lunes había cerrado en -37,63 dólares en Nueva York. El barril de Brent del mar del Norte (referencia en Europa) para entrega en junio perdía 18,93%, situándose en 20,73 dólares en Londres. Una hora antes cayó a 18,10 dólares, su nivel más bajo desde diciembre de 2001.
Los contratos de venta del West Texas Intermediate (WTI), referencia en esta zona del mundo, para entrega en mayo cerraron con un precio negativo de 37.63 dólares por barril, pérdida de 55.9 dólares respecto del viernes. En el mercado spot, con entrega inmediata, la mezcla mexicana se negoció también en un negativo de 2.37 por barril, cuando el viernes era de 14.37.
Esto sólo afecta los contratos referenciados con el WTI, pues el precio del Brent sigue por arriba de 20 dólares por barril. Es un tipo de petróleo crudo correspondiente a Texas y la zona de cushing al sur de Oklahoma. Se utiliza de referencia para fijar el precio de otras mezclas en Estados Unidos con densidades y niveles de azufre similares.
Para muchos analistas, el desplome del valor de la materia prima más importante del siglo XX y de lo que va del XXI no puede interpretarse sino como el fin de un ciclo económico y, por lo tanto, geopolítico, político y social.
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, señaló que en estos momentos 170 naciones ya están en recesión económica, y a diferencia de la crisis de 2008, esta vez no hay ningún país que pueda arrastrar al resto de vuelta a la senda del crecimiento.
El precio del petróleo nunca había caído por debajo de 10 dólares desde la creación de estos instrumentos financieros conocidos como contratos a futuro, en 1983. Adicionalmente existe el mercado spot, donde se entrega crudo físicamente. El contrato con fecha de entrega en junio se encuentra cotizando ligeramente por encima de 22 dólares por barril.
Lo inédito de la situación tiene que ver con varios factores. El principal es el freno que supuso para la economía mundial la pandemia de coronavirus, que ha reducido hasta 80 por ciento el tráfico aéreo, detenido el comercio de mercancías y llevado a la baja el consumo de combustibles. Miles de millones de personas se quedan en sus casas para frenar la propagación del Covid-19.
A ello hay que adicionar una guerra de precios entre Arabia Saudita y Rusia, los dos mayores productores globales. Un recorte de 9.7 millones de barriles diarios, anunciado la semana pasada por países miembros de la OPEP y otros que, como México, no son integrantes del grupo, no ha sido suficiente para equilibrar la oferta y la demanda.
Quienes cuentan con contratos de entrega de crudo en mayo tienen la obligación de quedarse con el petróleo, pero como la capacidad de almacenamiento está saturada, prefieren asumir un costo por no tomar el crudo y así no incurrir en riesgos logísticos, legales o ambientales. Pero hoy entran en vigor los contratos para entrega a junio, lo cual anticipa que los precios negativos remontarán y regresarán a terreno positivo.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que su país analiza la posibilidad de suspender las importaciones de petróleo desde Arabia Saudita, luego de que los precios bajaron a niveles negativos.
El desplome de los futuros del petróleo se debe a dos motivos: una sobreoferta del energético y que los inventarios de crudo en Estados Unidos dan señales de contar cada vez con una menor capacidad de seguir recibiendo, motivo que incrementa el costo de almacenaje del hidrocarburo, explicaron analistas.
La recesión mundial
En una semana el precio del WTI se desplomó 92 por ciento, hasta alcanzar un piso de apenas 1.42 dólares por barril. El agotamiento de los espacios para almacenar crudo hizo que las estimaciones de precios futuros se ubicaran en niveles negativos por primera vez en la historia de ese recurso estratégico.
El golpe llegó cuando el valor del petróleo ya estaba debilitado por el exceso de oferta, creado por la extracción mediante fractura hidráulica (fracking) impulsada en EEUU y por la guerra de precios con que Arabia Saudita buscó descarrilar a esa perniciosa industria naciente.
El quebranto petrolero no puede entenderse de manera aislada -señala un editorial del diario mexicano La Jornada-, es claro que forma parte y magnifica la espiral de recesión económica mundial: si la falta de actividad general tiró los precios del crudo, el virtual cese de sus labores de extracción, refinación, distribución y comercialización y sus derivados orillará a la quiebra, no sólo a empresas del sector, sino también a muchas que dependen de manera directa o indirecta de esta industria.
Al mismo tiempo, tendrá un impacto severo en las finanzas de todos aquellos estados con actividad importante en el rubro de los hidrocarburos y así, la perspectiva de una reactivación económica se torna sumamente incierta.
Este desplome significará, asimismo, un previsible retroceso de la industria de las energías renovables: pese a sus beneficios en términos ambientales, será casi imposible que actores estatales o privados inviertan en plantas solares, eólicas, mareomotrices o de otro tipo cuando los combustibles fósiles estarán disponibles a precios insignificantes.
Ante la prolongada crisis en ciernes, quedan abiertas interrogantes sobre el futuro, sobre hacia dónde se moverá la economía mundial, o los procesos de reorganización social que se vendrán, y sobre si éstos responderán las necesidades de las mayorías o sólo apuntarán a seguir beneficiando a las elites, como hasta ahora.
Se embolsillaron trillones de dolares por decadas y ahora para poder sobrevivir pediran la ayuda con el dinero de los pobres, porque sus ganancias las tienen invertidas en barras de oro.
ResponderBorrarEsperemos no caer en el socialismo, eso seria lo peor.
ResponderBorrarAnte un capitalismo neoliberal impotente, que se cae a pedazos, en momentos de crisis medidas de tipo socialista son las únicas viables (como lo fueron después de 1929) aunque le produzcan prurito anal a los talibanes del mercado que nos han llevado a esto, y pese a que busquen chivos expiatorios como el Covid-19 para disimular la crisis terminal de su modelo caduco y nefasto.
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