Una mirada no convencional al modelo económico de la globalización, la geopolítica, y las fallas del mercado
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martes, 26 de noviembre de 2019
La élite política y económica es la responsable de la grave crisis social que vive Chile
La Directora de la Bolsa de Comercio de Santiago, Jeannette von Wolffersdorff, renunció a su cargo el pasado 15 de noviembre tras señalar que en la actual crisis social que vive Chile, los grandes responsables son las élites económicas y políticas del país y sus "dificultades" para superar un "estrecho pensamiento grupal" que le ha dificultado empatizar con la realidad que viven las grandes mayorías del país. De acuerdo a la directora del Observatorio del Gasto Fiscal, la empresa ha sido parte del problema, "por los abusos que ha habido", pero también apunta al Estado, que "tampoco ha sido un actor creíble y también ha pecado por falta de eficiencia, eficacia y corrupción. No hay ningún actor que se salve en este momento a nivel sistémico", sentenció.
Este lunes, la directora ejecutiva del Observatorio Fiscal, reiteró su punto y, en entrevista con El Mercurio, explicó a qué se refería con sus palabras tras su renuncia.
"Me refiero al estrecho pensamiento grupal, a la falta de diversidad en los grupos y en las empresas, que es crónico. Una raíz del conflicto es esta falta de diversidad. Todos los sistemas que usa esta élite, de la cual soy parte, es como vivir en otro país”, dijo la ingeniera comercial.
¿Esa élite económica es la gran responsable de esta crisis social? “Mientras más poder, mayor es la responsabilidad", dice von Wolffersdorff y señala que en esta crisis "hemos sido testigos de una desconexión crónica entre la ciudadanía y lo público, no se sienten convocados ni escuchados.
La exdirectora de la Bolsa de Santiago asegura que necesitamos "más trabajo en equipo entre los actores; las reformas tienen que ser mucho más profundas, y tenemos que ser capaces de debatirlas sin acusarnos mutuamente, constructivamente, y sin tabúes, tocando los temas de capital, desigualdad de patrimonio y la injusticia".
En ese sentido, Von Wolfersdorff se refirió a uno de los temas en los que ha estado abocada: diseñar, junto a tributaristas, una propuesta que denomina “Predistribución de capital”, la que consiste en un impuesto sobre el patrimonio a los altos ingresos, pero que las empresas aporten una parte de sus acciones a un fondo público manejado al estilo de lo que es el fondo de pensiones de Noruega, pero que no solo sería para pensiones y que le permitiría percibir dividendos. Según consigna el matutino, la utilidad se reparte a personas que se definieran como prioritarias para recibir beneficios, y también para invertir en proyectos de más largo plazo para fomentar la economía e innovación sostenible, en un contexto de cuarta revolución industrial.
Von Wolfersdorff ahonda en que esta propuesta hace una corrección de la desigualdad antes de que se produzca y no en forma posterior, cuando el capital ya se ha acumulado.
Asegura que esta propuesta debería ser mandatoria (por ley), pero indudablemente apoyada por una masa mínima que esté de acuerdo. “Esta solución jamás va a funcionar si la élite no está de acuerdo con eso, porque entonces la élite se iría. Por eso digo que tiene que ser consensuado, tiene que haber voluntad de aportar”, remarcó.
“He conversado con empresarios sobre esta propuesta (...) Al menos algunos escuchan (...) La voy a seguir promocionando, porque estoy convencida de que es una forma de capitalismo equitativo que le haría bien tanto a la empresa como a la ciudadanía”, agregó.
A su juicio, "la empresa ha sido parte del problema, por los abusos que ha habido, pero el Estado tampoco ha sido un actor creíble y también ha pecado por falta de eficiencia, eficacia, corrupción. No hay ningún actor que se salve en este momento a nivel sistémico".
Ante esto, Von Wolffersdorff propone el concepto de Estado activador: "el punto central no es quién ejecuta un servicio en el ámbito público: si lo hace el Estado, el privado, o la sociedad civil, o una combinación de varios. El punto es que se regule de forma correcta, y que el Estado tiene la responsabilidad política final de que el sistema funcione, con el menor costo, la debida transparencia y el mayor beneficio para el ciudadano. Eso es distinto que la eterna discusión Estado versus privados”, explicó.
Consultada por su crítica a una élite a la que ella también pertenece, Von Wolffersdorff dice que justamente tiene pleno derecho a criticar a su propio sector y a "usar mi voz para tratar de aterrizar soluciones, y ayudar a que este sector tome conciencia sobre las injusticias sociales en Chile".
"Sería nefasta y discriminatoria una sociedad donde uno no tenga derecho a hablar por la posición que tiene; eso es contrario a los derechos humanos universales", añadió.
Para la exdirectora de la Bolsa de Santiago, una de las soluciones para superar esta crisis es que los que tienen poder sean capaces de facilitar, al máximo, el control a su propio poder y fortalecer las agendas anticorrupción.
"La sensación de injusticia en Chile es porque las élites, que influyen con su dinero en la narrativa de toda una sociedad, en vez de usar la voz en beneficio propio lo hagan para que se equilibren los poderes y tengamos un país justo. Debemos lograr que el empresariado entienda y sea parte de regulaciones que se basen en este principio de justicia. Necesitamos un cambio cultural para equilibrar realmente los poderes”, concluyó.
Jeannette Von Wolfersdorff se convirtió en 2017 en la primera y hasta ahora única mujer en integrar el directorio de la Bolsa de Santiago, cargo a través del cual impulso una transformación dando un giro hacia la "sustentabilidad".
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El Mostrador
Cuán injusta será la situación social en Chile para que esta mujer realice crítica tan contundente.
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