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viernes, 17 de mayo de 2019
Nueva ofensiva de Washington contra Huawei agudiza el estancamiento económico global
En una escalada adicional de la confrontación económica con China, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó ayer una orden ejecutiva que otorga al Departamento de Comercio el poder de prohibir a las empresas estadounidenses el uso de equipos fabricados por la empresa de telecomunicaciones china Huawei. La orden ejecutiva se llevó a cabo bajo la Ley de Poderes de Emergencia Internacional, que le otorga al presidente la autoridad para regular el comercio en respuesta a una “emergencia nacional” que amenace a los Estados Unidos. Esta decisión de sancionar y paralizar potencialmente al gigante de las telecomunicaciones chino provocó una fuerte respuesta de Pekín, que advirtió que la decisión podría afectar a las negociaciones comerciales. Las acciones de los proveedores estadounidenses de Huawei también caían por temor a que el gran consumidor de chips, software y otros componentes se vea obligado a detener sus compras después de la orden emitida por el Departamento de Comercio. Huawei informó en un comunicado que una pérdida del acceso a los proveedores del país norteamericano “generará un perjuicio significativo a las compañías estadounidenses” y afectará a “decenas de miles de empleos estadounidenses”.
Esta nueva ofensiva de Washington fue el último disparo de la guerra comercial iniciada por EEUU contra China que está sacudiendo a los mercados financieros y amenazando con empeorar la desaceleración de la economía global y arrastrarnos a una crisis aún mas severa que la depresión 2008/2009. La agresividad de Estados Unidos está afectando al comercio mundial y la nueva ronda de aranceles decretada por Trump agudiza aún más la crisis de estancamiento económico que sufre en planeta.
El Departamento de Comercio anunció que agregó a Huawei Technologies Co y a 70 filiales en la denominada “Lista de Entidades”, una decisión que prohíbe a la compañía adquirir componentes y tecnología de firmas estadounidenses sin aprobación previa de Washington. Las acciones de los fabricantes de chips Qualcomm Inc y Xilinx Inc se derrumbaron entre un 3% y un 4%, liderando los declives en el Índice de Semiconductores SE de Filadelfia, mientras los papeles del fabricante de componentes ópticos NeoPhotonics Corp se hundían un 14,7%. Otros proveedores como Analog Devices y Finisar Corp perdieron cerca de un 2%, mientras que Skyworks Solutions bajó un 4,4%, Qorvo un 5%, el fabricante de sensores láser Lumentum Holdings un 7,7% y el fabricante de chips de memoria Micron Technology perdió un 2,1%. La entrada de Huawei en la lista negra de Washington amenaza con alterar la cadena de suministro de tecnología global, muy vinculada al negocio de 105.000 millones de dólares del mayor proveedor mundial de equipos de redes de telecomunicaciones.
Los halcones anti-China dentro de la administración Trump habían estado presionando al presidente durante meses para que firmara la orden, pero este se contuvo para no poner en peligro las conversaciones comerciales. Sin embargo, la decisión de los EEUU de elevar los aranceles de $200 mil millones en productos chinos del 10 al 25 por ciento y la amenaza de un arancel del 25 por ciento contra otros $300 mil millones significa que ya no se aplica la restricción. Esta última acción de los Estados Unidos es una escalada en lo que bien podría describirse como un impulso para “convertir en arma” todas las ramas del aparato estatal en la confrontación económica contra China.
En respuesta a la escalada de la guerra comercial de Trump, los medios chinos denuncian la arrogancia y duplicidad de EEUU. El nacionalista Global Times señaló que “toda la nación y todo su pueblo están simultáneamente amenazados”. El editorial en idioma chino, que fue reproducido por los principales medios de comunicación estatales, declaró: “Para nosotros, esto es verdaderamente una 'guerra popular'”. Una declaración editorial nacionalista, emitida por el lector de noticias Kang Hui en el programa de noticias CCTV, se volvió viral en Weibo, la plataforma de redes sociales más grande de China, y fue vista más de tres mil millones de veces.
“Después de 5.000 años de pruebas y tribulaciones, ¿por qué tipo de batalla no ha pasado el pueblo chino?”, dijo Kang. “La guerra comercial iniciada por Estados Unidos no es más que un momento unificador importante en el desarrollo de China. No hay nada de que preocuparse. China debe mantenerse firme, tener confianza y superar las dificultades”.
En otro comentario de esta semana, el columnista de asuntos exteriores del Financial Times, Gideon Rachman, repitió la opinión, todavía muy difundida en los Estados Unidos, de que Trump está de acuerdo en hacer un trato, por el respeto y aprecio de su amistad con Xi y la “hermosa carta” que había recibido recientemente. “Sin embargo, una relación cercana entre los líderes no es garantía de que se pueda evitar el conflicto”, señala Rachman. “En la crisis de julio que precedió al estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914, el Kaiser Guillermo de Alemania y el Zar Nicolás de Rusia intercambiaron numerosos mensajes amistosos y telegramas. Pero eso no impidió que sus dos países entraran en conflicto. De manera similar, la guerra comercial entre Estados Unidos y China ahora corre el riesgo de intensificarse hasta el punto de salirse del control de los líderes de los dos países”.
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