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lunes, 11 de febrero de 2019

Trump intensifica la carrera armamentista con la "revisión de defensa misilística"

Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

Trump suspendió en forma unilateral el tratado INF (https://bit.ly/2I0XUPG) con Moscú sobre armas intermedias de un rango de 500 a 5 mil 500 kilómetros (https://bit.ly/2TBrYmi). Días antes, Trump había expuesto la Revisión de defensa misilística (RDM), que se agrega a la Revisión de la postura nuclear (https://bit.ly/2BtlU8u) y a la Estrategia de defensa nacional (https://bit.ly/2Dd93JR) que convergen integralmente contra Rusia y China.

El centro texano-israelí Stratfor, auto-nombrado la CIA de las trasnacionales (con sólo cien empleados, mientras la CIA tiene más de 50 mil espías), juzga que la serie de documentos del Pentágono, en la fase de Trump, subraya la dirección geoestratégica de Estados Unidos en medio de la intensa competencia con Rusia y China, lo cual presagia la “intensificación de una carrera armamentista (https://bit.ly/2BtmaEe)”.

A mi juicio, la carrera armamentista fue desatada por Baby Bush al romper en forma unilateral el tratado Anti-balístico misilístico (ABM, por sus siglas en inglés) en 2002 (https://bit.ly/2TGt9AV).

La RDM comporta el financiamiento de proyectos clave: instalar una red de sensores de avanzada en el espacio; desarrollar tecnología láser madura; equipar los cazas furtivos F-35 con un arma que pueda destruir un misil balístico intercontinental (ICBM,por sus siglas en inglés), y desplegar interceptores en el espacio.

Parece una repetición de la Guerra de las Galaxias, conocida técnicamente como Iniciativa de defensa estratégica, que fue un engaño para paralizar a la ex-URSS.

A mi juicio, Trump intenta desplegar toda su panoplia multidimensional para jalar a Rusia a una alianza Occidental de la raza blanca contra la raza amarilla de China: el nuevo G-2 de Kissinger (https://bit.ly/2Bt0jNo).

El bélico ensueño galáctico del Pentágono, en la fase de Trump, contempla desarrollar drones con láser que tendrían la habilidad de planear cerca del potencial sitio de lanzamiento enemigo y de destruir el saliente ICBM durante su fase de impulso”, que Stratfor reconoce presenta masivos (sic) obstáculos tecnológicos, pero que no deja de engendrar serias preocupaciones a Rusia y a China ya que la RDM pone en riesgo la misma supervivencia del poder disuasivo nuclear de Moscú y Pekín que temen que las capacidades de ataque de Estados Unidos le daría la capacidad de destruir ampliamente sus arsenales nucleares mediante su golpe inicial.

Stratfor rumia de nuevo toda la teoría del Primer Golpe (First Strike) –acoplada a la teoría MAD (Mutual assured destruction: Destrucción mutua asegurada o Teoría del Loco por su acrónimo sugestivo; http://bit.ly/2THwQWX)– que dejaría asolados a sus rivales sin capacidad de respuesta inmediata.

Stratfor arguye que Estados Unidos podría usar la teoría del Primer golpe en combinación con las significativas defensas misilísticas para interceptar cualquier misil superviviente lanzado en represalias.

¿No sería mejor para la salud del planeta no probar tales teorías alucinantes de sistemas misilísticos de defensa que pudieran ser horadados como la línea Maginot?

Stratfor aduce que los países, cuando consideran su supervivencia misma, tienden a prepararse para los peores escenarios, a fortiori, cuando se erosiona el legado de los regímenes del control de armas.

El centro texano-israelí concluye que el prospecto de una red de defensa balística-misilística integral de Estados Unidos solamente estimulará a Rusia y China a redoblar sus esfuerzos.

Según Space News, la RDM estimulará la militarización del espacio y beneficiará a las trasnacionales bélicas Boeing, Lockheed Martin, Northrop Grumman Innovation Systems, Raytheon y Aerojet Rocketdyne cuando su mayor aporte es el “aval para la construcción de una nueva red de alerta temprana y de rastreo de satélites (https://bit.ly/2TC0VaE)” que el Pentágono denomina Capa de Sensor Espacial (Space Sensor Layer).

Trump propuso al Pentágono organizar una nueva rama militar en el espacio: la Fuerza Espacial. El espacio es el nuevo teatro de batalla de la rivalidad de EEUU contra Rusia y China.

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